domingo, 4 de enero de 2009

DICEN QUE FIDEL CASTRO NO BAILA......

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Dicen que Fidel no baila

En mayo de 1970, la periodista y escritora mexicana Alma Guillermoprieto llegó a La Habana desde Nueva York. Había sido contratada para dictar clases de danza contemporánea. La Habana en un espejo narra su paso por la Cuba de Fidel como profesora de baile.

Por ÓSCAR CONTARDO | © El Mercurio

En 1970, Alma Guillermoprieto -mexicana de nacimiento, norteamericana por parte de madre, bailarina en su juventud, periodista y escritora en su madurez- llegó a Cuba desde Nueva York contratada para dictar clases de danza contemporánea en la Escuela Nacional de Artes. Tres décadas después publicó "La Habana en un espejo" (Debate), una crónica sobre su paso por la capital cubana. Más que un registro de hechos puros y duros -que los tiene-, es un libro sobre la frustración y el temor a la duda en un mundo y en una época en la que había que creer y tener certeza. Como se hace con los milagros y las apariciones, pero en este caso aplicado a la revolución. "Comandante en jefe: ¡Ordene!", rezaba en el camino del aeropuerto a la ciudad.

Un régimen autoritario tiene adictos y detractores, una línea clara que a veces, sobre todo en privado, no lo es tanto. En ese espacio de duda se desarrolla la narración de Guillermoprieto: una escuela de danza contemporánea en las afueras de La Habana en salas sin espejos para bailar (porque no hay presupuesto) , y cuyo director -quien declara tener sólo una ideología en la vida: "Fidel, y patria o muerte"- clama a la dirigencia para que le den otra destinación: "Para administrar este mierdero de artistas, patos, e intelectuales, yo no sirvo".

La épica de soslayo

"La Habana en un espejo" es una mirada oblicua sobre cosas -revolución, Fidel Castro, el Che Guevara- que tienden a todo lo contrario. Por un lado, la épica, la gesta, la grandilocuencia; por el otro, el repudio como respuesta automática. "Humanidad, solidaridad, internacionalismo, revolución, imperialismo, sacrificio.. . Eran palabras-martillo, palabras de gran peso a las que no podía dejar de prestar atención, que convocaban a la reflexión cuidadosa, pero también sentía como aplastantes, sin matices ni secretos", reflexiona la autora.

La vida de los cubanos de la calle que se describe en "La Habana en un espejo" parece moverse entre esas palabras-martillo. Una vida de restricciones y esfuerzos colectivos para conservar logros -salud y educación incluso para los campesinos que antes no tenían acceso a nada- quizás menos tangibles que hacer cola por alimentos o cuidarse de opinar de manera impropia porque alguien puede estar escuchando.

Uno de los personajes retratados en el libro -escéptico y secretamente crítico- explica la resignación: "Es por Fidel, quien a punta de cojones ha convertido este puterío de los yanquis en un país de verdad, por desgracia... ".

La crónica de Alma Guillermoprieto transcurre en 1970, durante el intento del gobierno de lograr la autonomía económica de la Unión Soviética a través de una cosecha monumental de caña de azúcar en la que todo cubano debió participar. Lo que se conoció como la zafra de las 10 millones de toneladas de caña fracasó, Castro reconoció el error frente a la multitud y se ofreció en sacrificio. "Mejor sería decir al pueblo: 'Busquen otro' ". La multitud se negó a hacerlo y lo aclamó. "Fidel decía que era humano, y se humillaba ante nosotros. El revuelo duró largos minutos, y cuando se terminó fue porque el gladiador de la plaza se erguía triunfante, y el león de la plaza, agradecido, se acurrucaba a sus pies", ilustra Guillermoprieto.

La gran zafra es el telón de fondo y la acción se da entre clase y clase en una escuela en medio de la selva. Un conjunto de edificios desangelados instalados en lo que una vez fue un country club y que luego se proyectó como un complejo para hacer brillar a los artistas jóvenes criados en la Cuba de Fidel. La meta original a la larga se frustraría, porque algunos consideraron que su arquitectura de vanguardia y su evocación a la africanidad iba contra la revolución proletaria. Una especie de crimen que cometen sólo los gusanos y comemierda, que es como se etiquetaba a los disconformes, y nadie quería llegar a ser así llamado, a veces por miedo y otras (quizás las más) por lealtad a Fidel, quien, dicho sea de paso, prefería los discursos al baile y la rumba. La sospecha contrarrevolucionar ia cundió y como una mancha se extendió sobre la escuela, marcando el destino de estudiantes, profesores y el de la propia autora.

La revolución como reliquia

"Pienso que para mi generación esa combinación de obediencia ciega y rebeldía total encarnaba nuestro dilema y le daba sentido y dirección", reflexiona la autora en las páginas finales.

Alma Guillermoprieto, autora de "Samba", "Los años que no fuimos felices", colaboradora habitual del New Yorker y una de las cien intelectuales más importantes de 2008 según la revista inglesa Prospect, inició su carrera como periodista años después de su paso por La Habana. "En Cuba poco queda de la revolución que conocí", declara hoy, y añade "la revolución que iba a ser la vanguardia de la historia es admirada hoy como reliquia suspendida en el tiempo por visitantes que vienen huyendo de un mundo excesiva y horrorosamente moderno". [zoiladulceuva@ yahoo.com. ar ]~

De vez en cuando

Sucede cada año

…cumplimos una jornada que empezó antes que nosotros / que no concluirá con nosotros.

Jacques Viaux

Por René Rodríguez Soriano | © mediaIsla

A mis 20 años, me propuse un día llevar un diario. Cada noche anotaba todo lo que me ocurría durante el día. Eran los años de la universidad, nos creíamos con el derecho de deshojar margaritas en el Capitolio. John Lennon plantaba minas en los polos de la esfera, y en Vietnam las azucenas supuraban sorbitos de napalm. Más que en la multiplicació n de los panes y los peces, nos aferrábamos a la linterna de unos ojos claros para cortar en dos las noches más oscuras. Algo así como la estampita milagrosa que se guarda como recuerdo de la primera comunión, o la contraseña del concierto al que al fin asistimos para encontrarnos con alguien y no prestar atención ni a quien canta ni a lo qué canta...

No se puede torcer el horizonte a pulso. Una paloma sola no pinta nada aunque el plumaje de sus alas intente lavarse en la cromática del arco iris. El mar siempre es el mar, y uno viene y va de un punto a otro, con la incertidumbre de lo que dijo el Gabo que dijo su abuelo: "del otro lado no hay orilla". El pasto, en cambio, nace y crece con el objetivo manifiesto de crear contradicciones entre el cartel y quienes lo desobedecen. Al final, siempre lo pisan, sino se lo engulle o lo empuerca el ganado que, en manadas, va sin rumbo fijo.

Desde el principio de los tiempos, los seres y las cosas tienen su dignidad. Bombas y sandías, aunque se suicidan con idéntica resolución y brillo, tienen distintos pareceres. Un pétalo seco en la página 15 dice más que mil palabras. Los delfines son libres. Las piscinas son para lucir flores en el bañador, no para soltar delfines. Los estacionamientos, en cambio, sólo sirven para organizar los carros uno al lado del otro. Y las tortugas sólo pueden disfrutar su libertad en el lago o en la inmensidad del mar lleno de olas y de peces. Soy un lector de delfines que van de un seno a otro, de un ojo a otro ojo, consciente de que muy pocos cruzan más allá de la segunda quincena de enero con la agenda organizada día por día.

Sucede cada año, nos volvemos gelatina, nos deshacemos en promesas y dejamos que el tiempo se nos venga encima en esta fecha. Eso sí, antes de que el gallo cante, siquiera la primera vez; antes de que se apague el postrer vaho de los fuegos de artificio, ya andaremos ajustando nuestras caras de circunstancias para, sin mucho apuro, desmontar el arbolito, doblar y desdoblar bolsas y lazos, cajas y empaques y, sobre todo, estar a tiempo para desbarrancarnos de nuevo por las pendientes resbalosas del olvido. [mediaisla@yahoo. com]~

Edwidge Danticat

Por Sergio Ramírez | © El Boomeran(g)

I. Corazón partido

Cierro mi año 2008 hablándoles de un libro que por supuesto recomiendo leer, Brother, I´m dying (Hermano, me estoy muriendo), de la escritora haitiana de nueva generación Edwidge Danticat (1969). Nacida en Haití, e inmigrante a Estados Unidos a los 12 años, su lengua literaria es el inglés, como en el caso del dominicano Junot Diaz, y del peruano Daniel Alarcón, de quienes hablé a su tiempo en este mismo espacio, cuando me preguntaba si la nueva novela latinoamericana, y del Caribe, se estaba escribiendo ya en inglés.

