domingo, 25 de octubre de 2009

RESUMEN DE MEDIA ISLA, UNA RESENA CULTURAL DE HISTORIA, POLITICA , ECONOMIA, ARTE, LITERATURA Y FARANDULA

La guerra no es teatro | Otra noción de patria | La ignorancia que duele | René Rodríguez Soriano en Libro Abierto | Ana Istarú en tono mayor I | El origen de los rostros que adoramos | La peligrosa creatividad de Petán III | Poeta eterna | Miami siglo XXI: cuna de un nuevo Renacimiento | Puertas y ventanas: En Arte-único | Cuba a través de mi lente | Los cuentos del villano | La estirpe maldita y otros desahogos | La montaña de Enrique Anderson Imbert | Libro abierto en Bronx, NY | Zafarrancho del poder: Calígula | Narrativas nº 15 ya disponible | Por una extensión de la UASD en La Romana | Dominicanish | Imágenes del mundo

Afganistán, teatro en tiempos de guerra

Por HJalmar Jorge Joffre Eichhorn | © Diagonal

Cuando la desesperación de un país invadido llega a límites insospechados y la guerra se apoltrona en las vidas de la gente, el teatro se vuelve un arma provisional para seguir la lucha contra todas las formas de injerencia fundamentalista.

"Cuando regían los talibán por lo menos había seguridad, ahora ya no hay ni eso. Si la situación no mejora pronto volveré a la lucha armada. Más vale morir con un arma en la mano que vivir como mendigo, pidiendo limosnas a los que se han beneficiado de la presencia extranjera", dice el mismo veterano con convicción absoluta.

Mientras tanto, Sardar emplea el teatro como un arma provisional para seguir su lucha contra todas las formas de injerencia fundamentalista. De hecho, le gusta tanto su nuevo papel, que al final terminó como el personaje principal en una pieza de teatro que recorrió 11 provincias de Afganistán en 2008. La pieza, un monólogo llamado AH 7808, trata del doloroso proceso de recuperación de la verdad histórica después de 30 años de guerra. Un tema altamente sensible e inevitable en un país donde más de dos millones de personas han perdido la vida en las últimas décadas. Para la gran mayoría de las actuaciones se eligieron lugares simbólicos que reforzaran el contenido de la pieza. Uno de estos lugares es el antiguo Centro cultural de Kabul, levantado por los rusos y hoy totalmente destruido y convertido en hogar para centenares de niños de la calle y drogadictos de heroína. La atmósfera es tensa. Durante el primer acto, la esposa de un ministro se levanta entre gritos, rechazando la pieza por reabrir las heridas del pasado. Pide al público que abandone el local y salga con ella.

El público, unas cien personas, en su gran mayoría familiares de personas muertas o desaparecidas, no hace caso y decide quedarse para seguir revisando lo que para ellos nunca se ha ido: el dolor por la muerte de un ser querido. Entre lágrimas y gemidos, cada vez que el personaje lamenta la sangrienta historia nacional, la gente asiente con la cabeza, aplaude o pide que el Gobierno finalmente asuma su responsabilidad: encarcelar a los señores de la guerra, muchos de ellos hoy parlamentarios u hombres de negocios. Para otros espectadores, las lágrimas se transforman en rabia descontrolada.

"La pieza es una importante contribución a la construcción de paz en el país. Pero, a la hora de la verdad, ¿dónde están el gobierno de Karzai y la comunidad internacional? Son unos cobardes y mentirosos. En este país no hay justicia", dice una señora entre los aplausos de sus compañeras. "Hay que organizarse y hablar con voz colectiva". Y esto es lo que ocurrió después de otra función, esta vez cerca de la ciudad de Bamiyan, donde los talibanes destruyeron los antiguos y gigantes budas en 2001: al terminar la pieza de teatro, la gente del lugar formó una asociación de víctimas de la guerra, a fin de reclamar y pedir que nunca se olvide el pasado.

Libro Abierto

Feria Literaria Latinoamericana

Bronx, NY


6, 7 y 8 de noviembre


Bronx Library Center
310 East Kingsbridge Road
Bronx , NY 10458
Tel: 718 579 4202 – 718 579 2412


"La pieza nos ha ayudado a superar el silencio impuesto por las autoridades y levantar nuestra voz colectiva para crear un país más justo", dice el representante de la asociación. "Puesto que nadie nos ayuda, debemos nosotros encontrar formas de resistir la amnesia oficial".

Bulle la creación escénica No todas las iniciativas de teatro en el país tienen un declarado objetivo político. Hace poco que el teatro en general se está creando un nicho entre las actividades culturales más tradicionales, como la poesía o la música. La facultad de Bellas Artes en la Universidad de Kabul está llena de estudiantes que sueñan con la carrera de actor en un país donde hace muy poco el mero hecho de escuchar música era ya suficiente para jugarse la vida. Hoy en día, existen decenas de grupos teatrales que interpretan a Shakespeare o las tragedias griegas, aunque todavía se censuran guiones escritos por autores afganos. De hecho, casi todas las producciones teatrales tienen que pasar por el ministerio de Información y Cultura, lo que hace que el contenido de las obras a menudo se oriente a los deseos del ministro y la ideología oficial.

En los últimos tiempos también han surgido varias iniciativas de teatro de base que emplean métodos participativos y emancipatorios como el Teatro del Oprimido y el Teatro Espontáneo. Desde el verano de 2007, y a pesar de ciertos peligros para los integrantes, se realizan una serie de tentativas de aprovechar el teatro para trabajar con los grupos más marginados de la sociedad en varias partes del país, aunque como muchos proyectos, el focus geográfico han sido los grandes centros urbanos y especialmente la capital.

Los participantes son, en su gran mayoría, mujeres de todas las edades, muchas de ellas analfabetas y presentes sin el permiso de sus familias, pero muy entusiasmadas por aprovechar los espacios de libertad ofrecidos por el teatro. A uno de los talleres, una de ellas, no asistió un día por haber sido severamente golpeada por su marido después de que éste se enterara de su participación secreta. Sin embargo, al día siguiente la mujer volvió diciendo que no quería perder ni un día más su participación, ya que no se había sentido nunca tan respetada y libre como durante el taller.

Además de proveer espacios de libertad, el teatro participativo fomenta el diálogo sobre temas que muchas veces no se discuten por miedo y desconfianza, parecería que la gente se autocensura para asegurar su supervivencia. Hoy sólo hay una organización afgana –la Afghanistan Human Rights and Democracy Organization (AHRDO)– que está intentando crear una plataforma para el teatro participativo. Asuntos como la violencia doméstica, la corrupción gubernamental, los problemas étnicos o las tradiciones culturales son debatidos con fervor y pasión, aunque la implementació n de soluciones concretas en condiciones tan adversas muchas veces parezca un sueño lejano.

Esa misma adversidad ha forjado una fuerza física y espiritual que ha hecho que la gente no se rinda ante nadie ni ante nada, desarrollando de esta manera, una admirable capacidad de supervivencia, siempre con la esperanza de días mejores.

"Gracias al teatro participativo, tuve la oportunidad de contar la historia de la muerte de mis hijos por primera vez. Ahora me siento más fuerte y libre, convencida de que vale la pena trabajar por una verdadera democracia en mi país", afirma entre sollozos una mujer de edad bastante avanzada. "El teatro me ha ayudado a convertir mis lágrimas en energía para seguir luchando por una vida mas digna", dice Sardar, el ex-guerrillero, que, como reveló un día, perdió a seis hermanos a manos de un grupo islamista, apoyado entonces por EE UU.

Es éste el potencial transformador que tiene el teatro en tiempos de guerra. Es una auténtica arma para la transformació n social y política. Hasta la victoria siempre.

