sábado, 22 de agosto de 2009

RESUMEN CULTURAL DE MEDIA ISLA, UNA RESENA HISTORIA, POLITICA, DE ECONOMIA, ARTE, CULTURA, LITERATURA

1989 EL ANO EN QUE EL MUNDO SE DIO VUELTA

Borges y el futuro , 7 rutas de la poesía , Vicios, un poeta y la herencia del doctor , Las sobras de un sublime cadáver , La habitación de Virginia Woolf , Pobre universo erótico , Hipócritas , Puertas y ventanas: Antología poética de María Meleck Vivanco , Cine argentino en bibliotecas de Broward, FL , El imán de Oscar Wilde , Conversatorio con Luis Luis López Nieves , Contando a mi abuelo Juan Bosch , Rojo Rosa Víctor Víctor & La Vellonera , El cuento. Tradición del género en la literatura argentina , Entrevista con Bartra , ¡Espacio Y cumple 10 años!, Imaginería bruja , Imágenes del mundo

1989: el año en que el mundo se dio vuelta
La caída del Muro de Berlín fue el hecho más paradigmático, pero no el único de aquel año decisivo, en el que Europa del Este dejó atrás el comunismo, a la sombra de la reforma de Gorbachov. El testigo y comentarista Neal Ascherson recuerda aquí las "revoluciones" que se sucedieron.

Por Neal Ascherson © The Guardian - Clarín
Veinte años atrás, el panorama mundial empezó a cambiar. Al principio, nadie lo advirtió. En enero de 1989, en la mitad soviética de Europa se hacían casi tantos negocios como en la mitad occidental. En Polonia había huelgas; se hostigaba a los disidentes de Alemania Oriental; un dramaturgo llamado Vaclav Havel fue arrestado después de una pequeña manifestación.

Occidente, en cambio, tenía cosas más importantes en qué pensar. George Bush padre tomaba posesión del cargo de presidente de los Estados Unidos; y Salman Rushdie pasaba a la clandestinidad después de la fatwa iraní. En Moscú, el inefable Mijail Gorbachov avanzaba con su perestroika y su glasnost. (Cuánto deberían amarlo los rusos).

En Londres, un exiliado checo, Karel Kyncl, escribió un artículo sobre los arrestos en Praga. Decía que Havel le causaba gracia y que no le sorprendería que llegara a ser presidente de Checoslovaquia. Los lectores sonrieron indulgentes, como diciendo: "Pobre Karel, qué cosas piensa".Las montañas que rodeaban el horizonte de la Guerra Fría empezaron a tambalearse y finalmente se derrumbaron. El comunismo polaco fue el primero en caer.

A continuación, los gobernantes húngaros publicaron un plan de abdicación. En agosto, las Repúblicas del Báltico de la Unión Soviética empezaron a exigir su independencia. En noviembre, Erich Honecker, de Alemania Oriental, fue derrocado, y el 9 de noviembre se abrió el Muro de Berlín.Al día siguiente, en Bulgaria un golpe palaciego derrocó a Todor Zhivkov, el líder del partido. El 28 de noviembre el régimen comunista checoeslovaco capituló. En diciembre, Nicolae Ceausescu, de Rumania, fue sacado de su despacho y fusilado.

Y tres días antes de finalizar el año, Vaclav Havel fue proclamado presidente de la República Checoeslovaca.El terremoto llegó a Albania y Yugoslavia al año siguiente. Las naciones del Báltico, Ucrania y los países del Cáucaso meridional no recuperaron su independencia hasta que, tres años después, se produjo el formidable colapso final de la Unión Soviética. Pero a fines de 1989 toda la muralla de la Europa sovietizada se había derrumbado, total y súbitamente.El paisaje de acero y hormigón de la Guerra Fría se había convertido en una puesta en escena teatral. Con excepción de Rumania, donde hubo combates, todas estas revoluciones se consumaron sin derramamiento de sangre. Las batallas de libraron en mesas redondas, no detrás de barricadas.\

A comienzos de 1989 nadie esperaba que el mundo se diera vuelta totalmente (tal vez ni siquiera lo pensó Karel Kyncl, a pesar de su rapto profético). Todos sabían que "el comunismo estaba en problemas", y que los pronósticos económicos eran sombríos. Mientras tanto, la Guerra Fría empezaba a ceder, desde que se iniciaron, uno tras otro, los controles de armamento entre el este y el oeste. Hacia abril, el incipiente deshielo se convertía en inundación.Los comunistas húngaros ya hablaban de elecciones libres y multipartidarias, y querían convocarlas en un plazo perentorio.

En Polonia, el gobierno había levantado la interdicción que pesaba sobre el gremio Solidaridad e iniciaba conversaciones sobre la posibilidad de la democracia. Las revoluciones de 1989 no se hubieran producido si el mensaje de Gorbachov a las "naciones cautivas" no hubiera sido escuchado. Ese mensaje decía: Ustedes son independientes. Nos gustaría que eligieran el camino del socialismo.

Pero cualquiera sea el rumbo que decidan seguir, la Unión Soviética no la invadirá con ejércitos y tanques para detenerlos, como ya lo hizo en 1956 y en 1968. Aun si vuestros gobernantes comunistas son derrocados, nosotros no apelaremos a la fuerza para salvarlos.Nadie creyó que Mijail Gorbachov decía lo que pensaba.

Por eso, cuando declaró en junio de 1988 que "oponerse a la libertad de elección significa ponerse en contra del movimiento objetivo de la historia misma", sus oyentes de Moscú supusieron que quería decir que "todo aquel que reclame libertad de elección será arrollado por la aplanadora soviética de la historia".

Después, en diciembre, Gorbachov repitió un mensaje casi idéntico en las Naciones Unidas: "La libertad de elección es un principio universal. No debe haber excepción alguna". La mayoría de los ideólogos estadounidenses pensaron que el tipo no hablaba en serio. ¡Entonces, el comunismo mundial se caía a pedazos! Pero cuando Gorbachov convocó a los líderes comunistas y trató de hacerles entender que podían elaborar sus propias políticas, pero que ya no contarían con el rescate soviético, el mensaje empezó a fluir y llegó a los grupos de oposición y al pueblo en general.

Y aun entonces, los revolucionarios de 1989 nunca estuvieron seguros de que la promesa era real, y siguieron manteniendo un oído atento para detectar el estruendo de los tanques en marcha.El punto de partidaLa revolución empezó en Polonia. En 1981, el general Jaruzelski había destruido el movimiento Solidaridad e impuesto la ley marcial. Pero a nadie se le escapaba que el sistema estaba herido de muerte. Sólo había que esperar que muriera.

La quiebra comercial de Polonia terminó en 1988, al mismo tiempo que se desataba una nueva ola de huelgas. El gobierno, nervioso y dividido, finalmente devolvió la legalidad a Solidaridad y en febrero de 1989 inició rondas de negociaciones con la oposición. Los participantes sancionaron a los gremios independientes y organizaron elecciones multipartidarias para junio.

A regañadientes, Solidaridad aceptó que las elecciones tenían que ser arregladas. Reservar un bloque de banca para los candidatos "oficiales" aseguraría que el régimen tuviera mayoría en el Sejm (la Cámara Baja del Parlamento).Pero en ese momento intervino el pueblo.

Yo estaba en el café del hotel Europejski de Varsovia, ese día de junio. Jóvenes militantes de Solidaridad nos pusieron sobre la mesa una pila de folletos impresos con las cifras de las urnas. Al principio no pude creer lo que estaba leyendo. Solidaridad había ganado todas menos una de las bancas que se disputaron en las elecciones. Pero en las bancas reservadas, sólo dos de todos los candidatos comunistas habían obtenido el 50% de votos necesarios para entrar. Los votantes habían encontrado alguna manera de hacerlo.

En esa mañana de verano, el juego cambió súbitamente. Después de 45 años, el comunismo polaco había sido aniquilado. Y lo increíble, que también era lo inevitable, se producía cuando se iniciaban las negociaciones para formar el primer gobierno no comunista en la Europa soviética. En Hungría, mientras tanto, desde la aplastante derrota de 1956 los comunistas ya no se hacían ilusiones sobre su popularidad.

Con el gobierno de Janos Kadar, que fue derrocado en 1988, los húngaros alcanzaron un nivel de vida razonablemente confortable y ganaron ciertos derechos para instalar y mantener negocios privados. Pero los sucesores de Kadar entendieron, antes que ninguno de sus vecinos, lo que Gorbachov estaba diciéndoles: hay que adaptarse o morir. Desde 1987 algunos partidos no comunistas pudieron desarrollar sus actividades, pero a diferencia de lo que sucedía en Polonia, en Hungría la oposición organizada era débil. Entonces el régimen comunista tomó una extravagante decisión: mantener el control organizando su propia caída gradual.

A comienzos de 1989, el gobierno y el partido gobernante anunciaron un arrasador programa de reformas económicas y políticas. Entre ellas, se dispuso, por ejemplo poner en marcha una investigación de la revolución de 1956 y organizar una segunda ceremonia para rendir honras fúnebres a Imre Nagy, quien había sido ejecutado por la Unión Soviética en ese año, 1956, cuando era primer ministro. Fue en ese momento que los astutos líderes partidarios estuvieron a punto de perder todo poder.

