domingo, 2 de noviembre de 2008

Adios al Peor Presidente que ha tenido EUA según algunos analistas

Adiós al "peor presidente de la historia" Casi dos docenas de historias que nos cuentan Rodolfo Walsh, o cómo no ser el hombre cualquiera La elección de presidente en EE UU El 40% lee menos de lo que quisiera Algunos errores sobre la crisis Lévi-Strauss visto por Augé Minelys Sánchez en su universo Jorge Volpi: "Internet transformó la sociedad" Puertas y ventanas: Lengua y literatura Clausura testamentaria de J. M. Machado de Assis Glissant y las artes del Caribe Entrevista con Yépez Florencia Locelso en Feria del libro Rosario 2008 Blog Literario Imágenes del mundo
Adiós al "peor presidente de la historia"
Historiadores y analistas trazan un panorama desolador de los años de la Administració n Bush. Una catarata de libros dibuja, desde muy diferentes ángulos, un cuadro sobrecogedor
Por PERE RUSIÑOL © Babelia
Los historiadores lo tienen claro: 107 de 109 consultados en Estados Unidos, incluidos los académicos más prestigiosos, consideran un fracaso la presidencia de George W. Bush. Y el 61% lo califica como "el peor presidente de la historia del país". Los periodistas piensan lo mismo: la catarata de libros publicados en español coincidiendo con su marcha hace un balance catastrófico de su presidencia. Cada uno pone el énfasis en un ángulo distinto, pero la conclusión es siempre lamentable. Y el cuadro global resultante, sobrecogedor.
Jacob Weisberg, jefe de redacción de Slate, considera tan obvio que la presidencia de Bush es la peor de la historia que no pierde ni un minuto en intentar demostrarlo, sino que se centra en tratar de saber por qué se llegó al desastre. La tragedia Bush busca la explicación en Freud y en Shakespeare y bucea en los resortes psicológicos que han llevado a la "pesadilla": la hipótesis es la pugna del hijo por superar al padre. Para ello, se rodea de una "familia alternativa" que en muchos casos aspira a desarrollar los ambiciosos planes que Bush padre había vetado. La tragedia sería doble: para el propio presidente y para los millones que han padecido sus acciones en todo el mundo, empezando, claro está, por su propio país. El hombre clave, según este análisis, es Karl Rove, ignorado por el padre y despreciado por el hijo, al que sin embargo maneja sin problemas desde la sombra.
Esta "familia alternativa" , los halcones de política exterior que rompen con el conservadurismo tradicional y se lanzan por la senda de la revolución neocon -rediseñar, a partir de Irak, toda la geopolítica mundial en beneficio de Estados Unidos- la estudia a fondo el veterano periodista James Mann en Los Vulcanos. El Gabinete de guerra de Bush. El libro fue publicado en inglés en 2004 y no es consciente por tanto aún de la magnitud del desastre. Pero disecciona a fondo la trayectoria de estos asesores hambrientos que se autobautizaron como Los Vulcanos en honor al Dios romano del fuego, la fragua y el trabajo del metal.
Entre los vulcanos está Colin Powell, hoy en la órbita del demócrata Barack Obama pero en su día tan halcón como sus colegas. Él fue quien presentó ante la ONU las "pruebas" de que Irak disponía de armas de destrucción masiva, pero al mismo tiempo fue el que trató de frenar los peores desmanes de la peor decisión del grupo: invadir Irak. Rajiv Chandrasekaran, enviado especial durante meses de The Washington Post a Bagdad, cuenta con maestría cómo Powell fue desplazado por el núcleo duro más fanático del Pentágono. Lo relata en Vida imperial en la Ciudad Esmeralda, una desgarradora crónica de la ocupación en la que conmociona por igual la ceguera, la arrogancia y la improvisación de la Casa Blanca.
Irak y la "guerra contra el terrorismo recorre" cada palmo de La oca del señor Bush. Cómo los neocons han destruido el orden internacional, de Lluís Bassets, director adjunto de EL PAÍS, que ha enlazado sus análisis publicados durante cuatro años en el periódico a partir de la metáfora del juego de la oca, donde la muerte y la vuelta a la casilla del principio suponen la esencia misma del juego. A su juicio, la mayor derrota ha sido "la quiebra moral": la democracia más poderosa atropellando sus principios esenciales (Abu Ghraib, Guantánamo, etcétera) en nombre de la Guerra Global contra el Terror, "el pomposo nombre inventado por los neocons, que aprovecharon los atentados del 11-S para imponer sus ideas y sus estrategias, recortar los derechos y libertades individuales y situar al presidente de Estados Unidos por encima de las leyes de la democracia más antigua del mundo".
Pierre Schori, director general de FRIDE en España y embajador de Suecia en Naciones Unidas entre 2000 y 2004, enfoca el ángulo del desastre en el unilateralismo y el desprecio de la ONU, que él vivió en primera persona. Los años de la semilla del mal. 11-S, la guerra de Irak y el mundo después de Bush incluye sus diarios del momento y, como subraya Gabriel García Márquez, "es un vertiginoso ajuste de cuentas con la Administració n Bush". Mucho más duro (y maniqueo) es el enésimo ajuste de cuentas del cineasta Michael Moore, que en Mike for president! La verdad y nada más que la verdad sobre la democracia yanqui vuelve a repetir su operación imposible por enésima vez: trata de movilizar al electorado progresista con planteamientos ácratas al tiempo que se gana un buen sobresueldo. En este caso su campaña de agit-prop sube un peldaño en la excitación habitual: da 35 razones para procesar a Bush y su camarilla cuando dejen la Casa Blanca.
Zbingniew Brzezinski, demócrata conservador que fue consejero de Seguridad Nacional con Jimmy Carter, se muestra desolado en Tres presidentes. La segunda oportunidad para la gran superpotencia americana por el descrédito de Estados Unidos tras el "liderazgo catastrófico" y analiza con detalle las últimas dos décadas de política exterior. Tiene reproches también para Bush padre y para Bill Clinton, pero considera que sólo Bush hijo ha puesto en riesgo el liderazgo mundial del país precisamente cuando más posibilidades tenía de asentar su poder.
También el periodista Juan Carlos Castillón, que llegó a Estados Unidos como inmigrante ilegal, analiza las dos últimas décadas en Extremo Occidente, una crónica muy personal en la que corresponsabiliza a los demócratas del desastre. El giro conservador experimentado en este tiempo se analiza a fondo en ¿Qué pasa con Kansas? Cómo los ultraconservadores conquistaron el corazón de EE UU, de Thomas Frank, que en 2004 intentaba explicar las causas profundas del vendaval tomando como muestra su Estado natal. El texto incorpora un sugerente epílogo del esloveno Slavoj Zizek, uno de los pensadores emblemáticos de la nueva izquierda radical. [fontanamoncada@ yahoo.es ]~
De vez en cuando
País inverosímil
Casi dos docenas de historias que nos cuentan
Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla
Este es un país muy especial, recuerdo que decía Cuquín en un anuncio de televisión, hace algunos años. No hay forma de que recuerde el producto, ni creo que haga falta traer a colación ahora y aquí una marca determinada de jabón o píldoras para remozar la memoria. Mas bien nos convocan otros ángulos de la memoria, esa memoria agazapada en los páramos del imaginario que conforma la identidad de los seres y las cosas que poblamos un país en el mundo tan particular y singular como el dominicano. Creo que desde el instante mismo en que me fue solicitada la recopilación del material que conformaría este volumen de cuentos dominicanos, me aferré a ese maravilloso verso de nuestro Pedro Mir que, de un solo plumazo, nos define de cuerpo entero y nos entra en materia, sin rodeos.
De ahí que no tuve ningún empacho en aferrarme al verso para lanzarme a la aventura de leer y releer historias y relatos que, de una forma u otra, dibujen un perfil de ese ser o ese país tan especial que somos o queremos ser. El cuento, sin lugar a dudas, es el género más depurado de nuestras letras y en su conjunto se concentra casi toda la sabiduría del hombre dominicano. No en vano, la nómina de los cultores del género en nuestro país la encabeza Juan Bosch, maestro indiscutible que brilla con luz propia en el firmamento de las letras del continente. Y junto a él, forman legión figuras de la talla de Tomás Hernández Franco, J. M. Sanz Lajara, Hilma Contreras, José Rijo, Virgilio Díaz Grullón y un sinnúmero de narradores que han sabido radiografiar las ansias, aspavientos y milagros de los seres que pueblan este singular universo.
Y aquí paro de contar. Este País inverosímil no tiene como meta convertirse en Biblia o vademecum de la narrativa de la República Dominicana; mas bien constituye un simple bocado para abrir el apetito de lectores con ganas de continuar degustando el maravilloso convite que ofrece este filón de nuestras letras. Esta aventura que a través del manejo de la lengua y las palabras nos proponen más de una docena de nuestros más perfilados narradores que, sin lugar a dudas, dejará en sus paladares la placidez que siempre dejan los manjares exquisitos.
Los textos que conforman País inverosímil, no fueron elegidos al azar. Un fino hilo conductor los convoca y entreteje para darnos una rápida pincelada a mano alzada del ser dominicano y sus asombros y espejismos, y tal vez algo más; eso que un buen lector siempre encuentra agazapado entre las líneas de una historia bien escrita. Ya se ha dicho hasta la saciedad que en un buen cuento cabe toda una vida, en estos se concentra gota a gota toda una nación y sus contornos: desde los aciagos días de las montoneras, hasta los turbulentos y viciados de los motoconchos. País, paisaje y paisanaje se tutean, se dan la mano y se pasean en mangas de camisa por los patios de la magia, la imaginación y la más cruda realidad.