Nadie se atreve a restaurar el Teatro de Kabul

Existe una compañía de teatro ligada al ministerio, el Teatro de Kabul, que tiene actores de renombre y ensaya en el antiguo teatro de Kabul, hoy una ruina que nadie se atreve a restaurar, quizá por temor a verlo nuevamente destruido por algún acto de violencia. También existen varios teatros móviles que prestan sus servicios a las ONG nacionales e internacionales y que recorren el país con piezas esencialmente educativas, por ejemplo con temas relacionados al cultivo y al uso de la droga. Estas piezas, por lo general presentadas en espacios públicos, atraen a una gran cantidad de gente, aunque no está claro si se trata de interés por el teatro mismo o por la falta de entretenimiento. La falta de entretenimiento es tan grande en todo el país que cualquier distracción, por nimia que sea, la gente la aprovecha para llenar sus vidas con un poco de alegría. [ibyqueen]

De vez en cuando

Otra noción de patria

Mi patria y mi guitarra | Las llevo en mí | La una es fuerte y es fiel | La otra un papel… Joan Manuel Serrat

Figura de mujer

Como dijo el poeta diminuto y austero, sigo el rastro goteante por el mapa. De un confín a otro confín el eco anda perdido en los acordes de un merengue sin letra, que dice más de lo que calla en su silencio aposta.

¡Tanto arrojo en la lucha irremediable | y aún no hay quien lo sepa! | ¡Tanto acero y fulgor de resistir | y aún no hay quien lo vea!

No era la ciudad, dijo el otro poeta, ni el caballo (h)alado por los pelos, ni esta sorda letanía que se pasea por las horas absurdas de estas plazas y calles, que no dicen nada. Era otra ciudad. Quedan gente y rincones tan amados. Algo de lumbre, color y una bandera hecha jirones, donde el tiempo castiga y desmorona...

Si alguien quiere saber cuál es mi patria, | no pregunte por ella. (1)

Más allá de los sueldos y los mapas; más allá de arreglos de aposento y prebendas; más allá de las mil voces (a)pagadas y el dejar pasar, dejar hacer –que ha convertido el sacrificio y el arrojo de los héroes en descascaradas y monocromáticas estatuas, roídas por la cagazón y el polvo de los pájaros y los días–; esa mujer pateada, puteada y ordeñada –todo ese entrañable y amplio territorio, inabarcable y profundo, que sobrepasa los límites geográficos, y que no puede ser visto ni tocado más que por los sentimientos– , tiene nombre, apellido…

…y tres o cuatro ríos

Tras más de cinco siglos de fandango y quilombo, me gusta mi país tan cierto en sus misterios. Me encantan mis paisajes de verdores y hazañas, y voy por mis caminos lleno de gozo y júbilo.

No amo a mi patria. | Su fulgor abstracto | es inasible.

Disfruto mi país, que a veces se desluce y descolora con petulante sevicia, copia prestada de otros patios. Sus gavilleros y manigua, mentidos y enlodados, mil veces perseguidos, pero —y sin pero— más serios y decentes que el raptor y sus rapaces. Así mismo, mi gente, no necesariamente la que sale en las fotos, la elegible.

Pero (aunque suene mal) | daría la vida por diez lugares suyos, | cierta gente,

Cómo gozo esta tierra, mi tierra, la del humus más pródigo y dulce que flora alguna jamás haya bebido. Amo mi país primado y pendenciero, prestado y endeudado. Lleno de locos mansos y políticos, consultores, embusteros.

puentes, bosques de pinos, | fortalezas una ciudad deshecha, | gris, monstruosa,

Me saca sorna mi país con sus faroles (soñar que nunca cesa), sus edecanes de floridos plumajes y el boato y el festín de apaga y vámonos. Me enternecen mis ruinas recién envejecidas; mis sátrapas, tiranos y aspirantes. Soy loco con mis catedrales, cabildos, ciudades y universidades primadas, hatos de espejos chuscos que se burlan del tiempo y de nosotros.

varias figuras de su historia, | montañas | —y tres o cuatro ríos. (2)

Es más, ahora mismo, a pesar de la baba y la mentira de los más preclaros ediles de la patria, daría lo que no tengo por untarme los dedos con zumo de yaragua y cabalgar con Chago o Carlos Goico por esos baldíos que aún perviven y verdecen en algún rincón de la mediaisla.

1. Pedro Mir (dominicano) , Si alguien quiere saber cuál es mi patria

2. José Emilio Pacheco (mexicano), Alta traición © [René Rodríguez Soriano]

Jim Harrison: El dolor de no entender la Historia es evidente en América

A los 14 años decidió ser escritor y se convirtió en narrador, poeta, guionista y gran juerguista. El autor de obras como Leyendas de pasión vuelve con un relato del Estados Unidos rural en Regreso a la tierra

Por ANDREA AGUILAR | © Babelia

Deja propinas exageradas a las camareras que tienen buen culo. Su fama de gourmet es legendaria, su afición al vino notable y memorables han sido sus juergas, entre otros, con su amigo Jack Nicholson. Quienes le conocen bien dicen que Jim Harrison (Michigan, 1937) es más grande que la vida. Resulta difícil acotar la personalidad de este novelista, poeta y guionista estadounidense: escapa a las etiquetas y lleva más de cincuenta años empeñado en ello. La fama no ha cambiado esto. Le llegó con obras como Leyendas de pasión, Dalva y Un buen día para morir. Mucho antes, a los catorce decidió que quería ser escritor. Poco después de cumplir los veinte sacó su primer poemario. En total ha publicado más de treinta y cinco libros. En Francia es una celebridad y en Estados Unidos, una especie en extinción. Harrison va por libre.

En Regreso a la tierra (RBA) vuelve a demostrar que es un narrador nato. Lo suyo son historias río, llenas de afluentes y meandros, sagas en las que pasado y presente se entrecruzan, en las que la naturaleza, el paisaje, el legado indio y la historia de la América rural marcan la vida y la voz de sus personajes. En esta ocasión se trata de Donald, un hombre de cuarenta y cinco años, con sangre india, postrado por una esclerosis amiotrófica, que se prepara para morir; de su esposa Cynthia, a quien el amor salvó de una catastrófica y acaudalada infancia; de su cuñado David, un hombre culto que aún no ha logrado reconciliarse con su pasado, y del joven K, libre y valiente, alma gemela del enfermo. A través de sus voces, Harrison retoma una historia que arrancó en una novela anterior, True North, situada treinta años antes, para hablar, esta vez, de la muerte de un ser querido. La historia transcurre en la Península Norte de Minnesota, el lugar donde el escritor creció.

Hijo de un ingeniero agrícola y un ama de casa, Harrison era uno de cuatro hermanos. A los siete años perdió prácticamente la visión del ojo izquierdo cuando una niña le atacó con una botella. Como Clare, la hija de Donald en Regreso a la tierra, el escritor buscó refugio en el bosque. "¿Por qué no? El bosque es amigable cuando la civilización no lo es". Dice que siempre fue la oveja negra. Sus hermanos llegaron a ser decanos de universidad. Él a los dieciocho dejó las aulas y se marchó a Nueva York porque quería ser poeta. Sus lecturas adolescentes de Rimbaud habían despertado su vocación y un apetito voraz por la vida. "Cualquiera que estuviera un poco loco me gustaba. Era como un personaje de Bolaño, siempre excitado por cosas inapropiadas" . Nunca fue a un taller de escritura. "Los odio. Aprender a escribir debe ser como un solo de música, algo largo y doloroso". Se casó a los veintidós años y empezó su primera novela. "El matrimonio me dio la cordura necesaria para escribir".

La conversación de Harrison arrolla con tanta fuerza como sus relatos. Apenas han transcurrido veinte minutos de entrevista, una mañana de finales de septiembre en el despacho de su casa en Livingstone al sur de Montana, a unos treinta kilómetros de Yellowstone Park y no cabe la menor duda al respecto. Puede que la ficción se cuele entre sus anécdotas, comentarios y bromas, pero el torrente de historias resulta irresistible. Evita hablar con detenimiento de sus libros. Harrison prefiere hablar de cómo los aeropuertos le recuerdan a las perreras -"somos como perros perdidos en esos sitios horribles"- y se declara un devoto admirador de la poesía de Antonio Machado -Machado freak-. Señala una foto pegada a la pared que Michael Ondaatje le envió cuando visitó el cuarto de la pensión de Collioure donde el poeta murió y confiesa que él fantasea con hallar la maleta perdida con sus últimos versos -"no creo que quien lo encontrase lo tirara"-. De ahí salta a los recuerdos de su último viaje a España: a los doscientos pinchos que probó en las barras de Barcelona; a su pasión declarada por Lorca, Guillén y Vallejo -"la poesía en español dominó el siglo XX"-; y al extraño encuentro con un barman de un hotel en Sevilla que resultó ser un compulsivo lector de poesía -"meses después me mandó una cinta con los poemas de Miguel Hernández recitados en español y en inglés", sonríe, "no me gustan las catedrales, prefiero los bares"-. El escritor encadena otro salto para explicar que su afición a la pesca con mosca fue lo que le trajo hasta Montana hace más de treinta y cinco años. Sin aparente pausa, más allá de las lentas caladas a un cigarrillo, remata la pirueta dialéctica en el jardín señalando con orgullo el huerto de su esposa: "Las heladas sólo han estropeado la albahaca".