Se trata de un libro de memorias, de una autobiografía si se quiere, que puede leerse como una novela, y es allí, en la tensión narrativa, y en la transformació n de personas de la vida real, dos hermanos comunes y corrientes, su padre y su tío, en personajes que parecieran compuestos desde la ficción, donde reside su primera virtud. Edwidge, como hacen los buenos escritores, consigue poner en singular el plural de las vidas anónimas, y transforman unos acontecimientos simples, en extraordinarios.

Porque parece simple que en América Latina una niña como ella pase su infancia al lado de su tío Joseph en Puerto Príncipe mientras su padre Mira debe emigrar forzadamente a Nueva York en busca de mejores horizontes, el hecho que es punto de partida de la narración. Pero la infancia nunca es simple. Sobre todo cuando transcurre con el corazón partido.

II. El sueño americano bajo tierra

En Hermano, me estoy muriendo, Edwidge Danticat tiene dos padres, Mira, el que se va a Nueva York y se gana la vida como chofer de taxi, y Joseph, el tío, pastor bautista, a cuyo lado se queda en Haití antes de emigrar por fin a Estados Unidos. Los dos, Joseph y Mira, son personajes igualmente entrañables, en sus vidas azarosas, y en sus muertes.

Pero también Edwidge tiene dos patrias, Haití, marginal y empobrecido, sometido a dictaduras, de Papa Doc Duvalier y sus tonton macutes, a su hijo Baby Doc aprendiz de brujo y tan cruel como su padre, y a golpes de estado, intervenciones militares; y los Estados Unidos que desprecia a sus inmigrantes haitianos atrapados en las férreas redes de los impedimentos migratorios, como lo prueba este relato marcado precisamente por la tragedia de la muerte del tío Joseph, víctima de la inhumana burocracia en un centro de detención de extranjeros en Miami.

Edwige, como tantos otros inmigrantes, debe soportar en su vida la dualidad de la doble pertenencia, fantasmas que la llaman de uno y otro lado, y la única manera de exorcizarlos es escribiéndolos. Su patria al fin y al cabo, vendra a ser su familia, la patria doble de sus dos padres, enterrados uno junto al otro en un cementerio de Brooklyn, durmiendo para siempre el sueño americano [cacatazul@yahoo. com]~

Noam Chomsky: grandes obstáculos que sortear en Latinoamérica
"Los movimientos populares masivos en Latinoamérica no suelen atraer a los intelectuales pues estos prefieren un rol de liderazgo"

Por Roberto Manríquez | © Rebelión

Sólo en 2002 se supo en un seminario en La Habana que en lo más álgido de la denominada crisis de misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética, cuando un submarino nuclear soviético fue atacado en aguas internacionales por misiles norteamericanos, un grupo de tres oficiales debió tomar la decisión de responder con el armamento nuclear disponible el ataque estadounidense, una discusión que se zanjó sólo cuando el oficial Vasily Arjipov negó su asentimiento.

Que el incidente sea casi desconocido o no sea materia de análisis en las universidades o medios de comunicación muestra una señal preocupante sobre lo que consideramos verdaderamente importante o académicamente pertinente, es difícil no considerar el hecho que una opinión diferente de Arjipov entonces simplemente nos hubiera conducido al fin de la historia en un sentido literal.

Han pasado más de cuarenta años del incidente y la actualidad mundial, incluyendo el reciente ataque israelí a la población palestina en Gaza aún nos devuelve a las mismas inquietantes interrogantes que han atravesado nuestra terrible época contemporánea.


Sobre el papel de los intelectuales, de los medios de comunicación y el actual curso de la historia, en especial el actual derrotero de América Latina sostuvimos una breve conversación vía correo electrónico con el respetado profesor Noam Chomsky, un eminente académico cuyas opiniones suelen precisamente no coincidir con la academia y los medios.

—En Chile y Argentina la impunidad aún caracteriza las masivas violaciones a los derechos humanos que ocurrieron en los 70's, sin embargo a medida que uno avanza hacia el norte del continente, en Centroamérica las masivas violaciones a los derechos humanos parecen tornarse invisibles.

—En América Central las atrocidades siguen invisibles debido a que los EEUU son directamente responsables, así que por lo tanto están fuera de la agenda de los intelectuales, medios de comunicación y de la clase política en general; y las sociedades son relativamente débiles y han sido tan devastadas por la política de terror de los EEUU por lo que les ha sido difícil ir más allá de las Comisiones de Verdad.

En Sudamérica, el rol de los EEUU fue crucial pero más indirecto y las sociedades están menos sujetas a la dominación de EEUU y tienen muchos más recursos internos, en todo ámbito. No obstante, aún en Sudamérica el progreso hacia esa responsabilidad está limitado. En Chile, por ejemplo, bastante después de la caída de la dictadura, médicos que estuvieron involucrados en tremendas atrocidades, en las torturas de Pinochet, siguen atendiendo en Santiago, abiertamente.

El punto básico ha sido reconocido por académicos serios, incluyendo aquellos que se autoidentifican como neo-reaganianos, como Thomas Carothers. A pesar de sus claras convicciones, él reconoce que hubo progreso hacia la democracia en Sudamérica a pesar de los esfuerzos de Reagan por evitarlo, pero poco en América Central, donde la influencia de los EEUU era mayor. El es el más respetado académico de la "promoción de la democracia", pero reconoce la realidad.

—Pese a esto usted ha señalado que el momento actual representa la mayor era de autonomía para el continente, desde la invasión europea hace más de 500 años.

—Los cambios en los últimos años han sido realmente dramáticos, pero hay grandes obstáculos que sortear. Es imposible predecir, demasiado depende de la voluntad y la elección.

—Una de las caracterí sticas más llamativas de este expectante proceso del movimiento social en muchos países del continente es la ausencia de intelectuales.

—Movimientos populares masivos, como el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil o el movimiento Indígena en Bolivia y en cualquier parte, raramente atraen la participación o aprobación de los intelectuales, que tienden a preferir un rol de liderazgo.


—El gobierno de Evo Morales parece representar un exitoso desafío a años de dominación. Morales cuenta con el apoyo regional expresado en la última cumbre de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) en Chile. Hoy un Golpe de Estado parece inimaginable, esto representa un avance indudable ¿no?

—El apoyo a Morales de parte de UNASUR fue un evento extremadamente importante. Morales no estaba exagerando cuando agradeció a UNASUR por su apoyo, observando que "por primera vez en la historia de Sudamérica, los países de nuestra región están decidiendo cómo resolver nuestros problemas, sin la presencia de los Estados Unidos.". Una medida de la significancia del apoyo de la UNASUR es que la prensa libre de los EEUU entendió que podía bien no ser mencionado. Los EEUU han sido incapaces de parar la "marea rosada" mediante los métodos tradicionales de violencia y estrangulamiento económico, como en el pasado. Pero esas amenazas no son impensables.

—Algunos gobiernos populares de izquierda en el continente podrían verse tentados a responder al acoso constante e inclusive al ataque directo de los Estados Unidos o Europa adoptando algunas formas personalistas o autoritarias haciendo el juego precisamente a los sectores reaccionarios o regresivos de la sociedad.

—Este es un peligro que debe ser reconocido y superado.

—Sobre los medios de comunicación en la mayoría de las universidades chilenas y sospecho en el continente abordan el caso Watergate como el ejemplo quintaesencial de periodismo de investigación, sin embargo usted ha señalado en varias ocasiones que aquello no fue más que un cotorreo entre burócratas al lado de Cointelpro que fue descubierto al mismo tiempo y que apenas fue recogido por los medios y que en consecuencia es prácticamente un hecho desconocido.

—La comparación de Watergate y Cointelpro y la reacción a ellos por parte de las clases educadas, es muy reveladora. Fueron puestos al descubierto al mismo tiempo, Watergate en la prensa, Cointelpro en los tribunales.

Watergate involucró un poco de criminalidad de parte de la administració n –dirigida contra gente privilegiada. La "lista de enemigos" de Nixon, por ejemplo, causó gran escándalo, no porque yo estaba ahí (de hecho yo figuraba) sino porque incluyó a figuras prominentes del gobierno y el mundo corporativo. Nada ocurrió a ninguno de los que aparecimos mencionados en la lista, pero los cimientos de la república tiemblan cuando a gente importante se le insulta en privado. Esto es cierto con respecto al resto de Watergate. La exposición de Watergate se observa como uno de los mayores triunfos de la prensa libre, que salvó a la democracia de la destrucción.

