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viernes, 22 de mayo de 2009
EL CAPITAN SALTA ANTES QUE LA TRIPULACION, EN REF. AL DR. FERNANDEZ
SANTO DOMINGO RD.
22 de Mayo del 2009.
Coordinacion Internacional de Comunicaciones en Redes e Informatica Federal
Blog Educativo del Lic. Enildo E Rodriguez Nunez MBA PhDP
Desde finales del pasado año la crisis económica cambió el apacible tiempo de la globalización feliz que nos habló el presidente Bush.
Este imperativo obligó a transformar la práctica del presidente Leonel Fernández, quien se había acomodado a una economía con altas tasas de crecimiento, situación que se acoplaba perfectamente a su insaciable libido de poder.
Súbitamente se marchitaron los sueños dorados de Miami y Nueva York chiquito, el metro como sinónimo del tren del progreso y la revolución del siglo XXI, la seducción y la magia de las palabras se agotaron con el intento de sugestión colectiva de que estábamos protegidos por una economía blindada.
Esta situación llevó a la sociedad dominicana a reflexionar que no solo estábamos en un mar turbulento, sino mucho peor, que estábamos en un barco con un capitán que no sabía leer la brújula.
Ante esta realidad el discurso oficial no producía efectos hipnóticos, las palabras no podían independizarse de quien las pronunciaba, la seducción no surtía efectos al no poder transportarnos del mundo real al universo de la imaginación.
El “Príncipe”, ungido por los dioses del pacto patriótico, que reynaría eternamente, aniquilando todos los adversarios de su partido, y avasallando a la oposición, para caminar siempre victorioso bajo el arco del triunfo, de repente se convirtió en un simple mortal firmando el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado, bajo el alegato de que se “había impuesto la racionalidad”.
Estamos frente a una crisis de la capacidad de dirección y de integración normativa y simbólica del modelo político instaurado en el primer gobierno del PLD.
No podemos hablar de una situación catastrófica, pero se advierte un cansancio y una desorientación profunda de la sociedad dominicana frente a la política y los políticos que han vaciado de contenido nuestra frágil democracia.
Es aquí donde debemos encontrar las lógicas o los imperativos profundos que han llevado a efectuar este acuerdo.
No son el puro desprendimiento, ni la vuelta a la racionalidad, las causas de un cambio tan brusco.
¿Por qué cambió la apreciación Leonel Fernández sobre Miguel Vargas Maldonado si en las pasadas elecciones lo consideró incapaz de estar a su altura para competir en un debate televisivo?.
Probablemente el gobierno dominicano no ha presentado un plan para enfrentar los embates de la crisis económica. Es grave que la razón de esta ausencia sea la falta de capacidad de diagnóstico, pero si fue la falta de transparencia oficial, como todo parece indicar, es todavía más grave.
En su último informe, The Economist Inteligence Unit establece que la recesión de la economía dominicana para este año será de -2,5%, lo que nos va colocar en una situación de grandes dificultades económicas y sociales, no solo por la gravedad misma de la crisis, sino, por la irresponsabilidad del actual gobierno.
Se ha perdido un tiempo crucial para informarnos adecuadamente y tomar las políticas necesarias para enfrentar la crisis, lo que ayudaría a mitigar sus efectos en los sectores productivos y sobre todo en los más vulnerables de nuestra población.
El gobierno del PLD temió la irrupción de una gran poblada para después de semana santa por lo que acuarteló a las fuerzas armadas y militarizó las principales carreteras del país.
No obstante estas medidas de coerción, los sectores populares se lanzaron a protestar. Zonas tradicionalmente conservadoras como Higuey, Bonao y Santiago de forma espontánea exigían demandas frente a la ineficacia y la demagogia de un gobierno que los ha abandonado.
Otro gran desacierto del gobierno ha sido pensar que detrás de todas esas protestas está el PRD, lo cual es incorrecto porque el PRD es una organización que ha perdido sus vínculos sociales, a la que no le importa una militancia consistentemente ideológica, sino captar electores.
Hace mucho tiempo que esta organización perdió su identidad originaria, ni siquiera ha sido capaz de consolidarse como oposición política, pasando a formar parte de la cleptocracia que nos rige junto al PLD y el Partido Reformista.La apuesta de la Reforma Constitucional del presidente Fernández fue un camino tortuoso, sin luces al final del túnel.
