Cortesia del blog Educativo de Noticias del Lic Enildo Rodriguez Nunez MBA PhDP COORDINACION INTERNACIONAL DE COMUNICACIONES EN REDES E INFORMATICA FEDERAL
Golpe a Bosch estuvo precedido de rumores
DIJO: "PODRÉ SER DERROCADO, COMO CUALQUIER PRESIDENTE, PERO NO DESHONRADO"
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Santo Domingo
REPUBLICA DOMINICANA
Cuarenta y ocho horas antes del golpe de Estado al presidente Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, llegó al país el almirante William E.
Ferrall, comandante de las Fuerzas Navales de los Estados Unidos, en la zona sur, para una visita de cortesía de tres días.
Una cronología de acontecimientos nacionales e internacionales del 15 de febrero de 1963 al 30 septiembre del mismo año, es citada en el libro “La Democracia Revolucionaria”, de René Fornunato, quien lo presentará públicamente el lunes próximo.
“Fuentes dicen que el derrocado presidente fue hecho prisionero después de asistir a un agasajo al almirante William E. Ferrall, de la armada norteamericana”, cita.
La víspera del derrocamiento, el día 24, el presidente Bosch asistió a una recepción que fue ofrecida en el club de las Fuerzas Armadas al almirante Ferral. Llegó al club, ubicado en el Centro de los Héroes, a las 7:53 de la noche, acompañado del secretario de Agricultura y el jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares de la Presidencia.
Bosch, reconocido escritor internacional, con 54 años en aquella época, había asumido el poder el 27 de febrero del mismo 1963, para una gestión que fue tronchada a los siete meses. Fue un luchador antitrujillista y vivió por muchos años en el exilio.
Su golpe de Estado provocó una revuelta popular a partir del 24 de abril de 1965, lo que provocó la intervención de los Estados Unidos en el país.
El libro de Fortunato reseña que las Fuerzas Armadas Dominicanas y la Policía Nacional depusieron a las 2:30 de la madrugada del 25 de septiembre el gobierno Bosch, formándose un comando de ambos cuerpos armados, presidido por el secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, mayor general Víctor Elby Viñas Román.
A las 6:30 de la mañana de ese día fue leído un manifiesto dirigido al pueblo por Radio Santo Domingo y una cadena de emisoras.
Ese documento estaba firmado por el secretario de las Fuerzas Armadas, y el jefe de la Policía, Belisario Peguero Guerrero.
También por los jefes del Ejército, Renato Hungría Morel; de la Fuerza Aérea, Manuel Atila Luna Pérez; de la Marina de Guerra, Julio Alberto Rib Santamaría; así como otros oficiales generales y superiores.
Se declaraba “fuera de la ley” tanto la doctrina comunista, marxista-leninista, castrista (contra Fidel Castro) “o como se la quiere llamar”, como a los partidos políticos que velada o no abiertamente la profesaran.
Declararon, igualmente, inexistente la Constitución de la República proclamada el 29 de abril del 1963, y vigente la del 17 de septiembre de 1962.
Dispusieron la disolución de las cámaras legislativas. También, la formación en un plazo prudente de un gobierno provisional.
En su primer decreto, el comando militar proclamó estado de sitio en todo el país, y como consecuencia un toque de queda en todo el territorio nacional, desde 6:00 de la tarde a 6:00 de la mañana, solo pudiendo transitar las personas que tuvieran un salvoconducto expedido por el jefe de la Policía.
La Secretaría de Interior y Policía prohibió terminantemente toda reunión de carácter público.
Días cruciales
Cinco días antes del golpe, el 90% de los comerciantes capitaleños cerraron sus puertas en solidaridad con una organización anticomunista.
El 15 de septiembre, diez días antes de derrocar a Bosch, circularon rumores de que las Fuerzas Armadas estaban acuarteladas ante la inminencia de un supuesto golpe de Estado.
ADVERTENCIA QUE HIZO A SUS FUNCIONARIOS
“LA LEY NO CONOCE NOMBRES NI FAMILIA”
”Queremos advertir al país que el Presidente de la Repúbilca no tiene amigos, ni enemigos, ni arientes ni parientes.
La ley protege a todos los dominicanos, pero la ley también le cae encima a todos los dominicanos que la violen”, cita la contraportada del libro, como parte de estractos de discursos de Bosch.
También dijo que la República Dominicana tenía que regirse por la ley, y que la ley, no conoce nombres, ni personas, ni sentimientos, ni relaciones familiares.
“Los funcionarios de este gobierno, los escasos funcionarios de este gobierno que crean que el presidente no se va a enterar si hacen algo mal hecho, están equivocados, porque el presidente se entera, y envía a la justicia y hace detener al más íntimo de sus amigos y al más cercano de sus colaboradores”, dijo.
Y agregó: “Me duele hacerlo, pero tengo que hacerlo, para preservar la democracia en este país y para conservar mi dignidad y mi honor; yo puedo ser derrocado como cualquier gobernante puede ser derrocado en América Latina, pero no seré deshonrado, cuando salga del poder tendrán que reconocer mi honestidad”.
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