Cointelpro era un programa de subversión llevado adelante por la policía nacional política (el FBI) a través de cuatro administraciones: Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon. Al principio se orientó al partido comunista, el movimiento de independencia Portorriqueño y otros grupos marginales, pero continuó en los sesentas apuntando a los movimientos negros, los movimientos anti-bélicos, movimientos feministas y toda la Nueva Izquierda.

Iba mucho más allá de la criminalidad insignificante de Watergate. Alcanzaba ribetes de asesinato político estilo GESTAPO: específicamente, el asesinato del muy exitoso organizador negro Fred Hampton a manos de la policía de Chicago, preparada por el FBI después de que habían fallado en incitar una banda de su propia comunidad para hacer el trabajo por ellos.

A diferencia de Watergate, Cointelpro es desconocido y pocos siquiera se enterarían jamás del asesinato de Hampton y junto con él de Mark Clark, ambos durmiendo, Hampton posiblemente drogado. Casi no hubo cobertura de los medio de comunicación, excepto por algunas noticia en Chicago. Ni tampoco remeció las bases de la república.

Aprendemos mucho acerca de la cultura intelectual a partir de estos fenómenos paralelos.

—La victoria de Barack Obama ha sido presentada con eu foria por los medios en general en el continente, como la representació n del cambio, en algunos casos haciendo una analogía con la llegada al poder de John Kennedy, sin embargo esa administració n dejó una terrible herencia en el continente que no es mencionada muy a menudo.

—La analogía con Kennedy tiene algo de validez. En ambos casos fue un triunfo de relaciones públicas. JFK fue el primer presidente en usar la televisión eficazmente, Y también entendió que los intelectuales son fáciles de convencer, si les sobas el lomo y les dices cuánto los admiras, tienes garantizada una imagen favorable. La campaña de Obama fue bien entendida por la industria de las relaciones públicas. El ganó el premio por la mejor campaña de marketing del año por parte de "Era de la Publicidad" (Advertising Age), una de las publicaciones líderes de la industria. Y es muy admirado por los líderes de esta industria quienes hablan abierta y orgullosamente acerca de cómo han estado "manufacturando candidatos tal como marcas de consumo" por 30 años, desde su triunfo con la "marca Reagan".

La terrible herencia de la administració n JFK puede ser mencionada y pasar como un error atribuible a exageradas preocupaciones sobre la Guerra Fría. Pero eso es normal. Es un principio fundamental de la cultura intelectual que "no podemos" hacer daño, aunque podemos cometer errores, como el esfuerzo por "liberar" Irak: una "equivocación estratégica" en palabras del mismo Obama. Es muy interesante que su muy carente de principios crítica hacia la Guerra de Irak sea destacada como "de principios" por las clases educadas. Y en ocasiones individuos malos puedan afectar nuestro noble esfuerzo. Estas prácticas se acercan a un histórico universal, aunque hay por lo general una cantidad de disidentes que son marginados, o peor, dependiendo de la sociedad. Roberto Manríquez es periodista chileno. [ibyqueen@yahoo. com]~

Salinger un escritor de culto con la lengua bien puesta
"Prefiero pasar dos horas en el sillón de un dentista que un minuto en el despacho de un editor. No son más que una pandilla de escritorzuelos insoportables, complacidos de sí mismos; no han leído a Tolstoi desde que iban a la Universidad…"

Por Alberto González Toro | © CLARIN

Uno de los escritores más influyentes de Estados Unidos, Jerome D. Salinger, custodia su silencio sumido en la reclusión que eligió desde el comienzo de su carrera. Autor de un puñado de títulos memorables como El guardián entre el centeno (traducida al castellano también como El cazador oculto) y Franny y Zooey, dejó de publicar hace cuatro décadas y no se sabe si sigue escribiendo.

Aislado desde hace casi medio siglo en su inexpugnable cabaña de New Hampshire, en el nordeste de Estados Unidos, cumplió esta semana sus 90 años Jerome D. Salinger, uno de los más notables escritores de este país, consagrado en 1951 cuando publicó su primera novela corta, El cazador oculto, también conocida como El guardián entre el centeno. Es la historia de un adolescente rebelde, ultrasensible, que debe enfrentar el feroz mundo de los adultos en la selva neoyorquina. Es, al fin, la pérdida de la inocencia, sólo que Holden Caufield busca un refugio en un extraño universo que linda con la locura, una huida ante una realidad que el muchacho considera intolerable. El libro fue un éxito espectacular, y convirtió a Salinger en un "monstruo sagrado". Tal fue allí, a sus 32 años, cuando ya avizoró que ser un best-seller sólo trae aparejado el fenómeno de una popularidad que ultraja a la vida privada, que él nunca quiso develar.

Dos años después, apareció Nueve cuentos, y recién en 1961, publicó Franny y Zooey, un conjunto de relatos cortos, con un admirable sentido de la síntesis, donde no falta ni sobra una palabra. La obra de Salinger, amarga y profundamente melancólica, se "termina" con una colección de novelas cortas: Levantad, carpinteros, la viga del tejado , y Seymour: una introducción. En realidad, lo último que se publicó de él fue Hapworth 16, 1924, un cuento que ocupó casi todo el número del 19 de junio de 1965 de "The New Yorker". Este cuento- recordó " The New York Times"- "nunca se publicó como libro y no se parece a nada de lo que escribió anteriormente Salinger. Hapworth es una carta, o más bien la transcripción de una carta, de 25.000 palabras, escrita a los apurones por Seymour Glass, a los 7 años, a sus padres, mientras s encontraba en la colonia de verano. Lo más fascinante de este cuento es que la voz es insegura, ya que el pequeño Seymour emplea primero un tono y luego pasa a otro, que es alternativamente serio, ansioso, travieso y sarcástico. Lo que hace que los Glass, y en especial Seymour, sean tan atractivos para Salinger es que son demasiado sensibles y excepcionales para este mundo, pero esto mismo los transforma en irritantes para muchos lectores. El problema de los Glass puede plantearse así: ¿cómo se hace arte para un público, o un establishment de la crítica, que es demasiado ignorante para entenderlo? Esta es la cuestión- concluye "The New York Times"- que ha llevado a Seymour a renunciar y, seguramente, la que ha inducido a Salinger a no querer publicar más".

Ante la publicación de este cuento, la mayoría de los críticos lo defenestró: "Es lo peor que escribió Salinger", podría ser la mejor síntesis de lo que escribieron. La periodista y escritora Joyce Maynard, amante de Salinger cuando ella tenía 19 años y él ya superaba los 50, cuenta en su libro Mi verdad, el enojo que los críticos le producían a Salinger. "Quiero que entiendas que cuando publicas un libro, se te escapa de las manos. Los primeros que te atacan son los críticos, deseosos de hacerse un nombre a costa del tuyo. Y lo consiguen. En esto no te equivoques".

Y su opinión sobre los editores también es rescatada por Maynard: "Prefiero pasar dos horas en el sillón de un dentista que un minuto en el despacho de un editor. No son más que una pandilla de escritorzuelos insoportables, complacidos de sí mismos; no han leído a Tolstoi desde que iban a la Universidad. Todos detrás del best-séller".

En el 2000, su hija Margaret publicó El guardián de los sueños, un libro de "confesiones" en donde afirma que su padre bebía su propia orina, rara vez tenía relaciones sexuales con su madre, y ella era mantenida como una "prisionera virtual" en su casa, ya que su padre se negaba a permitirle que viera a sus parientes y amigos. Son dos visiones negativas de este hombre alto y delgado, devoto del budismo zen y de una dieta alimentaria que sólo incluye frutas, hortalizas y nueces. Esto es lo que dice su ex amante, claro. Salinger no concede una entrevista desde principios de los años ochenta. Su misantropía se agudizó con el paso de los años. ¿Seguirá escribiendo? La Maynar- que publicó su libro hace diez años- sostiene que ha escrito dos libros que guarda en una caja fuerte. Uno puede pensar que, encerrado en su fortaleza, Salinger escribe la saga de los Glass, a la espera de un mundo soportable. [giecoleon@yahoo. com ]~

Mizaria

Por Joan Mateu | @ mediaIsla

Falso juramento

Te juro que ésta es la última vez que te miento. [joan@cimat.es ]~

El año que esperan los intelectuales
Diecisiete escritores anhelan más compasión y sentido crítico, y reclaman mayor tolerancia en el mundo

Por Susana Reinoso | © LA NACION

Cara y ceca. Las expectativas para el año que comienza connotan siempre las asignaturas pendientes del que pasó. Diecisiete reconocidos intelectuales consultados por LA NACION respondieron a esta pregunta: ¿qué espera de 2009?