Imperfecta, como todas las recopilaciones, ésta no pretende justificar ni disculparse por las limitaciones que casi siempre convergen en este tipo de proyectos. Las historias, autores y personajes que desfilan por nuestro País inverosímil constituyen una muestra representativa de la fuerza y el tesón con el que se ha cultivado y cultiva el cuento en República Dominicana. Para muestra, este manojo de historias que nos cuentan, nos cuestionan y dimensionan más allá de lo que, desde antes de ser hemos sido y seremos. Leerlas será leernos nosotros mismos de cuerpo entero, y más allá. [mediaisla"yahoo. com]~
Rodolfo Walsh, o cómo no ser el hombre cualquiera
"Hay un fusilado que vive". Esa frase sobre los asesinatos secretos de la policía argentina en junio de 1956 le cambió la vida a Rodolfo Walsh y le empujó a escribir Operación Masacre. Un libro que evidencia que, años antes del impacto de A sangre fría, "Walsh lo sabía todo", afirma la escritora y periodista Leila Guerriero
Por Leila Guerriero © Babelia
El 25 de marzo de 1977, al llegar a la parada de ómnibus de una terminal tumultuosa de la ciudad de Buenos Aires, Rodolfo Walsh (escritor, periodista, argentino) se volvió y saludó a Lilia Ferreyra, su mujer de los últimos diez años, con quien esperaba reencontrarse al día siguiente. Ambos llevaban, listas para ser despachadas por correo, copias de un texto en el que él había trabajado los últimos tres meses.
El 24 de marzo de 1977 -un día antes- se había cumplido un año desde que un golpe militar instalara en la Argentina una dictadura sanguinaria y Walsh decía, en ese texto, algunas cosas al respecto. Aquella mañana saludó a su mujer, despachó los sobres dirigidos a diarios y revistas y marchó a una cita con un compañero del grupo Montoneros, una organización armada a la que pertenecía con el cargo de oficial 2º y el alias de Esteban desde 1973. Eran poco más de las dos de la tarde. Llegó -vivo- hasta algún sitio en la avenida San Juan. Se sabe que lo emboscaron militares del Ejército, que sacó su pistola calibre 22, que lo mataron ahí mismo.
La tarde anterior, cuando nada de todo eso había sucedido, en la casa con jardín donde vivía con Lilia, Walsh había esparcido semillas de lechuga, las primeras de la huerta que planeaba. Después, hizo lo de cada noche: cargó las pistolas, montó las granadas de fabricación casera. En algún momento, mencionó un plan simple: "Quisiera plantar una doble hilera de álamos plateados desde la entrada a la casa. Cuando el viento mueve las hojas, suenan como lluvia fina".
Entre todas las cosas que dejó sin hacer (y eso incluye volver a escribir ficción) hay una doble hilera de álamos plateados que no existe, una huerta de lechugas secas para siempre.
Nacido en 1927 en Choele Choel, una localidad de la provincia patagónica de Río Negro, a los 17 años Walsh empezó a trabajar, en Buenos Aires, en la editorial Hachette, primero como corrector de pruebas y después como traductor de cuentos policiales. Se casó, tuvo dos hijas: María Victoria (Vicky) y Patricia. En 1953 publicó su primer libro (Variaciones en rojo, tres relatos policiales largos) y su primer artículo -sobre Ambrose Bierce- en una revista llamada Leoplán.
En 1955 Walsh era traductor del inglés, padre de dos hijas, jugador de ajedrez y, sobre todo, alguien que quería ser escritor.
La política no era su preocupación, la justicia no era su prioridad y el periodismo de investigación no era su interés.
Un año más tarde cada una de esas frases era su exacta viceversa.
No hay detalles de la metamorfosis. Pero debió ser una metamorfosis impactante.
Cuando Walsh escribió Operación Masacre -el libro que ahora publica 451 Editores en España- no lo hizo para ser un héroe. Lo diría después, en una entrevista: "Hay un sentimiento básico de indignación, de solidaridad frente a tanta injusticia. Pero supongo que no todo fue tan noble y tan claro. Yo recién empezaba a hacer periodismo y no es extraño que influyera en mí la posibilidad de una gran nota".
El 9 de junio de 1956 militares nacionalistas partidarios de Perón intentaron una insurrección contra el Gobierno de la Revolución Libertadora, una coalición cívico-militar que lo había sacado del poder un año antes. La insurrección fue desbaratada y, bajo el imperio de la ley marcial, el Estado fusiló a muchos. Entre ellos, a un grupo de civiles reunidos en un departamento de la localidad de Florida que estaban allí, en su mayoría, sin más intención que la de escuchar una pelea de boxeo. Cinco murieron, pero siete lograron escapar. Meses después uno de esos sobrevivientes, Juan Carlos Livraga, se presentó en la justicia para denunciarlo todo.
La noche del 18 de diciembre de 1956 Rodolfo Walsh tomaba cerveza en un bar cuando un amigo le susurró la frase que iba a cambiarle la vida: "Hay un fusilado que vive". Tres días más tarde, Walsh se encontró por primera vez con Juan Carlos Livraga.
Y el hombre que hasta diciembre había sido periodista cultural y traductor, cambió de identidad, consiguió cédula falsa y un revólver, encontró a dos, a cuatro, a siete sobrevivientes, y publicó la historia bajo la forma de artículos en los únicos medios que se atrevieron a hacerlo: semanarios y hojas gremiales, a veces en las antípodas de su propio pensamiento.
En 1957, la editorial Sigla publicó, por primera vez, Operación Masacre bajo la forma de libro. Walsh tenía treinta años y, para contar lo que tenía que contar, echó mano de todas las técnicas de la literatura: esparció intriga, descripciones minuciosas, estructura coral y la elegancia de un lenguaje de dientes apretados, tan ajustado a sus huesos que cualquier sobresalto resulta un estallido.
El paneo que abre Operación Masacre presenta a los que van a morir en sus casas, en torno a las mesas tendidas para cenar o ya cenadas y, sobre el telón de fondo de esas vidas plácidas, Walsh monta la carnicería: doce personas que marchan a su muerte sin saberlo.
El escritor argentino Ricardo Piglia recoge, en Rodolfo Walsh y el lugar de la verdad, esta respuesta, circa 1970: "La denuncia traducida al arte de la novela se vuelve inofensiva (...) el documento, el testimonio, admite cualquier grado de perfección, en la selección, en el trabajo de investigación se abren inmensas posibilidades artísticas".
Cuando faltaban ocho años para que un hombre llamado Truman escribiera un libro llamado A sangre fría e inventara aquello de la novela de no ficción, mucho antes de que se insinuara un cruce posible entre periodismo y literatura, Walsh lo sabía todo.
La vida que siguió a Operación Masacre fue mucha -dos décadas-, fue prolífica y fue, sobre todo, distinta. En 1958 escribió otro libro, también de investigación: El caso Satanowsky. En 1959 partió a Cuba para participar de la fundación de la agencia de noticias Prensa Latina. De regreso, escribió obras de teatro, publicó artículos y dos volúmenes de cuentos -Los oficios terrestres (1965) y Un kilo de oro (1967)- que reúnen los que algunos críticos consideran los mejores cuentos de la literatura argentina. En 1969 publicó su libro de investigación, ¿Quién mató a Rosendo?, pero desde 1968 la tarea política había empezado a ser más importante y Walsh, que defendía, ahora, la idea de que el arte, para ser tal, debía ser político, parecía inmerso en un conflicto irresuelto: cómo escribir ficción incorporando el compromiso. "No puedo o no quiero volver a escribir para un limitado público de críticos y de esnobs. Quiero volver a escribir ficción, pero una ficción que incorpore la experiencia política" (Rodolfo Walsh, ese hombre y otros papeles personales, Ediciones de la Flor). Sea como fuere, buscar ese camino no pareció la prioridad: a fines de los sesenta estaba abocado a dirigir el periódico sindical de la CGT de los Argentinos; en los setenta empezó a militar en las Fuerzas Armadas Peronistas y en 1973 entró en la organización Montoneros, donde fundó el diario Noticias y organizó la Agencia Clandestina de Noticias.
El 29 de septiembre de 1976 su hija Vicky, oficial 2º de Montoneros, murió en un enfrentamiento con el Ejército y Walsh decidió salir de Buenos Aires. Se fue, con Lilia, a una casa con jardín en la localidad de San Vicente.
Allí empezó a trabajar en una carta que planeaba enviar a los medios el día en que se cumpliera un año del golpe. Su título era Carta abierta de un escritor a la junta militar y decía, entre otras cosas: "Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos (...). Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración" . La despachó por correo el mismo día de su muerte: 25 de marzo de 1977. Se ha dicho, sin embargo, que fue eso -esa carta- lo que le costó la vida a Walsh. Pero no. Cuando los militares dispararon contra él no sabían, de esa carta, nada.
Lo que le costó la vida a Walsh no fue esa carta sino cada uno de los minutos transcurridos desde el momento en que escuchó aquella frase -"hay un fusilado que vive"- y empezó a dirigirse hacia ese día de marzo cuando, a las dos de la tarde, dejó, para siempre, una novela sin escribir, dos hileras de álamos sin plantar y unas lechugas que nunca serían huerta.
Cosas hizo. Cosas dejó sin hacer. Nadie puede saber si volvería a elegirlas todas.
[fontanamoncada@ yahoo.es ]~
La elección de presidente en EE UU
Por Javier Campos © mediaIsla
Este 4 de noviembre se elige presidente en EE.UU. pero no será una elección cualquiera sino histórica por varias razones. Es la primera vez que un candidato a la presidencia es mulato aunque en EE.UU. se le llama a Barack Obama "el primer candidato Black-American" o de origen negro. La palabra "mulato" si bien existe en el inglés norteamericano, realmente no se usa en el vocabulario cotidiano. No hay ningún medio masivo en este país que haya denominado a Obama como "mulato" por ejemplo aun cuando lo es pues es hijo de una mujer blanca, Ann Dunham de Kansas, y de un padre emigrante que nació en Kenya, África del Este.