Al fondo en una pequeña casita se encuentra el estudio donde el escritor trabaja. En un corcho están pegadas fotografías y postales, entre otros, de la poeta rusa Anna Ajmátova, de sus hijas y nietos, de Rimbaud, de un cazador matando a una osa y del indio Wowoka, que creó el baile de los fantasmas. También hay una imagen de Hemingway con Castro. Las comparaciones entre el autor de El viejo y el mar y Harrison han sido recurrentes. En principio, el escritor se muestra reacio a hablar de ello, pero la historia puede más. "Mi padre pescaba con el tío de Hemingway", cuenta. "Su prosa es a veces demasiado consciente: uno no debería cortar las piernas de un caballo para hacerlo entrar en su box. Soy más de Faulkner o Dos Passos". La caza, la pesca, los viajes, París y las mujeres parecen unirles. "A veces creo que él estaba ahí fuera como un turista, pero quizá se trate de un tema de lucha de clases, al fin y al cabo él creció en un suburbio de Chicago y yo en Minnesota. Aunque, eso sí, yo siempre conté con el apoyo de mis padres".

Frente a su mesa, Harrison necesita un muro en blanco. Quiere evitar distracciones. "Tengo un pequeño problema de fugas y a veces siento que mi cabeza no puede parar". Escribe cada mañana. Primero anota cuidadosas descripciones visuales. Luego llega el trance, la novela en sí. Siempre todo a mano. Joyce, su asistente desde hace treinta años, mecanografía el manuscrito y se lo envía según va avanzando. La tarea es intensa. Recientemente trabajó una escena de su próxima novela en la que un personaje era violentamente apedreado. Cuenta que se quedó abatido. "¿Cómo sales de tus personajes? He hablado con Nicholson de esto y admite que algunos personajes le costaron más. No es fácil, después de rodar Alguien voló sobre el nido del cuco, ¿cómo dejas de ser ese loco?".

Para Harrison, sus perros, la pesca, la caza y la cocina son temas de los que depende en buena medida su salud mental. Frente a un plato de exquisitas lentejas con chorizo, seguido de un rabo de toro, que él mismo ha preparado, habla de su amigo el chef Mario Batalli y de su pasión por los placeres terrenales. El alcohol y las drogas formaron parte de un oscuro pasado que supo dejar atrás. Sólo bebe por las tardes, un buen vino y un trago de vodka.

Entre plato y plato el escritor recuerda sus almuerzos con John Huston y Orson Welles. Tenían una broma recurrente para no pagar la cuenta que les llevó incluso a fingir un infarto. A Hollywood el escritor llegó para hacer dinero, pero su trabajo en la industria siempre le pareció decepcionante. Eso sí, le pagaron bien e hizo buenos amigos. Vivió en Londres con Nicholson, Huston y su hija Anjelica mientras se rodaba El resplandor. Iba cada domingo a las tertulias en casa del director Tony Richardson con Joan Didion y Christopher Isherwood. Cada año se iba de pesca a Key West y coincidía con el padre del Gonzo, Samuel Hunter Thompson. Rechazó los papeles que le ofrecieron como actor -"me negué a ser el marido cornudo en El cartero siempre llama dos veces"- y un buen día dijo adiós. "Me marché de Hollywood porque no me quería morir".

Los largos viajes en coche han sido otro importante analgésico para Harrison. Después de comer conduce su todoterreno por el apabullante paisaje que rodea su casa. "Es importante escribir sobre lo que realmente conoces. El paisaje y la gente están totalmente conectados", sostiene. Cruza ríos, sube montañas por las que pacen ciervos y en la esquina de una carretera secundaria señala un viejo saloon en el que pasó demasiado tiempo. "El dolor de no entender la Historia es muy evidente en América". ¿No es ésta la tierra donde empezar de cero? "Este país tiene un largo historial de intentos fallidos de reinventarse" .

René Rodríguez Soriano en Libro Abierto del Bronx y en Miami Book Fair

Miami, FL. – Continuando con la exitosa promoción de El mal del tiempo, René Rodríguez Soriano forma parte de los invitados especiales a dos importantes ferias internacionales en las ciudades en Nueva York y Miami, donde además de realizar lecturas y firma de libros hablará sobre el libro y la literatura dominicana.

El primero de los eventos en los que tomará participación Rodríguez Soriano será la Feria Literaria Latinoamericana Libro Abierto del Bronx en Nueva York. El evento, que tendrá lugar del 6 al 8 de noviembre, se llevará a cabo en Bronx Library Center, ubicada en el número 310 East Kingsbridge Road. Bronx, NY 10458. Teléfono: 718-579-4202/ 718-579-2412

En Libro abierto, además de Rodríguez Soriano, están confirmados, entre otros autores y artistas, Isaac Goldemberg, Sandra María Esteves, Roberto Quesada, Pedro López Adorno, Miguel Aníbal Perdomo, Mariela Dreifus, José Acosta y Carlos Aguasaco.

Para la Feria Internacional del Libro de Miami, la presentación del autor de El mal del tiempo está pautada para el 15 de noviembre a las 11:30 de la mañana en el Wolfson Campus del Miami Dade College, acto en el cual tendrá el honor de compartir la mesa con la hermana sobreviviente de las heroicas Mirabal, Dedé Mirabal, a quien servirá de anfitrión para la presentación de su importante libro Vivas en su jardín.

El mal del tiempo, novela ganadora del Premio UCE 2007, presentada exitosamente en importantes ciudades de Puerto Rico, Santo Domingo y Estados Unidos, ha sido bien recibida por la crítica y considerada como un documento que invita "a repensar la dominicanidad" .

Como en una especie de diario, compuesto por 13 cuadernos, la novela recrea ese sentimiento de generación reprimida que vivieron los dominicanos durante los repetidos gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer y narra de una forma muy particular los más sonados asesinatos políticos, desapariciones y persecuciones patrocinados por el opresivo gobierno

Oriundo de Constanza, René Rodríguez Soriano está considerado entre los principales autores dominicanos residentes en el extranjero desde que emigró hacia Estados Unidos, donde vive hace más de 10 años. Entre sus títulos destacan "Su nombre Julia", "La radio y otros boleros", "Canciones rosa para una niña gris metal", "No les guardo rencor, papá" y "Todos los juegos el juego". Entre otros, ha sido merecedor del Premio de Cuento de Casa de Teatro 1996; Premio Nacional de Cuentos José Ramón López 1997; Premio de Novela UCE 2007 y Premio de Poesía UCE 2008. Mayor información www.rodriguesoriano .net

Ana Istarú en tono mayor (I de III)

Por Miguel Aníbal Perdomo | © mediaIsla

Pocas veces se ha oído un tono tan enérgico en la poesía femenina hispanoamericana, como el que surge de Poesía escogida[i] de Ana Istarú. La suya es voz que remonta los vientos cargados de fluoruro de carbono y choca contra el agujero abierto por nuestra salvaje civilización en la capa de ozono. La única poeta que recuerdo con un tono similar es la dominicana Salomé Ureña de Henríquez, cuyo vibrante canto se convirtió en la conciencia de su patria en la segunda mitad siglo diecinueve. La voz que escuchamos en los poemas de Ana Istarú no es el piar lastimero del canario enjaulado, sino el grito majestuoso del águila madre, del águila hembra, reafirmando su condición de mujer libre, dadora de vida; subrayando los atributos de su sexo. La costarricense es provocadora, segura de sí misma, una guerrera con ímpetus de Diana Cazadora. El erotismo, que en las poetas de comienzos del siglo XX era una marca de rebeldía, en ella se torna una constante y adquiere matiz trascendental.

