domingo, 27 de diciembre de 2009

RESUMEN CULTURAL SOBRE CIENCIA, POLITICA, ECONOMIA, HISTORIA, ARTE, LITERATURA, UNA RESENA DE MEDIA ISLA PUBLICACIONES

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Del capitalismo como "sistema parásito"

"Todavía no empezamos a pensar con seriedad en la sustentabilidad de nuestra sociedad impulsada a crédito y consumo", afirma el sociólogo polaco. Para el autor de Modernidad líquida gobiernos e instituciones han aprendido muy poco de la crisis económica reciente: la respuesta a la quiebra fue endeudarse aun más.

Por Zygmunt Bauman | © Revista Ñ

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Rumor de pez

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Tal como el reciente "tsunami financiero" demostró a millones de personas que creían en los mercados capitalistas y en la banca capitalista como métodos evidentes para la resolución exitosa de problemas, el capitalismo se especializa en la creación de problemas, no en su resolución.

Al igual que los sistemas de los números naturales del famoso teorema de Kurt Gödel, el capitalismo no puede ser al mismo tiempo coherente y completo. Si es coherente con sus propios principios, surgen problemas que no puede abordar; y si trata de resolverlos, no puede hacerlo sin caer en la falta de coherencia con sus propias premisas. Mucho antes de que Gödel escribiera su teorema, Rosa Luxemburgo publicó su estudio sobre la "acumulación capitalista" en el que sugería que el capitalismo no puede sobrevivir sin economías "no capitalistas" ; puede proceder según sus principios siempre cuando haya "territorios vírgenes" abiertos a la expansión y la explotación, si bien cuando los conquista con fines de explotación, el capitalismo los priva de su virginidad precapitalista y de esa forma agota las reservas que lo nutren. En buena medida es como una serpiente que se devora la cola: en un primer momento la comida abunda, pero pronto se hace cada vez más difícil de tragar, y poco después no queda nada que comer ni tampoco quien lo coma...

El capitalismo es en esencia un sistema parásito. Como todos los parásitos, puede prosperar un tiempo una vez que encuentra el organismo aún no explotado del que pueda alimentarse, pero no puede hacerlo sin dañar al anfitrión ni sin destruir tarde o temprano las condiciones de su prosperidad o hasta de su propia supervivencia.

Rosa Luxemburgo, que escribió en una era de imperialismo rampante y conquista territorial, no pudo prever que las tierras premodernas de continentes exóticos no eran los únicos posibles "anfitriones" de los que el capitalismo podía alimentarse para prolongar su vida e iniciar sucesivos ciclos de prosperidad. El capitalismo reveló desde entonces su asombroso ingenio para buscar y encontrar nuevas especies de anfitriones cada vez que la especie explotada con anterioridad se debilitaba. Una vez que anexó todas las tierras vírgenes "precapitalistas" , el capitalismo inventó la "virginidad secundaria". Millones de hombres y mujeres que se dedicaban a ahorrar en lugar de a vivir del crédito fueron transformados con astucia en uno de esos territorios vírgenes aún no explotados.

La introducción de las tarjetas de crédito fue el indicio de lo que se avecinaba. Las tarjetas de crédito habían hecho irrupción en el mercado con una consigna elocuente y seductora: "elimine la espera para concretar el deseo". ¿Se desea algo pero no se ahorró lo suficiente para pagarlo? Bueno, en los viejos tiempos, que por fortuna ya quedaron atrás, había que postergar las satisfacciones (esa postergación, según Max Weber, uno de los padres de la sociología moderna, era el principio que hizo posible el advenimiento del capitalismo moderno): ajustarse el cinturón, negarse otros placeres, gastar de manera prudente y frugal y ahorrar el dinero que se podía apartar con la esperanza de que con el debido cuidado y paciencia se reuniría lo suficiente para concretar los sueños.

Gracias a Dios y a la benevolencia de los bancos, ya no es así. Con una tarjeta de crédito, ese orden se puede invertir: ¡disfrute ahora, pague después! La tarjeta de crédito nos da la libertad de manejar las propias satisfacciones, de obtener las cosas cuando las queremos, no cuando las ganamos y podemos pagarlas.

A los efectos de evitar reducir el efecto de las tarjetas de crédito y del crédito fácil a sólo una ganancia extraordinaria para quienes prestan, la deuda tenía que (¡y lo hizo con gran rapidez!) transformarse en un activo permanente de generación de ganancia. ¿No puede pagar su deuda? No se preocupe: a diferencia de los viejos prestamistas siniestros, ansiosos de recuperar lo que habían prestado en el plazo fijado de antemano, nosotros, los modernos prestamistas amistosos, no pedimos el reembolso de nuestro dinero sino que le ofrecemos darle aun más crédito para devolver la deuda anterior y quedarse con algún dinero adicional (vale decir, deuda) para pagar nuevos placeres. Somos los bancos a los que les gusta decir "sí". Los bancos amistosos. Los bancos sonrientes, como afirmaba uno de los comerciales más ingeniosos.