Por otro lado, tampoco será una elección cualquiera porque una importante mayoría de los norteamericanos está cansado de una guerra que ha costado 4.188 vidas de soldados cuya edad promedio es 25 años, y otros miles de heridos (30.757) junto a mutilados (otros tantos miles), a parte de una proporción grande de suicidios luego de regresar de Irak. Además hay que agregar una asombrosa cantidad de millones de dólares mensuales (¡900 billones de dólares hasta la fecha!) que se invierten en una región cada vez más violenta por la persistente presencia militar norteamericana en Irak y Afganistán (1 millón de iraquíes muertos, y 4.000 en Afganistán). Dinero, argumentan bien los demócratas (a la cabeza con Obama), que podría servir mucho más en el propio EE.UU.
Por otro lado, con la crisis reciente en Wall Street, el norteamericano medio, que es el dominante en la fuerza de trabajo del país, ha sentido que su vida doméstica está tocando el fondo, temiendo perder lo que siempre se les ha dicho de su propia sociedad: "es el país de las oportunidades donde si trabajas duro, lograrás la comodidad y la estabilidad hasta que te mueras." Y de hecho, por ejemplo, son millones de personas donde cerca del 50% de sus ahorros que tenían guardado para su jubilación lo han perdido por la crisis de Wall Street.
Yo vivo en este país por varios años (como miles de latinoamericanos y millones de gente de todas las partes del mundo que han emigrado a EE.UU) y pertenezco a lo que aquí se llama esa clase media la que no es tan diferente -aunque yo tengo un doctorado- de un plomero como el famoso "Joe el plomero" del que tanto han hablado los dos candidatos -John McCain y Barack Obama - desde el último debate. Esa distinción de grupos sociales norteamericanos no es posible aplicarla mecánicamente a países del tercer mundo donde allí, el concepto de clases sociales, o la distinción entre un plomero y un profesor de universidad, es del cielo a la tierra. Incluyendo además, en nuestro tercer mundo, la discriminació n con que se le trata a quien es plomero o albañil, o tenga su puesto de verduras en un mercado cualquiera. O sea que un "Joe el plomero" en EE.UU. sí puede ganar más dinero que un profesor universitario pero la diferencia social o discriminatoria, por el oficio que se tiene, no es abismante como ocurriría en países de America Latina.
Por un lado, hay un respeto por el trabajo del otro, cualquier trabajo que sea (la influencia del puritano emigrante en EE.UU. tiene mucho que ver). Y eso es fácil verlo en lugares por donde transita cotidianamente la gente para darse cuenta de ello. Claro, otro asunto es el trato que puedan recibir los indocumentados pero eso no es únicamente una discriminació n que ocurre en EE.UU. (incluida la discriminació n a minorías negras) sino es común en países o de Europa o America Latina misma en el contexto de globalización y flujos de inmigrantes a los lugares donde hay trabajos. Incluido Chile donde hace dos décadas era impensable que llegaran emigrantes indocumentados de evidentes rasgos indígenas andinos a trabajar y a transitar por donde antes transitaban sólo "los chilenos".
Volviendo a las elecciones, hay un sentimiento de cansancio de la administració n Busch de 8 años que ha llegado a tocar ese fondo en la cual esta sociedad no había visto en varias décadas por la reciente crisis financiera. Es decir, la parte más negra del capitalismo: la especulación sin control. Algunos análisis apresurados han pronosticado el fin del capitalismo, pero realmente no es el fin del capitalismo, o la sociedad de mercado, sino que se ha tomado conciencia que ésa ha sido la parte de un capitalismo salvaje que es necesario cambiar profundamente.
El capitalismo ya no puede ser igual con esta crisis, pero eso no significa el fin del capitalismo en sí mismo. Y no será el fin porque no hay otra alternativa mejor a la economía de mercado. Ya hubo oportunidad con la "sociedad casi utopia", o "el socialismo real" de influencia marxista, pero no funcionó sino que se desplomó por cambiar un sistema que ha sido esencial desde los comienzo de las civilizaciones humanas. Aquel sistema de producción que existía muchos miles de siglos antes de Marx: la iniciativa privada. Pero lo que sí hay consenso es que en estos momentos, con un sistema global tan estrechamente interconectado, el capitalismo mundial no puede seguir con una libertad sin límites de intercambio porque se llegará a una crisis planetaria descomunal. Pero que el capitalismo pueda desaparecer es tan improbable como la desaparición del sol que nos alumbra
Por eso es histórica la elección en EE.UU. ya que al ganar el candidato republicano, John McCain, continuaría una política en nada distinta a la de George W. Bush y sí entonces podríamos estar a las puertas de un colapso planetario al persistir en un capitalismo altamente especulativo, mantener una guerra de 100 años en Irak, fortificar un muro entre México y EE.UU. para que no entre ni una mosca además de una persecución inimaginable a todo aquel que sea indocumentado en este país. Y a nivel nacional, el empobrecimiento de la clase media norteamericana según los parámetros, claro, de la vida en el Primer Mundo. Y es lo que recién decía Obama en los importantes estados de Florida, Ohio y Pennsylvania que deciden la elección por su gran cantidad de votos electorales en el sistema norteamericano de elecciones presidenciales: "McCain fue el copiloto de un avión que caía al abismo y manejaba Bush y ahora mi oponente quiere apretar aún más el acelerador".
Se piensa con mucho optimismo que Obama ganará la presidencia el 4 de noviembre según las últimas encuestas… pero nunca se sabe sin embargo qué podría ocurrir el mismo día de la elección. Y no hay duda que de esta elección depende también el curso de las relaciones mundiales futuras entre todos los países del planeta, tan desprestigiada a causa de los 8 años del gobierno de Bush. Por lo menos no estaremos ante un conservadurismo extremo en el nuevo gobierno norteamericano si se elige al mulato Barack Obama. [JCampos@mail. fairfield. edu]~
El 40% lee menos de lo que quisiera
La falta de tiempo y el precio de los libros dificultan el hábito de la lectura, según encuesta entre docentes, bibliotecarios, estudiantes y profesionales.
Por Susana Reinoso © LA NACION
Cuatro de cada diez personas, en su mayoría docentes, que concurrieron al último Foro de Lectura de la Fundación Mempo Giardinelli se declararon poco lectores y dijeron que leen mucho menos de lo que desearían. Entre las razones por las que no satisfacen ese hábito, el 47% dijo que no tiene tiempo y el 16%, que los libros son caros. Un 14% argumentó que ignora por qué no se prodiga con la lectura o, lisa y llanamente, señaló que prefiere hacer otras cosas.
La encuesta fue realizada en agosto pasado, durante el 13° Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, en Chaco, al que asistieron, entre otros escritores extranjeros, Oscar Collazos, de Colombia, y Sealtiel Alastriste, de México. También concurrieron Pedro Mairal, Guillermo Saccomano, Tununa Mercado y Noé Jitrik.
Con el lema "Leer abre los ojos", la Fundación realizó una encuesta entre 321 docentes de niveles primario y secundario, en su mayoría; estudiantes y bibliotecarios, así como profesionales y trabajadores de otras ocupaciones.
Entre los que leen, hubo un 34% que admitió leer entre dos y cuatro libros por año; un 23% dijo que lee sólo uno en igual período y un 18% subrayó que lee un libro por mes. Uno de los datos más curiosos es que, al tratarse de un perfil de encuestados vinculados con la comunidad educativa, hubo un 10% que dijo ser no lector, pero aceptó que le gustaría serlo. En tanto, un 6% precisó, sin más, que no le gusta leer.
En relación con los hábitos de lectura, la mayoría de los entrevistados -155 personas- dijo que prefiere leer de noche, en tanto 109 se dividieron entre la mañana y la tarde. El fin de semana fue elegido por 75 encuestados para la lectura.
Consultados sobre los dos últimos libros leídos, el 28% no pudo mencionar ni títulos ni autores. Puestos a responder sobre su concurrencia a bibliotecas, ya sean públicas, populares o escolares, tres de cada diez encuestados admitieron que concurre "de vez en cuando", en tanto el 21% dijo que va "muy a menudo" y el 20%, que no va "casi nunca".
Entre los que van a las bibliotecas, la gran mayoría lo hace para "saber más y adquirir conocimientos o para buscar información general". La literatura tentó, según la encuesta, a 72 personas. Del mismo modo, cuando van a las librerías, 98 encuestados admitieron que lo hacían en busca de conocimientos o porque necesitaban libros específicos de su profesión. En tanto, 76 personas indicaron que su preferencia era la literatura.
Aprender y disfrutar
En lugar de la lectura de libros, los consultados señalaron que escuchaban música, veían televisión u hojeaban diarios y revistas, en un número más o menos equivalente. Sólo 40 encuestados admitieron que preferían ver películas en su casa.
También hubo quienes definieron cuáles son las ventajas de leer. Aprender, fue la conclusión de 173 entrevistados; disfrutar de la literatura, subrayaron 64 personas, y formarse para ser personas más interesantes, 65 consultados. Sin embargo, una de las mayores adhesiones fue "escaparse de la realidad" a través de la lectura, por lo menos para 78 consultados.
Otro de los datos más relevantes, que sin duda se vincula a lo largo de la vida con el interés por los libros o la indiferencia por la lectura, tiene que ver con la relación inicial que los encuestados tuvieron con ambos.
Consultados sobre si les leían cuando eran niños, 158 dijeron que nadie les había leído libros en la infancia, así como 83 subrayaron que la lectura era responsabilidad de su mamá. Y 46 que fueron sus maestros o bibliotecarios quienes les leyeron en voz alta.
A continuación, el 49% dijo que comparte hoy sus lecturas y un 54%, que lee a otros en voz alta.