Con humor, algunos; con gravedad, los otros, pero en todos los casos con esperanzas realistas, los escritores expresaron, entre otros deseos, augurios para que en el mundo, y en algunos casos en la Argentina, haya mayor convivencia y compasión; más pensamiento crítico en la sociedad y su clase dirigente; más tolerancia y conciencia del medio ambiente; un reparto más justo de la riqueza; mejor educación; menos corrupción; un cambio de modelo económico; que la crisis mundial permita hallar un rumbo más justo; más lectura y buenos libros.

En suma, un mundo que nos abochorne menos, porque, al fin y al cabo, lo construimos entre todos.

Hay testimonios conmovedores; otros, polémicos; los menos, nihilistas. No obstante, lo relevante es que los 17 intelectuales sienten que el mundo vive un momento de desmesura y de excesos, y que falta solidaridad real. Esa que nace cuando cada uno se pone en la piel del prójimo.

Inmerso ya en su nuevo libro, cuando todavía se le agradece su reciente novela, El viaje del elefante (Alfaguara), José Saramago transmite -a través de su esposa, la traductora Pilar del Río- que, para 2009, espera "progresos en la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente, así como buenas lecturas", al tiempo que alerta sobre el peligro de "alimentar falsas esperanzas".

El notable escritor y académico de la Real Academia Española (RAE), Antonio Muñoz Molina, espera que "este año la crisis económica sea la oportunidad de cuestionar el modelo insensato de crecimiento económico, basado en el despilfarro de los recursos limitados del planeta, y en el consumo, como valor máximo de una parte del mundo".

El autor de El jinete polaco (Planeta) aboga por que "la izquierda deje a un lado las supersticiones particularistas e identitarias y recobre el discurso de la emancipación universal, la instrucción pública y la responsabilidad personal. Me gustaría, además, que empiecen a tomarse medidas radicales para remediar la degradación del medio ambiente, basadas en el sentido común y el respeto a un mundo que heredamos en préstamo".

Su compatriota, la narradora y periodista Rosa Montero, reclama sin ambages que 2009 "sea menos feroz que 2008. Que, en concreto, seamos más capaces de ponernos en el lugar del otro, que aumente la empatía y la compasión en el mundo. Es decir, la capacidad de sentir con el otro, que es un buen antídoto contra los abusos y las atrocidades" .

Con un toque de humor francés, el ensayista francés Guy Sorman, dice que "no es profeta y el futuro es una invención", por lo que recomienda "ceñirse al instante, lo mejor posible". Yendo al grano, el autor de Made in USA (Emecé), augura "un 2009 productivo para la ciencia, lo que traerá una mejor y más larga vida a la humanidad". Con optimismo, confía en que la malaria se erradicará y se descubrirá la vacuna contra el sida. Y predice que "el avance biotecnológico facilitará al mundo un acceso más económico a los alimentos".

En 2009, agrega, "todos los gobiernos deberían destinar más presupuesto a la resurrección del crecimiento económico. Hay que dejar a los empresarios ser creativos y el crecimiento tendrá continuidad" .

El escritor argentino Abel Posse espera que, este año, "cese la estupidez o la patología por la que la Argentina es hoy un purasangre atado a un carro de cartonero. Espero, para los argentinos, un renacimiento. En lo cultural, aspiro a que los escritores y los artistas nos animemos a sustituir el brillo y la frivolidad por el arte en su sentido mayor". El autor de El largo atardecer del caminante (Emecé) se esperanza con las respuestas que, en lo político, "existen hoy al oxímoron de la república autocrática".

El filósofo Santiago Kovadloff previene sobre "confundir nuestras expectativas de cambio con las módicas posibilidades que brindan 365 días. Lo mejor que podemos esperar, en el orden planetario, es moderación: en la crisis climática, en la política internacional, en lo financiero". Su esperanza es que haya "moderación y templanza, en un mundo que ha caído en una pavorosa desmesura y eso ocasiona desorientació n. En la Argentina, el pensamiento político brilla por su ausencia. Por eso, los progresistas serán quienes promuevan la salida hacia la convivencia y la sabiduría".

Oportunidad para el cambio

La reconocida escritora Luisa Valenzuela, con fina ironía, reclama que en 2009 "el hombre blanco entienda por fin que vivimos en un universo interconectado, cuyo equilibro peligra a causa de nuestros excesos de codicia y ambición de poder. Y que la crisis económica mundial sea una oportunidad para el cambio". Claudia Piñeiro, una verdadera best seller , espera "más pensamiento crítico en cada uno de los ciudadanos, para que los discursos no se nos impongan como verdades reveladas".

Los escritores Mario Goloboff y Edgardo Cozarinsky, con humor agudo, coinciden en la ausencia de expectativas. El primero dice "que no tiene ninguna esperanza" y el segundo que "no espera nada". Claro que, mientras que Goloboff aspira a que 2009 traiga buena literatura, buenas ideas y buena gente a su alrededor, Cozarinsky -con pudor- responde: "Me parece indecente decir que espero llegar vivo a 2010".

Mempo Giardinelli aguarda que "el mundo nos avergüence menos, que tengamos un país más justo, que la solidaridad sea mucho más que un debate con el estómago lleno, y que se escriban mejores libros, en lugar de tantos inútiles". A la postura de Goloboff y Cozarinsky, el ensayista Enrique Valiente Noailles aporta que "en la Argentina, será un año durísimo en lo económico y en completa transición en lo político, con deterioro del kirchnerismo" .

Vlady Kociancich y Elsa Osorio eligen el minirrelato para expresar sus expectativas. La autora de Amores sicilianos (Seix Barral) espera "el fin de la pobreza, de las guerras, de la corrupción de los gobernantes, los políticos, los dirigentes y el comienzo de una sana educación pública, hoy moribunda". En tanto que la autora de A veinte años, Luz (Planeta), luego de quemar el 31 de diciembre una lista con los "No para 2009", elige palabras que son deseos: "Lucidez, memoria, tolerancia.. .cambiar algo, desde lo posible hasta lo imposible. Compartir pasiones, ideas y sentirnos libres de disentir y acordar".

Con Goloboff coincide el reciente ganador del I Premio Internacional Letra Sur, Gabriel Báñez. El escritor platense espera "una reactivación de la lectura, que es más educación y menos analfabetismo. Espero dignidad y no el resabio de una minoría atenta a las últimas novedades editoriales" .

Alvaro Abós reclama que en 2009, cuando la sociedad argentina vote, "barra y borre la corrupción, la desigualdad que hunde al país en su actual decadencia y el inmovilismo político", al tiempo que haya "medidas más eficaces contra la criminalidad y otras lacras, como la muerte de niños por desnutrición" .

El escritor Horacio Vázquez Rial elige atizar el fuego del debate, con predicciones polémicas: "Que Fidel Castro se ausente de este mundo; que Israel tenga éxito contra Hamas y que cese la matanza de cristianos a manos de musulmanes en Asia y Africa. Que la presidenta Kirchner rompa con la línea de amistad con Rusia. Que Obama le haga un poco de caso a Alvaro Uribe". En tono más humorístico pidió que "en 2009, los periodistas argentinos dejen hablar a los entrevistados en la TV y que la profesión de víctima deje de ser una profesión en la Argentina".

Quizá, porque el mundo resulta cada año más hostil, los escritores formulan expectativas que -a la luz de los acontecimientos sangrientos con que comenzó 2009- resultan de ambiciosa realización. De todos modos, si el almanaque no promete cambios inmediatos, hay todavía 361 días para crear las condiciones que los haga posibles. [giecoleon@yahoo. com ]~

Israel

Por José Saramago | © El Cuaderno de Saramago

No es el mejor augurio que el futuro presidente de Estados Unidos repita una y otra vez, sin que le tiemble la voz, que mantendrá con Israel la "relación especial" que une los dos países, en particular el apoyo incondicional que la Casa Blanca dispensa a la política represiva (represiva es decir poco) con que los gobernantes (¿y porqué no también los gobernados?) israelíes han venido martirizando por todos los modos y medios al pueblo palestino. Si a Barack Obama no le repugna tomar su té con verdugos y criminales de guerra, buen provecho le haga, pero que no cuente con la aprobación de la gente honesta. Otros presidentes colegas suyos lo hicieron antes sin necesitar otra justificación que la tal "relación especial" con la que se da cobertura a cuantas ignominias fueron tramadas por los dos países contra los derechos nacionales de los palestinos.