Los conflictos se presentaron desde el primer momento con el desacuerdo entre la comisión de juristas que redactó el primer informe y el que ofreció el Presidente, al extremo que uno de los miembros de esa comisión, Luis Gómez, lo calificó como un proyecto dictatorial.
Las fisuras se presentaron en los congresistas del PLD, que no votaron en bloque y que contradecían el proyecto del ejecutivo, como resultó con el artículo 30 sobre el aborto, mostrando la debilidad del liderazgo de Leonel Fernández dentro de su partido.
Muchos congresistas del PLD pretendían con la Reforma, no solo que el Presidente obtuviera beneficios personales, sino que a ellos también le tocara parte del pastel.
A cambio de apoyar la reforma constitucional le solicitaron la extensión del actual periodo congresional.
Frente a tantas adversidades en su partido, el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado resulta la mejor tabla de salvación para Leonel Fernández, dejando las posibilidades de relevo en el PLD y no enfrentar a los sectores liberales de la sociedad y al mismo tiempo obvia tomar posición en un tema tan espinoso como el aborto.
Estas contradicciones en los congresistas del PLD revelaron la falta de liderazgo del presidente Fernández para imponer su voluntad política y su interés personal que garantizara su continuidad en el poder.
Contradictoriamente, los congresistas del PRD bajo la dirección de Miguel Vargas Maldonado votaban en bloque como lo hicieron con el articulo 30, frente a lo cual el dirigente se ufanó en presentar como un triunfo personal.
Hecho mediante el cual Miguel Vargas colocó al PRD en un conservadurismo recalcitrante para consolidar la hegemonía de la iglesia católica, lo cual había sido un espacio político manejado por Balaguer y heredado por Leonel Fernández.
La reforma constitucional estableció un escenario político peligroso y resbaladizo para el presidente Fernández.
Los sectores liberales se desprendieron del PLD y el PRD, emergiendo un importante movimiento de mujeres en torno a la protesta sobre la prohibición del aborto.
El PRD con Vargas Maldonado podría penetrar sectores políticamente importantes como la iglesia católica y los grupos económicos en un contexto poco favorable para Leonel Fernández, quien experimenta una fuerte disminución de su popularidad desde diciembre, cuando se produjo el indulto de Vivian Lubrano y los anuncios cada vez más alarmantes de la crisis financiera mundial.
La ausencia de respuesta del Presidente frente a la crisis determinó un enfrentamiento con la cúpula empresarial que terminó por quebrar el matrimonio perfecto que existía entre los sectores económicos y el gobierno.
Pensar que el acuerdo de Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado puede resolver nuestros problemas nacionales como han querido presentar sus actores y la manipulación mediática que ha pretendido legitimar este acuerdo, es una ingenuidad que podría costarnos una gran distorsión democrática, que traduce una nueva modalidad de conservadurismo y de aceptación de lo existente.
Uno de los mensajes sobre los supuestos efectos positivos es que se crearía una alternancia cada cuatro años entre el PRD y el PLD, o más bien entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, con lo que parecería garantizar un antídoto efectivo contra la corrupción, la desigualdad social, el patrimonialismo y el clientelismo.
Cuando la alternativa es pasar de un gobierno corrupto a otro igualmente corrupto, no se puede garantizar nada positivo para nuestra sociedad.
Mejor hablemos de una democracia profundamente distorsionada y secuestrada por dos aspirantes a caudillos.La sociedad dominicana se encuentra en un momento crucial.
Debe elegir conscientemente entre buscar una alternativa democrática fuera de los partidos tradicionales, o seguir como decía el Padre Cela con más de lo mismo, o talvez con más peor de lo mismo.
Pero que nadie se engañe con el acuerdo, no tiene en cuenta el interés colectivo, más bien dar oxígeno a dos actores personales que pretenden repartirse el poder.
El objetivo fundamental del acuerdo es y será garantizar la impunidad de nuestra cleptocracia política que pretende erigirse sobre la base de procesos y elecciones manipuladas.
El neocaciquismo que aspira a instaurase con el reciente acuerdo es la continuidad del hilo vertebrador de una democracia degenerada por la corrupción, con un tufo nauseabundo de viejas y perversas tradiciones políticas.
Estamos frente a una encrucijada colectiva importante en la que es imprescindible recuperar el sentido de la democracia y dejar la pasividad ciudadana para encontrar el camino de un cambio verdadero.
