lunes, 30 de agosto de 2021

TRUJILLO REGALO 4 PROVINCIAS A HAITI, PARTES QUE ERAN TERRITORIO DOMINICANO, POR UN SIMPLE ACUERDO PERSONAL

 Cortesia del blog Educativo de Noticias del Lic Enildo Rodriguez Nunez MBA PhDP 





COORDINACION INTERNACIONAL DE COMUNICACIONES EN REDES E INFORMATICA FEDERAL 



         Una publicacion de Fuentes externas 

Asi era el mapa con el tratado de Aranguez 


Asi quedo el mapa de Republica Dominicana 


TRUJILLO REGALÓ 4 PROVINCIAS PARTE DEL TERRITORIO DOMINICANO A HAITÍ POR UN ACUERDO PERSONAL


             Asi luce actualmente el mapa 

          FRONTERA DOMINICO-HAITIANA

Es muy recordada en la República Dominicana la historia de la matanza de los haitianos del 1937, dispuesta por Rafael Leónidas Trujillo, pero no suele evocarse que el mismo tirano oficializó la entrega a su homólogo Sténio Vincent de parte del territorio nacional, con lo que el país perdió a San Rafael de la Angostura, San Miguel de la Atalaya, Hincha y Las Caobas, demarcaciones ocupadas paulatina y pacíficamente por los vecinos.

 

Esos asentamientos causaron muchas discusiones, que se prolongaron desde los años 60 del siglo XIX hasta el 21 de enero de 1929, cuando fue firmado el acuerdo de los límites, por los presidentes Horacio Vázquez, dominicano, y Louis Bornó, haitiano, mediante el cual el país concedió cuatro mil kilómetros cuadrados y Haití se asumió como dueño de casi un 10% del territorio nacional, fijado por el Tratado de Aranjuez de 1777, que reconoció la ocupación de parte de la isla de Santo Domingo por parte de los franceses.

En el libro “Historia de la República Dominicana, Volumen 2”, Bernardo Vega escribió que después de su primer encuentro en 1933, Trujillo y Vincent discutieron el tema fronterizo y sobre los desterrados políticos, “llegando a un acuerdo tácito, un quid pro quo secreto, por medio del cual Vincent se comprometía a no permitir la estancia de nuevos exiliados y a expulsar a los que quedaban a cambio de que Trujillo cediese territorios que, según el Tratado de 1929, eran dominicanos”.

Finalmente, el 14 abril de 1936 los cófrades ratificaron el acuerdo de 1929 para darle vigencia y reafirmar la necesidad de construir la Carretera Internacional desde Bánica hasta Restauración que serviría de límite fronterizo y que el río Artibonito fuera la línea limítrofe de los dos países.

El ensayista Manuel Núñez ha escrito que el tratado de 1929 significó para los dominicanos la primera gran derrota, luego de que los haitianos ocuparan Capotillo, Hincha, donde nació el general Pedro Santana, Las Caobas, San Miguel de la Atalaya y Rancho Mateo.

Recordó que desde una época anterior se había decidido que el Lago del Fondo (Azuey) que, en la linde de Aranjuez, figuraba compartido por ambos países, quedara exclusivamente en manos de Haití.

“El 22 de enero de 1929, los dominicanos se despertaron con un territorio brutalmente amputado. Habiendo llegado al siglo XX, con más de 53.000 km², tras refrendar el Tratado de 1929 para ponerle punto final a una situación absolutamente inaceptable para la soberanía nacional, quedamos confinados en unas fronteras imprecisas que, en ese momento, rondaba los 49,000km²”, enfatizó Núñez.

De acuerdo a Fabio Herrera-Minino, ese convenio suscrito por Trujillo, “aprobando el despojo definitivo del territorio, quedó como una espina en el cerebro del dictador dominicano, quien por los roces fronterizos en la zona de Dajabón, y en octubre de 1937 ordenó el exterminio, con el uso de machetes y cuchillos, de miles de haitianos residentes en la Línea Noroeste”.