El 52,6% de los entrevistados tiene entre 17 y 35 años; en tanto que el 28%, entre 36 y 45 años, y un 10,2%, entre 46 y 55. La mayoría, esto es el 59%, son mujeres. Casi el 40% de los consultados son docentes de EGB y de nivel secundario.
Las respuestas
· Poco lectores : cuatro de cada 10 encuestados dijeron que son poco lectores y que leen mucho menos de lo que quisieran.
· Autores : los autores más leídos entre los consultados fueron Gabriel García Márquez, Paulo Coelho, Julio Cortázar y Manuel Puig.
· Obras : entre las más leídas por quienes respondieron se encuentran El Principito , Cien años de soledad, La Ilíada , la Biblia, La Odisea , Mi planta de naranja lima , Pedro Páramo y Los ojos del perro siberiano .
· Ni tiempo ni dinero : el 47% dijo que no lee más porque no tiene tiempo y el 16% argumentó que los libros son caros.
· Otras opciones: escuchar música, ver TV y hojear diarios y revistas son las actividades preferidas de quienes dijeron no leer libros. [giecoleon@yahoo. com]~
Algunos errores sobre la crisis
Por Alfredo Torrado © Rebelión
Un artículo difundido recientemente en algunos medios de información de izquierdas lleva por título: "Nos sobran analistas, nos faltan activistas". Pero si nos sobran analistas es porque éstos repiten en realidad los mismos análisis. Cada análisis se sigue de unos principios distintos, y de ellos se sigue también un programa político distinto, y una táctica política distinta. Pero el problema no es tanto que falten activistas, como que los análisis sean o no acertados, pues de análisis erróneos se siguen programas políticos erróneos, con lo que sobrarían también activistas guiados por ellos. Este artículo trata de advertir sobre algunos de estos análisis erroneos, desde la teoría marxista. Como dice el profesor de economía Rolando Astarita: "Algo que he visto a lo largo de mi militancia es que, por ejemplo, un trabajador que entendió que tenía que ir a la Plaza del No contra Menem, el día de mañana podía ser kirchnerista. Pero un trabajador que entendió la plusvalía, que adquirió conciencia de qué es la explotación del capital, no pasa más del otro lado de la barrera ideológica" (entrevista a Rolando Astarita en el libro "Las izquierdas en la política argentina", Divino Tesoro, 2007).Este artículo está dividido en dos partes. En la primera se critican algunos aspectos de la explicación dominante de la crisis, que se filtran en cierta medida en las explicaciones de la izquierda (capitalista) ; en la segunda se critica la explicación, basada en la teoría del subconsumo, compartida por la doctrina keynesiana (y, hoy día, decir keynesiano es casi lo mismo que decir "de izquierdas", y viceversa), y por algunos marxistas. Nos dejamos algunos aspectos en el tintero: el amplio tema del neoliberalismo y, en particular, de la desrregulació n financiera. Para una explicación histórico-econó mica del neoliberalismo en términos marxistas, remitimos a la excelente obra de Gerard Duménil y Dominique Lévy, recientementa traducida: "Crisis y salida de la crisis. Orden y desorden neoliberales" , Fondo de Cultura Económica, 2007; para una explicación detallada de la desrregulació n financiera, y de la proliferación de la ingeniería financiera promovida por ella, remitimos al artículo de Rolando Astarita: "Sobre la crisis financiera (I): Sobre los mecanismos de control de los mercados financieros" (http://www. elrevolucionario .org/rev. php?articulo966) .1. La crisis no empieza siendo una crisis financiera, que luego se traslada a la "economía real", sino al revés. La explicación oficial de la crisis difundida por los medios de comunicación dominantes comienza diciendo que la causa de la crisis ha sido la "codicia" de unos pocos especuladores. Pero el fin que mueve a los agentes capitalistas en general, y no sólo a "algunos", es la búsqueda de beneficio, y no la "codicia". La búsqueda del beneficio es una causa, junto con otras, fundamental de las crisis, en tanto que aquella es consustancial al capitalismo y las crisis también lo son. La búsqueda del beneficio no es algo ajeno al capitalismo, que algunos introducen en él de vez en cuando, produciendo las crisis.Pero el aspecto fundamental de la explicación dominante no se presenta siquiera como tal, sino que se da por supuesto. Se da por supuesto que la crisis ha comenzado siendo una crisis financiera, y, con el pretendido fin de evitar su contagio a la "economía real", se aplican medidas de rescate del sector financiero.Todos sabemos que ha habido un exceso de crédito, que las entidades financieras se han volcado masivamente a la concesión de créditos hipotecarios para la compra de viviendas, y para el consumo en general. Según la explicación dominante, la crisis financiera se ha producido cuando muchos de los prestatarios se han revelado insolventes.Pero miremos las cosas desde otra perspectiva, o completemos la visión unilateral y falsa, por tanto, que ofrece la explicación dominante. En primer lugar, si ha habido tantos insolventes ha sido porque éstos no han podido seguir pagando sus hipotecas conforme los intereses subían (junto con la inflación), bien porque sus salarios no han acompañado a dichas subidas, bien porque han perdido sus empleos, directamente. Pero los bajos salarios y el aumento del desempleo son, en último término, efectos de la crisis. Es decir: si la economía estuviera creciendo a un ritmo, digamos, adecuado (para responder al crédito), que hubiera permitido un aumento del empleo y los salarios, no se habría producido la crisis financiera. Sin embargo, los medios fijan nuestra atención en el aspecto financiero de la crisis, en la caída de las acciones de las entidades financieras, en vez de en el aumento del desempleo y en la bajada de los salarios, que son consecuencia de la crisis de la "economía real".Se viene a decir que la causa de la crisis ha sido el exceso de crédito. Pero, ¿con respecto a qué se produce el exceso de crédito? Con respecto al crecimiento de la economía. La causa de la crisis no es, entonces, el exceso de crédito, sino la falta de un crecimiento correspondiente de la economía. El exceso de crédito es efecto, y no causa, de la crisis.Pero la crisis ya estaba ahí desde 2001. Tras la crisis de los 70 y principios de los 80, el capitalismo ha vivido un período de crecimiento desde mediados de los 80 hasta finales de los 90. Cuando la burbuja bursátil de las .com estalló, la FED bajó drásticamente los tipos de interés, con lo que dio un respiro a la economía mundial. Las entidades financieras se lanzaron entonces al mercado hipotecario y al sector de la construcción. De esta forma se postergó la crisis, pero la crisis ya estaba ahí.Culpando de la crisis a los excesos del sistema financiero se trata de exculpar al sistema capitalista. Esta maniobra no es nueva: el fascismo y el nazismo ya culparon de la crisis de los 30 a la "plutocracia" o al "capitalismo financiero", identificándolo con los judíos.2. La causa de la crisis no es el subconsumo.Pasamos ahora a una explicación de la crisis compartida tanto por la izquierda capitalista como por algunos marxistas. Unos y otros se basan en la teoría subconsumista. Muchos artículos aparecidos últimamente en medios de información de izquierdas comparten esta teoría. La teoría del subconsumo, aunque errónea, tiene al menos la virtud de tratar de ir a las causas del problema.La teoría del subconsumo tiene una larga tradición que se remonta a Sismondi y Malthus, pasando por Hobson hasta llegar a Keynes y algunos marxistas como Luxemburgo, Baran y Sweezy, por ejemplo. Podemos exponer brevemente la lógica fundamental de esta teoría. La idea general es simple (baso la exposición en Anwar Shaikh, "Valor, acumulación y crisis", Razón y Revolución, 2006): Si los trabajadores sólo reciben como salario el equivalente a una parte del valor del producto (nos referimos al producto social total), entonces sólo podrán comprar una parte del producto, lo que conduce al subconsumo (o a la sobreproducció n). Las versiones más vulgares de la teoría se detienen aquí. Pero prosigamos: la otra parte del valor del producto serría comprada por los capitalistas, con su ganancia. Dicho ésto, parece que el problema está resuelto. Sin embargo, podría estarlo para el caso de lo que Marx denomina la reproducción simple, es decir, para el caso en que el capital no se acrecienta y la economía no crece, es decir, para el caso en que todo el beneficio es consumido por los capitalistas, que no dedican nada a la inversión. Pero si los capitalistas no consumen todo su beneficio e invierten una parte, entonces topamos finalmente con el problema del subconsumo. Para la teoría del subconsumo, el problema es, por tanto, la inversión. Llegamos así a una paradoja: la teoría del subconsumo podría explicar las crisis, si se entendiera por crisis la falta total de inversión y, por tanto, de crecimiento de la economía. Pero, si esta teoría fuera cierta, la economía capitalista no podría crecer, con lo que las economías capitalistas no habrían crecido a lo largo de su historia. Pero el crecimiento económico capitalista es un hecho histórico (aunque también lo es que este crecimiento pasa por fases de auge y de retroceso, y que las fases de auge son cada vez más limitadas). En conclusión: la teoría del subconsumo explica la crisis ¡al precio de dejar sin explicar el crecimiento, es decir, al precio de concluir que la economía capitalista se encuentra en una crisis perpetua!No hace falta ir muy lejos para encontrar la solución a la contradicción planteada por las teorías del subconsumo: la solución está en aquello que para la teoría subconsumista constituye precisamente la causa del subconsumo, es decir, en la propia inversión. La inversión se materializa en más capital constante (equipos, materias primas, etc.) y en más trabajadores, destinados a ampliar la producción. Esta inversión acrecentada es la que sirve para realizar la producción