Es evidente el parentesco de Ana Istarú con Delmira Agustini, con Alfonsina Storni y Gabriela Mistral, como ya ha observado la crítica. De estas postmodernistas continúa la pasión neorromántica que brota de sus versos como un chorro de agua púrpura. Y al igual que sucedió con ellas, la búsqueda formal no es su objetivo. Más bien la ahoga un impulso comunicativo. Pero la verdadera prosapia literaria de Ana Istarú proviene de la uruguaya Juana de Ibarborou, una figura poética favorita de toda América Latina décadas atrás; que hoy resulta empalidecida por sus contemporáneas mencionadas, más del gusto feminista actual. Aunque no se debe olvidar que hubo en Ibarborou atisbos feministas también. Frente a la vida trágica de sus contemporáneas, Juana opuso una vida feliz, al parecer, satisfecha consigo misma y una poesía de la que brota un panteísmo erótico. Estas son las calles a las que se aproxima Ana Istarú, heredando de la uruguaya la visión optimista, la sensualidad y la dicha de estar-en-el- mundo. No hay en sus versos ningún lugar para la depresión paralizante; ella proyecta hasta las últimas consecuencias el erotismo de Agustini y el de la Ibarborou.

Por otra parte, Algunos escritores afirman que la auténtica expresión del Caribe o latinoamericana es barroca. Otros dicen que es mágico-realista o maravillosa. Así, la literatura nuestra sería la única cuya esencia está determinada antes de ser escrita. Poco importa que Pedro Henríquez Ureña demostró en su ensayo "Caminos de nuestra historia literaria" (1925) la falacia de cualquier determinismo geográfico en la literatura latinoamericana. Y si nos da por buscar movimientos literarios genesíacos, la auténtica expresión del Caribe podría ser simbolista o cualquier otra. Este movimiento sería el más apropiado para captar la asombrosa luz del trópico, el fragor de los colores, el mar deslumbrante, el aroma de frutas que maduran y decaen rápidamente y nos embriagan con su aroma. Igual sucede con la influencia africana en la música caribeña, que según escribió en el siglo XVIII el Padre Labat, dominico francés, une a todo el Caribe. Hoy este pancaribeñismo melódico se manifiesta en el merengue colombiano, lo mismo que en el dominicano, en la danza puertorriqueñ a y el danzón cubano, entre otros. Dicho componente musical es el cinquillo caribeño (por tener cinco compases), como lo llama Paul Austerlitz (60). Quizás por todo esto, el nicaragüense Rubén Darío, un hijo del Caribe, es el poeta más destacado del modernismo. Algunos de los elementos mencionados bien podrían aplicarse a la poesía de Ana Istarú. El esplendor de sus textos parece conectarla con el modernismo, que a su vez se nutrió del sentido de la luz y el color, y cuyas raíces se hunden en dos movimientos franceses que lo antecedieron: el parnasianismo y el simbolismo.

Pero es inútil buscar en la poesía de Ana Istarú cualquier tipo de musicalidad, al estilo de Paul Verlaine, Rubén Darío o de Claude Debussy en Preludio a la siesta de un fauno, basado en el poema homónimo de Mallarmé. Su poesía se acerca más al énfasis tonante de Beethoven o a las guitarras eléctricas, cacofónicas, de los Beatles. Lo más próximo a una endecha que nos ofrece Ana Istarú es el poema "De las doradas ubres". Más que una canción de cuna, parece parodiar (ironía y homenaje) la popular "La loba la loba le compró al lobito"; alguna composición de Gabriela Mistral o "La nana de la cebolla" de Miguel Hernández. El tono del poema es feroz. No se ofrece ninguna concesión al romanticismo quejumbroso, ni al sentimentalismo modernista a lo Manuel Gutiérrez Nájera. El oxímoron sirve para suavizar la nota chirriante y crear una composición de áspera ternura: "No llores, bestia dulce, trino del hambre". La lengua poética desciende a la zona primordial del castellano, el mismo que resuena en las versiones de la Biblia en este idioma: "Te daré teta, como la madre gata / con barriga de ensueño, con mamas de franela". La repetición del estribillo "No llores" cuatro veces, acompañada por los vocativos "bestia, cachorro, ternero", crea una extraña atmósfera, y al final el hambre se vuelve ecuménica; quien llora es el Hijo de la Mujer y del Hombre, reducido a una condición animal, y la prosopopeya adquiere una índole singular: "No llores más, oh hambre de la tierra" (143).

La riqueza cromática que explota en los textos de Ana Istarú como una guanábana madura, no es de carácter libresco. Responde a percepciones concretas de su entorno natal. Para el sujeto lírico, la vida es una deflagración, la tierra, de un azul acuático. El color rojo estalla a menudo en el poema, se manifiesta a través de claveles, fuego, amapolas, así como, flama, fresa… o se duplica en sinónimos: bermellón, bermejo; o reaparece por metonimia: en una palabra como "dragón", o podrían desembocar en deliciosos neologismos –"enfoguecido" , por ejemplo- que recuerdan al José Martí creador de estos cuando era necesario. Es evidente que en Poesía escogida el color rojo es un símbolo con múltiples significados. Indica pasión y vitalidad, fuerza sexual y alegría de vivir, lo mismo que un impulso beligerante y sensualidad extrema. Esta última se manifiesta en alusiones a frutas carnosas, como son higos, membrillos y almendras tropicales, a las que se suman sustancias como la miel. Todo ello es sintetizado en la expresión "sexo rojo", el cual se abre como una flor obscena, cifra de ese erotismo inmanente.

Nota: Por comodidad metodológica, analizaré el libro como si se tratara de una obra única, en vez de una antología. [Miguel Aníbal Perdomo, República Dominicana, autor y docente universitario, autor de La estación de los pavos reales (2007), reside en New York]

El origen de los rostros que adoramos

"La construcción de imagen en Angelina Jolie es tan meticulosa como lo fue hacer la Venus de Milo", afirma RES, el talentoso retratista de la figura humana femenina que nos regaló su Chica Azul para la tapa de Belleza humana. En este texto, rastrea la huella en el camino que enlaza la foto más difundida de la historia, el Che de Korda, con la imagen de Johnny Depp.

Por RES | © Clarín

No creo en la belleza a priori, independiente de quien mira. Tampoco en un sujeto que la constituya con su mirar. Me inclino a pensar que es un cruce cargado de múltiples determinaciones donde lo cultural está inscripto en el instinto. Pero lo que no resulta tan claro son los parámetros sobre los que se hace una bella o un bello, sea su autor un escultor de la antigua Grecia o un estudio de Hollywood. Hay quienes sostienen que el instinto, la preservación de la vida, está en la base de cualquier destello de belleza. La construcción de la imagen de Angelina Jolie o Brad Pitt es tan meticulosa como lo fue hacer la Venus de Milo o el David de Miguel Angel. Empleando mármol o medios digitales se inventa un modelo sin pretender que la representació n sea realista.

Los bellos y las bellas nunca fueron tales en términos estrictamente visuales, pero aunque así fuera, cabe recordar que también vemos con la memoria, con la imaginación y, sobre todo, con el deseo.

Memoria, imaginación y deseo pueden cargarse con labios carnosos, panzas chatísimas, ojos azules, curvas afroamericanas y agilidad de efectos especiales, tal como se carga en la computadora un sistema operativo. Para eso trabajan gigantescos estudios, prestigiosos directores y una pléyade de técnicos y profesionales, amén de aceitadas redes que todo lo abarcan y nos devuelven el mundo a través de una pantalla. Sin embargo, las fuerzas en juego son escurridizas y la belleza estalla donde menos se la espera, alterando los modelos establecidos.

