miércoles, 3 de agosto de 2011

EL PUEBLO DOMINICANO SI VIVE DE NUMEROS SR. PRESIDENTE FERNANDEZ, PERO CON LOS SUYOS EL PUEBLO NO COME

El pueblo sí vive de números


El pasado domingo 24 de julio, el Dr. Leonel Fernández, hablándole al país como presidente del PLD, presentó una serie de estadísticas para sustentar la tesis del progreso significativo que ha vivido el país desde el momento en que él asumió la Presidencia de la República el 16 de agosto del 2004.

El Presidente lanzó sus números del crecimiento del PIB, de las reservas de divisas, de la tasa de cambio, demanda y tasas de interés de los bonos soberanos, calificación de riesgo de las firmas internacionales, los déficit fiscales, la cantidad de pobres, del desempleo, y de los beneficiarios de Solidaridad, entre otros.

Mostró, por ejemplo, como la RD creció 3.5% en el 2009 a pesar de que prácticamente la mayoría de las economías desarrolladas y emergentes del mundo registraron ese año caídas en sus PIB.

No voy detenerme de nuevo en el tema de que el crecimiento del PIB de 3.5% en el 2009 es falso, una vez se comprueba que en ese año, las ventas totales de todas las empresas del país, en términos reales, cayeron en 17.8%, y que los ingresos corrientes del Gobierno, en términos reales, cayeron en 13.4%, lo que en cualquier país del mundo habría acarreado una caída del PIB real superior al 4%. En RD, gracias a la metodología que utiliza el Banco Central, el crecimiento está blindado: todo puede decrecer en la economía en un año, menos el PIB.

Muchos analistas, después de escuchar al presidente del PLD el pasado domingo, llegaron a pensar que los dominicanos somos malagradecidos, pues los números que el Presidente presentó parecerían entrar en contradicción con la casi generalizada inconformidad que la gente tiene con la situación económica del país y su situación económica personal.

Todas las encuestas revelan que el 80% de la población entiende que el país anda por mal camino y que la situación económica de sus hogares se ha deteriorado con relación a la de hace unos años.

Para tratar de entender cómo pueden coincidir números macroeconómicos relativamente buenos con la inconformidad de la mayoría de la población con la situación económica, debemos indagar lo que ha estado sucediendo con los números que la gente se enfrenta a diario.

Esto es necesario pues cuando la gente va al colmado difícilmente usted la escuchará decir “dame media libra del crecimiento del PIB” o “dame una cuarta de las reservas del Banco Central”.

Veamos algunos ejemplos de lo que ha sucedido con los números de la gente entre el 16 de agosto del 2004 y agosto del 2011. Comencemos con los impuestos que paga el pueblo. Mientras el 16 de agosto del 2004 (en lo adelante, 2004), la gente pagaba RD$23.86 de impuestos por cada galón de gasolina premium, hoy día paga RD$81.74, casi 4 veces más.

Lo mismo pasa con la gasolina regular; en el 2004 pagaba RD$19.89 de impuestos por cada galón, ahora RD$73.71. En el caso del gasoil, pagábamos RD$6.63 de impuestos, hoy pagamos RD$43.29, casi 7 veces más.

En el 2004, en promedio, cada dominicano pagaba al año RD$191.14 de impuestos por las cervezas que consumió. Hoy paga RD$1,022.90, cinco veces más. Por concepto del impuesto selectivo al consumo de telecomunicaciones, cada dominicano pagaba en promedio RD$40.00 en el 2004; hoy paga RD$614.10, quince veces más.

Por concepto del impuesto a la propiedad, cada dominicano pagó en promedio RD$218.67 en el 2004; este año terminaremos pagando RD$1,536.50, siete veces más. Por concepto de Itbis, cada dominicano pagó en promedio RD$3,449.00 en el 2004; este año pagaremos RD$8,700.80, más del doble.