Mapa interactivo del territorio cedido por Trujillo a Vincent en 1929


Amistad de Trujillo y Vincent

El “perínclito” de San Cristóbal mantuvo con su coetáneo Vincent una cálida amistad, que los llevó a promover en círculos internacionales la candidatura de ambos para la obtención del Premio Nobel de la Paz.

Núñez rememora que, a comienzos de 1930, cuando Trujillo asciende a la Presidencia, las relaciones entre los dominicanos y los haitianos eran de buena vecindad y que 13 de marzo de 1933, el gobernante creó el comité de las relaciones culturales dominico-haitianas, presidido por Manuel de J. Troncoso, al cual fueron incorporados Ramón Lovatón, Federico Llaverías, Enrique de Marchena, Julio Ortega Frier y Pedro Henríquez Ureña, Trujillo y Vincent, los dos últimos como presidentes de honor.

Enfatiza que desde aquellos momentos se habían iniciado las conversaciones para la delimitación definitiva de la frontera, inconclusa en el tratado de 1929.

“A comienzos de 1934, la Comisión de Delimitación nombrada por el Presidente comenzó los trabajos. El 2 de noviembre Trujillo se presentó en Puerto Príncipe e hizo un importante donativo para la construcción de casas para los obreros haitianos, al Comité Olímpico y a los asilos y hospitales de Puerto Príncipe, agrega.

Las demostraciones de amistad de Trujillo y Vincent eran frecuentes. El haitiano designó una calle de Puerto Príncipe con el nombre del dominicano y el 1 de marzo de 1935, el extranjero estuvo en el balneario La Toma, de San Cristóbal, y Trujillo lo agasajó en su mansión. Al día siguiente, el criollo lo acompañó hasta Fundación.

Posteriormente, el 22 de diciembre de 1935, el comité dominicano de la Corte de Arbitraje de La Habana dio su voto para que Trujillo y Vincent recibieran el Premio Nobel de la Paz en 1936, otorgado después al argentino Carlos Saavedra Lamas.

Luego, el 9 de marzo de 1936 fue concluida la delimitación fronteriza, iniciada en el tratado del 1929, y Trujillo y Vincent recibieron honores militares en Puerto Príncipe.

El Jefe también “había entregado a Haití el Valle de la Miel y las prolongaciones de Capotillo, un territorio tan extenso como podía serlo la isla de Martinica”, escribió Núñez, quien señala que las operaciones expansionistas haitianas les causaron a los dominicanos la pérdida de 5,600 km² del territorio de la línea de Aranjuez.

“A partir de entonces, la soberanía de Haití se ejercerá plenamente en 27.750 km2 y los dominicanos terminaríamos con 48.448 km2. Los libros de geografía de comienzos de la Era de Trujillo hablaban de 50.000 km². Esos límites fueron completamente desvanecidos por la nueva realidad”, aseguró.

La matanza del 1937

Las buenas relaciones personales y las alianzas políticas entre Trujillo y Vincent no impidieron que el dominicano ordenara la matanza de haitianos del 1937, sobre la que han corrido torrentes de tinta en ambos lados de la isla y en el exterior.

Por el genocidio, “zanjado” a través de las relaciones diplomáticas, el tirano no terminó de pagar una indemnización de US$250,000 que acordó con el presidente Vincent, de acuerdo a lo expresado por Virgilio Álvarez Pina, antiguo colaborador del dictador, en su libro “Era de Trujillo, narraciones de don Cucho”.

El gobernante Vincent

Vincent ocupó la Presidencia haitiana en octubre de 1930, tras ser escogido por una asamblea nacional. Se graduó en la escuela de leyes a la edad de 18 años y fue elegido en 1915 jefe de la Cámara de Diputados de Haití.