Vale recordar Guerrillero heroico, la famosa instantánea que Korda hizo del Che, la foto más difundida de la historia y, tal vez, la que más contribuyó a hacer que el pelo largo y revuelto, la barba crecida y desprolija y la actitud rebelde y decidida se inscribieran en el decálogo de la belleza.Sin duda fue un modelo que, amplificado por el movimiento hippie y el Mayo francés, forzó al programa a actualizarse incorporándolo en una especie de antropofagia al revés, donde desde el poder se adopta y reprocesa aquello que surgió en el margen.

Es curioso como llega a nuestros días, en figuras como Johnny Depp, donde los rastros de su origen han desaparecido. Se ha transformado en una superficie convalidada porque tal vez su raíz vital está presente en el inconsciente colectivo. [giecoleon]

Los artistas y la peligrosa creatividad de Petán (III de IV)

Por José Tobías Beato | © mediaIsla

José Arismendi Trujillo Molina, mejor conocido como Petán, con sus contratos, cursos y becas, le dió a muchos artistas un relativo respiro económico, o la preparación profesional necesaria para su oportunidad futura. Por ejemplo: María Cristina Camilo, primera mujer dominicana presentadora de televisión, ganaba veinte pesos al mes como enfermera de una clínica privada, en su natal San Francisco de Macorís en el año 1949. Renunció porque le negaron un aumento sobradamente merecido. Petán la admitió como locutora, comenzando con setenticinco pesos, que al poco tiempo fueron cien (Reportaje de Mirta Rodríguez en "A Primera Plana").

Incluso, en la calle donde estaba ubicada la emisora, Ave. San Martín con la calle Ciudad de Miami, hoy Dr. Tejada Florentino, en esta última calle, repito, fueron edificados unos prácticos chalecitos, algunos embellecidos con breves jardines, donde el hermano de Trujillo fue ubicando a sus colaboradores del mundo del arte. Allí vivía la comediante Antonia Colón, la celebérrima Felipa del por entonces popular programa "Romance Campesino". Al lado de ella, el bajista Cintrón. En el frente, el maestro Rodofo Manzano. Próximo a la calle Francisco Henríquez y Carvajal, vivía el maestro técnico de Radio Televisión Dominicana, don Lulio Moscoso.

En el frente, la voz de oro de Ramón Rivera Batista, y a su lado don Cañán, bajista y pintor de los letreros con los que se anunciaban las películas del cine de La Voz Dominicana; más allá, los también locutores Bruno Pimentel, Homero León Díaz y Jaime Brache. También vivían en tales chalecitos el músico Chiquitín Payán; en otro, la cantante Criolla Hidalgo y más acá Lita Sánchez. Del otro lado de la cuadra, en la calle "La Guardia", vivían el guitarrista de voz viril plena de sentimiento blue, Nicolás Casimiro; el comediante Julio César Matías. También estaban en el barrio, entre otros, la cantante Inés Gelavelt (en la Prof. Amiama Gómez), el trovador Luis Vásquez y los esposos Angela y Tony Curiel, cantantes, ubicados un poco más próximos a La Voz Dominicana, en la concisa y bifurcada calle Charles Piet.

Eran tiempos difíciles, donde el público mismo no tenía conciencia de la importancia del artista como depositario de cultura; la mayoría de éstos compartía varios oficios para poder sobrevivir y entresacar momentos para realizar la vocación, ese llamado esencial a nuestro yo profundo al que nadie puede renunciar sin traicionarse a sí mismo.

Claro, muchos de los que lograron descollar en aquel ambiente opresivo de la dictadura trujillista, en particular los que laboraron bajo Petán, se vieron obligados a tolerar numerosas afrentas a su dignidad, humillados por ese individuo que se creía por encima del resto de los mortales. Porque ciertamente, este hermano de Trujillo, por su comportamiento, era como una especie de junker prusiano, entroncado en el centro mismo del Caribe tropical, el sendero del sol, aunque él mismo era procedente del fondo oscuro de una caverna donde yacen los más siniestros deseos del alma humana.

Por eso era usual ver a Petán, pistola al cinto y fusta en mano, como si viviese en una hacienda donde se domaran caballos salvajes; dando órdenes cortantes en su oficina o paseando junto al oficial del cuartel de la policía que protegía el edificio de su palacio radio-televisor, infundiendo en los transeúntes y vecinos un irreal respeto, almacenando en todos el deseo ferviente de que pronto terminase ese reinado del terror. Y claro, el sujeto en cuestión era tan impredecible, como contradictorio. A ratos podía ser simpático y magnánimo, generoso y compadecido, y en otros tan despiadado como arbitrario.

Al pobre ignorante le creció el ego hasta un extremo peligroso. De niño que hacía pequeñas diabluras, pronto pasó al papel de joven delincuente que robaba ganado. Pero, el ascenso meteórico de su hermano Rafael, al ganarse la confianza del presidente Horacio Vásquez, a quien simuló admirar y servir con la lealtad propia de un hijo, para luego traicionarlo y llegar al poder por uno de los movimimientos más astutos de la historia, le ganó a Petán su cuota de `prestigio' y poder hasta por inercia. Que no había tal en él, sino por el contrario: poseía la idónea competencia del mañoso.

Y así, un buen día, aquel ser pintoresco se vió designado como agregado militar en la vieja Europa mediante el decreto del 11 de febrero de 1935. Luego, los delegados a la convención del Partido Dominicano – único permitido – lo eligieron por aclamación popular vicepresidente de esa organización. Hizo negocios de exportación de frutos con el exiliado venezolano Rómulo Betancourt. Los Trujillo salieron peleando con éste, lo agredieron físicamente, cancelaron la empresa y luego lo expulsaron del país, cosa que tuvo sus consecuencias una vez que éste aparente inofensivo "carajo a la vela" llegó a la presidencia de su nación (el caso lo trato en otros capítulos de mi próximo libro "Trujillo: los resortes del poder").

En unos cuantos años Petán logró ser el dueño de la más poderosa empresa de radio en la República Dominicana. Prontamente una vía principal de la ciudad de Bonao se vió "honrada" con su nombre y apellido al que ya se le había buscado y hallado patricio abolengo. Y aunque en el país habían otras emisoras de radio, varios centros de diversión y múltiples cines, el complejo agrupado bajo el nombre de Palacio de Radio Televisión Dominicana gozó de un privilegio único y, sin lugar a dudas, era de lo mejor en la época. Pues pese a todo lo negativo que pueda decirse, Petán tuvo la creatividad de fundar una escuela para su emisora de radio y televisión, y contratar para ella a profesores nacionales y extranjeros de un altísimo nivel, donde se formaron unos profesionales de la locución, el baile, el teatro y el canto con un nivel de excelencia y disciplina indiscutible.

Ahora bien; los que leyeron los dos artículos previos habrán observado que se repiten para cada artista dos palabras: "artista exclusivo". Bajo un contrato gansteril Petán ataba indefinidamente a su empresa lo mejor que había en aquellos momentos, sin posibilidad de tener luego la ayuda de ningún "Padrino" liberador. Tal cosa impedía la movilidad, especialmente internacional de los artistas y limitaba una amplia difusión mundial de la música elaborada en República Dominicana, salvo excepciones. La cosa comenzó a cambiar cuando a principios de 1959 un pequeño grupo de empresarios, productores y artistas cuajaron el sueño de abrir otra planta televisora, rival de la oficial Voz Dominicana: Rahintel, el canal 7, propiedad de Pedro Bonilla Portalatín, quien ya era dueño de Radio HIN. Es verdad que Bonilla Portalatín estaba asociado con Ramfis, el mimado hijo mayor del tirano, y dicen que hasta Radhamés, su hijo menor, tenía algunas acciones. Pero la cosa era un reto auténtico, pues la dictadura en esos terrenos tanto como en el político, hasta ese momento había sido monolítica. El músico y promotor del arte, Rafael Solano, tuvo la audacia de llamar para su programa del mediodía en el nuevo canal televiso "La Hora del Moro", a un conjunto de jóvenes valores, escasamente conocidos, pero con grandes deseos de hacer algo distinto y creativo.