A lo largo de la campaña electoral Barack Obama, ya fuera por vivencia personal o por estrategia política, supo dar de sí mismo la imagen de un padre dedicado. Eso me permite sugerirle que le cuente esta noche una historia a sus hijas antes de que se duerman, la historia de un barco que transportaba cuatro toneladas de medicamentos para socorrer a la población de Gaza en la terrible situación sanitaria en que se encuentra, y que ese barco, Dignidade era su nombre, ha sido destruido por un ataque de fuerzas navales israelíes con el pretexto de que no tenía autorización para atracar en sus costas (creía yo, ignorante redomado, que las costas de Gaza eran palestinas…) Y que no se sorprenda si una de las hijas, o las dos a coro, le dicen: "No te canses, papá, ya sabemos qué es una relación especial, se llama complicidad en el crimen". [cacatazul@yahoo. com ]~

Bolaño frente a Bolaño

Nunca hubiera imaginado Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003) que su obra traducida al inglés forjara a un autor más vital y novelesco. Julio Ortega analiza el balance de The New York Times Book Review, que ha incluido 2666, la obra póstuma del escritor, entre los diez mejores libros del año

Por JULIO ORTEGA | © BABELIA

Roberto Bolaño (1953-2003) solía imaginarse como otro y a veces incluso como él mismo. Pero no había previsto que después de su muerte sería, en inglés, otro Bolaño, y tendría el papel espectacular de una nueva vida. Traducida al inglés en Estados Unidos, su obra ha hecho nuevo camino y ha forjado, en la lectura, un autor no menos novelesco. Como en otro de sus relatos póstumos, nos encontramos con un personaje más vital y libresco que nunca.

La sintonía de un escritor con el lector es uno de los misterios de la vida literaria, pero es también parte de la oferta editorial y las expectativas del mercado. Pero si la fama puede ser un exceso de presencia, que deriva en la saturación y el énfasis; la suerte post mórtem de un autor está hecha de zozobra, entre olvidos reparadores y ceremonias piadosas. Un escritor de éxito no sólo necesita de una agencia literaria sino de una agencia póstuma para la puntualidad de su memoria.

El hecho es que en su balance de los diez mejores libros del año, The New York Times Book Review (14 de diciembre) incluye la traducción de 2666, que Bolaño dejó lista para ser publicada después de su muerte. El entusiasmo con que el novelista Jonathan Lethem la reseñó es proverbial. Compara al chileno nada menos que con David Foster Wallace, el más talentoso narrador de la última promoción, cuyo suicidio a los 46 años enlutó a la comunidad literaria. Valorado ahora mucho más que en vida, resulta tristemente confirmado por la depresión que lo venció: la crónica melancolía de vivir un espectáculo trivial. Sus libros resistieron ser parte del desvalor, pero mucho me temo que su muerte termine haciéndolos más fáciles.

Ya Borges había protestado que Unamuno y Lorca no eran su biografía, ni siquiera sus destinos, sino sus libros. Bolaño, un borgeano callejero, estaría de acuerdo. Pero habría añadido que esos libros los convertían en autores de sí mismos; y en su propio caso, en la mofa de su destino, en la máscara de otra mascarada.

Pero, ¿quién es éste Roberto Bolaño que es leído en inglés como un personaje imaginado por Borges no sin truculencia? En una y otra reseña, comprobamos que es leído como perseguido por Pinochet, como exiliado chileno, enfermo y pobre, pero rebelde, vital y literario, y hasta adicto. Este exceso de biografismo ha creado un Bolaño probablemente menos interesante que sus personajes, meramente real y, por eso, falso. Tanto es así que Andrew Wylie, el más poderoso agente literario contemporáneo (su supuesta pretensión de adquirir la Agencia Carmen Balcells estremeció a las literaturas en español como una amenaza imperial), y su viuda, Carolina López, devota albacea y heredera, aclaran en una carta a The NYT Book Review (7 de diciembre) que Bolaño "no sufrió nunca ninguna forma de adicción a drogas, incluyendo la heroína". Explican que, aunque "ampliamente publicado", ese detalle es inexacto y que el "malentendido persistente" seguramente deriva de que su relato La playa está escrito en primera persona. "Ese relato es en verdad una obra de ficción", confirma Wylie, poniendo a la literatura en su lugar; no en vano entre sus autores se cuenta Borges, cuya obra le debe (soy testigo) cuidado y protección.

No deja de ser novelesco que el agente literario deba intervenir para poner en orden la reputación de su autor. Bolaño habría aprobado esa vuelta de tuerca argumental, digna del humor de Nabokov.

El Bolaño que se lee en inglés no es el mismo que hemos leído en español. No sería la primera vez que en la literatura ocurre un fenómeno equivalente, no sólo porque los libros pertenecen al campo cultural de su producción y consumo, sino porque en la traducción adquieren otra vida, otra función. El ejemplo clásico es el de Poe, considerado un autor menor y de estilo sobredecorado, quien gracias a la traducción francesa de Baudelaire se hizo un autor mayor. Contrario es el caso de Neruda, que en inglés pierde pie. "Me gustas cuando callas porque estás como ausente" al ser traducido convoca irremediablemente lo opuesto: "Cuando hablas, en cambio, estás demasiado presente".

Probablemente el lector norteamericano reconoce en estas novelas una dicción que no le es ajena, y que le permite hacer suya, con apetito local, su riqueza. En inglés no son sólo muy literarias y minuciosas, apasionadas y brillantes; son, sobre todo, vitalistas.

La gran tradición de la prosa norteamericana vitalista, en efecto, ha sido el escenario donde se definen los varios estilos de la ficción característicamente yanqui. El mayor estilista de este estilo es Jack Kerouac, y su On the road, escrita en 1951 y rechazada por 19 editoriales antes de su publicación en 1957, un clásico moderno. Aunque la generación Beat terminó devorada por su biografía popular, sus obras son más serias que la imagen de sus autores, simplificados al punto de darse por leídos, convertidos en mercancía residual. El brillo de esa prosa vivaz, irradiante, fluida, imprevisible, resuena como un conjuro en las páginas de Bolaño.

No es casual que haya escrito tantas biografías que son necrologías (Los detectives salvajes ponen al revés el modelo Vida de poetas); y que el presente se demore en la frase que busca toda su presencia, su vida verbal encarnada. Se dijo que Kerouac frente a Ginsberg parece un "boy-scout del inconsciente" , y que Ginsberg frente a Burroughs resulta otro... Esto es, siempre hay un escritor que va más lejos en los recuentos de una vida radicalmente vivida.

Felizmente, la versión de Bolaño es apasionadamente literaria. [fontanamoncada@ yahoo.es]~

Entre la poesía y el combate

Me siento culpable de ser tan poca cosa, de no tener el poder, de insistir en la poesía, de este apego a decir lo que pienso y no callar las ganas que me traen de que aquellos se mueran de una vez y no saber de que existieron.

Por Jimmy Valdez | © mediaIsla

Ahora que las aguas vuelven a su nivel, que el ahogo no puede más con las paredes de lo indomable, que el rancho arde en sus cimientos y que el mofarnos de lo propio ya forma parte del paisaje, me han declarado involucionado y bachatero, tejedor de hilaridades nada poéticas y poco elegantes, un talento desperdiciado…

La tertulia Agua-Fuerte, sigue su itinerario semanal en el West Village, desde un tiempo hasta el presente, coordinada por la gracia y la razón de Omelino Bermúdez, escritor y amigo mejicano que haciendo uso de sus instintos recobequeros pasó de cocinero de línea y alguacilete de patio al comando exclusivo de uno de esos barcos piratas que nutren de Sardinas y Mero enflusado a la delicatesen gastronómica de la ciudad más diversa del mundo.

En los últimos seis meses he asistido en apenas dos ocasiones a la mentada actividad literaria. Siempre encontrando nuevos integrantes y viejos fantasmas del asedio, amigos y camaradas del purgatorio y casos en las que he tenido que respirar por la herida ajena y casi matar.

Bien, en estas dos ocasiones me han llamado bachatero y poeta sin estilo, embaucador sin atributos, titiritero y degradado pelafustán que desde la orilla de la acera ha pasado a la cuneta y luego al sifón, una mie-rda que se cita así mismo, que utiliza sus propios versos como epígrafes y por lo tanto, poeta sin trabajo e investigación, sin background y sin adeptos… Mi poesía no pasa.

