UNA PUBLICACION DE FUENTES EXTERNAS
Por Gral Dr Rafael Guerrero Peralta
Cortesia del blog Educativo de Noticias del
Lic Enildo Rodriguez Nunez MBA PhDP
COORDINACION INTERNACIONAL de COMUNICACIONES EN REDES E INFORMATICA FEDERAL
LA POLICÍA, ELEMENTO FUNDAMENTAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESTADO FUERTE Y LEGÍTIMO.
Al País le urge presenciar el nacimiento de una policía renovada mediante la transformación policial. Respetando la Constitución y las Leyes de la República creadas para el cumplimiento de las labores policiales, con el objetivo principal de salvaguardar la vida, la paz, y los derechos fundamentales de todos los dominicanos.
La gran mayoría de los agentes son buenos individuos que trabajan duro y que están en la comunidad para proteger y servir, pero no podemos negar la existencia de algunos que abusan de la fuerza, oficiales corruptos y que históricamente la imagen institucional no ha sido bien vista, sin dejar de mencionar las condiciones inadecuadas a que han sido sometidos sus miembros al no contar con un salario justo ni condiciones óptimas de vida para estos y sus familiares. Puntos contemplados en la Constitución y la Ley 590-16 y que representan un derecho inalienable del policía. Imaginen la labor un agente con la mente perturbada por sus carencias y dificultades. Tenemos que abordar ese fenómeno a la mayor brevedad para optimizar el desempeño policial y lograr la estabilidad y seguridad que merece el pueblo dominicano. Máxime si se comprende que el presupuesto invertido para la institución en miras de la seguridad nacional más que un gasto es una gran inversión cuyo fruto es la paz y seguridad social.
La Constitución de la República Dominicana, en su artículo 255, establece como misión de la Policía Nacional:
-Salvaguardar la seguridad ciudadana.
-Prevenir y controlar los delitos.
-Perseguir e investigar las infracciones penales, bajo la dirección legal de la autoridad competente.
-Mantener el orden público para proteger el libre ejercicio de los derechos de las personas y la convivencia pacífica.
Obliga a una adecuación de sus Leyes Orgánicas, como forma de garantizar la estructuración y consolidación de un Estado moderno, organizado sobre la base de un sistema jurídico que garantice el establecimiento de un verdadero Estado de derecho.
La reforma de la Policía Nacional debe realizarse de forma gradual y progresiva, como condición esencial para que las metas de su reorganización puedan ser satisfactoriamente alcanzadas. En el mismo orden, la Ley 590-16, regula todo lo relacionado con la estructura y organización de la Policía Nacional, en cumplimiento a lo dispuesto en los Artículos 255, 256 y 257 de la Constitución.
La Ley Orgánica de la Policía constituye un marco jurídico institucional que define su régimen de carrera policial en el que se establecen las condiciones para una adecuada promoción social de los miembros; fomenta su desarrollo profesional y personal; crea un cuerpo policial eficiente, profesional y confiable, cuyas acciones se enmarquen dentro del más estricto respeto a la Constitución, a la leyes y a los convenios internacionales.
Escrito lo anterior podemos decir que en las Leyes dominicanas existen todos los lineamientos necesarios para la correcta formación del cuerpo policial.
Las interrogantes que surgen son:
Por qué habiendo Leyes adecuadas y correctas existe un gran desbalance en la institución?
Qué podemos hacer para poder corregir lo que no funciona bien?
Contamos con las herramientas y personal adecuado para reestructurar la policía nacional?
Existe la voluntad política necesaria para actuar?
Por qué historicamente la policía no ha tenido la importancia y el realce que merece al cumplir tan importantes funciones?
Haciendo un resumen de algunas de las acciones de la policía nacional, podemos clasificar dichas actuaciones en las siguientes:
Las realizadas en tiempos de fenómenos naturales con consecuencias destructivas: Rescates, limpieza de vías de acceso, orientaciones a las personas, etc.
Las intervenciones en disturbios o estallidos sociales.
El compromiso diario 24-07 en asistir a la población en problemas de diversa índole: Robos, asaltos, violencia intrafamiliar, escolar, de género, violaciones a la ley, consumo y tráfico de drogas, riñas, patrulleo, mantenimiento del orden público, etc.
Tiempos actuales marcados por la pandemia del covid-19, lo que es un buen ejemplo: Mantenimiento del orden, asistencia durante el estado de emergencia, transporte de enfermos de covid, asistencia vial, servicios a cualquier hora del día o de la noche, etc. Lo anterior nos aclara la importancia del policía en todas las áreas de la vida y que aunque haya policías corruptos y acciones incorrectas, no son la mayoría. El agente policial expone su vida para cuidar a la población cumpliendo su deber con responsabilidad y entrega.
Cabe destacar, que en países muy desarrollados, donde se han realizado grandes reformas policiales, donde los agentes del orden disfrutan de óptimos salarios , calidad de vida para ellos y sus familiares; suceden hechos detestables en franca violación de los derechos humanos, haciendo uso excesivo de la fuerza sobrepasando los límites.