anterior, fruto de una inversión acrecentada con respecto a la anterior, y así sucesivamente. En palabras de Shaikh: "Lo que muestran los ejemplos de Marx [se refiere a los esquemas de reproducción] es que, si los capitalistas realizaran la cantidad apropiada de inversión, ciertamente podrían vender su producto y obtener las ganancias esperadas. Si este éxito los estimula a invertir una vez más, en espera de ganancias aun mayores, una vez más obtendrán su recompensa, y así sucesivamente. Entretanto el consumo aumentaría debido al empleo creciente y a la creciente riqueza de los capitalistas" . Por ello la economía capitalista debe crecer necesariamente, aunque a ritmos mayores o menores. Así pues, el problema no es la inversión, sino la falta de inversión, y la inversión depende de la tasa de beneficio. Puede decirse, para terminar, que el problema de la teoría del subconsumo es que no tiene en cuenta el tiempo.Sobre la actual crisis financiera se oye decir con frecuencia que el problema ha sido que hemos estado gastando más de lo que teníamos, es decir, más de lo que habíamos producido, gracias a un crédito excesivo. Este tópico es falso, al menos en un sentido: siempre que la economía crezca, porque lo haga la inversión, gastamos más de lo ya producido, porque la producción actual, acrecentada, es mayor que la producción pasada. Por otro lado, el crédito siempre es excesivo con respecto a la producción actual, precisamente en la medida en que presupone una producción futura acrecentada, y un mayor beneficio; porque, si la economía no creciera: ¿de dónde saldría el dinero para pagar los intereses? El problema ocurre cuando la economía no crece en la medida de lo previsto. Así como la inversión acrecentada debe servir, no sólo para pagar el crédito, sino los intereses, también debe servir para consumir el producto creado por una inversión anterior, normalmente menor. Por ello, las crisis se explican, no por un subconsumo congénito debido a la inversión, sino, al contrario, por una falta de inversión, debida a un descenso de la tasa de beneficio.La teoría del subconsumo sirve de fundamento a la doctrina keynesiana de la crisis, pero no a la teoría de Marx (dejamos la explicación marxista de la crisis para otro artículo). Asímismo, esta teoría sirve de base a las políticas keynesianas, que no sirven para salir de la crisis, sino para paliar y prevenir sus efectos sobre la clase asalariada (ésto lo explicamos en un artículo anterior: http://www.rebelion .org/noticia. php?id=73563) y, con ello, tratar de evitar que ésta se movilice contra el sistema capitalista y su Estado. El propio Keynes dijo: "Puedo estar influído por lo que me parece ser justicia y buen sentido, pero la guerra de clases me encontrará del lado de la burguesía educada". Pero el marxismo no pretende un "capitalismo más justo", porque entiende que ésto no es posible a la larga, sino destruir el sistema capitalista y construir el socialismo.Sin embargo, estos días pueden leerse multitud de artículos en diversos medios de información de izquierdas, algunos de ellos escritos desde el marxismo, que ofrecen explicaciones de la crisis basadas en la teoría del subconsumo. Esta teoría puede servir, quizás, para explicar de forma simple la crisis (aunque resulte errónea, e incluso absurda, como hemos visto), pero no tiene nada que ver con la explicación marxista de la crisis, y hay que tener cuidado con el precio de esta simplificació n. Porque si, según estas explicaciones erroneas, el problema es el subconsumo, bastaría (supuestamente) con volver a las recetas keynesianas redistributivas (aumento del gasto social, básicamente) con la ilusa pretensión de construir un capitalismo más justo. Pero no es ésta la solución, porque no es aquel el problema. Si las cosas se ponen difíciles para el capitalismo, ya se encargará la socialdemocracia de reeditar las políticas keynesianas, y ya lo está haciendo, en cierta medida. Por otro lado, el liberalismo puede dar nuevamente paso al fascismo, y ya lo está haciendo también, en medida creciente.Obviamente, no se debe dejar de defender, también desde el marxismo, lo poco que queda del Estado de bienestar: sería un grave error no hacerlo. Pero también sería un grave error limitarse a ello. El marxismo tiene otro programa, y no hay mejor momento para darlo a conocer que los tiempos de crisis. [ibyquenn@yahoo. com ]~
Lévi-Strauss visto por Augé
Son dos de los más destacados antropólogos del siglo XX. El más joven, Marc Augé, tiene 73 años y viene a Chile para participar en un homenaje -invitado por la embajada de Francia, en actividad conjunta con la UCV- al mayor, Claude Lévi-Strauss, que cumple 100 años y es una verdadera institución nacional francesa .Por Patricio Tapia © El MercurioLa famosa afirmación inicial de "Tristes trópicos" -"Odio los viajes y los exploradores" - difícilmente haría pensar que su autor, Claude Lévi-Strauss, era un antropólogo, de aquellos que clásicamente viajaban a tierras lejanas en busca de culturas "primitivas" . Pero Lévi-Strauss sí es un antropólogo, uno de los más conocidos del mundo (sobre todo por su enfoque estructuralista) y "Tristes trópicos", su melancólico libro de 1955, justamente relataba, entre otras cosas, sus expediciones en la Amazonía para estudiar una serie de de tribus indígenas durante su estadía en Brasil.Aunque su perspectiva estructuralista se volvería más tarde un movimiento (y Lévi-Strauss, su figura emblemática), en cuanto teoría -una de las más influyentes y debatidas de las ciencias humanas del siglo XX, renovando varias disciplinas: desde la antropología al psicoanálisis, desde la historia a la teoría literaria- no agota sus aportaciones.Otro antropólogo, no menos célebre, Marc Augé, reiteradamente ha reconocido la importancia de la obra de Lévi-Strauss. Aunque la labor etnológica de Augé se desenvolvió en África, destilando una serie de publicaciones que dieron nuevos impulsos a los estudios africanistas, su mayor celebridad proviene de sus aportaciones teóricas (como las nociones de "sobremodernidad" y de "no lugares") referidas a parajes más cercanos a él, como los jardines de Luxemburgo o el metro de París.Lévi-Strauss -que tanto bebe de los moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII- es una suerte de institución nacional en Francia (aunque nació en Bélgica). Su figura ha intentado ser apropiada por la izquierda (a pesar que jamás se ha mostrado particularmente "comprometido" con causas políticas y parece rechazar todo revolucionarismo) y por la derecha (por posiciones suyas consideradas conservadoras sobre la universidad o el arte contemporáneo) . Ahora que Lévi-Strauss alcanza la improbable más que venerable edad de 100 años, es el momento de los homenajes, a uno de los cuales, en Chile, viene Marc Augé.-En "Por una antropología de la movilidad" recuerda "Tristes trópicos" y dice que el etnólogo es "un sedentario que se ve obligado a viajar". ¿Usted también odia los viajes y los exploradores?"Lévi-Strauss piensa en tipos de viaje muy precisos cuando escribe esta frase. Piensa en los viajeros profesionales que en esa época relataban sus viajes proyectando fotografías en la Sala Pleyel, la gran sala de conciertos de París. Este tipo de viaje no desapareció, sino que cambió de paradero: los reportajes para la televisión los sucedieron. Pero también es cierto que Lévi-Strauss, que conoció los aspectos más caricaturescos de la expedición etnográfica en Brasil, es más antropólogo que etnólogo y está más preocupado de buscar proposiciones generalizables que de describir originalidades localizadas" ."En cuanto a mí, me gusta viajar porque tengo la posibilidad de no estar condenado al turismo y de tener amigos por todas partes. La etnología tradicional es una actividad sedentaria (aparte de los viajes de ida y vuelta), pero es posible que el movimiento hoy permita percatarse de ciertos aspectos de nuestro mundo globalizado" .-¿La obra de Lévi-Strauss es parte de las glorias de antaño o aún conserva su validez?"Estoy convencido de que la obra de Lévi-Strauss tiene un interés completamente actual, pero es una obra considerable en la cual cada uno puede espigar lo suyo. Tampoco es seguro que sean sus trabajos más monumentales los que tengan mejor porvenir. Voltaire creía más en sus tragedias que en sus cuentos. El autor no es siempre el mejor juez de lo que el futuro conservará. Lo propio de los grandes autores es que no se reducen a una teoría, ni a una obra particular, sino que su pensamiento, cuando se lo redescubre, es siempre enriquecedor y provocativo" .-¿Cuáles serían, a su juicio, los grandes aportes de Lévi-Strauss a las ciencias sociales y cuáles, las limitaciones de sus planteamientos?"Hay todo un aspecto de la obra de Lévi-Strauss que se sitúa en la línea de Durkheim y de Mauss, en la línea, si se quiere, de la gran sociología francesa. Encontramos rastros de esta línea en 'Antropología estructural' 1 y 2, en 'Raza e historia' y en la 'Introducción a la obra de Marcel Mauss', por ejemplo. Sus reflexiones sobre el humanismo, sobre el lugar del individuo en la reflexión sociológica, sobre la necesaria alienación en lo social se inscriben, renovándolas, en la continuidad de sus análisis. Personalmente aprecio mucho las aportaciones de esta época y estoy seguro de que ejercieron una gran influencia sobre autores como Althusser y Castoriadis. Es el Lévi-Strauss 'pre-estructuralist a' el que más conserva mi interés y el que me parece más actual o, al menos, el más pertinente para asomarnos al mundo contemporáneo" .