Desde hace un tiempo no escribo versos políticos, me inclino por la sexualidad y lo ocurrente, por lo común del bar, por el asco que causa la Maruja, por la revolución del amor susodicho y por lo sencillo que me resulta decir las cosas complicadas con naturalidad de acertijo… Me importa una cáscara de mango banilejo el purgante que les causo!

No requiero de citar a Kafka, para mentarle la madre a la primer ministro israelí, asesinos cobardes y gestores genocidas de la masacre en Gaza. No me hace falta leer a Borges, para saberme comprometido con la verdad y el derecho a la autodefensa del pueblo palestino, no necesito de mencionados intelectuales y de obras maestras para saber que el mundo está roto, que el gobierno norteamericano y no las gentes del pueblo patrocinan holocaustos, asesinan dirigentes, roban libertades, mienten y corrompen sin la menor discreción, se burlan del mundo y para colmo señalan como culpables de sus bajezas e intrigas a los pocos dirigentes dignos que aún le quedan al mundo aldealizado.

Mi poesía no necesita defensa, menciono el hecho por apego a la regla primaria de mi obra, todo escrito debe tener un "porque" que le justifique. Yo quisiera contribuir a la humanidad desde la similar trinchera, pero ser menos cobarde, dejarlo todo de ser necesario, sin apegos a los hijos, a la mujer, a la madre, para luchar por los hijos, la mujer madre y los hombres que han venido siendo mutilados, asesinados y desaparecidos por los hijos de pu-tas detrás de los controles misilísticos y económicos que desde siempre nos han dicho que otros son los culpables.

Anoche he visto unas fotos sobre EL GENOCIDO en Gaza, y he dudado de la existencia de Dios. [valdezjalish@ gmail.com ]~

Che "El argentino"

Director Steven Soderbergh. Guión: Peter Buchman. Duración: 131 min. Países: Estados Unidos, España y Francia. Reparto: Vinicio del Toro, Demián Bichir, Vladimir Cruz, Rodrigo Santoro, Sandina Fernández Moreno, Jorge Perugorría y Luis Alberto García. Sinopsis: Recorre desde el encuentro del Che con Fidel en México y la guerra en la Sierra Maestra, intercalando imágenes de su intervención en Naciones Unidas, así como una entrevista que le concedió a una periodista norteamericana en 1964.

Por Luis Beiro | © Ventana


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A pesar de su indudable tono menor, "Diario de motocicleta" (Walter Salles, 2003) sigue siendo una obligada referencia en la historia del cine para entender el papel del arte frente a la biografía del supuesto héroe o villano. Su director, con independencia de la magnitud de la obra literaria de la que parte (el diario de Alberto Granado), armó una película que respira credibilidad por los cuatro costados. En ella, nos presenta a un Che Guevara que, sin dejar a un lado su efervescencia "revolucionaria" , es capaz de llorar, bailar, emborracharse, seducir a la mujer de un infeliz mecánico automotor y hasta de mostrarse destruido y extenuado después de nadar unos cuantos kilómetros nocturnos. La visión que Salles nos regala de Guevara no se corresponde con el superhéroe que siempre tiene la razón. Con independencia de las discrepancias ideológicas que puedan mantenerse contra el protagonista, en este filme existe un ritual de humanidad porque, a todas luces, el hombre aparece como tal, sin rasgos sobrenaturales ni paradisíacos.

Pocos ejemplos como este se pueden advertir en los distintos filmes que hasta el presente han tocado la vida o fragmentos de la vida del médico argentino. En 2005, Josh Evans, hijo del mítico productor Robert Evans ("The Kid Stays in the Picture") realizó una mimética estampa de este personaje en su filme "Che", el cual se distinguió por un guión superficial y desordenado que nos trasporta a flor de piel a los años de Sierra Maestra, desde el desembarco del Granma hasta la llegada de "los barbudos" a La Habana, además algunos episodios "turísticos" relacionados con su muerte en Bolivia. No vale la pena detenernos en volver sobre las manchas de este festinado bodrio que hubiera sido rechazado hasta por el propio Guevara, de salir de tu tumba. Si lo mencionamos es para descubrir hasta qué punto el cine sigue siendo usado por algunos como mercado ideológico para la satisfacción "intelectual" . "The Lost City", de Andy García, constituye el mismo bodrio, pero a la inversa. El famoso actor cubano manipuló una obra literaria de su compatriota Guillermo Cabrera Infante para adecuar otro mimetismo a la figura de Guevara, esta vez como héroe negativo, sin aristas, desgarraduras ni transiciones en tiempo y espacio que justifiquen un punto de vista artístico, labor primordial de todo director que se respete.

Todas estos lamentables ajustes de cuentas extraculturales fueron manipulados por el cine para crear una figura de Guevara a imagen y semejanza de las simpatías de sus realizadores, muy ajena a lo que el arte admite y permite, con sus códigos y leyes.

Recientemente, un artista norteamericano de la categoría de Steven Soderbergh ("Sexo, mentiras y cintas de vídeo" (1989); "Traffic" (2000) y "Ocean eleven" (2001), "The good german" (2006) y "Solaris" (2002), entre otras), ha tocado la figura de Guevara en una maratónica producción de casi 5 horas de duración y que ha provocado candentes debates y protestas en los dos extremos ideológicos que aplauden o escupen la memoria del personaje. Mientras que, en el medio de esos encontronazos nos movemos, no sin cierta dosis de asombro, los que acudimos al cine simplemente con menos pretensión: Somos esos tontos que todavía andamos en busca de un espectáculo que nos ayude a crecer como personas a partir de la belleza, con historias auténticas, creíbles y no manipuladas.

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A partir de 1895, cuando los hermanos Lumiére "fabricaron" una versión manual del cinematógrafo, se hicieron a la calle para comenzar a filmar secuencias de la vida cotidiana, tales como la salida de los obreros de una fábrica, o la famosa llegada del tren a la estación, que produjo pánico entre algunos espectadores al creer que la locomotora se les venía encima.

Si bien más tarde los Lumiére experimentaron con pequeñas puestas en escena para la cámara, la mayoría de su obra tuvo que ver con la producción y comercializació n de piezas que si bien estaban más cerca del periodismo que de otra cosa, fueron las bases sobre las que se asentó el género que más adelante se convertiría en el documental.

Durante las primeras décadas del siglo XX, el documental, como género ocupó las pantallas cinematográficas del mundo con filmes memorables. Pero a medida que el público comenzó a verse seducido por el cine de ficción, el documental perdió su lugar de privilegio en las salas comerciales. Sin embargo, ello no ha sido óbice para que se continúen filmando películas que toquen de manera directa los graves problemas de afectan el mundo de hoy a partir del discurso y la experiencia personal de sus principales protagonistas.

El cine documental no sólo permite el mimetismo, sino que puede glorificar al héroe sin exigirle al director mayores contratiempos. Puede, incluso, no presentar contrastes y utilizar la manipulación informativa sin que el espectador se de por enterado. Pero en el cine de ficción, esto es imposible porque el protagonista necesita el cambio de colores de manera obligada para gozar de cierta credibilidad.

La figura del Che Guevara ha sido llevada al cine documental hasta el presente con más devoción que objetividad, no por fanatismo o digresión pasional de sus realizadores, sino porque su legión de admiradores ha tomado por asalto el celuloide para incrustarlo en la posteridad a partir de sus rasgos positivos. Sin embargo, por constituir un tema del pasado reciente, la figura del Ché tiene muchas aristas aún por descubrir. Testimonios de su vida, relatos de familiares, amigos y compañeros de armas han presentado versiones de trascendencia humana que si bien responden a estructuras fílmicas horizontales, acercan al espectador a una figura mítica que, con el tiempo tendrá una "verdad" mucho más abierta.

"Che, el argentino", la primera parte del extenso filme de ficción del norteamericano Steve Soderbergh, tiene indudables puntos de contacto con el cine documental tanto a la hora de conformar el perfil psicológico del protagonista como al incluir elementos técnicos de reconocida eficiencia. El director sacó adelante un guión que fabricó un prototipo de personaje hecho de virtudes solamente.