De ahí surgió la segunda gran ola de artistas dominicanos: la bellísima Luchi Vicioso, dueña de una voz de dulzura cristalina. Aníbal de Peña, cantante de voz exquisita, pianista y compositor de altísima inspiración (además de ser autor de canciones románticas, compuso luego el himno del Partido Revolucionario Dominicano y el himno de la Revolución Constitucionalista de 1965). Estaba el talentoso José Lacay, Niní Cáffaro para quien más tarde Solano compondría su genial composición de fama universal, "Por Amor". El multifacético Freddy Beras Goico, quien devendría como una figura histórica de la televisión. También los magníficos cantantes Julio César Defilló, Horacio Pichardo y el depurado Fernando Casado. El humorista y promotor del rock and roll, Milton Peláez. El punto es que se creó una fuerte competencia para la oficial emisora de Petán.

No era necesario que este grupo de artistas notables se declarara expresamente antitrujillista; no tenían por qué hacerlo y hubiera sido hasta necio. Solamente tenían que hacer lo que hicieron, y con qué altura. Que después algunos, en su papel de artistas laboraran en otro proyecto trujillista, el de Radio Caribe, merece un capítulo aparte. Pero de nuevo, no es el traje que las circunstancias te obliguen a llevar lo que establece quién exactamente eres, sino los hechos que generes y la actitud con que se enfrentan. Por cierto, al mismo Solano corresponderí a unos lustros más tarde, desarrollar la tercera ola de artistas dominicanos con sus varios festivales de la voz y la canción, (Fernado Villalona, Adalgisa Pantaleón, Sergio Vargas, entre otros).

Empero, prosigamos con Petán. El primero de enero de 1955 es nombrado teniente general sin tropas a quien mandar, pues Trujillo, por ciertos conatos de rebeldía de su hermano lo pone a distancia del mando efectivo. Por eso, Jesús de Galíndez, en su pormenorizado estudio de la dictadura de Trujillo llega a decir un poco burlonamente que "su mando (el de Petán, nota de JTB) parece ejercerse sobre algunas de las artistas contratadas por la emisora, y sobre los transportes por carretera (La Era de Trujillo, J. De Galíndez, Primera Ed. Letra Gráfica, pág. 313). No creo necesario entrar en detalles personales que resultarían lastimosos. Por eso compendiaré el asunto con un par de anécdotas, que sin herir susceptibilidades, pinten el ambiente que se vivía. [José Tobías Beato, escritor dominicano, autor de La mariposa azul]

Poeta eterna

Por ÁNGEL RUPÉREZ | © Babelia

Cartas de Emily Dickinson

Epistolario. Las cartas de Emily Dickinson (1830-1886) son joyas como lo son sus poemas y, muchas de ellas, llegan a ser poemas en sí mismas y otras contienen ráfagas que son exactamente poemáticas, con la misma concisión enigmática, densidad conceptual e intensidad emotiva que observamos en sus poemas. La selección que leemos ahora tiene muchos méritos y uno de ellos, completamente indiscutible, es que su editora se ha propuesto respetar al máximo el estilo de la poeta norteamericana, tan peculiar en su prosa epistolar como en sus poemas. Nada de reducir ese casi áspero extrañamiento a cómodas y domesticadas frases de escritor rutinario. Por el contrario, esta magnífica y respetuosísima traductora -además de excelente prologuista- sigue paso a paso, con un amor y admiración escrupulosos, las fragosidades sintácticas y semánticas de esta poeta que, efectivamente, era un completo universo en sí misma. Este libro maravilloso reúne una porción de las muchas cartas que escribió Dickinson a distintos corresponsales en distintas épocas de su vida, desde la juventud hasta días antes de morir.

Dickinson, que prácticamente vivió recluida en su casa, cuidando de los suyos -al parecer era el pilar de ese microcosmos familiar-, mantuvo contacto con el mundo exterior a través de su correspondencia. A partir de un momento no salió físicamente de su casa, pero sí lo hizo mediante estas misivas que revelan un intenso interés por los otros, en términos muchas veces arrobadores, tal es la delicadeza e intensidad de los sentimientos puestos en juego. Los corresponsales son diversos y los asuntos que aborda según los casos también. Reflexiones impresionantes sobre la amistad o rememoraciones increíbles para anudar lazos más o menos frágiles, o captaciones del mundo físico de una arrebatadora belleza y de un simbolismo atizador y trágico, como cuando, en pleno éxtasis primaveral, recuerda los desechos de la estación anterior -esas alas desintegradas, esos nidos destruidos-, con la intención, sin duda, de llorar esas pérdidas pero también de recordarnos que toda resurrección siempre lo es a costa de la muerte insuperable. Para el enigma de esta escritora inagotable, tal vez las cartas dedicadas a Higginson -su contacto con el mundo literario norteamericano de la época- adquieren un interés especial por cuanto nos informan de cómo Dickinson se mantuvo en sus trece y, a pesar de su soledad y aislamiento, no dio el brazo a torcer en cuestiones esenciales referidas a su estilo, sencillamente porque sabía quién era, una poeta eterna, como supo adivinar muy tempranamente su muy querido amigo Benjamin Newton.

Crónicas de Maya-mi

Miami siglo XXI: cuna de un nuevo Renacimiento

Por Ramón Manrique-Boeppler | Especial para mediaIsla

El comienzo y el final de un período determinable en la historia suelen no estar sujetos a la dictatorial precisión del tiempo de calendarios. De hecho, acontecimientos como el llamado Descubrimiento de América, ocurrido el 12 de octubre de 1492, a las X horas del Greenwich Meridian Time, es decir, en el mismo instante en que Isabel –soberana de la corona Ibérica- bebía té con jengibre para aliviarse de persistentes eructos y flatulencias, son acontecimientos excepcionales por caber en cronómetros.

Esta seria dificultad, para ser precisos, produce urticaria a los millones de hooligans del globalizado juego-pasión llamado estadística-porcenta je, se hace evidente tanto para los períodos de florecimiento de la cultura como para los de barbarie.

Nadie entre los historiadores serios se atreve a establecer el momento exacto en que ha nacido y muerto cada uno de los imperios que sucesivamente se fueron pasando la pelota del poder a lo largo de las altas y bajas de la historia humana.

Ni siquiera el colapso de lo que fuera la URSS, en 1989, podría dar pie a sostener que en ese instante se produjo su hundimiento, junto con el de sus hijas, Berlín Oriental, Polonia, Rumania, Bulgaria, etc., pues su proceso de desintegració n fue el fruto de muchas décadas de desaciertos. Si bien la URSS -como sistema político- fue apenas un suspiro en los 10.000 años de historia humana en el planeta, es decir, duró menor tiempo del que toma el deterioro de una bolsa de plástico de los supermercados por la simple acción de la intemperie, según los ecologistas, la cultura rusa no ha muerto ni mucho menos. En la actualidad, obras como las de Tchaikovski, Kandinsky o Stravinsky están más vigentes que nunca.

Ni el arte, ni la literatura, y en general ninguna de las creaciones del espíritu englobadas en el término Cultura puede ser objeto de medidas en acres, hectáreas, minutos, tests de personalidad o libras esterlinas. Por desgracia, ocurre igual con la Barbarie: el daño que causa al género humano es incalculable, trasciende las fronteras numéricas, las estadísticas y la medición de tiempos. Es, como añadidura, una dolorosa realidad que los doctorados, perversos y manipuladores sátrapas políglotas de hoy se dan a diario la mano con sus fantasmales, sus tenebrosos colegas del pasado.

Por eso nadie quien tenga dos dólares de divina lucidez -para referirme al dios que ahora gobierna en la Tierra- pondría en tela de juicio la vigencia -o por lo menos su urgencia ética- de las ideas, los postulados clásicos griegos sobre temas tan fundamentales como la Filosofía, la genuina pero casi siempre extraviada y abusada noción de la Política y, en especial, las llamadas Bellas Artes.

El Renacimiento en Europa, aproximadamente entre los Siglos XV y XVI, fue el resultado de la suma de muy diversos logros culturales previos que abrieron el sendero, la trocha en medio de la espesura de la selva nacida de la barbarie.