-¿Qué queda del estructuralismo? Usted suele citar, entre las obras de Lévi-Strauss, las de su etapa pre-estructuralista . ¿Es sólo un gusto o refleja sus convicciones teóricas?"La gran empresa estructuralista refleja una ambición extrema: hacer el puente entre las estructuras observables en las creaciones humanas, los sistemas de parentesco y los mitos, y las estructuras del cerebro humano. Desde luego, el vínculo entre ambos puede ser postulado, pero no identificado y establecido. En sentido opuesto, los cognitivistas actuales no pueden deducir las obras humanas a partir de las estructuras cognitivas que observan en los procesos de aprendizaje. Esto no significa que este gran proyecto materialista no estuviera justificado en sus comienzos, pero la complejidad y la multiplicidad de factores en juego lo condenan a seguir siendo parcial, incompleto y virtual; y me atrevería a decir: tanto mejor"."Por mi parte, pienso que la antropología tiene como objeto principal la relación (entre uno y el otro, entre los unos y los otros o incluso entre uno y los otros). Desde este punto de vista, concedo más importancia al rito que al mito y no disocio el estudio de las representaciones del de las prácticas a ellas asociadas. Trato de preguntarme, en forma paralela, en qué condiciones un enfoque verdaderamente antropológico de los fenómenos contemporáneos es posible y el primer Lévi-Strauss, en ese caso, es para mí más útil que el teórico del estructuralismo antropológico" .-La obra de Lévi-Strauss ha sido polémica. ¿Cuáles críticas (excesivo racionalismo o teorización, escaso trabajo de campo, etc.) son justificadas y cuáles, no?"El hecho de criticar, en general, es legítimo y normal. Sin embargo, las críticas a menudo son voladizas. Algunos le reprocharon a Lévi-Strauss haber escogido los objetos intelectuales que fueron los suyos. Se pueden escoger otros, pero no podemos cuestionar el principio de una elección que corresponde a una gran hipótesis inductiva. Las observaciones sobre le trabajo de campo son inadecuadas. Es el curso habitual de un etnólogo tener uno o dos campos de partida que son también campos de referencia y dedicarse luego a una antropología más comparatista que recurre a los escritos de otros. Los viajes y las estancias de Lévi-Strauss en Japón, además, no hicieron sino influir en su reflexión. No estoy muy interesado en tener en cuenta los méritos y defectos de un autor: lo que me preocupa son los puntos de articulación con su obra, sus sugerencias y, eventualmente, los puntos de desacuerdo, pero se trata entonces de una crítica intelectual, no de una apreciación de los méritos de la obra. Tratándose de autores importantes, esta me parece la actitud más sana".-En su libro "El oficio de antropólogo" señala que éste necesariamente compromete su subjetividad, lo que lo acerca al escritor literario. ¿Cómo valora la figura de Lévi-Strauss como escritor? Hay quienes consideran su prosa entre las mejores de la literatura francesa del siglo."Lo cierto es que Lévi-Strauss tenía la inquietud de la escritura. Existen pasajes en su obra que no engañan. ¿Es uno de los grandes autores de la literatura francesa? No lo sé. Habrá que ver, con el tiempo, lo que su obra dirá, en el largo plazo, a otros. Es, indiscutiblemente, una de las grandes voces del siglo, pero no estoy seguro de que para él la escritura sea tan esencial y tan íntimamente personal como para un escritor etnólogo como Michel Leiris".Claude Lévi-Strauss"Tristes trópicos"Traducción de Noelia Bastard, Editorial Paidós, Barcelona, 2006, 520 páginas.Marc AugéMarc Augé (1935) ha sido profesor en la École des hautes études en sciences sociales (EHESS) de París. Realizó numerosas misiones en África, estudiando en terreno diversas prácticas rituales, pero ha diversificado sus campos de observación hacia el mundo contemporáneo. Buena parte de su obra está disponible en castellano, casi toda traducida por Editorial Gedisa, de Barcelona. Uno de sus libros más conocidos es "Los no lugares". Sus dos últimas publicaciones son "El oficio de antropólogo" y "Por una antropología de la movilidad".Actos en ChileMarc Augé participará en un Coloquio Internacional en homenaje a Lévi-Strauss los días 3, 4 y 5 de noviembre, con actividades en Santiago y Valparaíso (de 9:30 a 16:30 horas): el lunes 3, en la Biblioteca Nacional de Santiago y el martes 4, en la UCV. (El día 5 se confiere doctorado honoris causa a Augé).Otro homenaje rendirán los institutos Chileno Israelí, de Estudios Brasileros y Hebreo (conferencia y documental). Café Literario de Providencia, 6 de noviembre, 19 horas.Su estructuralismoAunque no del todo cómodo en lo que se ha entendido como "estructuralismo" -C. Clément cuenta que Lévi-Strauss se mostró descontento de ver que sus libros los pusieran al lado de los de Foucault, Barthes, Lacan, etc.: "Los únicos estructuralistas con quienes me gustaría ubicarme son Émile Benveniste y Georges Dumézil"-, ha sido esa la perspectiva que más se ha asociado a su nombre. Su estructuralismo nació de la conjunción de casualidades y azares. Todo empieza en 1934, cuando lo invitan a impartir clases de sociología en la Universidad de São Paulo: lo que hace de 1935 a 1939 y lo que le permitió estudiar a ciertas comunidades indígenas de la Amazonía. Luego, en 1941, debe escapar del antisemitismo de la Francia ocupada y emigra a Estados Unidos, donde hace amistad con Roman Jakobson, profundizando su conocimiento de la lingüística estructural: "Yo hacía estructuralismo sin saberlo. Jakobson me reveló la existencia de un cuerpo ya constituido de doctrina". Parte importante de su planteamiento fue superar la noción de identidad personal y se ubica del lado de la "racionalidad sin sujeto" contra los sostenedores del "sujeto sin racionalidad" . En definitiva, pretendía reintegrar a la racionalidad los fenómenos, gestos o actos humanos que parecían incomprensibles.¿Por qué leer hoy a Lévi-Strauss?Yvan Simonis, autor de "Lévi-Strauss o la pasión del incesto" (1968): "No es a causa de sus teorías estructuralistas que releo la obra de este gran autor, lo releo porque estoy frente a una hermosa obra de arte (sobre todo los volúmenes de 'Mitológicas' ) y porque no termino de inspirarme en ella y de comprender el genio que supone. Pienso, para decirlo de otro modo, que su práctica del análisis de los mitos implica una teoría de nuestra relación con el mundo mucho más avanzada que lo que el propio Lévi-Strauss dice al desarrollar su discurso estructuralista. He aquí, en pocas palabras, lo que me hace releer a Lévi-Strauss, quien me continúa asombrando, inspirando y generando críticas respetuosas" .Vincent Debanne, coordinador de la edición de Lévi-Strauss para La Pléiade (2008): "La obra de Lévi-Strauss permanece antropológicamente válida, como demuestran numerosos trabajos académicos sobre el parentesco y los mitos. Conserva su pertinencia también debido a su ambición teórica. No ha renunciado a los principios del estructuralismo y ha conservado la preocupación de justificar los usos más diversos, de descubrir las reglas subyacentes que dirigen las conductas de los hombres. Nos recuerda que el fin último de la antropología es comprender a los hombres de todos los lugares y todas las épocas. Su obra también tiene interés para el no especialista, como un buen remedio contra las falsas evidencias del sentido común. Llama a tomar distancia, a liberarse de prejuicios, a comprender que lo que parece natural es una construcción cultural, que lo que parece universal es local y particular. Su pensamiento es de una gran actualidad por su dimensión ecologista. En fin, hay que leer a Lévi-Strauss también y quizá sobre todo, por placer. Porque es un gran estilista; su lengua es una maravilla, y la calidad de su prosa lo hace, sin duda, un gran escritor".A los 100Lévi-Strauss nació en Bruselas, en 1908, pero fue criado en Francia. En 1934 se afincó en Brasil y realizó varias expediciones etnográficas por la Amazonía. En 1941 huye de Francia y se establece en Estados Unidos. A su regreso a Francia (1948) fue nombrado director asistente en el Museo del Hombre. Ingresa al Collège de France en 1959. En sus teorías destacan sus aportaciones sobre la delimitación de lo ritual y lo mítico, la organización social y el parentesco (la prohibición del incesto) y el pensamiento salvaje, mediante sus análisis estructurales y modelos músico-culinarios. Entre sus obras más destacadas están "Estructuras elementales del parentesco" (1949), "Tristes trópicos" (1955), los cuatro volúmenes de "Mitológicas" (1962, 1967, 1968 y 1971), entre otras. Sobre él están disponibles en castellano los libros de Catherine Clément (FCE, 2003) y Denis Bertholet (U. de Valencia y Granada, 2005). [zoiladulceuva@ yahoo.com. ar]~
Minelys Sánchez en su universo
Por Miguel Aníbal Perdomo © mediaIsla
Tras un año de lucha en esta Casa de la Cultura, he acumulado una serie de experiencias interesantes. Quizás la más notable es observar la frecuencia con que muchas personas un día se sientan ante la computadora, hilvanan algunas páginas y deciden publicarlas. Se convierten en "escritores" de la noche a la mañana. Yo respeto sus buenas intenciones, pero a nadie se le ocurriría presentar un recital con las composiciones de Mozart o Beethoven, teniendo como aval unos meses de práctica en el piano. Escribir es un oficio complejo y como tal requiere horas y más horas, la vida entera, para empezar a dominarlo. Escribir es un destino, una actividad gratuita que realizas porque sí, impulsado no sé por cuáles loas, malévolos o benignos. No es un pasatiempo, sino la expresión de una tensión vital en la que vas dejando tu sudor y tu sangre.
Durante un año en esta Casa de la Cultura he tratado de cambiar la ligereza de muchos que conciben la escritura como una actividad del domingo. He intentado destruir el mito de que en el país de los ciegos, el tuerto es rey. Esta actitud me ha granjeado el respeto de algunos y, como es natural, las críticas de muchos. Me parece que al final mi obstinación ha dado sus frutos. Y así como algunos médicos se tornan indiferentes al dolor humano de tanto bregar con él, también uno comienza a volverse escéptico al lidiar con esos aspirantes a escritor, muchos de los cuales se espantarían si tuvieran que leer un libro de más de cien páginas.