La ceremonia fúnebre se llevó a cabo el 16 de junio. Nagy y cuatro de sus camaradas, también mártires, tuvieron un segundo funeral como héroes nacionales. La ceremonia se convirtió en una enorme demostración de dolor y de ira, sentimientos hasta entonces reprimidos. Se convocó un panel para planificar la transición hacia la democracia y se prometió que a comienzos de 1990 se llamaría a elecciones libres.

El Partido de los Trabajadores Socialistas de Hungría cambió su nombre, abandonó el leninismo y empezó a prepararse para competir por los votos. Hacia fines de 1989 Hungría había perdido todo rasgo de algo que pudiera asemejarse a un sistema comunista.Revolución sin masasSiempre se dio por sentado que las revoluciones debían ser llevadas a cabo por "las masas".

Pero ni en Polonia ni en Hungría el cambio fue impuesto por la fuerza por multitudes furiosas en las calles. Hacia fines del año ese tipo de tradicional levantamiento popular, junto con la confrontación física con los gobernantes, empezó a desaparecer.La primera confrontación se produjo en el Báltico. Es duro –y vergonzoso– recordar hoy cuán improbable parecía en Occidente, 20 años atrás, el triunfo de los reclamos independentistas de Latvia (ex Letonia), Lituania y Estonia.

Pero desde que Gorbachov había aflojado los controles, se sucedían con cierta libertad las protestas públicas sobre lengua y cultura y también sobre las deportaciones de Stalin. En marzo de 1989 el movimiento independentista Sajudis obtuvo la mayoría de bancas lituanas en las elecciones soviéticas, Y después, el 23 de agosto del mismo año, se produjo uno de los acontecimientos más espectaculares y conmovedores de todo el año.

Era el 50º aniversario del monstruoso pacto nazi-soviético, por el que en 1939 se pusieron los estados de los Balcanes a merced de la voluntad de Stalin y se destruyó su independencia. En esa fecha el pueblo salió a las calles y formó una cadena humana de casi 2 millones de hombres, mujeres y niños que, tomados de la mano, permanecieron de pie formando una línea de 650 km de longitud, desde Vilnius, pasando por Riga, hasta Tallinn. Reclamaban libertad, justicia e independencia.

Una cuarta parte de la población del Báltico se unió a la manifestación.El siguiente levantamiento de masas empezó en octubre en Alemania Oriental. De entre todos los hechos dramáticos de 1989, este fue el episodio que más se asemejó a las grandes insurrecciones urbanas del siglo XIX. Porque lo que derrocó la dictadura de Erich Honecker y la Stasi (el Ministerio de Seguridad del Estado, o sea la policía secreta oficial de Alemania Oriental) no fue un acuerdo clandestino ni una maniobra del Partido.

La temeraria acción de millones de personas que salieron a la calle derrotó al régimen y derribó el Muro de Berlín.Honecker inició el año 1989 absolutamente seguro de que la "ola reformadora" de los países vecinos no contaminaría a la República Democrática Alemana (la RDA). Pero existía una creciente convicción de que el sistema debía cambiar. "No podemos gobernar a la antigua", se decía.

Pero fue exactamente "a la antigua" que los resultados de la elección municipal de Alemania Oriental fueron descarada y crudamente falsificados. Y de pronto empezaron las protestas.Octubre fue el mes decisivo. el 2 de octubre una enorme manifestación que reclamaba reformas se concentró en Leipzig y decidió seguir reuniéndose todos los lunes hasta que sus exigencias fueran satisfechas. Pocos días después Gorbachov llegó a Berlín Oriental para asistir a la conmemoración del 40º aniversario de la República. Multitudes delirantes lo aclamaron gritando "¡Gorbi! ¡Gorbi!" cuando le dijo a Honecker que "la vida castiga a los que retardan las cosas".

Las "manifestaciones de los lunes" de Leipzig, que desafiaban a la policía, empezaron a atraer a miles de personas. Honecker amenazó con imitar a los chinos, que pocos meses antes habían disparado contra los centenares de manifestantes de la Plaza de Tiananmen. Pero el 9 de octubre de 1989 las milicias armadas de Leipzig se negaron a hacer fuego contra la multitud, y hasta se dejaron poner flores en las solapas de sus uniformes.Horrorizados por lo que podría haber sido un baño de sangre, los colegas de Honecker lo expulsaron de su cargo. A principios de noviembre, una gran manifestación en Berlín convocó a medio millón de personas que reclamaban ruidosamente un cambio. En un torbellino de incoherentes promesas de reformas, los nuevos líderes del partido parecían ofrecer el libre cruce de la frontera con Berlín Occidental. Cuando circuló la noticia, la noche del 9 de noviembre, 50.000 berlineses del Este se precipitaron hacia el Muro.

Los guardias no tenían instrucciones. Dejaron pasar a la gente, que avanzó danzando y llorando. De pronto Berlín Occidental estuvo lleno de Trabants (el automóvil pequeño y de bajo costo, el Trabi, que se fabricaba en Alemania Oriental), y de multitudes mal vestidas que se desplazaban a pie comiendo bananas. Jóvenes del Este y del Oeste saltaban y bailaban en lo alto del Muro. Al día siguiente empezaron a tirarlo abajo. Nadie los detuvo.Los comunistas trataron de retardar los acontecimientos proclamando su conversión a la Social Democracia. El Nuevo foro y otros partidos hacían planes para una Alemania Oriental democrática. Todo fue inútil: el 3 de octubre de 1990 un millón de personas se reunió en Berlín, en la Puerta de Brandenburgo, para celebrar la reunificación formal de Alemania.

En cuanto a Checoslovaquia, permaneció tranquila la mayor parte del año. Pero checos y eslovacos estaban muy atentos a lo que pasaba en Polonia y Hungría. El 21 de agosto hubo manifestaciones "ilegales" en Praga y en Bratislava para conmemorar el día de la invasión soviética de 1968. La policía se mostró inusualmente permisiva. Después sucedió algo inesperado. El 17 de noviembre era el día en que los estudiantes marchaban por Praga para rendir homenaje a Jan Opletal, un líder estudiantil asesinado por los nazis.

Las autoridades no habían prohibido la manifestación, pero la policía arremetió súbitamente contra los estudiantes y empezaron a golpearlos con sus bastones. Se corrió la voz de que habían matado a un estudiante. Mucho después se supo que la información era falsa y que probablemente el rumor habría sido iniciado por la policía. Pero los estudiantes ocuparon sus universidades y en las calles empezaron a reunirse multitudes furiosas.

Lo que siguió fue la Revolución de Terciopelo, un verdadero levantamiento de masas. Según el historiador Tony Judt, los que participaron, tanto checos como extranjeros, tuvieron "la embriagadora sensación de que en ese momento se estaba construyendo la historia".

La gente tomó la ciudad. Una semana después los líderes comunistas renunciaron. Vaclav Havel y unos pocos amigos del Foro se apropiaron de un teatro, inventaron un nuevo movimiento llamado "Foro Cívico" e iniciaron el debate para decidir hacia dónde debería encaminarse la revolución. En pocos días ellos mismos se sorprendieron al verse convertidos en un grupo revolucionario y luego en gobierno provisional. El 25 de noviembre 250.000 personas se reunieron para escuchar a Havel y a Alexander Dubcek. Después de una breve rueda de conversaciones, el gobierno checoslovaco colapsó.

Se designó un nuevo gobierno, compuesto por intelectuales del Foro. Ya en ese momento las multitudes coreaban: "¡Havel al Castillo!" (a la Presidencia) . Después de ser designado presidente el 29 de diciembre, tomó algunas medidas: el 1º de enero de 1990 liberó a 16.000 presos políticos; y el día 2 disolvió la "policía política". La Revolución de Terciopelo y la revolución de Alemania Oriental demuestran que dentro de un estado policial la temperatura política puede empezar a subir silenciosamente, hasta llegar al punto de ebullición. Este fue el caso de Nicolae Ceausescu, en Rumania, el más brutal de aquellos sistemas.Todo empezó en Timisoara, después de un intento de arrestar a un pastor húngaro. La policía abrió fuego y hubo una masacre.

El 21 de diciembre, el presidente Ceausescu organizó en Bucarest una serie de gigantescas concentraciones en su favor. El primer acto se inició, pero después de algunos minutos el mandatario percibió que la multitud lo abucheaba y lo tildaba de dictador. Al día siguiente sucedió lo mismo. Entonces Ceausescu y su esposa Elena, aterrorizados, huyeron en un helicóptero que se posó en el techo de las oficinas del partido.Cuando hubo una gran manifestación contra su gobierno, en Bucarest, la policía de seguridad disparó contra la multitud. Pero inesperadamente el ejército cambió su posición y ayudó a los revolucionarios a tomar la estación de televisión.