El Che Guevara de este filme, es demasiado rectilíneo: puro, inmaculado, justiciero y hacedor de bondades de principio a fin. Con tales pretensiones, la ficción como género cinematográfico pierde su eficacia inventiva para caer en la glorificación heroica, característica propia del documental que, como propuesta artística que no tiene por qué detenerse en el cambio de colores de sus protagonistas. Al igual que los Lumiere, Soderbergh, se lanzó a la calle con su "cinematógrafo manual", a filmar también un tren que le venía encima a los espectadores. Pero a diferencia de los hermanos franceses, el director norteamericano evitó cualquier roce con la magia de lo desconocido y se limitó a repetir el impacto de la locomotora contra los corazones asustado, como si viviera una aventura de capa y espada, al estilo del siglo XIX. Dicho de otra forma, evita cualquier desvío de la perfección humana con que traza a su personaje.

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Che "El argentino" cae, por su propio peso, en la clasificación de "película anecdótica" y por tales causas, su estudio debe ser enfrentado a partir de los resortes y las peculiaridades propios de esa manera de hacer cine que, entre otras virtudes, contiene una marcada obsesión por el desarrollo de la trama sin tomar en cuenta el desarrollo psicológico de los personajes. Lo anecdótico no necesariamente conlleva a la aventura, pero sí se acerca con bastante exactitud al estereotipo.

No busque, pues, el espectador una cinta con un Che Guevara de carne y hueso que lleve, de forma paralela a sus virtudes, la consagración de su batalla interior con su otro yo. Por el contrario, el guión fue elaborado a partir de parlamentos breves, frases absolutas, momentos cortantes, polémicas a flor de piel y una manía de santificar a un personaje que en vida odió ser santificado. ¿Ejemplos?: La ingenuidad amatoria del protagonista durante su permanencia en la Sierra Maestra, la ligereza al calificar como "bandidos" al excomandante Eloy Guitérrez Menoyo y su tropa, o la manera rimbombante de tratar la figura del comandante Camilo Cienfuegos, asignándole un "cubaneo" desmedido en su dicción como para recalcar como aspecto negativo en su conducta una procedencia y formación "populista", con visos de mala educación.

Sin embargo, los mayores asombros aparecen en la concepción cultural de esta película como obra de arte que pretende llamar la atención a partir de las palabras tanto dentro como fuera del campo de batalla. Palabras, gesticulaciones, tonalidades vocales, consignas, lecciones "morales" y demás recursos extraculturales que parecen salidos de una cartilla de marxismo o de una escuela de superación personal.

El carácter de inmediatez con que Soderbergh decidió presentar a Guevara es otro elemento anecdótico que impide que el lenguaje visual de su discurso cinematográfico pase a un plano protagónico. La voz en off del protagonista durante su entrevista "ficticia" por una periodista norteamericana (fechada en 1964), así como su discurso en Naciones Unidas y su polémica con los representantes de Nicaragua, Panamá y Venezuela en el referido foro, hacen unas veces de banda sonora y otras de "música de fondo" que de manera incontrolada martillan en la memoria del espectador, hasta el aburrimiento por su marcada premeditación ética. Son textos ubicados a manera de "subtítulos" sin aires, tonos, intrigas o elementos artísticos que a manera de ruptura nos hagan sentir la importancia de ser respetados como espectadores. Igual sensación producen muchos diálogos "radio telegrafiados" , tanto por su brevedad como por la absolutez de su contenido.

Soderbergh quiso abarcar en una sola obra las aristas de la guerra de Cuba y de uno de sus protagonistas y se quedó corto. Lo único que consiguió fue reconstruir un episodio heroico a partir de sus elementos externos. Soderbergh ha intentado tocar hechos, combates, personajes e historias que por si solas merecen mucho más reflexión que estereotipo, debido a su riqueza de matices. Pero en su película decidió aferrarse a elementos que privilegian el dominio de las palabras por encima de la imagen. La película contiene otros "dominios" que de manera caprichosa el director no pudo eliminar de su guión, como son la solemnidad por encima de la invención, la manipulación ideológica sobre la verdad histórica, la distorsión caprichosa de los acontecimientos (el asalto al tren blindado en la Batalla de Santa Clara, por ejemplo), el mal manejo de las fuentes documentales y un criterio caricaturesco en la dirección de actores lo que trajo como consecuencia la conformación de personajes distantes, deformados, y a todas luces presentados, como si subieran a la pasarela en un desfile de modas. Soderbergh quiso hacer con el Che lo mismo que en "Ocean eleven". Pero la guerra cubana fue algo mucho más complejo que una historia de "sexo, mentiras ni cintas de vídeo".

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Benicio del Toro encarnó a Guevara a partir de sus rasgos externos. En esa tarea, contó con el apoyo de Steven Soderbergh, quien no solo se encargó de cuidar personalmente toda la parafernalia estética del personaje, desde sus menudos bostezos hasta sus miraditas de soslayo, sino que se esmeró en "preparar" los escenarios adecuados para que el actor boricua se "exhibiera" ante el mundo con un "toque de distinción" similar al que portaba el Guerrillero Heroico. En ese sentido hay que reconocer que ambos profesionales trabajaron para proyectar esa figura "homérica" del personaje.

En defensa de este filme se pudiera marcar su perfil bélico que obliga, hasta cierto punto, a reducir todo lo que no tenga que ver con los gritos, cuadraturas y pinceladas simbióticas. No hay dudas de que Soderbergh supo proyectar el mundo de la guerra irregular en los supuestos escenarios elegidos para reproducir el ambiente "selvático" de la Sierra Maestra cubana de los años 50. Su cámara se encarga en recoger esos retazos anecdóticos en detrimento de la verdad histórica. Pero no debemos olvidar que nos encontramos ante una obra de ficción de la cual solo vamos a captar la capacidad inventiva de su director, quien acudió al recurso del metraje excesivo para no dejar de tocar cada uno de los motivos que lo inspiraron a enrolarse en esta aventura cinematográfica. Su cámara, creativa a veces y reiterativa en otras, más que ofrecer un producto artístico prefiere reproducir la intensidad del momento, al precio que sea necesario.

Soderbergh, que en sus cintas anteriores se había destacado como un maestro de la fotografía, recurre aquí a estereotipos ampliamente superados en el cine de hoy para tratar de fijarlos –desde diversos ángulos- en la memoria del espectador, como la cena con Castro en México, cuando la imagen del líder se capta a través del espejo que yace frente de la mesa, o cuando Guevara , completamente de espaldas y visualizado solamente a partir de su brazo, antebrazo, mano y parte de su pierna, deja escuchar el tono enérgico de su voz castigando al indisciplinado soldado que por dormir no se percató del incumplimiento de la guardia, o cuando las imágenes del discurso en la ONU o de la periodista que lo entrevista, se observan a través del televisor, en blanco y negro (al igual que todas las secuencias ajenas a la guerra) a manera de distanciamiento y como forma de convertir al espectador en testigo visual de otra época a través de los elementos técnicos del momento. Pero no nos dejemos engañar. Estas técnicas son solo balas de salvas lanzadas al aire, con las que Soderbergh pretende "perfumar" la naturaleza de un filme donde abundan las bocanadas de humo, los vasos con agua, las lecciones de marxismo, los ataques de asma, la guapería barata, los parlamentos "recitados", las miraditas desafiantes y otros rasgos convencionales, que manipulan los acontecimientos que se narran.

Soderbergh y Del Toro han logrado crear, con un respeto que roza las simpatías ideológicas, un material didáctico de debate y formación política que puede ser un útil instrumento de propaganda, similar al uso de la imagen bíblica de Guevara que, a partir de la famosa foto de Alberto Korda se instala como material souvenir en camisetas, afiches y calcomanías. Pero, lamentablemente el cine, para bien o para mal no ha sido, no es, ni podrá ser nunca eso. [luisbeiro@yahoo. com]~

Éramos casi privilegiados. .. pero no lo sabíamos.

Por Tiberio Castellanos | © MEDIAISLA

Mi compueblano Checheo y yo, hemos descubierto, recientemente, con gran alegría, que todo lo que comíamos en el Pimentel de nuestra infancia era organic. Pero eso, nosotros lo ignorábamos completamente. De no ser así, me parece que nos hubiéramos dado, ante extraños, esa importancia que se dan hoy algunos recién llegados al mundo de la fama y el dinero. Sí, nos perdimos el chance de echar ese "plante". Nos lo perdimos.

Y se perdió también la oportunidad de que exportáramos a otros pueblos y países, ese delicioso Lactomaró que allí producíamos, con una etiqueta que dijera así: Elaborado en Pimentel, en los calderos de Doña Lidia Pichardo, con leche y otros productos organic de la zona.

