domingo, 23 de octubre de 2011

REPUBLICA DOMINICANA, UN PAIS; UNA SIMULACION


Un país: una simulación

Por JOSÉ LOIS MALKUN*

*EL AUTOR es economista y político. Fue gobernador del Banco Central durante el gobierno de Hipólito Mejía.

El absolutismo comienza a consolidarse a través de un Congreso Nacional títere

Con la simulación nos han empaquetado en un mundo de fantasía, lleno de falsedades, arrogancia, absolutismo y perversidad. Una simulación con rostros podridos por la corrupción.

Por ejemplo, sobre la economía dominicana, nadie sabe a ciencia cierta su estado de salud, porque las informaciones disponibles son falseadas o maquilladas en las propias narices del FMI, como ya fue omprobado.
En lo fiscal, los datos que suministra Hacienda no tienen nada que ver con los que publica el Banco Central y así nos encontramos con dos cifras sobre el déficit.

Se desconoce cuál es la deuda del gobierno, porque se asumen garantías soberanas con empresas, bancos y sectores que no se transparentan en las cuentas de Hacienda, manteniendo una doble contabilidad. Hay muchas Sun Land cuando de endeudamiento interno se trata. Pero cuando nos vamos a las inmensas deudas de las instituciones descentralizadas, todo se convierte en un gran misterio.

Igualmente, son expertos en traspasar gastos de un mes a otro para evitar que el déficit se dispare en momentos en que se está negociando con el FMI.

Las reservas se recargan periódicamente con inyecciones de dólares de los bancos locales, sutilmente forzados por las instancias reguladoras. Las cuentas externas son ensombrecidas por la entrada de capitales debido al lavado y el tráfico de drogas. Y los dudosos cálculos del PIB o la inflación son los secretos mejor guardados del Caribe.

Para colmo, se fabrican desde los escritorios datos sobre la pobreza que dejan a todos pasmados. De un plumazo reducen el número de pobres e indigentes el mismo día que el Instituto Internacional de Investigación Alimentaria ubica al país entre los que tienen serios problemas de hambruna.

¿Cuántos empleados cobran con dinero público? Jamás encontrará esa cifra porque hay instituciones donde las nominillas superan a los nombrados y eso se maneja con absoluto hermetismo.

¿Cómo gasta el Despacho Presidencial y el de la Primera Dama los RD$40,000 millones que le asigna el presupuesto? Son secretos de Estado, que nadie cuestiona. ¿Cuánto se ha robado en el Corredor Duarte, en las presas o en grandes autopistas asignadas de grado a grado? Miles de millones cuyo destino se sabe, pero todos callan ¿Cuánto dinero se han robado los que manejan los permisos de importación? Comiencen desde el Palacio para abajo ¿Donde están las auditorías de la Cámara de Cuentas a decenas de instituciones donde se han denunciado fraudes escandalosos? Escondidas o usadas para chantajear a opositores o renegados.

No hay forma de analizar la economía dominicana con instrumentos cuantitativos rigurosos. Hay una muralla que lo impide y eso le permite a cualquiera decir lo que le da la gana, incluyendo baboserías de economistas que cobran varios cheques del Gobierno.

Por ejemplo, el Censo Nacional concluyó hace meses pero todavía se les debe dinero a los empadronadores y no hay dinero para procesar los datos.

Con el estudio del PNUD “El Desarrollo Humano: Una Cuestión de Poder”, se armó la de Troya porque reveló cómo un alto crecimiento económico empobrecía al país. Eso les costó el puesto a varios técnicos calificados por presión del gobierno. Ni hablar del informe Attali y de la Universidad de Harvard, también metidos en el zafacón por revelar cosas prohibidas.

Este país es una simulación creada por un Presidente simulador que ha sabido aprovechar el poder del dinero, el control de los medios y la desinformación, con fines de instaurar una dictadura de partido. Y eso amerita una profunda reflexión, porque el absolutismo comienza a consolidarse a través de un Congreso títere que aprueba el presupuesto del 2012, violando la propia Constitución.

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