La lucha callejera fue confusa y salvaje y murieron centenares de personas. Los Ceausescu fueron capturados sin poder salir del país. En la Navidad de 1989 una cámara filmó el momento en que fueron llevados al paredón y fusilados por "genocidio".Cuando la lucha se aquietó, tomó el poder un "Frente de Salvación Nacional". Su líder, Ion Iliescu, fue designado presidente. Iliescu era un ex político comunista con influencia en las fuerzas de seguridad, y sólo introdujo cambios superficiales en el sistema.

Thatcher en el EsteA fines de 1989, lo que la mayoría de la gente quería era algo así como una democracia social. En otras palabras: libertad, una economía de mercado regulada, y un Estado de bienestar fuerte. En una palabra, el modelo "europeo". Estaban equivocados. Los países en transición importaron una versión pura del thatcherismo. Se abolieron los controles de precio, se cancelaron los subsidios, se dejó fluctuar libremente las monedas.

Se privatizaron servicios e industrias estatales, que con frecuencia fueron compradas por multinacionales occidentales. Aparecieron brechas enormes entre ricos y pobres. Se deterioraron o desaparecieron algunos servicios sociales, como la compleja red de guarderías gratuitas para las madres trabajadoras de Alemania del Este.

La forma de hacer política había cambiado. Los pobres pasaron a ser dirigidos por nacionalistas de derecha, y ya no por socialistas. Contra ellos se levantó la nueva clase media urbana y los ex comunistas reivindicados, comprometidos con la economía neoliberal y la integración europea. Los antiguos revolucionarios se refugiaron en la academia, se dedicaron al periodismo o consiguieron bancas en el parlamento Europeo.En Polonia, yo recuerdo a la Marta Krzystofowicz de aquella época como una encantadora e intrépida conspiradora por la libertad. Hoy está casada y tiene una hija grande. Ella dice: "Yo tengo un vaso de jugo de naranja fresco por las mañanas, un diario sin censura para leer, mi pasaporte en un cajón del escritorio. Con eso me basta".


[Traducción: Ofelia Castillo]
"En el futuro se hablará de Borges como de Shakespeare o Dante"

El próximo 24 de agosto se cumplirán 110 años del nacimiento de Borges. El especialista, biógrafo y coleccionista Alejandro Vaccaro recuerda al escritor argentino de mayor proyección universal.
Por Gabpa / Dpa © Clarin


Jorge Luis Borges "jamás se promocionó, jamás promocionó su obra, y sin embargo sus libros se siguen vendiendo y se van a vender", señala Vaccaro, autor entre otros de Georgie 1899-1930, El señor Borges, Borges, una biografía en imágenes y Borges Vida y Literatura. El especialista considera que el autor de El Aleph y Ficciones, de cuyo nacimiento se cumplen 110 años el 24 de agosto, "se apropió de una cantidad de temas, de una cantidad de palabras. Acuñó una identidad, que es lo más difícil de hacer literariamente" .


"Él comenzó a jugar en esa línea delgada que trazaba entre ficción y realidad, entre sueño y vigilia, citas reales y citas falsas. Caminó por una suerte de cornisa donde el lector tenía que estar muy atento para saber de qué estaba hablando. Y hoy todavía pasa. Hoy se lo estudia desde la matemática, desde la física, desde la teología", explica en entrevista con dpa. Vaccaro, actual presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), cargo que Borges también ocupó, relata: "Siempre sentí admiración por su obra. Y después también por él, me pareció un hombre ético, generoso, bondadoso, que vivió los últimos 40, 45 años de su vida en un departamentito de 70 metros".


"Era un hombre austero, jamás tuvo automóvil, caminaba, no tomaba alcohol. Durante 17 años fue director de la Biblioteca Nacional, pasó por distintos gobiernos que lo respetaron por su gestión", indica Vaccaro, nacido en Buenos Aires en 1951. Interrogado acerca de si comparte que fueron las ideas políticas de Borges las que lo privaron del Premio Nobel, responde que durante 25 años, "desde 1961 cuando ganó el premio Formentor hasta que murió, todos los años fue candidato. Puede ser una de las razones. En última instancia, si esa es la razón, me parece un error grave de la Academia (Sueca) haber denegado un premio a alguien que tiene una obra muy trascendente por una cuestión extraliteraria" .



Vaccaro no duda en manifestar su admiración: "Yo lo respeto muchísimo como escritor, como persona y como lector. Me parece sí que Borges es el lector más importante de la historia de la humanidad. Él como escritor sin duda está entre los grandes, pero como lector no había con qué darle, era un lector extraordinario" . "Una vez dijo: 'que otros se jacten de los libros que han escrito, yo me enorgullezco de los que he leído. Uno es por lo que lee, no por lo que escribe'. Yo creo que ese es casi su legado: para ser un buen escritor hay que ser un buen lector", apunta el biógrafo y presidente de la Asociación Borgesiana de Buenos Aires.


Y recuerda que a fines de los años 30 Borges escribía una página en la revista "El Hogar", y "en aproximadamente cuatro años que trabajó ahí, reseñó 200 libros". Además "manejaba cuatro idiomas (español, inglés, francés y alemán), era un buen latinista, leía en italiano". "Cuando él empezó a quedarse ciego ya había leído lo esencial", indica. Asimismo, opina que la ausencia de un museo dedicado al escritor en la Buenos Aires que lo vio nacer en 1899 es "una gran deuda que tiene esta ciudad con Borges". "Estamos preparando para hacer un museo en la , que es una de la sedes de la Sociedad Argentina de Escritores", anticipa.


Coleccionando a Borges
"Estamos trabajando, hay una museóloga que está haciendo los estudios para adaptar parte de la colección a las comodidades que tenemos. No queremos apurarnos, esto lo vamos a ir llevando tranquilamente y probablemente el año que viene lo inauguremos" , cuenta. Vaccaro inició su colección hace unas tres décadas, al enterarse de que había tres libros de su juventud que Borges -fallecido en Ginebra en junio de 1986- no había querido reeditar: "El tamaño de mi esperanza", "El idioma de los argentinos" e "Inquisiciones" . "Me pareció que podía haber en esos libros alguna clave que definiera algún aspecto de su obra literaria. Ahí entré en un mundo que me fue llevando. Empecé a buscar esos libros en librerías anticuarias, en librerías de viejo. Empecé a transitar un camino involuntariamente, sin proponérmelo" .


"Entonces me empezaron a visualizar como un comprador de libros de Borges. Cada vez que tenían algo, me llamaban. Y empecé a comprar muchas cosas. Hoy tengo una colección que tiene 20.000 piezas, con libros, documentos, manuscritos, objetos, recortes, revistas", relata Vaccaro.
"A mi casa vienen profesores de universidades de todo el mundo y se sientan en un escritorio y tienen toda la obra de Borges al alcance de la mano, de su primer libro al último, todo en primeras ediciones", se enorgullece.


Sin embargo, aclara: "Jamás me propuse ser coleccionista ni tener esta colección. Un día me di cuenta de que la tenía y que había que cuidarla y empecé a tomar recaudos. Tengo todo forrado con papel especial con PH neutro, está todo digitalizado" . Vaccaro, quien nunca habló con Borges aunque asistió a sus conferencias, trazó una síntesis de su biografiado en apenas tres palabras: "un ser literario". [giecoleon]


Siete rutas de la nueva poesía
Desde los aspectos más duros y sombríos de la realidad hasta las tecnologías emergentes se hacen versos experimentales y clásicos a través de autores que buscan renovar la poesía: Vukusic, Fanjul, Clark, Martínez, Marqués, Moreno y De Ory


Por MANUEL RICO © Babelia
La diversidad estética y temática de la poesía más reciente tiene, también, un reflejo plural en el uso de cauces innovadores, impensables hace sólo una década. Internet, el blog, las redes sociales, las revistas digitales y los libros electrónicos son realidades emergentes que están ofreciendo oportunidades diversas para que sus autores se den a conocer. Sin embargo, ese nuevo ecosistema, pese a las más apocalípticas teorías post, afecta poco a la materia poesía. Y a su edición en papel. Es más: no hay poeta joven, que, pese a mostrar su obra en la red y casi en tiempo real, no aspire a ver su libro editado. Es como si en ello se albergara la legitimidad literaria.

Sus referentes siguen siendo nuestros clásicos, los poetas españoles del 27 o del 50, Machado o Juan Ramón, los poetas anglosajones (incluyendo a Bukowski o a Carver) y europeos, sin desdeñar, en algunos casos, los más experimentales del pasado siglo: es decir, los mismos referentes que marcaron a anteriores generaciones, algo que se pone de relieve con sólo revisar las últimas novedades en los anaqueles de las librerías. O leyendo alguno de los siete libros que hemos seleccionado como muestra de la evolución de la poesía más joven. Se trata de libros escritos, con dos excepciones, por poetas nacidos a partir de 1977, es decir, familiarizados, desde la adolescencia, con Internet y el mundo digital, con blog abierto la mayoría.

Sus libros no hablan de la quiebra del poema y del poemario convencional, sino más bien de lo contrario.
Así, Déborah Vukusic (Ourense, 1979), en su entrega Guerra de identidad, se muestra como una poeta directa que no elude los aspectos más duros de la realidad y de la memoria. Poesía narrativa en la que aborda, con un verso ágil, fresco e irónico, fluido, dramatizado a veces, una suerte de autobiografía en la que el yo aparece hibridado con lo colectivo.