La trampa del crédito

Lo que ninguno de los comerciales declaraba abiertamente era que en realidad los bancos no querían que sus deudores reembolsaran los préstamos. Si los deudores devolvieran con puntualidad lo prestado, ya no estarían endeudados. Es su deuda (el interés mensual que se paga sobre la misma) lo que los prestamistas modernos amistosos (y de una notable sagacidad) decidieron y lograron reformular como la fuente principal de su ganancia ininterrumpida. Los clientes que devuelven con rapidez el dinero que pidieron son la pesadilla de los prestamistas. La gente que se niega a gastar dinero que no ganó y se abstiene de pedirlo prestado no resulta útil a los prestamistas, así como tampoco las personas que (motivadas por la prudencia o por un sentido anticuado del honor) se apresuran a pagar sus deudas a tiempo. Para beneficio suyo y de sus accionistas, los bancos y proveedores de tarjetas de crédito dependen ahora de un "servicio" ininterrumpido de deudas y no del rápido reembolso de las mismas. Por lo que a ellos concierne, un "deudor ideal" es el que nunca reembolsa el crédito por completo. Se pagan multas si se quiere reembolsar la totalidad de un crédito hipotecario antes del plazo acordado... Hasta la reciente "crisis del crédito", los bancos y emisores de tarjetas de crédito se mostraban más que dispuestos a ofrecer nuevos préstamos a deudores insolventes para cubrir los intereses impagos de créditos anteriores. Una de las principales compañías de tarjetas de crédito de Gran Bretaña se negó hace poco a renovar las tarjetas de los clientes que pagaban la totalidad de su deuda cada mes y, por lo tanto, no incurrían en interés punitorio alguno.

Para resumir, la "crisis del crédito" no fue resultado del fracaso de los bancos. Al contrario, fue un resultado por completo esperable, si bien inesperado, el fruto de su notable éxito: éxito en lo relativo a transformar a la enorme mayoría de los hombres y mujeres, viejos y jóvenes, en un ejército de deudores. Obtuvieron lo que querían conseguir: un ejército de deudores eternos, la autoperpetuació n de la situación de "endeudamiento" , mientras que se buscan más deudas como la única instancia realista de ahorro a partir de las deudas en que ya se incurrió.

Ingresar a esa situación se hizo más fácil que nunca en la historia de la humanidad, mientras que salir de la misma nunca fue tan difícil. Ya se tentó, sedujo y endeudó a todos aquellos a los que podía convertirse en deudores, así como a millones de otros a los que no se podía ni debía incitar a pedir prestado.

Como en todas las mutaciones anteriores del capitalismo, también esta vez el Estado asistió al establecimiento de nuevos terrenos fértiles para la explotación capitalista: fue a iniciativa del presidente Clinton que se introdujeron en los Estados Unidos las hipotecas subprime auspiciadas por el gobierno para ofrecer crédito para la compra de casas a personas que no tenían medios para reembolsar esos préstamos, y para transformar así en deudores a sectores de la población que hasta el momento habían sido inaccesibles a la explotación mediante el crédito...

Sin embargo, así como la desaparición de la gente descalza significa problemas para la industria del calzado, la desaparición de la gente no endeudada anuncia un desastre para el sector del crédito. La famosa predicción de Rosa Luxemburgo se cumplió una vez más: otra vez el capitalismo estuvo peligrosamente cerca del suicido al conseguir agotar la reserva de nuevos territorios vírgenes para la explotación.. .

Hasta ahora, la reacción a la "crisis del crédito", por más impresionante y hasta revolucionaria que pueda parecer una vez procesada en los titulares de los medios y las declaraciones de los políticos, fue "más de lo mismo", con la vana esperanza de que las posibilidades vigorizadoras de ganancia y consumo de esa etapa aún no se hayan agotado por completo: un intento de recapitalizar a los prestadores de dinero y de hacer que sus deudores vuelvan a ser dignos de crédito, de modo tal que el negocio de prestar y tomar prestado, de endeudarse y permanecer así, pueda retornar a lo "habitual".

El Estado benefactor para los ricos (que, a diferencia de su homónimo para los pobres, nunca vio cuestionada su racionalidad, y mucho menos interrumpidas sus operaciones) volvió a los salones de exposición tras abandonar las dependencias de servicio a las que se había relegado sus oficinas de forma temporaria para evitar comparaciones envidiosas.