Cabe destacar que Florencia -la cuna más visible del período- era una Ciudad-Estado, uno de los pequeños imperios en que por entonces se dividía la geografía europea, cuando la Italia de hoy era apenas un proyecto. Es en Florencia donde se produce la suma de las revelaciones de Marco Polo sobre la vida y la cultura del desconocido, el enigmático "Lejano Oriente", con las asombrosas noticias y evidencias del descubrimiento de un "Nuevo Mundo" por el genovés Cristobal Colón.

A esta suma se añade un incontenible resurgimiento del humanismo como respuesta al asfixiante, espantoso y dogmático período de la Edad Media, durante el cual la iglesia Católica y los monarcas europeos, queriendo emular al emperador Atila, situaron a Dios como el azote del hombre. Se agrega, además, la Universidad, institución que nació de los maestros que hablaban –sin sueldo- a las gentes en las calles –si, nació de esos que los "científicos" actuales bautizan como "perturbados" , y los que sabemos como "perturbadores" y "terroristas" - ya había adquirido una autonomía propia que se llamó Alma Mater, donde ni los miembros de la iglesia ni de las monarquías podrían ingresar sin autorización del Rector. Como si fuera poco, la técnica del óleo, descubierta y mantenida en secreto por los flamencos, fue plagiada por integrantes de los embriones de la banda no musical de don Vito Corleone, actuando como Robines Hoodes en beneficio de los artistas florentinos, con lo cual la pintura lograría no solamente un medio de difusión universal sino de permanencia en el tiempo. Pareciera entonces que hasta La Gioconda debe su cuotita a la mafia.

El Renacimiento, como una era de singular esplendor de la naturaleza humana, significó –por supuesto- muchísimo más de lo que describe esta apretada síntesis. Sin embargo, a esa colosal suma cultural hay que descontarle la resta que subsistió hasta bien entrado el período, es decir los muros de infamia erigidos por la iglesia, cuyos panópticos y recintos de tortura eran espacios mayores que los oratorios, los cuales seguían negros y ahumados por las hogueras de la Santa Inquisición, nacida en la Edad Media, donde se llevaban a cabo continuas barbacoas y fritangas con "los herejes", es decir, con la gente "peligrosamente" crítica y pensante.

Cuando el Renacimiento se impuso del todo, la iglesia ingresó a las filas del desempleo en Europa y le pidió trabajo a la conquista española en América. Entonces, el ingenioso Sumo Pontífice, actuando como consejero declaró que "los indios no tienen alma", tema que –a propósito- sería bueno que lo investigaran los apolillados y discurseros miembros de las academias de historia de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, en lugar de andar publicando mamotretos de dos mil páginas que dan cuenta de la hora en que Simón Bolívar amó a una mulata en Maracaibo, dió una orden militar en Boyacá, regañó a un teniente en Ayacucho y bebió unas copas de más en Pichincha.

Pensando en el oscurantismo de la Edad Media, y en lo que sustancialmente significó el Renacimiento –separar el uso humano, malsano y torcido de Dios en los asuntos del poder político, las ciencias y la vida, para dar paso al nacimiento del concepto Estado- he llegado a una conclusión: el alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche fue un completo retrasado mental.

No lo digo por su cuentito del superhombre –que se lo tragaron entero personajes como Hitler, Trujillo, Pinochet, Videla y ya sabemos quienes más-, por lo cual uno podría afirmar que además de retrasado fue un torpe colosal mirando el futuro de la humanidad. Lo digo porque cuando el tipo dijo "Dios ha muerto", y sus contemporáneos le aplaudieron con asombrada e idiótica admiración, todo lo que hizo fue ponerle un rótulo a lo que ya había hecho el Renacimiento siglos atrás, como una monumental obra de arte, no como un eslogan publicitario ni un discurso.

¿Acaso sería Nietzsche también un miembro de la academia de historia alemana?

Luego de esta introducción, me atrevo a plantear la idea que tengo sobre lo que veo está sucediendo en la ciudad donde vivo: esta Miami del siglo XXI se está transformando en una cuna de la cultura universal. Aclaro que no lo afirmo con ironía, porque intuyo que no faltara entre los lectores quien recuerde ciertos capítulos históricos de Barbarie, originada en extremismos de la política, o en andanzas de mercaderes de narcóticos. Lo afirmo a pesar de éstos y otros sucesos similares.

Creo que si la historia no se repite siguiendo una trayectoria circular, como algunas religiones, corrientes filosóficas y agrupaciones musicales lo proponen, sino una trayectoria en espiral que jamás vuelve al mismo lugar, a veces descendente, otras hacia arriba, como entre otros lo sostienen Heráclito, Hegel y la órbita de la Tierra, Miami es –en ciernes- la esplendorosa Florencia del Renacimiento.

Que me perdonen mis amigos argentinos, quienes podrían alegar que esa cuna ya la tiene el Gran Buenos Aires, con una ubicación a medio camino entre los estadios de Boca y River. O mis amigos mexicanos: ellos ya tienen al "sol de México" que alumbra el globo terráqueo, quien no es propiamente un fiel vocero ni de Aztecas ni de Mayas ni de la mixtura cultural que caracteriza la maravillosa nación mexicana: me refiero a Luis Miguel. Y mis amigos en Colombia y Venezuela, por problemas de Física Filosófica, una disciplina que desde el siglo pasado fue sustituida en las universidades contemporáneas por otra que se llama Wall Street's Ethics. Esa obsoleta disciplina decía que los extremos tienden a juntarse, es decir que positivo y negativo terminaban por ser los dos una sola corriente eléctrica. Entonces, si alguien corre donde Chávez o Uribe a echarle este cuento de una nueva cuna del Renacimiento, la cosa terminaría en un decreto oficial, estableciéndola en el Chacaito en Caracas, a cargo de las Brigadas Bolivarianas, o en las oficinas de las cooperativas Convivir en Envigado, Antioquia, a cargo de paramilitares "reinsertados" .

Aunque no es Ciudad-Estado, Miami si es una Ciudad-Frontera, dentro del territorio de uno de los actuales imperios. Es cierto que hay megaciudades como Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Houston, Madrid, Paris, Tokio y Shangai. Sin embargo, ninguna como Miami ha logrado permear en un solo caldero la diversidad cultural de América Latina, más la norteamericana, europea, asiática y africana, teniendo en cuenta –además- que la nación de Teodoro Roosvelt y Martín Lutero King es la de mayor diversidad étnica y cultural del mundo actual: la elección de un Barak Obama no es una evidencia gratuita, y es, sin exageraciones, impensable no sólo en la mayoría de los países de América Latina, sino en países como Francia o España, donde los enfrentamientos de nacionales contra inmigrantes por prejuicios raciales es un asunto que viene pasando de castaño a oscuro. Y no quisiera extenderme al explosivo Medio Oriente, imaginando un presidente de origen palestino en Israel, ni al Oriente completo, con un paquistaní como primer ministro en la tierra del Mahatma Gandhi.

Como ocurre con las criticadas antologías literarias y poéticas, tanto por quienes suelen quedar por fuera y se irritan por sentirse dueños o dueñas de un puesto público en la historia de la literatura y la poesía, como por quienes creen que los escogidos no debieron ser los escogidos, procedo –corriendo el riesgo de un huracán de críticas- a una antología de evidencias que me llevan a sostener lo que sostengo.

· Para quienes gustan de estadísticas de color verde monetario, no ecológico: Miami es, por su estratégica ubicación geográfica, el puerto marítimo, fluvial, aéreo, ferroviario y terrestre a través del cual se moviliza el mayor volumen de carga en el mundo, superando de lejos a Nueva York y Hong Kong.

· Para las de color Educación: el Miami Dade College, que nació gracias al empuje de los cubanos como una institución de Educación Superior comunitaria, en particular para resolver los graves problemas de adaptación cultural para una masiva migración desde la isla -cuyo inglés más avanzado para la mayoría era decir Muera Fidel!- es hoy en día la institución más grande en su género de toda la llamada Unión Americana, con una población de 120.000 estudiantes presenciales, en 8 sedes que cubren todos los puntos geográficos de la ciudad. La mayor parte de esa población estudiantil es de origen latinoamericano y caribeño, integrada en una menor proporción por norteamericanos negros, blancos y de origen asiático, a la cual se suman los estudiantes internacionales (no inmigrantes) de todos los países europeos. A esta población se suma la que accede a la educación desde distintos rincones del globo, a través de la Universidad Virtual en la Internet. Existen –además- varias Universidades de un alto prestigio, como la University of Miami y la Florida International University, FIU.