Es decir, busca la propia identidad en un pasado que se nutre de dos realidades: la Croacia de la guerra de los Balcanes y la Galicia natal. Ésa es la particular guerra de Vukusic. En ella se encuentran y contraponen la crueldad más extrema, expresada en la figura del padre ("mi padre / el señor croata / genera frío // mata"), y una añorada felicidad con Galicia al fondo. Un libro perturbador, no carente de suturas emocionales y abierto a la historia más reciente y dramática de Europa.


De esa línea dura, poco apacible, participa Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980), autor de Otros demonios, premio Asturias Joven 2008. "No está carente de belleza / este naufragio urbano", escribe en uno de los primeros poemas del libro. Y esa belleza está en el amor irreverente, en la elección de escenarios en apariencia hostiles pero convertidos, gracias a un lenguaje despojado, casi hiriente pero lleno de ternura (una ternura seca), en refugio y protección.

La mítica del fracaso, la estética de barrio y una visión llena de grietas de las relaciones personales completan una poesía intensa que, en algunos momentos, se hace crítica y "sucia" como el mundo real.


Desde el propio título, Memoría, el libro de Ben Clark (Ibiza, 1984) viene cargado con una pulsión existencial. Pese a la juventud del autor y quizá a causa de una experiencia traumática, estos poemas muestran un trasfondo pesimista. No se trata de textos ensimismados, que den la espalda a la realidad, volcados en el yo. Son versos virados hacia una memoria en claroscuro, que buscan el diálogo entre la vida y la muerte, que delatan la frágil condición humana, sólo salvable en el amor, pero en los que también viven los otros. En ellos, la memoria tiende a la evocación del vacío ("Recuerdo pocas cosas de mi infancia: / parques con jeringuillas. Y la tele") o de experiencias sombrías como la recobrada en 'Omenage a Eric'.

Todo ello nos habla de una poesía raramente madura, siempre en el filo de la navaja: es decir, del abismo.
Con Tras la puerta tapiada, Francisco José Martínez Morán (Madrid, 1981) ha obtenido el último Premio Hiperión. Esta vez, el jurado ha optado por una propuesta no experimental, por un libro en el que se entrelazan, de forma equilibrada, las percepciones procedentes de lo cotidiano, del amor diario, del recuerdo vinculado al mundo de la infancia y los referentes culturales de índole diversa (Borges, Sorolla, Escher, Kavafis...). Se trata de una muestra más (hay otras en este recuento) de la persistencia, en la más joven promoción, de una poesía de las emociones, en la que el conocimiento que se persigue tiene más de explicación del yo en relación con el entorno más inmediato que de búsqueda metafísica. Explora "huellas ingobernables / en el mapa del alma".


Juan Marqués (Zaragoza, 1980), con Un tiempo libre nos ofrece un libro de celebración en el que el sujeto poético, citando a Sánchez Rosillo, parece encontrarse "totalmente de acuerdo con la vida". Aunque el verso recuerda al Guillén de "el mundo está bien hecho", la poesía de Marqués es menos objetual y más emotiva. El tiempo libre del que nos habla el libro es el que mide y descubre la luz, el de los actos más sencillos ("Quiero una vida simple, junto a ti / y después un abrigo") y el de la memoria de lo íntimo. En el fondo, la propuesta de Marqués conecta con la tradición de una lírica muy depurada, sintética, a uno y otro lado del Atlántico, uno de cuyos exponentes más próximos es el venezolano Eugenio Montejo y de los más remotos el Juan Ramón de la etapa de Estío.

Acabado en diamante, segundo libro de poemas de Javier Moreno (Murcia, 1972) y premio de la editorial La Garúa, es una muestra más de una obra poética que, desde sus primeros libros, ha descansado, en gran medida, en lo experimental, algo que ha puesto de relieve el propio Javier Moreno vinculándose a la llamada "generación nocilla". La ciencia y la poesía, el peso de las innovaciones tecnológicas y su influencia en vida y poema, la reflexión sobre sus distintas capacidades y la presencia de la imagen y de la luz como materia prima con la que fantasear y construir mundos conforman la sustancia de unos textos, tanto en prosa poética como en verso, menos vanguardistas de lo que cabría esperar y cargados de metafísica, de preguntas sin respuesta, de dudas e incertidumbres: "De gran dureza, el diamante se caracteriza -paradójicamente- por su extrema fragilidad", escribe Moreno.


Por qué sólo beso a las estatuas, de Camilo de Ory (Segovia, 1970), se compone de poemas muy breves e intensos, unas veces próximos al haiku y otras a la estética creacionista, de pulso meditativo, en los que hace recuento de la suma de afectos que determinan la existencia y de la razón y la sinrazón de éstos. La ironía, una sutil distancia respecto a los sentimientos propios, y cierto afán sentencioso ("Dudosa ciencia es la que nos dicta / su propia hora") dan lugar a una poesía afilada y transparente, de impecable ritmo y atenta a momentos apenas relevantes de la vida. Poemas del instante, de la emoción casi imperceptible, de la fugacidad, de la experiencia de lo vivido y recordado. [fontanamoncada]


Vicios, un poeta y la herencia del doctor
Por José Tobías Beato © mediaIsla


Decía don Pedro Henríquez Ureña, el gran ensayista y maestro de América, que hubo un tiempo en cierto rincón del planeta, olvidado y aparentemente alejado de los grandes centros intelectuales del mundo en el que, sin embargo, el libro de un poeta se esperó con una ansiedad parecida a la que mostraban los jóvenes atenienses cuando en la Grecia clásica se anunciaba la llegada de Gorgias o la presencia de Protágoras.


A juicio del exigente crítico el poeta fue mucho más que uno correcto y elegante: una voz original que supo apartarse de escuelas y de las corrientes entonces en boga, para revelarse como un artista que logró una maestría superior, aunque nunca alcanzara la poesía perfecta.

Efectivamente; el poeta del que hablamos todavía es digno de ocupar un sitial de honor dondequiera que se hable de belleza y cultura. Un poeta que, entre otras cosas, escribió unos versos notables que son como dardos contra los denominados vicios nietzscheanos.


¡Ah, los vicios nietzcheanos! Aquellos que por la ausencia de virtudes o la defensa impúdica de los antivalores, hoy socavan los cimientos del orbe civilizado, como la diminuta carcoma consume implacable una hacienda! Pues bien. El lugar olvidado y remoto era la propia patria de don Pedro, República Dominicana. El poeta admirado, Gastón F. Deligne, y el libro esperado con ansias, "Galaripsos. "


Desde joven Gastón F. Deligne se inclinó hacia la filosofía. Desarrolló una poderosa capacidad de síntesis, un léxico amplio, que aunado al don de la observación y a su capacidad retórica, le permitieron crear el poema sicológico, siendo el primero que en América desarrolló tal perspectiva, dice don Pedro. En esta fórmula proclamó su liberación del olvido y la indiferencia del medio:

"Que no sepan los otros tus pesares calla tus dudas, mientras más amargas; vive en ti, si tu vida no es siquiera un animado impulso a la esperanza."


El asunto es, por eso el comentario actual, que en Gastón F. Deligne, se lee a Santo Domingo: el poeta pasa de un entusiasta optimismo, de una fe sin sombras en el porvenir al anonadamiento del Nirvana, y de éste a un pesimismo que no excluía, sin embargo, la lucha.

Porque es cosa común entre nosotros. Héroes impulsados por ideales justicieros montan su rocín y lanza a punto, se arrojan entusiasmados a la ventura, para volver como Don Quijote descalabrados y tomar prontamente conciencia de que tales esfuerzos no valen la pena, al no ser secundados por nadie. Porque exactamente la solidaridad es la gran virtud ausente. En palabras de Pedro Henríquez Ureña: el poeta era un "representativo de singular especie, pues diríase que encarna una conciencia colectiva no existente" (P.H.U., Ensayos, Ed. Taller, pág. 88).


¡Una conciencia colectiva no existente... ...! Esto lo decía el maestro en 1908, y tras décadas de lucha, esfuerzo y muchísima sangre, se alcanzó el cenit de dicha conciencia, para volver nuevamente a su degradación, hasta el punto de perderse toda esperanza de renovación y cambio. Nuestra base, el piso que hollamos con nuestras plantas de sempiternos rústicos, carece de solidez, parece decirnos el "Doctor." Sí, Joaquín Balaguer, quien con su presencia política de alrededor de setenta años, fue el maestro político más longevo de los dominicanos. Veamos no más que sucintamente algunos de sus criterios.


No somos suizos, sino simples criollos, como quien dice, puro "tíguere." La constitución, un pedazo de papel. La corrupción se detiene ante un solo despacho, su despacho. La mordida de los empleados públicos, la equitativa fórmula de ajustar su salario. El formidable aparato productivo legado de la dictadura trujillista, verde sembrado donde las langostas del clientelismo pudieron arrasar a gusto, garantizando así la continua reelección, " el vuelve y vuelve" del eterno devenir histórico.