Como ha dicho Alejandro Nieto “El mundo real es áspero, incómodo, amenazador. Escoger entre el mundo real y el virtural es una decisión que hay que tomar una vez en la vida.”
Un articulo de Pedro Catrain
El autor es periodista
EL CAPITAN SALTA ANTES QUE LA TRIPULACION, EN REF. AL DR. FERNANDEZ
Pedro CatrainDesde finales del pasado año la crisis económica cambió el apacible tiempo de la globalización feliz que nos habló el presidente Bush. Este imperativo obligó a transformar la práctica del presidente Leonel Fernández, quien se había acomodado a una economía con altas tasas de crecimiento, situación que se acoplaba perfectamente a su insaciable libido de poder.
Súbitamente se marchitaron los sueños dorados de Miami y Nueva York chiquito, el metro como sinónimo del tren del progreso y la revolución del siglo XXI, la seducción y la magia de las palabras se agotaron con el intento de sugestión colectiva de que estábamos protegidos por una economía blindada.
Esta situación llevó a la sociedad dominicana a reflexionar que no solo estábamos en un mar turbulento, sino mucho peor, que estábamos en un barco con un capitán que no sabía leer la brújula. Ante esta realidad el discurso oficial no producía efectos hipnóticos, las palabras no podían independizarse de quien las pronunciaba, la seducción no surtía efectos al no poder transportarnos del mundo real al universo de la imaginación.
El “Príncipe”, ungido por los dioses del pacto patriótico, que reynaría eternamente, aniquilando todos los adversarios de su partido, y avasallando a la oposición, para caminar siempre victorioso bajo el arco del triunfo, de repente se convirtió en un simple mortal firmando el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado, bajo el alegato de que se “había impuesto la racionalidad”.Estamos frente a una crisis de la capacidad de dirección y de integración normativa y simbólica del modelo político instaurado en el primer gobierno del PLD. No podemos hablar de una situación catastrófica, pero se advierte un cansancio y una desorientación profunda de la sociedad dominicana frente a la política y los políticos que han vaciado de contenido nuestra frágil democracia. Es aquí donde debemos encontrar las lógicas o los imperativos profundos que han llevado a efectuar este acuerdo.No son el puro desprendimiento, ni la vuelta a la racionalidad, las causas de un cambio tan brusco. ¿Por qué cambió la apreciación Leonel Fernández sobre Miguel Vargas Maldonado si en las pasadas elecciones lo consideró incapaz de estar a su altura para competir en un debate televisivo?Probablemente el gobierno dominicano no ha presentado un plan para enfrentar los embates de la crisis económica. Es grave que la razón de esta ausencia sea la falta de capacidad de diagnóstico, pero si fue la falta de transparencia oficial, como todo parece indicar, es todavía más grave.En su último informe, The Economist Inteligence Unit establece que la recesión de la economía dominicana para este año será de -2,5%, lo que nos va colocar en una situación de grandes dificultades económicas y sociales, no solo por la gravedad misma de la crisis, sino, por la irresponsabilidad del actual gobierno. Se ha perdido un tiempo crucial para informarnos adecuadamente y tomar las políticas necesarias para enfrentar la crisis, lo que ayudaría a mitigar sus efectos en los sectores productivos y sobre todo en los más vulnerables de nuestra población.El gobierno del PLD temió la irrupción de una gran poblada para después de semana santa por lo que acuarteló a las fuerzas armadas y militarizó las principales carreteras del país. No obstante estas medidas de coerción, los sectores populares se lanzaron a protestar. Zonas tradicionalmente conservadoras como Higuey, Bonao y Santiago de forma espontánea exigían demandas frente a la ineficacia y la demagogia de un gobierno que los ha abandonado. Otro gran desacierto del gobierno ha sido pensar que detrás de todas esas protestas está el PRD, lo cual es incorrecto porque el PRD es una organización que ha perdido sus vínculos sociales, a la que no le importa una militancia consistentemente ideológica, sino captar electores. Hace mucho tiempo que esta organización perdió su identidad originaria, ni siquiera ha sido capaz de consolidarse como oposición política, pasando a formar parte de la cleptocracia que nos rige junto al PLD y el Partido Reformista.La apuesta de la Reforma Constitucional del presidente Fernández fue un camino tortuoso, sin luces al final del túnel. Los conflictos se presentaron desde el primer momento con el desacuerdo entre la comisión de juristas que redactó el primer informe y el que ofreció el Presidente, al extremo que uno de los