Casa Blanca aumenta oferta de ayuda para otro cheque de $1, 200 y reanuda conversaciones con Pelosi
WASHINGTON (AP) – La Casa Blanca está impulsando su oferta el viernes en las negociaciones de ayuda COVID-19 con la esperanza de un acuerdo antes del día de las elecciones, incluso cuando el aliado republicano más poderoso del presidente Donald Trump en el Senado dijo que es poco probable que el Congreso entregar alivio para entonces.
Trump el viernes se dirigió a Twitter para declarar: “Las negociaciones de ayuda de Covid están avanzando. ¡Ve a lo grande!» Un importante asesor económico dijo que el equipo de Trump estaba aumentando su oferta antes de una conversación del viernes entre el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Los dos hablaron durante más de 30 minutos el viernes por la tarde, dijo el portavoz de Pelosi, Drew Hammill.
Un asistente del Partido Republicano familiarizado con la nueva oferta dijo que es de aproximadamente $ 1.8 billones, con un componente clave de alivio fiscal estatal y local que se mueve de $ 250 mil millones a al menos $ 300 mil millones. La Casa Blanca dice que su oferta anterior más reciente fue de aproximadamente 1,6 billones de dólares. El asistente solicitó el anonimato porque las negociaciones son privadas.
«Me gustaría ver un paquete de estímulo más grande que el que ofrecen los demócratas o los republicanos», dijo Trump en el programa de radio de Rush Limbaugh el viernes. A principios de esta semana, Trump arremetió contra los demócratas por sus demandas sobre un proyecto de ley de ayuda.
La oferta pública más reciente de Pelosi fue de aproximadamente 2,2 billones de dólares, aunque eso incluyó un aumento de impuestos a las empresas que los republicanos no aceptarían.
Pero el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo a una audiencia en Kentucky que no ve un acuerdo que salga pronto de una situación «turbia» en la que los participantes en las negociaciones están codando por una ventaja política.
«Me gustaría vernos superar eso como lo hicimos en marzo y abril, pero creo que es poco probable en las próximas tres semanas», dijo McConnell. McConnell dijo más tarde que «el primer elemento de prioridad del Senado es la Corte Suprema», sugiriendo que no hay tiempo para procesar un proyecto de ley de alivio de COVID y la nominación de la jueza Amy Coney Barrett antes de las elecciones.
Habló después de que Trump aparentemente dio un giro de 180 grados, empoderando a Mnuchin para reanudar las negociaciones con Pelosi, demócrata de California, sobre un paquete de ayuda para el coronavirus más amplio e integral a pesar de haber cancelado las conversaciones unos días antes.
El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo a los periodistas el viernes que «los acontecimientos son positivos» y que «la oferta y la oferta se han reducido» antes de la conversación telefónica del viernes entre Pelosi y Mnuchin.
McConnell sigue siendo escéptico de que se pueda concretar un acuerdo, y ha emitido advertencias privadas de que muchos republicanos del Senado se opondrán a un acuerdo en el rango que busca Pelosi.
«Necesitamos otro paquete de rescate», dijo McConnell. «Pero la proximidad a las elecciones y las diferencias sobre lo que se necesita en esta coyuntura particular son bastante amplias».
Más tarde el viernes, durante una aparición en Tompkinsville, Kentucky, McConnell dijo: «No sé si obtendremos otro paquete (de alivio de virus) o no».
Los comentarios de McConnell coronaron una semana tumultuosa en la que Trump envió señales contradictorias e hizo demandas inviables. El martes, ordenó el fin de las conversaciones de una semana después de que le dijeran que pocos republicanos en el Congreso terminarían votando por un posible acuerdo Pelosi-Mnuchin.
Después de recibir un retroceso por esa decisión, Trump buscó reactivar las negociaciones el jueves. Sin embargo, incluso cuando Mnuchin estaba volviendo a comprometerse con Pelosi, el personal de la Casa Blanca, que trabajaba bajo el mando del jefe de gabinete Mark Meadows, un negociador clave, estaba emitiendo demandas de un paquete más pequeño lleno de las prioridades de Trump.
Todo esto se produce cuando Trump se desliza en las encuestas y se ve marginado por su infección por COVID-19. La Casa Blanca tiene poco personal y se ocupa de las infecciones entre sus empleados. Y el presidente y Pelosi se están atacando mutuamente la salud mental.
Que las conversaciones no iban a ninguna parte era un secreto a voces entre los observadores cercanos en Washington, pero ambas partes se habían mostrado reacias a declararlas muertas hasta que Trump lo hizo el martes, convirtiéndose en un imán para culpar. Es poco probable que las conversaciones produzcan resultados a corto plazo porque, incluso si hubiera un gran avance, su proceso podría llevar semanas.
McConnell dice que está abierto a reanudar las negociaciones en una sesión post-electoral, pero esa perspectiva también es turbia, dependiendo de los resultados.
El viernes, Pelosi emitió una evaluación pesimista en una carta a sus colegas, pero expresó cierto optimismo en una aparición en MSNBC.
«Espero que tengamos un acuerdo pronto», dijo Pelosi