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El ministro de Relaciones Exteriores de China se reúne con el jefe militar de Myanmar mientras la guerra civil tensa sus relaciones
BANGKOK (AP) — El jefe de la diplomacia china visitó Myanmar el miércoles y se reunió con el líder de su gobierno militar, en momentos en que la creciente inestabilidad por la guerra civil en el país vecino causa preocupación en Beijing.
La visita del ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, se produjo después de que el ejército de Myanmar sufriera derrotas sin precedentes en el campo de batalla a manos de poderosas milicias étnicas, especialmente en el noreste a lo largo de la frontera con China.
La visita también se produjo una semana después de que el general Min Aung Hlaing, jefe del consejo militar que gobierna Myanmar, afirmara que países extranjeros estaban respaldando a las milicias con armas, tecnologías y otro tipo de asistencia. No los nombró, pero se entendió que se refería a China, que durante mucho tiempo ha tenido estrechas relaciones con las milicias étnicas que operan a lo largo de la frontera.
La televisión estatal birmana MRTV dijo que Wang le dijo a Min Aung Hlaing que China está cooperando seriamente para la estabilidad y la paz en Myanmar, y que se opone a los ataques de las milicias étnicas en áreas controladas por el ejército en el norte del estado de Shan. Wang y altos funcionarios intercambiaron puntos de vista sobre las relaciones bilaterales, la estabilidad de la región fronteriza y la cooperación en la eliminación del delito cibernético y otras actividades ilegales.
Los medios estatales chinos citaron a Wang diciendo que China "se opone al caos y la guerra en Myanmar, a la interferencia en los asuntos internos de Myanmar por parte de fuerzas extraterritoriales y a cualquier intento de abrir una brecha entre China y Myanmar y difamar a China". Wang también expresó su esperanza de que Myanmar "salvaguarde efectivamente la seguridad del personal y los proyectos chinos" allí.
El gobierno de China ha mantenido buenas relaciones de trabajo con el ejército gobernante de Myanmar, que es rechazado y sancionado por muchas naciones occidentales por arrebatar el poder al gobierno electo de Aung San Suu Kyi en 2021 y por graves violaciones de los derechos humanos. La toma del poder llevó a la organización de una resistencia armada al gobierno militar, que se ha vuelto cada vez más fuerte.
China es el mayor socio comercial de Myanmar y ha invertido miles de millones de dólares en sus minas, oleoductos y gasoductos y otras infraestructuras. Junto con Rusia, es un importante proveedor de armas para el ejército de Myanmar.
Pero el inesperado fracaso del ejército para contener la resistencia de las milicias amenaza la estabilidad esencial para proteger los intereses de China.
Los analistas que siguen a Myanmar creen que las relaciones de China con su ejército gobernante, y con Min Aung Hlaing en particular, son muy tensas.
"Hay un profundo pozo de sentimiento antichino en Myanmar, particularmente en el ejército, y se sabe que Min Aung Hlaing alberga puntos de vista antichinos particularmente fuertes". Richard Horsey, asesor principal para Myanmar del Crisis Group, dijo a The Associated Press por correo electrónico.
"No creo que a China realmente le importe si se trata de un régimen militar o algún otro tipo de gobierno en Myanmar. El principal problema con el régimen, en opinión de Pekín, es que está encabezado por alguien en quien desconfían y no les gusta, y a quien ven como fundamentalmente incompetente", agregó Horsey.
Cuando el ejército de Min Aung Hlaing mantuvo la delantera en el conflicto contra las guerrillas prodemocráticas y sus aliados entre las organizaciones étnicas armadas, Pekín pareció ver que el equilibrio de poder garantizaba suficiente estabilidad para salvaguardar sus importantes intereses estratégicos y económicos en Myanmar, su vecino del sur.
Pero en octubre, un grupo de poderosos grupos de milicias autodenominados la Alianza de las Tres Hermandades lanzaron una ofensiva conjunta contra el ejército en el noreste a lo largo de la frontera con China. El Ejército de Arakan, el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar y el Ejército de Liberación Nacional de Ta'ang capturaron rápidamente grandes franjas de territorio, incluidos importantes cruces fronterizos con China y varias bases militares importantes.
Sus victorias inspiraron a las fuerzas de resistencia opuestas al gobierno militar a expandir sus operaciones por todo el país.
Pekín negoció un alto el fuego en enero, pero las hostilidades se reactivaron en junio cuando la alianza afirmó que el ejército la atacó y contraatacó, apoderándose de más territorio.
La crisis creció cuando el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar se apoderó recientemente de Lashio, a unos 110 kilómetros (70 millas) al sur de la frontera con China, que albergaba un cuartel general regional militar de importancia estratégica.
Analistas como Priscilla Clapp, asesora principal del Instituto de Paz de Estados Unidos, creen que el tiempo favorece a las fuerzas de resistencia y que Pekín ajustará sus políticas según sea necesario en su propio interés.
"China continuará sus esfuerzos para preservar sus inversiones e intereses estratégicos en Myanmar con cualquier combinación de fuerzas que surja con éxito de este conflicto", dijo Clapp, quien dirigió la embajada de Estados Unidos en Myanmar entre 1999 y 2002. "Pero aún es demasiado pronto para decir cómo será esto, excepto que los militares ya no estarán a la cabeza".
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