SANTO DOMINGO, RD
MARZO 19, 2012.
Descubierta la conjura montada alrededor de la Junta Central Electoral, para desconocer los resultados electorales que a todas luces, y el oficialismo lo sabe, les serán adversos, como táctica han iniciado una campaña mediática que busca golpear primero, antes que sean denunciadas la cantidad de fraude que se les han ido descubriendo y de la que sólo una proporción ínfima se ha enterado la población.
Empero ya una parte de los organismos internacionales relacionados con lo electoral sí conocen lo espurio de cómo ha estado accionando la mafia morada que enrolla un trompo con dimensiones que tocan el ámbito electrónico, con manipulaciones en el padrón, dislocando las mesas donde corresponde votar a sufragantes anti PLD.
Cambiando las fotos del padrón para que no coincida con las cédula de identidad y electoral ni con el último padrón que se les entregó a los partidos; incluyendo nuevos votantes después del cerrado el padrón; habilitando muertos para asignarle esa cédula a personeros del partido de gobierno.
Y si a esto se suma un plan de “bypass” a la transmisión de los “scaners” para que los resultados que lleguen a la JCE sean diferentes a los de las actas generadas en las mesas de sufragio, con el objeto de dar unos cómputos que nunca aclararán, dando como “fait accompli” datos que buscarán validar con subterfugios legales.
Con un Tribunal Superior Electoral que funciona como un comité del oficialismo, como todas las altas cortes que recién se abrogó el neodictador a través del Consejo Nacional de la Magistratura hecho a su medida. Cosa de la que dieron señales recientemente aprobando alianzas ilegales de partidos con el PLD, mientras desconocieron varias alianzas de partidos que reúnen todos los requisitos legales en sus pactos con el PRD.
Y para rematar el presidente de la JCE Roberto Rosario, tomar acciones en centros de votaciones donde el PLD se sepa perdido y conseguir que esos votos no se cuenten, como ya hizo en las elecciones congresuales del año 2008, con los votos de la junta municipal de Oviedo, donde no fueron contados los votos que daban ganador al senador postulado por el PRD en Pedernales.
Registren a quienes no invitaron a la última reunión de la Junta Central Electoral y sabréis si hay o no trama contra estos.
Se saben perdidos ante la voluntad de cambio de las y los dominicanos que han consignado sus esperanzas en la candidatura del ingeniero Hipólito Mejía, que ni mató ni robó, y que en esta, la segunda oportunidad que ha pedido al pueblo y éste le ha concedido, hará una gestión ejemplo del desarrollo humano, de la competitividad y del rescate ético y construirá “para todos, un mejor país”.
Es hora de liberarnos de la corrupción rampante que transparencia internacional nos escupió recientemente en la cara al señalar al país como campeón de la corrupción y el peor en transparencia, verbigracia la corrupción y endeudamientos a lo que han sometido al país los gobiernos de Leonel Fernández y el PLD, que en siete años han sido la mayor en toda la historia de la historia de lanación.
El alto costo de la vida, la inseguridad, el desastre de los indicadores en Educación y salud, el déficit de viviendas, la destrucción del aparato productivo nacional, la falta de empleo dignos y formales, la voracidad fiscal, el crecimiento de las importaciones en beneficio de un reducido círculos de amigos y funcionarios del ejecutivo, los feminicidios y carencia de paridad de género, como toda suerte de ignominia los llevó a la desafección de los ciudadanos. Nadie los quiere. Se van.
No saben qué hacer, con candidatos impopulares, con el destape de escándalos internacionales de los tentáculos de la asociación gobernante.
Se saben descubiertos, están desesperados, muertos de miedo, con el mayor hándicap en un Hipólito Mejía con las testosteronas abundantes para que no le sea escamoneado el triunfo al pueblo dominicano y su derecho al cambio.
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