El presupuesto no era el plan estratégico donde se organizaban las prioridades nacionales, sino el borrador de bodeguero que cada ministro debía procurar ignorar, para una vez satisfechos los bolsillos del clan, devolver una parte significativa del mismo, para ser usado según el personal criterio del doctor, como a modo de ejemplo, hacía cierto secretario de salud pública, que no hallando en qué invertir el dinero que le asignaban, pues los enfermos y necesidades médico-sanitarias de la población se habían mágicamente esfumado, retornaba muy orgullosamente el dinero "sobrante."


Los opositores muertos: obra de incontrolables, o de controlables a los que se les deja una página en blanco en un libro amenazante del veredicto futuro –nunca del presente que cimenta tal futuro – o, en manos de comisiones investigadoras que luego reportaban que todo estaba en orden o, si la cosa era harto evidente, que estaba fuera de sus atribuciones. Y luego a cantar las genialidades del doctor que tan magistralmente sabía manejar los apetitos y la indolencia, el olvido y la enajenación. Porque así somos, así hemos sido siempre y así permaneceremos. De modo que, tras el paso del doctor, lo que habíamos avanzado lo perdimos.


Me viene a la memoria la consideración de Hegel sobre el Espíritu, entendiendo por éste no el alma ni sustancia divina alguna, sino el proceso de autoconocimiento del ser, conocimiento que, en el criterio del gran filósofo, se manifiesta temporalmente en todo un pueblo, no en individuos particulares, aunque tengan sobrenombres o apellidos que luego el tiempo ha hecho sonoros, asumiendo que ellos y sólo ellos representaban la encarnación de dicho espíritu.


Ahora bien, y siguiendo en la línea del pensamiento hegeliano, al Espíritu le sucede perderse dentro de sí mismo cada cierto tiempo, y para reencontrarse pasa por distintas etapas: primeramente es naturaleza, en la que le ocurre simplemente "estar ahí," en un aquí y ahora, "fuera de sí", y sin libertad, sometido ante el acontecer anodino.


Luego de múltiples contradicciones, una vez se conoce a sí mismo, el Espíritu realiza todo su potencial y se convierte por ello en "ser para sí". Si nos acogemos a este esquema, Santo Domingo con el doctor volvió a esa etapa primera, la del ingenuamente "estar ahí", fuera y sin conciencia de sí. Es como un rebaño que va de aquí para allá sin otro norte que el de sobrevivir, acicateado por la necesidad más pura y elemental, o pidiendo a gritos dinero y cadenas, como describía Pushkin a los antiguos habitantes de las ciudades en la Rusia zarista.



Ahora bien; la historia de América Latina, en particular la de Santo Domingo, está plagada de dictadores. Deligne pintó como nadie las condiciones del surgimiento del dictador. Son los llamados vicios nietzscheanos que hablábamos más arriba: la prudencia, la apatía, la pereza, y el indiferente "no importa". Por supuesto, ellos mismos son los manantiales fétidos donde se origina la corrupción social y política, pues diríase que sin corrupción no hay dictadura.


Desde el magnífico estudio de las virtudes que Platón brindó en su diálogo "Menón" sabemos que éstas necesitan unas de las otras, como las columnas de un edificio soportan en grupo el peso en beneficio unas de otras. Así, la prudencia, cuando va acompañada de las demás virtudes usualmente lleva el nombre de sabiduría, pero queda convertida en pura apatía si marcha sola, al margen de la justicia, por ejemplo. A su vez, la fortaleza de ánimo, destituida de la prudencia, degenera en atrevimiento que usualmente deviene en perjuicio para nosotros mismos (Platón, Menón, Ed. Edaf, pág. 458). Y así sucesivamente. Claro, Platón al parecer no llegó a conocer a los audaces que se atreven a serlo porque se saben impunes, no porque sean fuertes precisamente.


Cuando se lee el poema de Gastón F. Deligne surge inevitable la figura astuta de Lilís, el dictador bajo cuyas riendas transcurrió buena parte de la vida del poeta. Para el resto de los lectores que hemos conocido otros, vemos cómo de las brumas mal olientes de los citados vicios brota la autoritaria y siempre peligrosa figura de Trujillo, y un poco más adelante, la del dictador ilustrado, que usó los libros y la palabra para ejercer un tipo de tiranía más sutil, pero no menos dominante ni corrupta, como fue el caso del doctor Balaguer, eternizándose en el poder no con los trucos mágicos del protagonista de "La tempestad", sino con los alienantes vapores que emanan del soborno.


Incluso, dada la capacidad histriónica que lo caracterizaba, fue capaz de un magnífico estudio sobre Deligne y del poema que nos ocupa en su muy divulgada "Historia de la Literatura Dominicana". Así era el Doctor: cuidaba su imagen ante la historia como un fariseo que escribía sobre altísimos ideales, y en la práctica desdecía lo predicado.


Por ejemplo, el que lee "España Infinita" puede confundirse y creer que está en presencia de un autor de ideas avanzadas, o cuando menos liberales. Allí vemos a Balaguer presentar al Padre Mariana, jesuita español fallecido en 1624 y a quien con justa razón presenta como precursor de Rousseau y hasta de Marx y cita sus obras y máximas sobre la soberanía popular, la guerra y la justicia ejercida contra los gobernantes cuando estos se extralimitan y es necesario eliminarlos. "La propiedad es hija de la fuerza y conviene prevenir y destruir la demasiada acumulación de bienes en pocas manos" decía el Padre Mariana (J. Balaguer, España Infinita, pág. 40).


Sin embargo, el Doctor fomentó la acumulación de unos cuantos cientos de nuevos millonarios surgidos del neblinoso pantano de la corrupción gubernamental, del puro saqueo de las empresas estatales heredadas de Trujillo. Simultáneamente, fue uno de los estadistas que más premió y protegió a torturadores y asesinos, hasta –como ya dije - dejar una página en blanco en su libro de memorias, para no identificar a los matadores del periodista Orlando Martínez, confesando con ello públicamente que sabía perfectamente quiénes eran y que formaban parte de su entorno.


Lo mismo ocurre cuando el Doctor Balaguer se refiere, con aparente solidaridad, a la lucha de los intelectuales españoles por la libertad de enseñanza y en particular el momento en el que Sanz del Río se niega a someterse ante la reina y la Iglesia y abandona su cátedra en la Universidad Central de Madrid (J. B., España Infinita, pág. 134).


¡Ah! Nadie sospecharía que se trata del mismo que perseguía con saña a intelectuales disidentes, que ordenó varias veces el cerco de la Universidad Autónoma de Santo Domingo con bombas, tiros y palos, cercos que dejaron sus muertos, como el de aquella estudiante de economía de nombre Sagrario Ercira Díaz, quien preocupada por su hermano, levantó desde el suelo ligeramente su cabeza para intentar ubicarlo. Una bala fue la que se ubicó en su frente, muriendo a los pocos días, pese a los esfuerzos médicos por salvarla.



Trujillo vivió en Balaguer. No en vano se declaró su hijo espiritual. Solo que temperamento más frío, aprendió de los errores de aquel, amén de que las circunstancias lo obligaban a otros modos. Pero dejemos al doctor de la ley dentro de su blanqueado sepulcro y mostremos cuando menos algunas estrofas del poema de Deligne:
"Tú, prudencia, que hablas muy quedo y te abstienes, zebrada de miedo: tú, pereza, que el alma te dejas en un plato de chatas lentejas: tú, apatía, rendida en tu empeño por el mal africano del sueño; y ¡oh tú, laxo no importa! Que aspiras sin vigor, y mirando no miras.......
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El, de un temple felino y zorruno, halagüeño y feroz todo en uno; por aquel y el de allá y otros modos, se hizo dueño de todo y de todos.
Si después no han de ver sus paisanos, cual malaria de muertos pantanos, otra peste brotar cual la suya; ¡aleluya! ¡aleluya!
Si soltada la fuerza cautiva, ha de hacer que resurja y reviva lo estancado, lo hundido, lo inerte ¡paz al muerto! ¡Loor a la muerte!

El poeta, ya lo dijimos, percibe el devenir en forma de tragedia, pese a lo cual se cree con derecho a la resistencia moral y a la denuncia, como lanzando un reto a las generaciones futuras.
La denuncia, la resistencia moral. El reto: desandar el camino trazado por el doctor. Aprender que no somos la canallada. A fuerza de ver los mismos problemas de siempre, siempre sin solución, hemos caído en la desesperanza. La impotencia nos domina. Somos así, y así fuimos, así seremos por siempre. Lo que aquí pasa, no pasa en ningún otro lado: es exclusivo.


¡Pamplinas! No somos diferentes, lo que aquí pasa les ha pasado a otros, les está pasando o puede pasarles. El futuro no está rigorosamente trazado por el pasado, puede cambiarse su trayectoria ideal, si hacemos conciencia, nos trazamos metas, ubicamos recursos materiales y humanos y priorizamos las necesidades, nos disciplinamos y autoexigimos.