Imaginen por un momento la situación de los policías dominicanos que enfrentan la delincuencia dejando en sus hogares una familia en estado de crisis por no tener ni siquiera lo básico. No menciono esto para justificar las malas acciones, sino para tener empatía y tratar de comprender el pensamiento de algunos agentes del orden.
Acaso podemos exigir corrección o perfección sin crear las bases necesarias que nos permitan reclamar las actitudes y actos indebidos?
Otra vertiente expone un entrenamiento no profesional, viciado, un curriculum deficiente, logística y pertrechos limitados, desconocimiento de las leyes referentes a la policía y de la constitución.
En la policía nacional el liderazgo debe resaltarse en las posiciones clave, para evitar la corrupción en todas sus manifestaciones. También hay que evitar que los actores políticos de los partidos recomienden ascensos y posiciones a agentes sin la debida preparación, distorsionando toda la estructura y desvirtuando el escalafón con promociones sin méritos, atribución ésta que corresponde al Consejo Superior Policial. Hay que revisar la institución y con ella el recurso humano. Dentro existen policías buenos y capaces, sin ser escuchados ni tomados en cuenta.
Existen además organismos internacionales dispuestos a colaborar en la reingeniería de la policía sin costo alguno.
Asuntos internos debe fortalecer su responsabilidad bajo la Ley que lo contempla, haciendo que todas sus investigaciones cumplan con los estándares establecidos, contar con fiscalizaciones efectivas ante las faltas éticas y morales cometidas. Lograr que el cuerpo policial actúe apegado al código de ética.
Una reforma policial debe contar con personas especializadas, capaces de analizar cada situación desde dentro, se debe investigar a todo el cuerpo policial existente viendo su estado mental, físico e intelectual, su desempeño, también realizar pruebas antidopaje, polígrafo, entre otros exámenes.
Además deben ser visitadas sus instalaciones, el Instituto Superior de Educación Policial, la Academia de Entrenamiento de Cadetes y Conscriptos de Hatillo San Cristóbal; así como el otrora Campamento de Operaciones Especiales, recinto utilizado como cárcel preventiva para los miembros con faltas graves.
He señalado en ocasiones anteriores que hablar de reformas significa remontarse a los orígenes de la conformación de los primeros núcleos de población organizada porque el servicio policial incide en todos los ciudadanos en algún momento de sus vidas, por lo que nadie pone en duda la necesidad de su existencia y por lo que todo Estado debe ofrecer una policía capaz de asegurar la tranquilidad y seguridad de sus ciudadanos.
Todos los dominicanos comprometidos con el país estamos obligados a apoyar la iniciativa del gobierno y señalar las debilidades existentes con el fin de aportar posibles soluciones a los problemas.
Si queremos revertir la situación actual de inseguridad ciudadana es preciso enfocar la reforma policial desde una perspectiva proactiva, de proximidad, profesionalidad y respeto a los derechos humanos. Esto requiere de una alianza entre policía y comunidad capaz de restablecer la confianza de la población, aumentar la capacidad preventiva y la convivencia pacífica.
Todos debemos colaborar para que desde el poder ejecutivo se desarrollar una agenda comprometida a crear políticas públicas adecuadas, oportunidades de trabajo que disminuyan la pobreza, formando así factores protectores de prevención de actos delictivos.
Es importante destacar que todo estudio sobre percepción ciudadana de la institución policial y su desempeño, constituye un instrumento valioso para la toma de decisiones, ya sea para modificar prácticas inadecuadas, mejorar aspectos de la formación o fortalecer la comunicación entre la policía y la comunidad.
Se necesita una policía capaz de asumir el concepto de seguridad ciudadana como garantía del orden y la paz social.
Hay puntos a fortalecer dentro de la institución como son: Nivel académico, eficiencia, recursos, trato con el público, honestidad, uso de la fuerza, conocimientos, uso de las técnicas de actuación policial, capacidad de decisión, trabajo individual y en equipo, etc. Todo lo que sea para mejorar el cuerpo existente.
Deploramos con firmeza las malas actuaciones, especialmente aquellas en que el desproporcionado uso de la fuerza y la incapacidad profesional ha convertido en víctimas a ciudadanos inocentes; como son los últimos casos sucedidos, que han conmovido a la familia dominicana y la propia institución policial.
El régimen de consecuencia debe evidenciarse y con él todo el peso de la Ley, distribuido con equidad entre todos los actores materiales o no, de tan horrendos crímenes.
La seguridad de la Nación es prioritaria.
La policía es elemento fundamental en la construcción de un Estado fuerte y legítimo.
Las reformas deben hacerse desde una perspectiva progresista, que no lleve a más represión, sino que refuerce el carácter civil de la policía, el respeto a los derechos humanos en el cumplimiento de las funciones y el profesionalismo de los agentes en sus relaciones con la comunidad, y que, en últimas conduzca a una mayor gobernanza democrática.
Dr. Rafael Guerrero Peralta.