· Quienes sostienen que Miami es simplemente una extensión de Cuba, sería bueno que mirasen las estadísticas del servicio de inmigración: durante la ultima década la venida de cubanos no supera el 10% del total; por el contrario, es ampliamente superada por haitianos, mexicanos, argentinos y –particularmente- nicaragüenses, hondureños, salvadoreños, colombianos y venezolanos debido a los serios conflictos internos.

· En Miami, junto a unas ciudades más de la Florida, en contravía de la homofobia imperante en muchas regiones de Norteamérica, donde se quiere imponer el inglés como una sola lengua, las autoridades locales y educativas han oficializado tres lenguas: inglés, español y el francés caribeño, denominado creole.

· En el campo de las Artes y la Cultura si que podemos mencionar obras y realizaciones. El Centro de las Artes, terminado de construir no hace mucho tiempo, es un complejo de altura internacional. El Art Basel de cada año congrega la más extensa exhibición, por metro cuadrado a nivel mundial, de todos los géneros, estilos y vertientes de las artes plásticas, y de aquellas con avanzados desarrollos de la tecnología. Esta jornada se repite cada mes, a escala de barrio, en las tradicionales "noches de galería" en Calle Ocho, Coral Gables, Design District y Winwood, atrayendo miles de gentes del común. El megaproyecto del Centro Cultural Colonial de la Florida, de cuatro manzanas a la redonda, en los límites de Winwood, que viene adelantando la Arquidiócesis de Miami con las luces del cubano-americano Ray Zamora, merece una crónica entera. Con este megaproyecto, en el que nada tiene que ver España –gracias a Dios!- renace en Miami el importante rol de mecenazgo cultural que la iglesia Católica desempeñó durante el Renacimiento.

· Miami Beach exhibe la muestra más amplia, variada y permanente de la construcción Art-Deco en toda América, que se declaró y se conserva como Patrimonio Arquitectónico de los Estados Unidos, con bellísimas edificaciones y espacios que reflejan el espíritu de renovación cultural tras la dura experiencia de la Segunda Guerra Mundial.

· Logros como el de mediaIsla, que nació, se crió y crece junto al macito de amigos de René Rodríguez Soriano, y se originó para "compartir con amigos" una selección de lo mejor que se publica en el universo cultural de la Internet. Sobrepasa hoy los 40.000 suscriptores esparcidos por el mundo entero.

Podría extenderme con abundantes ejemplos del florecimiento de la cultura y las artes en Miami. De la barbarie, dejo que hablen otros, como Jaime Bailey, "María Elvira Live" y el cónsul Guzmán. Me limito a mencionar la recién nacida Universidad Virtual Daniel Angulo School of Art; el nuevo Teatro iniciado con rotundo éxito por el dramaturgo, director y actor Leandro Fernández, con la estupenda actriz y mujer de la radio Marisol Correa; el anunciado lanzamiento de la Revista Influencia Latina, por iniciativa del escritor Luis Alberto Miranda; la Revista Oral de Boca en Boca, del artista, músico y ahora Rector Angulo junto con el escritor Jaime Cabrera González, y los talleres o "peñas" de escritores y poetas –que son ya incontables en la ciudad-, dentro de los cuales son pioneros los que dirigen el escritor y periodista Juan Pablo Salas, la escritora Marta Sepúlveda, el poeta y cuentista Enrique Álvarez, y el Grupo SETRA. [Ramón Manrique-Boeppler, Barranquilla. Reside en Miami, FL, ha publicado Este Miércoles (2007]

Puertas y ventanas

En Arte-único

El regreso de Alfonsina. Virgilio López Azuán. Abrir en la siguiente página: http://arte- unico.blogspot. com/

Cuba a través de mi lente

San Juan, PR.- José Ismael Fernández y la Editorial Plaza Mayor tienen el placer de invitarle a la presentación del libro Cuba a través de mi lente. Miércoles 28 de octubre de 2009. Hora: 7:00 p.m. Centro de Estudios Avanzados del Caribe, Viejo San Juan. Presentación a cargo de Luis A. Ferré Rangel.

Los cuentos del villano

Difundimos la Narración Oral y la Literatura. Más de 25.600 visitas lo demuestran. Hay nuevas entradas en: http://loscuentosde lvillano. blogspot. com

La estirpe maldita y otros desahogos

Invita Daniela, desde la esquina acostumbrada http://delsolconsan luis.blogspot. com/

La montaña de Enrique Anderson Imbert

Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: La montaña, por el autor argentino Enrique Anderson Imbert [1910-2000]. Pulse sobre el título para leer el cuento en CiudadSeva.com

Libro abierto en Bronx, NY

Del 6 al 8 de noviembre, la Biblioteca Central del Bronx será el escenario para la celebración de Libro abierto donde se darán cita un nutrido grupo de renombrados escritores intelectuales y artistas latinoamericanos residentes en Estados Unidos.

Entre los autores confirmados para el evento se encuentran el peruano Isaac Goldemberg, el hondureño Roberto Quezada, los dominicanos Miguel Aníbal Perdomo, José Acosta, René Rodríguez Soriano. Así como también Carlos Aguasaco, Carmen Valle, Pedro J. Adorno y Sandra María Esteves, entre otros.

La actividad, coordinada por Tomás Modesto Galán, tendrá lugar en Bron Library Center del número 310 East Kingsbride RD, Bronx, NY 10458. Teléfonos de contacto: 718 579 4202 – 718 579 2412.

Zafarrancho del poder: Calígula

Para ver Zafarrancho del poder: Calígula, pulsa en http://imagineriabr uja.blogspot. com Se abrirá la Belleza.

Narrativas nº 15 ya disponible

En el siguiente enlace se puede descargar el nº 15 de la revista Narrativas, una publicación en formato PDF donde hay una amplia muestra de la narrativa corta contemporánea, así como ensayos y artículos relacionados. http://cid-8daad0c2 08167bbc. skydrive. live.com/ self.aspx/ Público/narrativa s15.pdf La web de la revista, donde además pueden conseguirse todos los números atrasados, es: http://www.revistan arrativas. com/ Esperando que la revista sea de vuestro agrado, aprovecho para mandar un saludo. Sergio Borao Llop http://sbllop. blogia.com http://www.aragones asi.com/sergio

Por una extensión de la UASD en La Romana

La fundación universitaria romanense te invita a la Gan caravana por la creación de la extensión de la UASD en La Romana. Miércoles 28 de octubre, partiendo a las (:30 AM desde el parque central de La Romana. Inscríbete llamando al 809-813-1970 Y 829-801-2137

Últimas funciones de Dominicanish

Últimas presentaciones de Dominicanish del grupo Ay Ombe Theatre en el Harlem Stage de la ciudad de Nueva York el 6, 7 y 8 de Noviembre del 2009.

Jueves 5 de Noviembre –"OM is 10" y Recepción Inaugural, 7:30 pm
Viernes 6 de Noviembre – Presentación de Dominicanish, 7:30 pm
Sábado 7 de Noviembre – "Diálogo Dominicanish" incluyendo tres paneles: a las 10:00 am, 12:30 pm y 3:30 pm
Sábado 7 de Noviembre – Presentación de Dominicanish, 7:30 pm
Domingo 8 de Noviembre – Presentación de Dominicanish, 3:00. Todas las presentaciones de la obra de teatro tendrán lugar en el Harlem Stage Gatehouse, en el 150 de Convent Avenue esquina West 135th Street en la ciudad de Nueva York. La exposición y los paneles sobre Dominicanish serán en Rio Gallery en el 583 Riverside esquina 135th St, 7mo piso, en la misma ciudad.
Imágenes del mundo

mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.

poeMARTES

proSÁBADO

René Rodríguez Soriano

mediaIsla Editores











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