Un pueblo pequeño, relativamente cercano a nuestro lar, hermano nuestro, se ha planteado una meta a corto plazo: pasar a ser un país del primer mundo. Esa nación recibe el nombre de Costa Rica. Muy bien por ellos; excelente. Ahora bien. ¿Qué tienen los ticos que llenos de confianza en sí mismos se lanzan en pos de tan altísimo ideal? Bien haríamos en observarlos de cerca y aprender de su denuedo y sacrificio.


Por eso, un tanto hegelianamente, terminamos diciendo: ¡Hombre, entiéndete a tí mismo! ¡Pueblo, despierta, renuncia simplemente a estar ahí, y por la vía del conocimiento de tu potencial, atrévete a ser para tí! ¡Podemos cambiar y lo haremos! [José Tobías Beato, escritor dominicano. Reside en Florida]


Las sobras de un sublime cadáver
Tras un periodo sin grandes pretensiones, la poesía latinoamericana vive un tiempo con más poetas que lectores. Un género que aprende a adaptarse al presente y a mezclarse con la música en busca de nuevos ritmos y formas diversas que lo ayuden a sobrevivir, reconoce la poeta cubana Reina María Rodríguez


Por REINA MARÍA RODRÍGUEZ © Babelia
Intentar hacer un mapa de la poesía latinoamericana, medir ¡qué es actual! sería prácticamente imposible, porque extrapolamos constantemente el presente, y algunos poetas permanecen más vivos que otros, independientemente de sus edades. La edad de la poesía es sólo el título del libro de Tamara Kamenszain. Además, revistas impresas o digitales, concursos, antologías, festivales, no son indicadores de vigencia, en un tiempo con más poéticas que destinos y más poetas que lectores. Cuando uno de mis hijos me explica cómo son los juegos virtuales donde se crean (utopías) sitios para los personajes, fábulas, épocas, veo que la poesía sufre por dejar de verse como un juego, donde perdimos la apuesta y también a los jugadores.

El barroco de nuestras catedrales y de José Lezama Lima revivió reciclándose a través de Severo Sarduy (Cuba, 1937-1993), arrastrando con Néstor Perlongher (Argentina, 1949-1992) su negativa al imaginario modernista, y empujando al neobarroco a figuras como José Kózer (Cuba, 1940), Coral Bracho (México, 1951), Eduardo Milán (Uruguay, 1952): "El espíritu cae sobre el tiempo: es el tiempo mismo que no encuentra lugar", logrando un puente entre lo lírico y lo conversacional, ese envés, un espacio más geométrico y racional. No quiero dejar de mencionar a los brasileños: Paolo Leminski (1944-1989), con "un dolor que goza / como si el dolor fuera poesía / ya que todo lo demás es prosa", Josely Vianna Baptista (1957) y Horácio Costa (1954).

Mientras las políticas se refríen, sin la altisonancia de los versos de Raúl Zurita o el dolor de Juan Gelman que sigue taladrando el Horror; las noticias vuelan de los periódicos al poema, y lo político deja de ser un tema para convertirse en un fragmento más, para apoyar "lo real" que, luego de sufrir tanto descrédito; conversacionalismo (bueno y malo), antipoesía (no olvidemos la escuela creada en Nicaragua por Ernesto Cardenal, propuesta que él mismo rompería después), nos dejó un tiempo sin grandes pretensiones y mucha orfandad cuando, "la muerte y la vida estaban / en un cuaderno a rayas", Osvaldo Lamborghini (1940-1985); El gran derrapador, Jorge Santiago Perednik (Argentina,1952) ; Abuso de confianza, Ángel Escobar (1957-1997); Vilis, Lorenzo García Vega (1926), que hace del "garabato-contraseñ a"; Potlach, Arturo Carrera (Argentina, 1948), que nos traen, ese "contagio de la destrucción aceptada", rotura por donde penetra la desconfianza: con el descarrilamiento de un tren en una tela; o, donde un tomacorriente puede tener una prioridad inusitada o, una alcancía con monedas es el dios al que el niño reza, buscando "ese oro que sucumbe al dolor... de no durar, de no tener, de no saber"; y "Poetarzan", el "Coco", son personajes más cercanos al cómic que al poeta y la sustancia amarga, verdosa, que segrega un órgano se convierte en fluido primordial. "Fabricado con un poco de bilis", dice en Ferdinan Prenom, Ricardo Alberto Pérez (Jaruco, 1963).

Hay un cansancio que trabaja el desgaste, mientras los estribillos rechinan más frágiles que la confianza o el amor porque, como dice una orquesta popular cubana, "se acabó el querer" y los jóvenes viven sin pensar las consecuencias del después o del pasado. La lengua se encoge (ellos usan K por C), en la medida en que la velocidad se hace mayor y los espacios se achican como el lenguaje. Pero, la poesía, que tiene que ver con la detención del tiempo, aprende a mezclarse con la música, busca ritmos de otras zonas para sobrevivir: hip hop, rap, reggae, reguetón, acentuando una conducta "esquiso" entre lo culto y lo popular: La cola del pan, Pastoreo Wasan, Carlos A. Alfonso (Cuba, 1963).

No obstante, esa movilidad de las poéticas me satisface, porque los subproductos se convierten en centros. En este reciclaje constante tomamos los isleños todo desperdicio que llegue a las costas sin preocuparnos por dar "gato por liebre". "La poesía tiene que empatar o zurcir el espacio de la caída", dijo Lezama, "...los techos se caen y cualquier cosa, de un tiempo a esta parte, es un techo", Juan Carlos Flores (Alamar, 1962).


En los poetas cubanos de los noventa, por exceso de vanguardia política y falta de vanguardia artística, el "yo" se vuelve escritura, antropofagia de otros discursos (refrito del pensamiento venido del mundo convertido en escritura); lo intertextual se recalienta buscando afianzar la realidad cuando, convertida en herramienta ética, "la poesía puede ser una experiencia atroz", Antonio José Ponte (Matanzas, 1964). Mientras en Chile, el descreimiento se vuelve neovanguardia: con La nueva novela, Juan Luis Martínez (1942-1993); "...de tarde en tarde se irán dejando las ciudades", Eduardo Asfura (1973), y "se acabaron los baños de espuma en la orilla del mar", Ricardo Tipia (1969), los padres aún existen: Enrique Lihn, Gonzalo Rojas y Vicente Huidobro, y comparten la conciencia del despojo como "últimos representantes irresignados de un sublime cadáver".

Pero, cada vez más, como quería Virgilio Piñera, "no queremos potencias celestiales, sino presencias terrestres", lo "poético" se contamina de cacharrería: objetos de la tecnología entran al set, sustituyendo la falta de presente con la velocidad. Noel Urayoán (Puerto Rico, 1976), "...y agarrarnos a lo poco que nos queda", y Maribel R. Ortiz (Puerto Rico, 1967) escribiendo Gen PAX6.
Se viola toda puntuación lógica; los textos se mezclan con el perfomance, la estética del pop y otras ofertas suburbanas, grafittis (Zona franca, en Alamar, al este de La Habana). Cuando "la sinceridad es una forma del ataque", dice el puertorriqueñ o Rafael Acevedo (1960), la mirada desde un motel es una ilusión de ver, todavía, una nueva perspectiva para Lorenzo García Vega, que a sus años, sabe que lo actual no tiene edad, no tiene presente, y busca más un modo de ver que un ser. [ Reina María Rodríguez (La Habana, 1952) dirige en La Habana el proyecto cultural Casa de Letras y es editora de la revista Azoteas. Es autora de Bosque negro (Institución Cultural El Brocense).
La habitación de Virginia Woolf
Por Edgar Borges © Rebelión
Todo escritor dibuja sus mundos desde el rincón más privado de su fuego interior. Más tarde, si el ego o el temor no lo impiden, compartirá parte de ese incendio. El escritor abrirá, un poco, la puerta de su habitación; pero sólo entrará quien se sienta atraído por las cenizas.

Virginia Woolf (Londres 1882) le dejó a la historia una voz que, como un espejo giratorio ubicado entre el mundo y su intimidad, registró los monólogos incendiarios de la existencia. El tono de la escritora inglesa es andrógino. Ella alcanzó ese grado artístico (deseado por todo creador) donde se cruzan (y se asumen) todos los sexos y las conductas. Woolf sabía que el escritor (en su voz) es un equilibrista de todos los sexos y de todas las psicologías. No puede asumirse una posición determinada (en el juego de la ficción) cuando se vive para observar.


Si bien Orlando es la obra que confirma la voz andrógina de Virginia Woolf, es en el ensayo Una habitación propia donde la autora fija una sarcástica opinión sobre el asunto. El texto (publicado en un excelente libro del mismo título) está basado en dos conferencias que la escritora dictó en octubre de 1928 en la Sociedad Literaria de Newham y la Odtaa de Girton.

Charlas que, en un principio, estuvieron dedicadas al tema de la mujer y la novela, terminaron representando una variada carga de artillería verbal contra distintos prejuicios sociales.