miembros de esa comisión, Luis Gómez, lo calificó como un proyecto dictatorial. Las fisuras se presentaron en los congresistas del PLD, que no votaron en bloque y que contradecían el proyecto del ejecutivo, como resultó con el artículo 30 sobre el aborto, mostrando la debilidad del liderazgo de Leonel Fernández dentro de su partido.Muchos congresistas del PLD pretendían con la Reforma, no solo que el Presidente obtuviera beneficios personales, sino que a ellos también le tocara parte del pastel. A cambio de apoyar la reforma constitucional le solicitaron la extensión del actual periodo congresional. Frente a tantas adversidades en su partido, el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado resulta la mejor tabla de salvación para Leonel Fernández, dejando las posibilidades de relevo en el PLD y no enfrentar a los sectores liberales de la sociedad y al mismo tiempo obvia tomar posición en un tema tan espinoso como el aborto.Estas contradicciones en los congresistas del PLD revelaron la falta de liderazgo del presidente Fernández para imponer su voluntad política y su interés personal que garantizara su continuidad en el poder. Contradictoriamente, los congresistas del PRD bajo la dirección de Miguel Vargas Maldonado votaban en bloque como lo hicieron con el articulo 30, frente a lo cual el dirigente se ufanó en presentar como un triunfo personal. Hecho mediante el cual Miguel Vargas colocó al PRD en un conservadurismo recalcitrante para consolidar la hegemonía de la iglesia católica, lo cual había sido un espacio político manejado por Balaguer y heredado por Leonel Fernández.La reforma constitucional estableció un escenario político peligroso y resbaladizo para el presidente Fernández. Los sectores liberales se desprendieron del PLD y el PRD, emergiendo un importante movimiento de mujeres en torno a la protesta sobre la prohibición del aborto. El PRD con Vargas Maldonado podría penetrar sectores políticamente importantes como la iglesia católica y los grupos económicos en un contexto poco favorable para Leonel Fernández, quien experimenta una fuerte disminución de su popularidad desde diciembre, cuando se produjo el indulto de Vivian Lubrano y los anuncios cada vez más alarmantes de la crisis financiera mundial. La ausencia de respuesta del Presidente frente a la crisis determinó un enfrentamiento con la cúpula empresarial que terminó por quebrar el matrimonio perfecto que existía entre los sectores económicos y el gobierno.Pensar que el acuerdo de Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado puede resolver nuestros problemas nacionales como han querido presentar sus actores y la manipulación mediática que ha pretendido legitimar este acuerdo, es una ingenuidad que podría costarnos una gran distorsión democrática, que traduce una nueva modalidad de conservadurismo y de aceptación de lo existente.Uno de los mensajes sobre los supuestos efectos positivos es que se crearía una alternancia cada cuatro años entre el PRD y el PLD, o más bien entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, con lo que parecería garantizar un antídoto efectivo contra la corrupción, la desigualdad social, el patrimonialismo y el clientelismo. Cuando la alternativa es pasar de un gobierno corrupto a otro igualmente corrupto, no se puede garantizar nada positivo para nuestra sociedad. Mejor hablemos de una democracia profundamente distorsionada y secuestrada por dos aspirantes a caudillos.La sociedad dominicana se encuentra en un momento crucial. Debe elegir conscientemente entre buscar una alternativa democrática fuera de los partidos tradicionales, o seguir como decía el Padre Cela con más de lo mismo, o talvez con más peor de lo mismo. Pero que nadie se engañe con el acuerdo, no tiene en cuenta el interés colectivo, más bien dar oxígeno a dos actores personales que pretenden repartirse el poder. El objetivo fundamental del acuerdo es y será garantizar la impunidad de nuestra cleptocracia política que pretende erigirse sobre la base de procesos y elecciones manipuladas. El neocaciquismo que aspira a instaurase con el reciente acuerdo es la continuidad del hilo vertebrador de una democracia degenerada por la corrupción, con un tufo nauseabundo de viejas y perversas tradiciones políticas.Estamos frente a una encrucijada colectiva importante en la que es imprescindible recuperar el sentido de la democracia y dejar la pasividad ciudadana para encontrar el camino de un cambio verdadero. Como ha dicho Alejandro Nieto “El mundo real es áspero, incómodo, amenazador. Escoger entre el mundo real y el virtural es una decisión que hay que tomar una vez en la vida.”
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