Por: Manuel Salazar
En las elecciones de 1962, las primeras tras la caída de la dictadura de Trujillo, un sector social que entonces había hecho parte del 14 de Junio, optó por apoyar a la Unión Cívica Nacional (UCN), que era la expresión política de los intereses de la oligarquía de entonces; contra el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), liderado por el profesor Juan Bosch, y donde estaban concentrados los sectores del pueblo.
En ese momento, el análisis de coyuntura debía centrar en responder la cuestión ¿Dónde está el pueblo y dónde la clase media alta y la oligarquía?
El profesor Bosch hablaba de una casta social, de “gente de primera”, clase media, que constituía la composición básica de la UCN y parte del 14 de Junio; y de otra, ubicaba al pueblo, trabajadores, chiriperos y campesinos, que integraban al PRD.
Por la actitud de rechazo y hasta de desprecio a los segundos, en su libro “Crisis de la democracia de América en República Dominicana», el profesor Bosch calificó a los primeros de “soberbios, por el origen de sus miembros, por el nacimiento, no por su poder económico o político”.
Esa cuestión, atravesada por una más importante, cuál era: que la caída de Trujillo había quitado mucho a la posibilidad de una salida revolucionaria a la coyuntura del momento, como la que lideró con éxito el Comandante Fidel Castro en Cuba contra la dictadura de Batista en 1959; y quedaba entonces una opción, cuál era, participar en, y/ o aprovechar, las elecciones.
Esta era la coyuntura de ese entonces.
La izquierda del 14 de Junio decidió no votar. Ya se ha dicho que sectores de clase media alta que habían pertenecido a esa agrupación, optaron por apoyar a la UCN.
La abstención del 14 de Junio en un momento en que el pueblo quería votar, dejó en manos del PRD a mucha gente del pueblo, que por instinto de clase se alineó contra la UCN.
Los sectores populares anidaron, se hicieron más amplios, en el perredeísmo, y radicalizaron sus actitudes políticas entre la guerra de abril de 1965 y las luchas por las libertades públicas y los derechos democráticos durante el gobierno balaguerista de los 12 años; procesos en los cuales el PRD jugó un papel importante y se encontró con una parte de la izquierda, cuyo papel fue igual de fundamental. El doctor Peña Gómez creció en ese proceso, como líder, asumido por los sectores populares.
El grueso de lo que había sido la base social popular del trujillismo, volvió a su redil a partir de 1966 bajo el liderazgo de Balaguer, que había sido figura clave de la dictadura de Trujillo; y en una sociedad ya más definida en término de la disputa de clases, figuras importantes de la UCN se moverían también en un proceso hacia el balaguerismo.
Cuando el profesor Bosch salió del PRD para fundar el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en 1973, por razones lógicas de la necesidad de diferenciarse del partido con el cual rompía, convierte a aquel y al peñagomismo en su blanco fundamental. No hace oposición a Balaguer, sino que pone el acento en atacar al PRD y diferenciarse de este.
Pero era, además, una visión estratégica. Porque sus posibilidades de desarrollo como partido, estaban en la clase medía, y en el trasvase de las fuerzas sociales del neotrujillismo. El doctor Euclides Gutiérrez Féliz, quizás, o sin quizás, el más claro intérprete del pensamiento político del profesor Bosch, siempre insistió, antes de que el PLD fuera poder, en la necesidad de que este partido se ganara esas fuerzas sociales.
Era cuestión de esperar la coyuntura adecuada para ese trasvase, la cual llegó en 1996, y el PLD estaba en el momento y posicionamiento adecuados para pactar con Balaguer el Frente Patriótico, contra el PRD y el peñagomismo. A ese pacto llegarían muchas personas de clase media que no hacían parte de la nómina del PLD ni del palaguerismo, aunque si de la influencia política de ambos.
¿Comedia o tragedia? El Frente Patriótico logró en 1996 en materia de apoyo de la clase media alta, lo que la Unión Cívica en 1962 en contra del perredeísmo. ¿Qué era lo esencial en la coyuntura de ese momento? Evitar el reciclaje del neotrujillismo en el PLD. Derrotar al Frente Patriótico, pero esos sectores de clase media lo apoyaron.
Escribo estas líneas, y llega a mi memoria aquella escena en el desarrollo del acto de proclamación del Frente Patriótico encabezado por el profesor Bosch y el doctor Balaguer, difundida en la televisión, en la que opositores a rajatabla a cualquier alianza con el peñagomismo, aplauden de manera delirante cuando la maestra de ceremonia, consciente de la gravedad de ese hecho, alentaba a “no aceptar chantajes”, porque se hiciera alianza con el sector político con más deudas de sangre con el pueblo dominicano hasta el momento.
El materialismo histórico, que es ciencia, puede explicar cómo es que sectores sociales se han sentido cómodos pactando con el balaguerismo, pero llegan hasta a aborrecer el más elemental acercamiento con el peñagomismo. Eso lo vimos en 1978, 1994-96, y lo hemos estado viendo en las últimas coyunturas en las que, la cuestión principal ha sido, y es, cómo salir del gobierno del PLD que es la condición para nuevos aires políticos y la posibilidad de cambios democráticos.
Abre un paréntesis. El sector político en el que milito comenzó a aprovechar los procesos electorales en 1990. Ese año lo hizo con candidaturas propias. En los procesos electorales siguientes, incluyendo los de medio tiempo (2002, 2006, 2010), propuso e hizo parte de propuestas alternativas.
Hemos asumido como candidatos presidenciales al Padre Toño, en la boleta del MIUCA (1994); José González Espinosa, del PTD (2000), Ramón Almánzar, de Nueva Alternativa (2004); Guillermo Moreno, en la boleta del MIUCA (2008), y Julián Serulle en la boleta del MIUCA, facilitada al Frente Amplio (2012).
En 1996 llamamos a votar, sin acuerdo y sin disponer de boleta propia, por el doctor Peña Gómez contra el Frente Patriótico.
Sólo cuando a partir del 2016 nuestro análisis concluyó en que el PLD había devenido en Partido/Régimen, comenzamos a formular la política de Alianza Amplia Opositora. Cierra el paréntesis
Cabe decir, que como dirección política, el PRM tiene muy poco de lo que fue el peñagomismo.
Pero hay que reconocer que es el más amplio contingente de sectores populares políticamente organizados del país, que hicieron del doctor Peña Gómez su emblema, y que aportó, poco más o poco menos, el 65 % de las masas participantes en Marcha Verde, que es el movimiento social más relevante de los últimos 25 años del país.
Esto es lo que importa en una coyuntura en la que, el continuismo del PLD en el poder afirmaría más la sensación de derrota histórica del pueblo dominicano, y de momento, los sectores de izquierda y el progresismo, no disponemos de las fuerzas suficientes para darle el rumbo revolucionario o más avanzado que quisiéramos
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