El machismo; los miedos ocultos del poder; los laberintos del artista y el reconocimiento del ser más allá de los sexos, son algunos de los caminos que nos sigue dibujando la autora de Las olas. Reflexiones que le llevan a concluir que "es funesto para todo aquel que escribe el pensar en su sexo. Es funesto ser un hombre o una mujer a secas; uno debe ser mujer con algo de hombre u hombre con algo de mujer.
Es funesto para una mujer subrayar en lo más mínimo una queja, abogar, aun con justicia, una causa; en fin, el hablar conscientemente como una mujer. Y por funesto entiendo mortal; porque cuanto se escribe con esta parcialidad consciente está condenado a morir. Deja de ser fertilizado. Por brillante y eficaz, poderoso y magistral que parezca un día o dos, se marchitará al anochecer, no puede crecer en la mente de los demás. Alguna clase de colaboración debe operarse en la mente entre la mujer y el hombre para que el arte de creación pueda realizarse."

Son algunos de los incendios literarios que nos convocan desde la habitación de Virginia Woolf. Y avanzamos paso a paso entre las palabras. [lilibrik]


Pobre universo erótico
Los donjuanes descritos por Vitaliano Brancati son ciegos a las necesidades del otro. La compilación de las tres novelas del autor italiano en Tríptico siciliano crea un fresco del machismo y la seducción en una narración de gran valor estético.


Por ALBERTO MANGUEL © Babelia
Vitaliano Brancati no se parece a ningún otro escritor italiano del siglo veinte. Las meditaciones eróticas de Alberto Moravia, el verismo de Giovanni Verga, el neorrealismo de Elio Vittorini y Vasco Pratolini, se asocian a su obra, pero superficialmente, porque, en última instancia, las novelas de Brancati no son, no intentan ser documentales.

Sobre todo, sus obras mayores -estas tres estupendas novelas que Lumen ha tenido la inteligencia de recoger bajo una sola cubierta, en fluidas traducciones, para el público español- son todo lo contrario de una visión severamente objetiva de la realidad social. Bajo la apariencia de una narración costumbrista, con elementos que el sueño toma del mundo real, Brancati construye una suerte de monumental fantasía masculina: el universo visto por un Adán a quien Dios le ha dicho que es rey de la creación y la mujer fabricada de su costilla, algo raro y perverso, y por tanto implacablemente atractivo e inalcanzable.

Nadie como Brancati ha mostrado cómo, en la anquilosada sociedad patriarcal (en este caso siciliana, pero el ejemplo es universal), el mundo se divide no tanto en clases sociales como en sexos: por un lado, los hombres, fuertes, sufridos y severos, que han decidido que el trabajo masculino es el único duro y auténtico, su vocabulario fidedigno, sus leyes y reglas las solas válidas; por otro, las mujeres, tachadas de débiles, veleidosas y traicioneras, y en consecuencia dedicadas a trabajos livianos que sólo a ellas les parecen pesados, dueñas de una lengua chismosa, embustera, fantasiosa, con sus códigos supersticiosos y promesas nunca cumplidas. La caricatural frase de los machos italianos "Todas las mujeres son putas, salvo mi madre, que es una santa" sirve de trasfondo a la visión soñada por los héroes donjuanescos de Brancati, visión que, por ser insostenible, acaba por derrumbarse sobre los mismos soñadores.

Ensayista, hombre de teatro, autor de guiones de cine y, sobre todo, novelista, Brancati empezó escribiendo ficciones de ideología fascista, que descartó muy pronto para explorar en cambio las nefastas raíces de esa ideología en su Sicilia natal.
Es tradicional asociar el fascismo a la mitología machista, al gobierno de la fuerza, al desprecio de la cultura vista como calidad femenina y por tanto deleznable; Brancati lo asoció también a la frustración sexual de su sociedad, a un erotismo sin pareja, o en el cual la pareja sólo existe como fantasía, o como objeto servicial sin juicio ni sentimientos.

El deseo singular de los donjuanes de Brancati -Giovanni Percolla en Don Giovanni en Sicilia, Antonio Magnano en El bello Antonio, Paolo Castorioni en Los placeres de Paolo- nace de una definición de la masculinidad que no tolera la igualdad entre hombres y mujeres. Como representante de su sexo, Don Juan debe negar a la mujer la calidad de persona; como individuo masculino, debe mostrarse más fuerte que los otros hombres, más atractivo, más astuto. No es casual que el protagonista de Los placeres de Paolo -obra incompleta, publicada póstumamente, que en italiano lleva el título brutal de Paolo il caldo (Paolo el caliente)- esté leyendo Las confesiones de San Agustín, soslayada apología de la superioridad del deseo erótico masculino.


Para Albert Camus, en El mito de Sísifo, Don Juan es la encarnación misma del deseo que a su vez produce deseo. Si Camus hubiese conocido los donjuanes de Brancati, habría podido agregar que ambos deseos (el encarnado, el provocado) no quieren sino satisfacerse a sí mismos, son ciegos a las necesidades del otro. En ese sentido, el deseo de estos héroes donjuanescos es lo opuesto al deseo compartido, es la negación del diálogo erótico. Es un deseo estéril que nunca se resuelve, ni aun cuando llega al acto físico: allí se apaga.

Es por eso por lo que los donjuanes de Brancati se expresan casi tan sólo en monólogos, o en introvertidos diálogos que son en realidad monólogos. En su vida cotidiana, los rodean otros hombres -hermanos, padres, amigos- y toda clase de mujeres -madres, hermanas, desconocidas y vecinas-, pero con ninguno se establece un intercambio, una relación mutuamente amorosa. Las excusas que dan estos galanes son de una cómica banalidad.

Giovanni Percolla, por ejemplo, en Don Giovanni en Sicilia, se opone a la idea de casarse porque teme que la presencia constante de una mujer en su casa le resulte insoportable. "La idea de tener que dormir todas las noches con una mujer le daba fiebre, como la idea de tener que hacer el servicio militar al cincuentón que nunca fue soldado. Se imaginaba que la mujer lo destaparía mientras fuera helaba, subiéndose las mantas a la cabeza... ¿Y cómo rascarse nerviosa y agradablemente la oreja durante el sueño?".

Para el narrador siciliano de Los placeres de Paolo, la ausencia de deseo erótico (ausencia imaginaria) es presentida como un alivio. "En mi isla", dice, "pronunciar la palabra castidad
... es como pronunciar la palabra lluvia en el desierto abrasador". El bello Antonio se arroja sobre una mucama cincuentona que lo ha mirado, la desnuda y la viola, y descubre que este brutal saciamiento de su propio deseo no ha sido más que un sueño (que el supuesto violador llama "hermoso"). En este mundo de constante deseo y sexualidad a flor de piel, nadie acaba haciendo el amor y nadie comparte con nadie el goce final.


De esta preocupación estéril nace una de las escenas más atrevidas y cómicas en la primera parte de Los placeres de Paolo. Un grupo de niños decide masturbarse delante del balcón de un anciano abogado. Brancati insiste: no son adolescentes, son niños de nueve años ("¡Y también de diez", agrega furioso el abogado que los ha visto y que quiere dispararles con su escopeta). En una sociedad en la que lo erótico no puede revelarse salvo a través de visillos y descuidos, los niños en quienes la sexualidad comienza a despertarse necesitan inventar ritos para ese erotismo al cual la sociedad le niega la palabra. Mudo, detenido, el deseo erótico va pocas veces más allá de la masturbación.


¿Por qué no conocemos mejor a Brancati? La literatura supuestamente erótica de nuestro siglo confunde lo explícito con lo revelatorio, las descripciones clínicas y las confesiones ostentatorias con la iluminada exploración literaria y la interrogación cabal. Brancati nunca comete estos errores estéticos, ni permite a sus lectores el regodeo, el voyeurismo irresponsable.

Denunciando nuestra hipocresía y nuestros miedos, Brancati nos obliga a interrogarnos sobre nuestro pobre universo erótico, nuestras fantasmáticas definiciones de lo masculino y lo femenino, y la falta de auténtica libertad a la cual nos hemos condenado. Para quien quiera reflexionar inteligentemente sobre nuestras confusas nociones de erotismo, estas tres novelas de Brancati son de lectura obligatoria. - [fontana]


Hipócritas
Por Leo Castillo © mediaIsla
Nuestro pretendido amor por los animales: pues no hay tal.. Las malditas amas de casa llorando por la pérdida de su mascota, son tan melodramáticas a este respecto tanto como en lo atinente a su falso amor por sus esposos. Todos sabemos que lo que se baraja no es sino el balance viable de una empresa. Que eso es un hogar, digámoslo por fin: una microempresa. Y la mujer lleva el libro de cuentas.

De modo, Fulanito de Tal, que no te libres a tantas cábalas y suspicacias. El asunto es esencialmente económico, y si no eres rentable, pues no quedan sino dos opciones a tu yugo: aguatar cachos, o ver subastado al mejor postor el destino de tus sueños. Pero de cachones revienta el mundo, de modo que no te habrás de sentir particularmente señalado por el infortunio, ni resbalar en ninguna vulgar y poco viril susceptibilidad. Acepta que tu mujer se vaya con otro, y tú, con tus desmirriados recursos, pégate a la primera que pique el anzuelo.