Mientras en el 2004, a cada dominicano, en promedio, le correspondía US$1,093.76 de la deuda pública, cuando termine este año le corresponderán US$2,219.00, más del doble. No voy a entrar a analizar el efecto sobre la ansiedad que en las presentes generaciones de dominicanos genera el creciente endeudamiento público a sabiendas de que esto implicará mayores impuestos a ser pagados por ellos o por sus descendientes en el futuro.

Pasemos ahora a ver los números que más impactan en el pueblo: los precios de la comida, de las medicinas, del transporte, de los combustibles y la electricidad. La libra de arroz selecto que costaba RD$14.74 en el 2004, hoy cuesta RD$24; la de arroz superior que costaba RD$12.76, hoy cuesta RD$20; la libra de aceite que costaba RD$18, ahora cuesta RD$45; la libra de habichuelas que costaba RD$17.83, hoy cuesta RD$45.00; la libra de azúcar crema que costaba RD$7.20, hoy cuesta RD$20.00; la libra de azúcar blanca que costaba RD$9.10, hoy cuesta RD$25.00; el pan de agua que costaba RD$1, hoy, más chiquito, cuesta RD$5; la libra de carne de pollo que costaba RD$31.89, hoy cuesta RD$47; la libra de yuca que costaba RD$6, hoy cuesta RD$20; la fundita de 125 gramos de leche en polvo Milex que costaba RD$20, hoy cuesta RD$45; el plátano barahonero que costaba RD$4.25, hoy cuesta RD$12; la libra de espaguetis que costaban RD$12, hoy cuesta RD$30; el huevo que costaba RD$2.50, hoy cuesta RD$5.33; la libra de carne de cerdo de guisar que costaba RD$22, hoy cuesta RD$70, mientras que la de res que costaba RD$40 hoy cuesta RD$65.

La libra de jamón bolo, que costaba RD$50, hoy cuenta RD$100; la libra de bacalao, que costaba RD$80, hoy cuesta RD$141; la de salami costaba RD$30, hoy RD$60; la latica de pica pica costaba RD$6, hoy cuesta RD$15; la libra de tomate de ensalada costaba RD$9, hoy cuesta RD$25; el kilo de pasta de tomate costaba RD$50, hoy cuesta RD$93; el aguacate costaba RD$8, hoy RD$20; la sopita de cocinar costaba RD$1, hoy cuesta RD$5; la libra de ajo costaba RD$34.25, hoy cuesta RD$120; la libra de harina de trigo costaba RD$18, hoy cuesta RD$29.50; el botellón de agua costaba RD$25, hoy cuesta RD$50; 16 onzas de vinagre costaban RD$12, hoy cuestan RD$20; el sobrecito de café costaba RD$3, hoy cuesta RD$12; la tableta de chocolate que costaba RD$1.50, hoy cuesta RD$6; la compota costaba RD$13, hoy cuesta RD$25.00; una Presidente pequeña costaba RD$25, hoy cuesta RD$60; la libra de detergente costaba RD$22, hoy cuesta RD$36; la pasta dental costaba RD$45 hoy cuesta RD$95; y el papel higiénico costaba RD$10, hoy cuesta RD$25.

Lo mismo ha ocurrido con los medicamentos. El antiácido Maalox, que costaba RD$176.94 en el 2004, hoy cuesta RD$325.90; el antidiarréico Prodom que costaba RD$433.22, hoy cuesta RD$807.17; la Amoxicilina de 500 MG que costaba RD$585.00, hoy cuesta RD$964.60; el Ceflacor de 500 MG costaba RD$613.28, hoy cuesta RD$1,114.28; el Keflex de 500 MG costaba RD$878.75, hoy cuesta RD$1,943.99; el antihipertensivo Hydapres en ampoya de 20MG costaba RD$897.00, hoy cuesta RD$1,973.40; el antiarrítmico Cordarone costaba RD$496.54, hoy cuesta RD$769.60; el antiespasmódico Daprinol costaba RD$154.13, hoy cuesta RD$285.32; el protector hepático Higa-Dos costaba RD$230.65, hoy cuesta RD$586.50; el diurético Diural costaba RD$82.19, hoy cuesta RD$222.30; el diurético Hidroclorotiazide costaba RD$459.76, hoy cuesta RD$1,000.00; el beta-bloqueador Betabloquin costaba RD$189.10, hoy cuesta RD$360.00; el antináusea Cinfamar costaba RD$100.10, hoy cuesta RD$234.00; el polivitamínico Granulovit costaba RD$279.04, hoy cuesta RD$456.17.

