PRD, carta de juego del PLD
Rosario Espinal
Al igual que en elecciones anteriores, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) utiliza en la campaña actual el miedo para descalificar al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y convencer al electorado de que reelija al PLD.
Leonel Fernández escogió la frase “memoria contra el olvido”, y Danilo Medina dijo en su proclamación que “la patria no es un chiste” en alusión a Hipólito Mejía.
Para el PLD, esta estrategia fue efectiva en las elecciones de 2004, 2006 y 2008. En el 2010, aunque el PLD arrasó en las posiciones congresionales, el PRD lo sobrepasó en votos obtenidos sin contar aliados.
Eso, junto a las evaluaciones negativas del gobierno en encuestas recientes, muestra que el electorado dominicano está listo para un cambio de gobierno.
El obstáculo principal ha sido la incapacidad del PRD, principal partido de oposición, para desarrollar una nueva visión política y un nuevo liderazgo. De ahí que el PLD pueda seguir asociando al PRD al caos, la desconfianza económica y el deterioro institucional.
De 2004 a 2008, este discurso peledeísta tenía recepción en todas las clases sociales. Ahora se asienta más en los grupos de clase media y media alta. Los más pobres y más jóvenes, hastiados de no ver cambios, comienzan a deslizarse hacia el único partido de oposición con posibilidades de triunfo electoral: el PRD.
Bajo la dirección de Miguel Vargas, el PRD se convirtió en un partido sin energía vital, pasó a ser un partido cuasi-corporativo. Esto facilitó el resurgimiento de Hipólito Mejía, un político de trato llano y más afín a la tradición populista-clientelar perredeísta.
Las elecciones de 2012 representarán una fuerte confrontación de clientelas entre el PLD y el PRD. Los que están en el poder lucharán por quedarse, y los que no están y desean estar intentarán ganar.
En esa lucha, el PLD como partido gobernante buscará afianzar su base clientelar a través del presupuesto nacional. Será un clientelismo de hecho. Hipólito Mejía, por su lado, hará ofertas clientelistas a futuro como la controversial condonación de deuda a los arroceros.
Si la lucha fuera sólo de clientelas ganaría el gobierno porque cuenta con más recursos y puede ofrecer beneficios inmediatos. Pero las elecciones casi nunca se ganan exclusivamente con clientelas. Hay un segmento importante del electorado que vota por otras razones.
En las elecciones dominicanas del próximo 20 de mayo, las principales razones serán el miedo y el hastío.
El PLD utilizará el miedo para debilitar al PRD. Es su principal carta de juego. El PRD, por su parte, aumentará las críticas para azuzar el hartazgo hacia el gobierno peledeísta de ocho años consecutivos, y remachará que Danilo Medina es más de lo mismo.
Si el PRD hubiese elegido un candidato o candidata de novedad e impacto, menos constreñido por el pasado, ganaría con facilidad las elecciones de 2012, porque la mayoría del electorado se cansó del PLD. Por eso ha bajado en las encuestas recientes el porcentaje de la población que se identifica con ese partido, y por eso tanta gente ha dicho también en las encuestas que el país va por mal camino.
Hipólito Mejía sacó el PRD de la abulia en que se encontraba y mantiene su partido en la delantera en las encuestas, pero encarna el recuerdo de la crisis económica de 2003-2004, y por eso, es blanco de ataque del PLD. El éxito de esta estrategia peledeísta dependerá de cuán hastiado esté el pueblo con el gobierno.
Si predomina el miedo gana el PLD, si predomina el hastío gana el PRD.
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