Hizo una campaña nacionalista para alcanzar la Presidencia, basada en su fiera oposición a la ocupación americana de Haití, que se mantuvo desde 1915 a 1934.

Vincent disfrutó de una relación de cooperación y soporte financiero, sustentada por el gobierno de Trujillo, con el que empezó a relacionarse tempranamente, al punto de que el primer viaje al exterior que hizo el sátrapa fue para reunirse con él en Juana Méndez, Haití en 1933, según Vega.

La matanza del 1937 causó protestas en Puerto Príncipe de parte de sectores muy irritados por el hecho y la reacción de Vincent, quien en 1938 negoció una compensación de parte del gobierno trujillista para indemnizar a los familiares de los fallecidos.

En 1941, Vincent dimitió y ocupó la Presidencia Élie Lescot, quien había sido embajador de Haití en República Dominicana.

REFLEXIONES EN EL CAMBIO DEL PRM: CAMINANDO HACIA LOS MISMOS ERRORES QUE EL PRD

 REFLEXIONES EN EL CAMBIOPRM: Caminando hacia los mismos errores que el PRD


Les aconsejo a mis amigos del gobierno que no le resten valor al Ing. Alburquerque, entre muchos otros, para que no se sorprendan y tengan que darse cuenta que en la política “no hay adversarios pequeños”.


Por José Francisco Peña Guaba |30-08-2021 



Me motivo hacer este artículo al ver un video que se difundió con una declaración del buen amigo Ing. Ramón Alburquerque, donde instaba a la dirigencia perremeísta a que no se fuera de su partido, sino que se quedarán en el mismo para enfrentar a los que llegado al gobierno, los han engañados y dejados afuera del tren gubernamental siendo estos los constructores del perredeísmo de nuevas siglas, el PRM.


Me llegó de pronto ese “déjà vu” de experiencias pasadas que todavía recuerdo, pese a ser un mozalbete, corría el año 1977 cuando se realizó la convención del glorioso (el PRD), donde se escogería el candidato presidencial a la sazón el presidente del partido lo era el Lic. Jacobo Majluta, persona de la mayor confianza del secretario general y líder el Dr. Peña Gómez, al controlar la estructura y al tener el favoritismo del líder, se pensó que Jacobo sería el candidato, sin embargo la llegada de la convención sorprendió a los delegados a la misma, ya que quien ganó fue don Antonio Guzmán, y el que quedó en segundo lugar fue el Dr. Salvador Jorge Blanco, que hacía pocos meses se le había ido a buscar a la tranquilidad de su casa en Santiago, para proponerle ser precandidato presidencial, si mal no recuerdo a iniciativa de Hatuey D’Camps y de Pablo Rafael Casimiro Castro, uno de los líderes más apreciados del perredeísmo de la época.


Que Jacobo Majluta quedara en tercer lugar, demostró que el PRD es un partido que no se dirigía de manera vertical, sus bases no cogían línea, ni existía un mando centralizado, salvo la autoridad moral de su líder José Francisco Peña Gómez que debía ser y así lo hizo servir de mediador entre los grupos en pugna, por lo que se tuvo que conformar Jacobo con presentarse como candidato vicepresidencial acompañando a don Antonio Guzmán en la dupla presidencial para las elecciones del 1978.


Perdió el presidente del partido de la época pero, más tarde se repitió la historia cuando Salvador Jorge Blanco le ganó en 1981 la convención a la unidad de acero, como se llamó a la alianza de los grupos del presidente Guzmán y del vicepresidente Majluta, volvió a perder el poder el gobierno en este caso, la oposición interna había ganado para convertir al Dr. Jorge Blanco en su abanderado hasta hacerlo presidente en el 1982 pero, fue después Jacobo el beneficiado del descontento de las bases con su gobierno, y producto de un acuerdo que se denominó Pacto La Unión, Majluta fue el candidato para el 1986 pero, la falta de compactación del perredeísmo le hizo perder las elecciones y regreso al poder el Dr. Balaguer.


