Faltando apenas seis semanas para las elecciones del 5 de julio, el voto dominicano en el exterior enfrenta serios contratiempos que hacen casi imposible su implementación en el presente proceso electoral, en medio de la pandemia del coronavirus.
En Nueva York y Madrid, las ciudades extranjeras con una mayor cantidad de votantes dominicanos, existen una serie de legislaciones municipales para que países extranjeros realicen elecciones presenciales en sus territorios, que serían imposible cumplir en un plazo inferior a seis meses.
El peso de esas disposiciones supera el interés de la Junta Central Electoral (JCE) de cumplir con ese mandato constitucional, porque no tiene jurisdicción en esas ciudades.
El fracaso del voto en el exterior impediría a 595,879 dominicanos ejercer su derecho al voto, el 7.91 por ciento de la población votante del país.
Retrasos
Como parte de esa logística, la JCE debe solicitar permiso para las escuelas que usaría como colegios electorales y gestionar un seguro que permita resarcir cualquier daño a esos centros educativos.
Pero, además, la JCE debe proceder a reestructurar las Oficinas de Coordinación de Logística Electoral en el Exterior (OCLEE) en las ciudades de Nueva York y Madrid.
Tampoco, la JCE ha seleccionado ni depurado a más de 2,000 personas que trabajarían como presidentes, secretarios y en otros cargos en unos 208 colegios electorales que debe habilitar en los presentes comicios, solo en la ciudad de Nueva York, donde hay 92,000 dominicanos aptos para votar.
El 26 de marzo de este año, el Departamento de Estado norteamericano emitió el documento número 20-534, en el que recomienda que, en las actuales circunstancias, República Dominicana realice “un proceso de votación a distancia que garantice que el proceso se llevará a cabo con el debido respeto a la soberanía y el orden público de los Estados Unidos, incluido el respeto a las políticas y directrices nacionales y locales relativas al COVID-19”.
Otros países han expresado su oposición a permitir la votación dominicana por temor a la propagación del contagio con coronavirus.
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