He comenzado con estas digresiones porque en la solapa de la novela que presento, Al caer la tarde, Minelys Sánchez, su autora, nos advierte de sus modestas aspiraciones. Ella no escribe impulsada por la búsqueda de fama o notoriedad, la mueve una necesidad casi innata de comunicarse y describir el ambiente en que le tocó nacer, o acaso lo hace estimulada por los espejismos de la nostalgia. No obstante, el libro de Sánchez va más allá de la improvisación, tan común en nuestro medio, incluso en intelectuales consagrados. En la República Dominicana no es infrecuente encontrarse con obras de escritores veteranos, llenas de inconsecuencias sintácticas, no por falta de talento -lo cual es menos excusable-, sino porque improvisan para el último concurso o porque están apremiados por mostrar una obra prolífica, aunque despojada de nervio. Aquellos escribanos se apresuran tras unos fines inmediatos; la literatura carece para ellos de esa trascendencia a la que aspira el genuino escritor: la búsqueda de la perfección, del absoluto textual perseguido por Gustave Flaubert cuando escribía Madame Bovary, cuidando cada palabra, cada oración. O qué decir de un Gabriel García Márquez quien, a menudo, tras seis horas de trabajo, apenas si completa un párrafo o media página. Por algo le dieron el Premio Nobel.
La seriedad con que Sánchez asume su labor literaria ha sido para mí una agradable sorpresa. Su libro es un hermoso objeto publicado con esmero, en el que las erratas casi no existen y la sintaxis fluye sin problemas, lo que significa muchísimo en un libro dominicano. Hay que fijarse además en la hermosa portada (reproducción de un cuadro de Cándido Bidó), que traduce a la perfección la atmósfera del libro, calificada ya de naïf. En esa naturalidad, en esa sencillez, con las cuales Sánchez hilvana un mundo mágico, reside el encanto de Al caer la tarde, elevando los equívocos paraísos de la memoria a una metáfora sobre la condición humana. Su antecedente más ilustre y cercano podría ser La plaza del diamante, novela de una escritora catalana, Mercé Rodoreda, que tal vez Sánchez, quien no se nutre de libros, no habrá oído mencionar. La autora española, por medio de una narradora ingenua, de visión chata, nos presenta la experiencia de la Guerra Civil y la condición femenina de aquellos años. Lo hace con tal efectividad que la novela ha merecido los elogios encendidos de García Márquez.
Si tuviéramos que presentar a nivel alegórico, concreto, la novela de Sánchez, se me ocurre pensar en una colcha de retazos sin pretensiones de alfombra persa, y con esos simples materiales se va hilvanando un conjunto complejo. Se parte del ámbito cotidiano, como si el narrador nos hablara desde el fondo de una galería pueblerina, para lanzarse a reconstruir, nada más y nada menos, la sociedad dominicana del siglo XX. El texto intenta ser plano y, al contrario, proyecta complicadas y ocultas ramificaciones, una visión panorámica. Nos sorprende cuando nos toma de la mano y nos sumerge en la invasión norteamericana de comienzos del siglo pasado. La narradora nos recuerda a otra sabia cuentera, a la Scherezada de Las mil y una noches, quien ocultaba en sus sagas un fin más trascendental: su propia supervivencia y la de otras mujeres. La pretendida inocencia narrativa de Al caer la tarde empieza a parecernos una estrategia, por medio de la cual la novela se convierte en una implacable destrucción de mitos y en su lugar, va construyendo una nueva escala de valores, sin estridencias, con sabia feminidad.
Lo primero en caer es el mundo patriarcal. Estamos cara a un libro rabiosamente matriarcal, de mujeres fortísimas, obsesionadas en mantener el buen nombre de la familia y sus bienes materiales; que se oponen al matrimonio para no perder el propio apellido Petión recibido de un abuelo heroico. En cambio, el hombre, por lo común, es débil, perezoso e inconsistente, un ídolo con los pies de barro, comenzando por el famoso General Petión que, como nos enteramos al final, fue un corrupto. Podría decirse que en este personaje se concreta una visión escéptica y desapasionada de nuestra historia en que las buenas intenciones terminan en ruidosos fracasos. No hay idealización. Los gavilleros que enfrentaron a los invasores norteamericanos degeneran en bandidos, incluyendo a Toño, un Petión, que desea reverdecer los laureles del abuelo. Los patriotas no son mejores que los invasores. Hasta una figura honrada y sólida como el primer Pellerano termina comprometiéndose con un antiguo teniente inescrupuloso: Rafael Trujillo. La historia masculina, para la narradora, se teje con la violencia y la fuerza, y la femenina se estructura por medio del amor, como sucede con Julia, a quien solo el cariño de Demetrio pudo liberar de las fuerzas de los dioses africanos o de los abusos del omnipotente Paredes.
Repito, la pretendida ingenuidad de la novela es engañosa, subyacen en esta una sonrisa irónica, la antigua sabiduría y poder del mal llamado sexo débil. Sánchez revierte los antiguos prejuicios; al machismo opone lo que podríamos llamar "hembrismo", pues el equilibrio entre los seres humanos resulta difícil. Sus hombres carecen de ánima; no son más que peleles, incapaces de escapar a sus instintos, a su propensión al vicio. Y es posible comenzar a pensar en una liberación del varón, frente a los ataques de la novela femenina actual a los tradicionales valores masculinos. Quizás la novela de Sánchez intenta demostrar que el hombre debe ser emancipado también de las limitaciones de su género. Con frecuencia, en la obra aparecen mujeres con ímpetus de amazonas, que toman la iniciativa en sus relaciones con los hombres, cuyo carácter errático modifican, lo mismo que su vida carente de sentido. Un detalle muy interesante: no son los hombres Petión quienes devuelven su antiguo esplendor a la familia, sino una mujer, Sonia, a la que vemos llevarle un "trofeo" a la abuela Julia: el libro de la primera. La reivindicació n se logra por medio de la escritura. Estamos frente a un juego infinito de espejos: la nieta lee su historia a la abuela y al lector, subrayando el valor de la palabra. La escritura se convierte en arma, en una fuerza que puede trascender los límites de la historia o el tradicional papel secundario de la mujer en la vida social. Este es el mensaje que subyace en el libro.
En cuanto a las técnicas novelescas, destaca el uso del tiempo, uno de los componentes narrativos de más difícil manejo. La novela comienza en el presente para lanzarse al pasado; la cronología es fragmentada y abundan las elipsis, los saltos temporales, los cuales confieren dinamismo al texto y agilidad estructural; van más allá de las posibilidades de un simple aficionado. Sánchez usa el tiempo de manera segura, sorprendente, desmintiendo su posición anti-intelectual, indicando intuición o quizás asimilación de buenas lecturas, de modelos entre los cuales se podrían mencionar a León Tolstoi -Guerra y Paz- o a Mario Vargas Llosa -La ciudad y los perros o La guerra del fin del mundo-. Todo ello indica un abordaje serio de la literatura, amor al oficio, así como disciplina y dedicación al trabajo intelectual. No son muchos nuestros escritores que pueden producir obras cuidadas y de largo aliento, similares al texto que me ocupa.
Sánchez ha construido un universo luminoso, cromático, en el que se destacan la belleza y el infortunio de nuestra querida tierra natal. Por debajo de la aparente sencillez del libro, palpita el mundo dominicano con todos sus sabores, olores y sonidos; surgen el folklore y un mundo mágico. Contra lo que podamos pensar, la autora no está dispuesta a caer en la trampa de lo pintoresco; tiene una visión abierta que trasciende el ingrediente local, quizás por los años que ha vivido en Alemania. La novela se orienta hacia la desmitificació n, no importa el carácter del ídolo, sea religioso, político o histórico. El resultado es un hermoso tapiz que cumple con la ley de la oferta y la demanda novelesca: el interés, sin el cual ninguna narración se sostiene. Sánchez lo consigue reflejando un mundo subyugante y una narrativa ágil. No quiero decir que haya llegado a la madurez. No. Le queda mucho por trabajar. Aunque su manejo de la lengua es bastante bueno, aún puede advertirse algunas palabras empleadas con acepción inadecuada, algún delicioso arcaísmo o anacronismo. Pero de continuar Sánchez con una lectura constante, disciplinada y una dedicación tan seria, al aproximarse a la escritura, es acertado augurarle un futuro promisorio en el campo de la narrativa dominicana. [minelyssanchez@ yahoo.com ]~
