lunes, 3 de septiembre de 2018

MIGUEL VARGAS MALDONADO :VALENTIA Y PACIENCIA

MIGUEL VARGAS MALDONADO: VALENTIA Y PACIENCIA.
Por RUBEN PRESBOT EL AUTOR es periodista. Reside en Miami. Con el derrumbe de las delirantes espectativas de triunfo perredeista en las elecciones del 2012, un sector patidario quedó en el desconcierto de la resaca y sin capacidad para el replanteamiento. Entonces, enemigos como son de Miguel Vargas Maldonado, al verse con las manos vacías sin lugar para la reflexión y en obediencia a impulsos de la ambición política y con la psique de las flaquezas, dieron mas valor a la difamación que a las ideas. Habiendo agotado el arsenal de denuestos, descalificaciones y ofensas e inmersos en la frustración, no satisfechos, trataron de acuñar en contra de Miguel el novedoso san benito de “Traidor” , que al escucharlo nos trajo al recuerdo la historia del esclavo enterrado hasta el cuello en la arena del coliseo, que muerde la pata del león que está tratando de matarlo, provocando la algarabía de las gradas, que le increpa: “pelea limpio maldito negro”. No hemos visto en un líder político que ante los ataques muestre mayor equilibrio emocional, paciencia, templanza, fortaleza de carácter y capacidad de tolerancia que MVM. Quizás, de su condición de gerente exitoso le viene el saber caminar despacio sobre vidrios rotos. Sus adversarios, que creyendo hacer opinión pública, hacían opinión publicitada; como buenos populistas viven de objetivos inciertos, en la reiteración latosa y una carrera como la del ratón, que de tanta prisa no mira ni mide bien, se pasa de la cueva y ahí lo atrapa el gato. Aplacadas ya las campañas mediáticas, salidas desde estudios establecidos en el mismo centro de la “Torre de Babel”, con juicios pintorescos como quien dice conocer un médico, que es excelente pero se les mueren los pacientes, o al otro que no entiende porque, si un periodista es buen reportero, trae malas noticias. El presidente del PRD, haciendo acopio de serenidad, con paradigmas civilizados, está estableciendo un nuevo orden partidario; al margen de la maquinaria destructiva del desorden y haciendo las rectificaciones en la ruta hacia el poder. En el PRD, ahora la defensa de valores no es intolerancia, es dejar atrás las situaciones anómalas de ejercicio demencial, generadoras de pesadillas recurrentes, que los cobierten en un club de perdedores bisiestos. Están abiertas otras posibilidades para la causa perredesista; pero emanada de un alto pragmatismo, manejado con reglas sabiamente ponderadas, para salvar la memoria histórica del partido. Si el PRD tiene vocación de poder, no puede seguir siendo su propio enemigo, ni vivir condenado a tragedias de nefastas repeticiones; debe borrar las cicatrices y trabajar para que Miguel, sea el candidato de una gran convergencia nacional, que conbine el valor con la suerte y que devuelva la alternancia de partidos al gobierno nacional. Almomento.net.