Es reiterativo e histórico que las bases del PRD se pongan de espalda a su propio gobierno, le tocó a Hatuey D’Camps desde la presidencia del partido, enfrentar los aprestos reeleccionistas de Hipólito Mejía y volvió la militancia a darle la espalda a su propio gobierno, perdiendo las elecciones del 2004 estrepitosamente con apenas un 34% de votos.



Todos los gobiernos del PRD han cometido en mayor o en menor medida el mismo error, no construir unidad ni posible alternabilidad pero, peor aun regalando una parte importante de los puestos públicos a los sectores enemigos del propio partido, don Antonio a los que se denominó el Grupo de Santiago, Salvador al Sector Externo de su campaña, y Luis Abinader ahora a la oligarquía, sociedad civil y los popis; solo tuvo verdadero poder el PRD siendo sincero en el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004), en el caso de él la causa de la debacle no fue porque no se le dio una cuota mayoritaria a la dirigencia perredeísta, sino porque se abjuro a la prédica antireeleccionista del PRD, con otro candidato que no fuera Hipólito, tal vez hubiesen ganado las elecciones en el año 2004.


Mi amigo el presidente Abinader no sabe todavía de quiénes fue candidato, no fue de un partido sino de un sentimiento, porque eso ha sido y es el PRD, pues el PRM es la misma militancia con diferentes siglas, un grupo de hombres y mujeres que se sienten orgullosos de su pasado heroico, de sus luchas, de las glorias por conquistar la democracia pero, el PRM trae consigo también todas las taras del viejo perredé y pasó a enumerarlas:


No El perremeísta es opositor por antonomasia el PRD, que es de donde vienen solo ha medio gobernado 13 años y 7 meses de 82 años de existencia, el PRD se fundó en el 1939 en el exilio en la hermana República de Cuba, 69 años de oposición acumulada han creado una forma de actuar y los perremeístas se hacen oposición a sí mismos es su estado natural.

Los perremeístas han corrido con la misma mala suerte que el PRD trabajan y luchan pero, cobran otros, porque sus gobiernos son atrapados por la oligarquía, por la sociedad civil y por los oportunistas, la mayoría de los esforzados cuadros no son tomados en cuenta en el nivel en que se lo merecen.

Los que logran entrar al gobierno le otorgan los cargos menos importantes, los mejores casi siempre son para los de afuera, eso crea una indignación interna que permanece hoy en el funcionarato público, porque existe una mezcla de envidia y decepción por sentirse infravalorados, lo que hace que aunque estén adentro del gobierno se sientan insatisfechos.

La actitud tímida de defender a su presidente por parte de una gran parte de sus propios funcionarios nace de una explicación muy simple que me hizo un dirigente perremeísta en mi casa hace meses: “es que el presidente repartió mal los cargos me decía este dirigente, porque al que le tocaba por el trabajo realizado y por los méritos acumulados un carro le dieron una bicicleta y al que se ganó una bicicleta lo premiaron con un carro”.

La vieja guardia perremeísta, los dinosaurios que creyeron que cuando llegaran al poder se les reconocerían sus años de servicio han sido relegados y éstos que viven de su pasado de gloria y se saben fieles a las causas son los que más disgustados se encuentran con el gobierno.

A los perremeístas también los tiene muy disgustados la pésima repartición hecha en los empleos, donde se ha favorecido el amiguismo, los vínculos familiares y sentimentales por encima del trabajo y mérito partidario después de 16 años de oposición, que ahora para una gran mayoría cuentan 17 años.

No hay cosa que moleste más a un perremeísta que aún “blanquito” le den una posición importante y es que étnicamente hablando la amplísima mayoría de ese partido es mulata y negra, hay mucho de racial en ese contexto crítico, donde no se siente representado por tantos “blancos” mandando, hay que recordar que el líder histórico de la mayoría de miembros de ese proyecto es negro “el Dr. Peña Gomez