O vive como san Pablo, que pues fíjate cuánto y durante tanto le rinde su celibato a muchos. Sacrifícate también tú en aras de la salvación de la humanidad o de cualquier otra irracional causa.


Pero este no es nuestro tema, al menos en esta ocasión. Lo que deseamos desenmascarar es la hipócrita presunción de amor a las mascotas. Nada de cierto hay en esas cartas de lectores tan frecuentes en nuestros diarios, ni en los anexos que atiborran nuestros correos con lloriconas gazmoñerías acerca de los indefensos animalitos sometidos a una absurda existencia junto a esta descaminada institución burguesa: la familia. En dichos envíos se duelen hasta los mocos nuestros congéneres del abandono de perritos y gatitos. Hipócritas.

Te contaré una historia. Vivo en uno de estos mal llamados aparta-estudios que rentan en los barrios estrato 3 de nuestras ciudades tercermundistas (estrato 3 acá es el equivalente a zonas deprimidas en los países desarrollados) . Durante la noche, mi alma se resquebraja ante la misma escena.
Un bello gato blanco como la luna se aposta ante mi puerta, tratando de entrar. Esto sucede entre las 21 y las 5 horas (ya habrás advertido que soy escritor, esto es, un maldito ocioso que, sin oficio verosímil en nuestras sociedades, quema horas, días, semanas enteras, meses, años, como quema cigarrillos baratos, fuma marihuana, o bebe licores de fabricación ilícita, aunque no más deshonestos que los vendidos por los putos explotadores de esta antigua, salomónicamente avalada afición a los tragos, escribiendo, leyendo).

Te digo que se me rompe el corazón. Ese dulce ejemplar felino se aposta allí, ante mi puerta, que da al patio, y con su fino hociquillo se da a hozar, tratando de removerlo, el anjeo que me protege de esas otras mal queridas mascotas no por indeseables menos inseparables del pobre hombre, a las que nadie adopta ni profesa el menor cariño: los zancudos. ¿Por qué desea entrar este felino a mi habitación, y de quién coños es? Lo ignoro.

Más hay algo de lo que sí estoy positivamente seguro. Su dueña duerme… ¡Oh!, claro, tal vez deba decir dueño. Pero esto es indiferente, y puesto que los hombres no lloramos por las mascotas, se me excusará la precisión de género.
El asunto es que su dueña, plácidamente, sueña a pierna suelta al lado de su desgraciado compañero con un destino al lado de un hombre con más agallas. Su gato la trae sin el menor cuidado. Esto es problema mío, que soy escritor, y tengo el deber de preocuparme por lo que a mis semejantes les importa un pito. Digo que todas las noches la huérfana maravilla blanca viene y se echa allí mientras tecleo.

Todos sabemos que el gato es un animal de hábitos nocturnos, como los escritores. Pero la dueña, maldita la noción que de esto tiene, o lo que se le da que el animalito se precipite en esta profunda soledad cósmica para la que no ha venido al mundo. Porque, a diferencia de los escritores, el felino es un ser al que le gustan los animales humanos, amén de sus semejantes. Vive a placer con nosotros, y casi nunca nos abandona, actitud que no comparte con nuestras mujeres. Es apenas justo que la dueña de este ejemplar, como las de tantos miles (solamente en Nueva York hay dos millones cuatrocientos setenta mil doscientos doce gatos, según datos del N. Y. Times ), sacrifiquen cada noche unas cuantas horas de sueño (digamos hasta las tres o cuatro de la madrugada) a fin de no dejar abandonados al insomnio tenaz de esta especie, a sus solas mascotas durante tantas horas. A ellas que no trabajan (por algo soportan un marido), ¿qué tanto les puede costar este piadoso "sacrificio" ? Pero no. No señor. La soledad de estas criaturas, según ellas, no está presupuestada en los guarismos de la economía doméstica. No es ése su deber.
De manera que la buena señora duerme, dije, a pierna suelta, mientras yo guerreo con las ineptas palabras intentando hacer entender a mis semejantes que no son, ni en sueños, tan delicados ni atentos como fingen ser en esas hipócritas reuniones en que se jactan de su amor por las mascotas.
¡Gatito!, grito. ¡Miau!, me responde. A veces creo que es al revés. Que ¡miau!, le digo, y que ¡gatito!, contesta. [Leo Castillo, autor de Del acero y sus aceras, Barranquilla, Colombia, 2007]
Puertas y ventanas
Antología poética de María Meleck Vivanco
El Bar La Poesía tiene el agrado de invitar a la presentación de la Antología Poética de María Meleck Vivanco, que integra la colección Poetas Argentinos Contemporáneos publicada por el Fondo Nacional de las Artes. Se referirán a la autora y su obra los poetas Romina Berenice Canet, Florencia Lo Celso, Reynaldo Sietecase y Esteban Moore. Lunes 24 de agosto, 19.30 hs. Bar La Poesía. Chile 502, esquina Bolívar, Capital Federal.

Cine argentino en bibliotecas de Broward, FL

La Biblioteca del Condado de Broward y el Consulado de la República Argentina en Miami invitan al Ciclo de Cine Argentino, que cumple cinco años consecutivos y que se desarrollará durante los meses de septiembre y octubre dentro del marco del Mes de la Hispanidad en las bibliotecas Southwest Regional y West Regional. L

as películas serán comentadas por la actriz y periodista Adriana Bianco, organizadora del ciclo.
Las películas a exhibirse en esta ocasión son: Un Amor de Borges de Javier Torre, La Tregua de Sergio Renán y Los gauchos Judíos de Juan José Jusid y filmes de importantes directores argentinos. Asimismo el 27 de septiembre se rendirá homenaje al escritor uruguayo Mario Benedetti el día de la presentación de La tregua, basado en su novela. El ciclo se inaugurará el sábado 5 de septiembre a las 2 PM, en la Biblioteca Southwest Regional. Mayor información en el 954-357-7403.


El imán de Oscar Wilde
Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: El imán, por el autor irlandés Oscar Wilde [1854-1900]. Pulse sobre el título para leer el cuento en Ciudad Seva.
Conversatorio con Luis Luis López Nieves sobre su nueva novela El silencio de Galileo
Este próximo viernes, 28 de agosto de 2009, a las 8:00 de la noche, en la Sala de la Facultad de la Universidad del Sagrado Corazón, en San Juan de Puerto Rico, se realizará un Conversatorio sobre la novela El silencio de Galileo, del escritor Luis López Nieves, autor de grandes éxitos literarios como El corazón de Voltaire y Seva.


Contando a mi abuelo Juan Bosch: Tres relatos a cien años de su nacimiento
Unipersonal de María Isabel Bosch. Estreno: domingo 30 de agosto. domingo 23 de agosto pre-estreno, sin cargo. Domingo 18.45 hs. Teatro Silencio de Negras. Luis Sáenz Peña 663. Entrada: $25 (desc. jub. y est. $15). Reservas: 4381-1445
Rojo Rosa de Víctor Víctor & La Vellonera

Concierto y lanzamiento de Rojo Rosa, el nuevo disco Víctor Víctor en el Museo de las Casas Reales. Viernes 04 de setiembre 9:00 PM. Ciudad Colonial, Santo Domingo, RD.
El cuento. Tradición del género en la literatura argentina
Seminario con Marina Porcelli. Lineamientos teóricos del cuento como género. Clasificaciones, tendencias, ejemplos. Autores: Nathaniel Hawthorne, Edgar Allan Poe, Rainer-María Rilke. Los viernes de 19 a 20:30 hs. Duración: 13 clases: sep-oct-nov / Arancel: $130 por mes. -Comienza el 4 de septiembre. ESPACIO Y: Lugar Cultural. Mansilla 2982, PB – C1425BPJ. Tel/Fax: 4962-9402. espacioylc@yahoo. com.ar www.espacioy. com.ar www.espacioy. blogspot. com Informes: lunes a viernes de 15 a 21 hs.
Entrevista con Bartra
Estimados amigos: Les invito a leer la entrevista que hice a Roger Bartra acerca de su libro La fractura mexicana. Izquierda y derecha en la transición democrática: http://www.biblialo gos.blogspot. com/ Ojalá sea de su interés. Ariel Ruiz.
¡Espacio Y cumple 10 años!
¡Los invitamos a celebrar con nosotros, el cumpleaños número 10 de Espacio Y! ¡Habrá torta con champagne y piñata! ¡Los esperamos el jueves 3 de septiembre a las 19 hs.! Actividad no arancelada. ESPACIO Y: Lugar Cultural. Mansilla 2982, PB – C1425BPJ * Tel/Fax: 4962-9402. espacioylc@yahoo. com.ar www.espacioy. com.ar www.espacioy. blogspot. com Directora: Lic. Cristina García Oliver. Informes: lunes a viernes de 15 a 21 hs.
Imaginería bruja
Invito a todos a ver la última entrega de la serie Poesía y delito (dedicada a Sade) pulsando en http://imagineriabr uja.blogspot. com se abrirá la Belleza.
Imágenes del mundo
mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.
poeMARTES
proSÁBADO
René Rodríguez Soriano
mediaIsla Editores
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1 comentario:

Anónimo dijo...

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