La carne vacuna que consumíamos era de una ganadería que no conocía las hormonas de crecimiento. Efectivamente, ese ganado era sólo vacunado contra la fiebre Aftosa. Por otra parte, esas vacas sólo comían yerba. No se usaban con ellas alimentos balanceados, ni mucho menos se les daba a esos rumiantes ciertos raros alimentos como aquellos, que según se dice, provocaron el Mal de Las Vacas Locas. Lo más extraordinario que se hacía con el ganado de esa zona donde vivíamos, era, durante alguna gran sequía, y mientras volvían las lluvias, llevarlo por algún tiempito, de vacaciones, a alguna gran finca de Arenoso, donde la yerba estaba siempre verde. Arenoso y sus alrededores, era entonces, la zona de mayor pluviosidad del país. Yo espero que eso, como algunas otras pocas cosas, tampoco haya cambiado.

El artificial pollo de granja, que ni duerme; ni sube al árbol; ni pica las yerbitas; ni toma el sol; ni escarba buscando semillitas y alguna que otra porquería; y que está, día y noche, como un imbécil, comiendo su concentrado alimento, no lo conocíamos entonces. Comíamos la gallina criolla o de patio, sabrosa y con mucho menos grasa y además organic. Fue con esta gallina criolla, y no con el pollo de granja, que ingresó en nuestra tradición culinaria ese sabroso plato que conocemos como arroz con pollo.

Para la agricultura de la zona, no se conocían ni los abonos químicos, ni los insecticidas o pesticidas. ( Sí, más tarde llegó el DDT, ese maldito producto químico, que estuvo haciendo daño hasta que, finalmente, fue prohibido). El arroz y los frijoles, de obstinada presencia en la mesa dominicana, se cultivaban en secano y se consumían frescos. No había necesidad de fumigarlos. Ni tampoco se tenían silos ni almacenes para esos fines. Los canales de regadío llegaron bastante más tarde a la zona de Pimentel.

En cuanto a las viandas, yuca, yautía, batata y otros, se seguía el mismo patrón, y eran también organic. Recuerdo que a la batata de la zona la atacaba a veces el Piogán, contra el cual no se conocía ningún remedio. En ese caso, se traía batata de Moca. Parece que allí, el microclima o alguna característica química de aquel suelo no eran favorables a esa plaga. Hablo de la entonces tierra de la yuca Machetazo y de la piña Pan de Azúcar.

Otra cosa que hemos descubierto aquí, recientemente, Checheo y yo, es que la música que allí oíamos era toda ella acoustic. Sí, las guitarras de Luís Consumo, Bienvenido Brens y Luís Kalaf eran, precisamente, guitarras acoustic, aunque nosotros no lo sabíamos. Y las voces y guitarras que usábamos en las serenatas eran también acoustic. Y en el elegante y exclusivo Club Pimentel, Inc. se bailó durante mucho tiempo con un sexteto acoustic: dos guitarras, un tres, una marimba, la clave o palitos y las maracas. Y claro, las tres voces típicas del sexteto, primo, dúo y falsete. Un abrazo, Tiberio [tcastellanos26@ yahoo.com]~

Puertas y ventanas

Resumen 2008

2008: En el año en que quebró la economía, recuerda los acontecimientos más importantes y a sus protagonistas Léelo aquí

No sólo best Sellers

Consulta el ranking con los escritores de ficción más famosos en Internet. Léelo aquí

Puro Miles Davis

Kind of blue' es uno de los mejores discos de la historia. Una obra maestra enigmática y sensual con la que Miles Davis reinventó el jazz. Cincuenta años después, se reedita un clásico imprescindible. Léelo aquí

Esa mujer de Rodolfo Walsh

Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: Esa mujer, por el autor argentino Rodolfo Walsh [1927-1977]. Pulse sobre el título para leer el cuento en CiudadSeva.com.

Un lugar llamado Oreja de Perro

Un artículo sobre la última novela de Iván Thays: Un lugar llamado Oreja de Perro. Feliz año nuevo para todos y un fuerte abrazo. Martín Palma Melena http://cartanautica .blogspot. com/ http://dossierpalma melena.blogspot. com/

Diccionario cultural del Caribe

Este diccionario está destinado sobre todo a estudiantes y también a un público más amplio, a todos los que quieren familiarizarse con la riqueza cultural del Caribe. No se trata de competir con las enciclopedias, los libros de historia o de literatura, ni con las guías turísticas, sino de proponer un enfoque esencial de un mundo que permanece mal conocido.

Los autores son conscientes de que tal empresa implica elegir temas, actos y personas, lo que supone lagunas, olvidos voluntarios o involuntarios y que algunas rúbricas merecerían una descripción más amplia.

En efecto, redactado con el mismo espíritu que los anteriores diccionarios (España, América Latina, Francia), este diccionario es una iniciación que no puede profundizar cada tema como se lo merecería, y solamente tiene la pretensión de abrir perspectivas y por primera vez reunir culturas que ya tienen una larga historia común.

Los miembros de la Asociación de Estados del Caribe son: Antigua y Barbuda, las Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Granadinas, El Salvador, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela.

Los miembros asociados de la AEC son Aruba, Francia (a título de la Guyana, de Guadalupe y de Martinica), las Antillas neerlandesas y las islas Turcas y Caicos.

Añadimos a esta lista la isla de Puerto Rico que se encuentra en la zona del Caribe. Con respecto a México, Colombia y Venezuela, ya tratados en el diccionario América Latina, consideramos estos países solamente en función de su "fachada" caribeña. Remitimos a este mismo diccionario para algunas entradas. Pedro Ureña Rib. Prur2@wanadoo. fr

La Iguana 107, la última del 2008

Por un año más que estaremos juntos, resistiendo poéticamente. A todos los que acompañaron y acompañan al saurio, muchas gracias, y los mejores deseos de que siempre sigan los caminos que tengan corazón. revlaiguana@ yahoo.com. ar

Y los Premiados en el 5to Certamen Literario son.....

Con gran placer aunciamos el veredicto del Jurado - que arduamente ha trabajado a tal fin - en el 5to Certamen Literario de Cuentos www.pfdb.com. ar A todos les agradecemos su participación, su apoyo y su paciencia. A todos hemos disfrutado en la lectura. A todos muchas gracias!!! Para ver los cuentos y escritores premiados y finalistas en el 5to Certamen Literario visita por favor www.pfdb2.com. ar

Dos notas sobre una nota del 1105

En nuestro anterior resumen, se reprodujo la nota 50 años de revolución, tomada de la Revista Ñ del Clarín de Buenos Aires. La misma, provocó la atención de dos fieles habitantes de mediaIsla que saludamos y reproducimos. Tanto a ellos como a nuestros distinguidos habitantes, les invitamos a comentar y abundar sobre los temas que consideren de interés. Gracias por continuar un año más en el camino.

I

Deseo expresarles mi gratitud por su labor encomiable desde todo punto de vista. No solo es una magnifica fuente de información mediaIsla, sino que viene a ser una cuya objetividad le hace independiente, con lo que logra una información veraz y más aun confiable. Trabajé en el ICAIC, antes de salir del país, y su escrito sobre la forma en que la Revolución manejó el tema de la cultura en general y el cine en particular, me ha impulsado a escribirle esta nota.

Así ha sido en efecto la situación cultural por varias décadas, lamentablemente, ahora bien, parece existir una tendencia a apertura parcial, no puede ser de otra manera dentro de aquel contexto, y esperemos que la juventud que surge con una mayor amplitud y conocimiento de la realidad, socio-político- cultural y de la necesidad de ser verdaderamente "realistas" permita una liberación de las artes en general. Es posible que la experiencia de otros países con el mismo sistema, le sirva para aprender y corregir los errores que acarrean los dogmatismos de cualquier género. Atentamente, Roberto B. Rosado

II

Ante todo felicidades y un fuerte abrazo. Me leí el artículo "50 años de cine en la Revolución" que reproducen del periódico el Clarín. Tiene una sarta de inexactitudes y disparates que, en vez de aportar, contribuyen a deformar la imagen del cine cubano. De entrada, Antonio Navarro no es cineasta, ni se llama Antonio. La novela El caballo de Mayaguara fue escrita por Osvaldo Navarro, un poeta cubano de mi generación que falleció hace un par de años en México, producto de un infarto masivo y que su familia vive en Miami actualmente. La obra fue llevada al cine, pero él no tuvo que ver nada con la película, versión que se hizo fuera de Cuba. él solo aportó los derechos. Además... bueno, es mejor ni comentar, parece que ese periodista no se documentó lo suficiente a la hora de sentarse a escribir. Un abrazo, Luis Beiro

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más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.

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René Rodríguez Soriano

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