El 23 de junio de 2016 los británicos decidieron en referéndum por un escueto margen la marcha del Reino Unido de la Unión Europea tras más de cuatro décadas en común. Desde entonces, ha pasado casi un lustro que se ha caracterizado por la volatilidad política y social en el país.
En un lapso de tiempo tan pequeño como cinco años ha habido tres primeros ministros (David Cameron, Theresa May y Boris Johnson) y una gran polarización como consecuencia de una decisión que ha provocado grietas y división (con Escocia demandando un nuevo plebiscito para independizarse). Durante años, los principales líderes que apoyan el Brexit han defendido las ventajas de la separación.
Boris Johnson firma un acuerdo con la Unión Europea. (Photo by LEON NEAL/POOL/AFP via Getty Images) Entre los argumentos esgrimidos, estaba la recuperación del control de las fronteras, la libertad para negociar acuerdos comerciales o la crítica a la excesiva burocracia europea, a pesar de que numerosos economistas avisaban de las catastróficas consecuencias económicas para el país una vez consumado el divorcio.
El 1 de febrero de 2020 Reino Unido abandonó automáticamente la Unión, aunque hubo un periodo de transición hasta finales de año en el que todo se mantuvo igual y británicos y la UE negociaron cómo iba a ser su relación a partir de ese momento . Ahora los políticos ‘brexiters’ ya hablan sin pudor de la letra pequeña de la decisión tomada.
Una información que hasta antes del referéndum se cuidaron mucho de no desvelar pese a las advertencias que se habían ido haciendo sobre las consecuencias negativas. La realidad es que harán falta muchos años para que los británicos se vean beneficiados de la decisión de haberse marchado de la Unión Europea. Tantos como 50.
Jacob Rees-Mogg, uno de los políticos más importantes del Partido Conservador, ya que es Líder de la Cámara de los Comunes y una de las voces más favorables al Brexit duro, ya manifestó en una entrevista en Channel 4 News en 2018 que no se conocerán “las consecuencias económicas completas de la decisión durante mucho tiempo” y que “la gran oportunidad para el Brexit es dentro de 50 años”.
Unas declaraciones que provocaron una gran conmoción en el país debido al enorme lapso de tiempo. No hay más que pensar que según sus palabras, el Brexit no tendrá efectos positivos hasta que los millenials de hoy estén cobrando sus pensiones.
En la campaña para el referéndum los partidarios del Brexit hablaban de las ventajas de la medida, pero siempre guardaban silencio sobre las consecuencias negativas. Ahora que el Brexit ya es una realidad van revelando aquello que antes callaban. Ress-Mogg no ha sido el único en emplazar los beneficios de la salida de la UE a un futuro lejano e indeterminado.
Dominic Raab, ministro de Exteriores británico. (Photo by Mahmoud Hjaj/Anadolu Agency via Getty Images) Dominic Raab, el ministro de Exteriores británico, ha señalado este 16 de febrero de 2021 que hay que esperar 10 años antes de juzgar los problemas del Brexit. El político ha señalado que las oportunidades que creará la marcha de la UE (no ha especificado cuáles) compensarán los problemas que están teniendo las empresas ahora. Considera que las compañías deberían tener esa visión de una década para juzgar si el cambio ha sido positivo o no.
Cabe recordar que en estos primeros meses del Brexit las relaciones comerciales entre Reino Unido y la Unión Europea están siendo mucho más difíciles y la burocracia en las fronteras ha aumentado, provocando largas filas de camiones que tardan en hacer las gestiones mucho más que antes, tal y como ha ocurrido en el Canal de la Mancha.
Curiosamente estos políticos que han apoyado de forma entusiasta el Brexit niegan su responsabilidad en el caso de que la decisión salga mal. Tanto es así que en la entrevista se le cuestionó a Ress-Mogg sobre si dimitiría en el caso de que la economía se estanque, tal y como dicen las predicciones, después del Brexit y el político echó balones fuera hablando de los 50 años. Un lapso de tiempo que permite a todos los responsables de la medida marcharse sin consecuencias.
El país, con el Brexit y la pandemia, se enfrenta a una serie de retos que van a poner a prueba su capacidad en los próximos años. Está por ver cómo sale adelante.
EN VÍDEO I El otro ‘Brexit’, un ratón ordenado
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