El pasaje en los autobuses de la OMSA que costaba RD$5 en el 2004, hoy cuesta RD$15; el pasaje en concho costaba RD$10, hoy cuesta RD$25; el pasaje en motoconcho en el 2004 costaba RD$10 para trayectos cortos y RD$15 para largos, hoy cuesta RD$25 y RD$50, respectivamente; la gasolina premium costaba RD$103.40, hoy cuesta RD$237.00; la regular costaba RD$93.80, hoy cuesta RD$220.70; el gasoil costaba RD$75.10, hoy cuesta RD$197.10; el precio del galón de gas propano costaba RD$25, hoy cuesta RD$108.06; un tanque de 100 libras de gas propano costaba en el 2004 RD$562.50, hoy cuesta RD$2,431.35; el kilovatio de electricidad en el 2004 costaba 13.8 centavos de dólar, hoy cuesta 24.

Veamos ahora otros números que interesan a los jóvenes. Con el costo de la matrícula y cuotas de inscripción vigentes en el 2004, el costo de una carrera universitaria en la PUCMM ascendía a RD$155,950; hoy día el costo de esa carrera, con las tarifas vigentes en el 2011, asciende a RD$513,600. En el caso de INTEC, el costo ha pasado de RD$145,725 a RD$433,500. Ambas instituciones académicas, al enfrentar un aumento considerable de sus costos, se han visto forzadas a aumentar las tarifas que cobran a los estudiantes universitarios.

A los jóvenes, a las mujeres, a los padres y a todos los dominicanos, también nos impactan los números de la criminalidad y los robos. Mientras en el período 2000-2004, el promedio anual de homicidios fue de 1,266 al año, en el 2005-2011 ha sido de 2,345, casi el doble. Mientras en el 2004, la tasa de robos fue de 328 por cada 100,000 habitantes, en el 2010 alcanzó 676. Y eso que de cada 10 robos apenas 2 son declarados a la Policía Nacional.

Cuando contrastamos los números que el pueblo enfrenta a diario con los números atractivos, algunos maquillados y otros definitivamente falsos, que constantemente nos presenta el presidente Fernández, podemos entender el porqué mientras el PLD nos dice que vivimos en un paraíso, el pueblo siente que vive en el infierno.

El pasado 27 de febrero, Monseñor Víctor Masalles, exhibiendo un superávit de coraje en una sociedad donde padecemos de un déficit de valor para llamar las cosas por su nombre y decir la verdad, dijo al presidente Fernández que “el pueblo no vive de números”. Con todo el respeto y admiración que siento por Monseñor Masalles, me veo obligado a disentir de su planteamiento.

El pueblo sí vive de números, pues a diario esos números erosionan sus bolsillos y llenan de ansiedad a sus hogares. Lo que sucede es que una cosa son los números macro del Presidente, muchos de los cuales contravienen la naturaleza y el sentido común, y otra cosa muy diferente son los números que sí inciden en las condiciones de vida del pueblo. Y estos últimos, como hemos visto, son terribles. Claro, de esos números el presidente del PLD no hablará. Lo hizo una vez en un mitin en el 2004; pero en ese momento era el candidato de la oposición.
Por Andy Dauhajre hijo