Jorge Volpi: "Internet transformó la sociedad" La gran proeza técnica de Google es ordenar lo caótico y lo hacen según lo que ha sido más veces consultado. Esto marca una relación con el conocimiento que no teníamos antes de Internet: es el rating del conocimiento.Por MACARENA GARCÍA G. © El Mercurio"El doctor Volpi le atenderá luego", asegura su secretaria, como en las teleseries mexicanas. El escritor aparece unos minutos después, invita a pasar a una oficina grande -es director de un canal estatal de televisión- y se acomoda en uno de sus sofás sin parecer cómodo. Se excusa por lo difícil que fue fijar esta cita. La semana anterior estuvo en Londres con Carlos Fuentes. Volvió para viajar a Morelia, como jurado del festival de cine y ahora está casi por el día en Ciudad de México. Mañana va a Los Angeles, sigue el fin de semana en un encuentro literario en Bogotá y la semana entrante en Dallas. La estación final del Volpi tour de octubre es Santiago de Chile, a donde llegará, este viernes, para dirimir el Premio de Novela Revista de Libros y participar en una mesa de la Feria del Libro.Volpi viaja mucho, pero también da clases en la universidad, dirige un canal, organiza el monumental homenaje a Carlos Fuentes, es jurado en festivales y concursos. Y escribe libros. En los últimos meses lo hizo en un cuaderno que después transcribía en el computador y subía a la red. De allí salió El jardín devastado (Alfaguara), la novela que lanzará a mediados de noviembre.-Se parece poco a tus novelas anteriores.-Lo que pasa es que la trilogía que comenzó con En busca de Klingsor (Seix Barral) y acabó en No será la Tierra (Alfaguara) tuvo mucha notoriedad, sobre todo fuera del país y muchos se hicieron la idea de que yo escribía así, novelas largas, de tramas complejas, con muchos datos históricos, pero ya antes había escrito, también a mano, novelas como A pesar del oscuro silencio y Días de ira que se parecen más a El jardín devastado. Es una prosa más meticulosa y se escribe menos porque la mano se cansa. El libro tendrá unas 150 páginas, frente a las más de 400 de los tres anteriores. Trama esquiva y tono íntimo, frente a la complejidad argumental de su trilogía sobre el siglo XX. A Chile llegará a fines de año, pero puede leerse en su blog del boomeran(g), donde fue publicando entradas por seis meses.-¿Te influían los comentarios?-Algunos resultaron valiosos, sobre todo para transformar El jardín (obra en el blog) en el Jardín devastado que es la novela. Creo que le añadí un 40 por ciento; en vez de 100 entradas, deben ser 140. Y cambié algunas cosas.-Cuando se iniciaron los blogs se habló mucho de la escritura experimental, ¿tenías algún referente?-Yo empecé con un blog tradicional en el boomeran(g), con entradas sobre los temas que me interesaban cada día. Me tomé seis meses de descanso y después me insistieron en que lo retomara. La verdad es que yo no podría ser como los grandes bloguistas que lo hacen durante años. Se me hace imposible; para mí funciona como un desafío en un período determinado. Entonces pensé en algo que lo combinara con un proyecto literario. Creé un personaje que se me parece bastante y a partir de ahí hice desde comentarios autobiográficos, hasta aforismos, que es una forma de blog previa a la existencia de blogs, el grado mínimo de la experiencia de la literatura.El narrador de El jardín devastado es un hombre que tras quince años de ausencia y una ruptura sentimental, regresa a un país en el que no logra sentirse cómodo. El autor, Jorge Volpi, regresó a México después de 10 años que pasó doctorándose en Salamanca, haciendo clases en prestigiosas universidades como Emory y Cornell y convirtiéndose en un escritor mexicano de fama internacional. Le pregunto cómo fue su regreso al D.F., hace poco más de un año. Él resopla y dice que bien uno se puede hacer una idea leyendo la novela. Le insisto en que estamos hablando de él, no de su narrador. "Tengo la sensación de que después de que uno se va 10 años, no regresa; uno regresaría si pudiera volver no sólo en el espacio, sino también en el tiempo. Uno llega a un lugar donde ya estuvo". Es verdad, eso está reflejado en el libro. De ése y de otros pesimismos trata El jardín.-Es una novela sobre el dolor.-Ese es un tema central para mí. Decidí escribir sobre el dolor y sobre qué hace uno con él. Desde luego el libro de Susan Sontag (Ante el dolor de los demás) me pareció deslumbrante desde el mismo momento en que lo leí. Tiene que ver no tanto con una relación con el dolor en abstracto, sino también con el dolor de los otros, cuando uno lo provoca y cuando lo contempla.-El narrador se pregunta cuánto se puede contar sin perjudicar a los otros. Pone en entredicho esa supuesta superioridad de la novela, su impunidad.-Es algo que me da muchas vueltas y que sigue estando sin responder. Yo no sé cuál es el nivel de responsabilidad que uno tiene sobre la realidad, qué haces al contar no sólo tu historia, sino también las de los demás. Me pregunto cuál es el poder supuestamente superior del arte frente a la vida. Es algo muy perturbador, supongo que la publicación de esta novela me enfrentará nuevamente a esto. Es un libro que mezcla memoria, ficción y aforismos. Como podemos llamarle novela a casi cualquier cosa, es una novela.-¿Cuánto crees que se ha modificado la sociedad con los blogs?-Con internet, drásticamente. Internet lleva 10 años, más o menos, desde que se popularizó. Es tan reciente como para no darnos cuenta. Hay una sobresaturació n de información y también una cierta homogeneizació n y esto es porque no sólo vivimos la era de internet, sino también en la de Google. La gran proeza técnica de Google es ordenar lo caótico y lo hacen según lo que ha sido más veces consultado. Esto marca una relación con el conocimiento que no teníamos antes de internet: es el rating del conocimiento.-A En busca Klingsor se le criticó que fuera una novela que no hablaba de México.-Calificar la exportación de identidad nacional sólo por la representació n espacial de donde ocurre la novela es algo demencial. Como si no existiera la metáfora, como si no se pudiera hablar de Alemania como una forma oblicua de hablar de México. Tanto las críticas positivas como las negativas hablaban de la concepción de estos lugares en la periferia que deben resguardar lo exótico frente al mainstream. Es la idea de que un escritor de la periferia no puede escribir tan cerca del mainstream porque para eso están ellos.-Y tú respondiste diciendo que no existía la literatura latinoamericana.-Lo decía también como una provocación. Sigue habiendo escritores latinoamericanos, pero no creo que haya literatura latinoamericana. No es que no me interese Latinoamérica, ahora mismo estoy escribiendo un ensayo sobre ella, lo que pasa es que no sé qué de mis libros los emparentaría con otros escritos en Chile o en Argentina.-Decías que si hay un denominador común entre los escritores latinoamericanos de hoy es la admiración hacia Bolaño.-Era uno de los pocos puntos de contacto. Pero eso está cambiando, porque también lo admiran en Francia. Los jóvenes admiran a Bolaño y a Murakami; uno es chileno-mexicano- español y el otro es japonés. Poco tiene que ver con que sean japoneses o latinoamericanos.Volpi y Carlos FuentesVolpi es uno de los cabecillas de la Generación del Crack, grupo que irrumpió a mediados de los '90 con manifiesto deseo de romper con la tradición literaria latinoamericana deudora del boom. Crack, por quiebre y fisura; querían liberarse del estereotipo y de años de imitaciones garciamarquianas. El crítico peruano Julio Ortega los describió como "el parricidio más amable que haya habido". Cuánta razón. Hoy es Jorge Volpi quien organiza los festejos por el cumpleaños número 80 de Carlos Fuentes, el principal exponente del boom en México. "Fue Carlos quien me pidió que me encargase de esto. Lo conocí hace mucho y empezamos a hacernos amigos el 99, cuando salió En busca de Klingsor. Escribió sobre él, me invitó a su casa y empezamos una amistad. Ahora muchas instituciones se le acercaron para proponerle homenajes y a él se le ocurrió que lo mejor era coordinarlos en uno solo. Me pidió que fuera yo el que pusiera a estas instituciones de acuerdo". El homenaje dura casi un mes: comienza el 10 de noviembre con un seminario académico en Ciudad de México y termina a comienzos de diciembre en la Feria del Libro de Guadalajara. "Lo central será un coloquio internacional con más de 100 invitados que vienen a hablar de las distintas disciplinas que a Fuentes le interesan: literatura, ensayo, arte, cine, novela, poder, información, entre otros tantos. Será algo muy interesante" . Volpi asegura que fue Terra Nostra, de Carlos Fuentes, el libro que lo convenció de ser escritor cuando tenía 16 años y también comenzaba a leer a Juan Rulfo y a Octavio Paz. "Yo soy un gran admirador de Carlos", confiesa Volpi y explica que lo del crack fue, más que un intento de quebrar con la generación del boom, "una voluntad de romper con la obligación de ser y parecer latinoamericanos" . [zoiladulcuva@ yahoo.com. ar ]~
Puertas y ventanas
Lengua y literatura
Materiales lengua y literatura es un sitio que reúne propuestas de actividades y desarrolla temas de teoría literaria que vale la pena recorrer. Sus autoras son Lourdes Domenec y Ana Romeo, docentes españolas. Les propongo que visiten la presentación del género HISTORIETA, donde a través de diferentes videos se explican sus componentes y el modo de crear una historieta.
http://www.material esdelengua. org/LITERATURA/ TEXTOS_LITERARIO S/COMIC/pagina1. htm
Clausura testamentaria de J. M. Machado de Assis
Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: Clausura testamentaria, por el autor Brasileño J.M. Machado de Assis (1839-1908). Pulse sobre título para leer el cuento en CiudadSeva.com.
Glissant y las artes del Caribe
El Centro de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas le invita a participar en el encuentro: Glissant y las artes del Caribe. En ocasión del 80 cumpleaños del martiniqueño Edouard Glissant, el Centro de Estudios del Caribe propone un espacio para acercarnos a la obra y el pensamiento del gran escritor antillano a partir de sus vínculos con la literatura, las artes visuales, la danza y la música. Desde una perspectiva multidisciplinaria dialogarán en este espacio las obras y las ideas de varios artistas, escritores, editores e investigadores cubanos. Casa de las Américas, Sala "Manuel Galich" Lunes 3 de noviembre, 2:00 p.m.-5:30 p.m.
Entrevista con Yépez
Les invito a leer la entrevista que hice a Heriberto Yépez a propósito de su libro Contra la tele-visión: http://biblialogos. blogspot. com/ Espero sea de su interés. Ariel Ruiz
Florencia Locelso en Feria del libro Rosario 2008
Toda la información acerca de la Feria Latinoamericana del Libro 2008 en Rosario está aquí: http://www.latinoam ericanadelibroro sario.org/ index.html Estaré el domingo 2 de noviembre a las 18 hs coordinando la mesa de los poetas: Ana María Russo, Andrea Ocampo, Jorgelina Paladini, Enrique Gallego y Héctor Berenguer y el Viernes 7 de noviembre, a las 21 hs : con la presentación de mi libro La Palabra que nombra por la Editorial Ciudad Gótica. Los espero.
Blog Literario
Hola a todos. Hay nuevos cuentos, artículos y reseñas de cine en el blog El Persa. La dirección es esta: http://www.elpersa. blogspot. com/ Gracias por visitarlo. Jorge Sánchez.
Imágenes del mundo
mediaIsla
más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.
poeMARTES
proSÁBADO
René Rodríguez Soriano