Lo que los bancos no podían obtener —por medio de sus habituales tácticas de tentación y seducción—, lo hizo el Estado mediante la aplicación de su capacidad coercitiva, al obligar a la población a incurrir de forma colectiva en deudas de proporciones que no tenían precedentes: gravando/hipotecand o el nivel de vida de generaciones que aún no habían nacido...

Los músculos del Estado, que hacía mucho tiempo que no se usaban con esos fines, volvieron a flexionarse en público, esta vez en aras de la continuación del juego cuyos participantes hacen que esa flexión se considere indignante, pero inevitable; un juego que, curiosamente, no puede soportar que el Estado ejercite sus músculos pero no puede sobrevivir sin ello.

Ahora, centenares de años después de que Rosa Luxemburgo diera a conocer su

pensamiento, sabemos que la fuerza del capitalismo reside en su asombroso ingenio para buscar y encontrar nuevas especies de anfitriones cada vez que la especie que se explotó antes se debilita demasiado o muere, así como en la expedición y la velocidad virulentas con que se adapta a las idiosincrasias de sus nuevas pasturas. En el número de noviembre de 2008 de The New York Review of Books (en el artículo "La crisis y qué hacer al respecto"), el inteligente analista y maestro del arte del marketing George Soros presentó el itinerario de las empresas capitalistas como una sucesión de "burbujas" de dimensiones que excedían en mucho su capacidad y explotaban con rapidez una vez que se alcanzaba el límite de su resistencia.

La "crisis del crédito" no marca el fin del capitalismo; sólo el agotamiento de una de sus sucesivas pasturas... La búsqueda de un nuevo prado comenzará pronto, tal como en el pasado, alentada por el Estado capitalista mediante la movilización compulsiva de recursos públicos (por medio de impuestos en lugar de a través de una seducción de mercado que se encuentra temporariamente fuera de operaciones) . Se buscarán nuevas "tierras vírgenes" y se intentará por derecha o por izquierda abrirlas a la explotación hasta que sus posibilidades de aumentar las ganancias de accionistas y las bonificaciones de los directores quede a su vez agotada.

Como siempre (como también aprendimos en el siglo XX a partir de una larga serie de descubrimientos matemáticos desde Henri Poincaré hasta Edward Lorenz) un mínimo paso al costado puede llevar a un precipicio y terminar en una catástrofe. Hasta los más pequeños avances pueden desencadenar inundaciones y terminar en diluvio...

Los anuncios de otro "descubrimiento" de una isla desconocida atraen multitudes de aventureros que exceden en mucho las dimensiones del territorio virgen, multitudes que en un abrir y cerrar de ojos tendrían que volver corriendo a sus embarcaciones para huir del inminente desastre, esperando contra toda esperanza que las embarcaciones sigan ahí, intactas, protegidas.. .

La gran pregunta es en qué momento la lista de tierras disponibles para una "virginizació n secundaria" se agotará, y las exploraciones, por más frenéticas e ingeniosas que sean, dejarán de generar respiros temporarios. Los mercados, que están dominados por la "mentalidad cazadora" líquida moderna que reemplazó a la actitud de guardabosques premoderna y a la clásica postura moderna de jardinero, seguramente no se van a molestar en plantear esa pregunta, dado que viven de una alegre escapada de caza a otra como otra oportunidad de posponer, no importa qué tan brevemente ni a qué precio, el momento en que se detecte la verdad.

Todavía no empezamos a pensar con seriedad en la sustentabilidad de nuestra sociedad impulsada a crédito y consumo. "El regreso a la normalidad" pronostica un regreso a vías malas y siempre peligrosas. La intención de hacerlo es alarmante: indica que ni la gente que dirige las instituciones financieras, ni nuestros gobiernos, llegaron al fondo del problema con sus diagnósticos, y mucho menos con sus actos.

Parafraseando a Héctor Sants, el director de la Autoridad de Servicios Financieros, que hace poco confesó la existencia de "modelos empresarios mal equipados para sobrevivir al estrés (...), algo que lamentamos", Simon Jenkins, un analista de The Guardian de extraordinaria agudeza, observó que "fue como si un piloto protestara porque su avión vuela bien a excepción de los motores".

Bauman Básico | Znan (Polonia), 1925, Sociólogo.

Formado en la Universidad de Varsovia, donde enseñó hasta que las purgas antisemitas del gobierno comunista lo obligaron a exiliarse, Bauman desarrolló en Israel, EE.UU. e Inglaterra (donde es profesor emérito) sus estudios sobre la relación estrecha entre holocausto y modernidad. Desde los años 90 trabaja la contraposició n entre una pasada Modernidad sólida y la actual, como una Modernidad "líquida", caracterizada por la incapacidad de individuos e instituciones de solidificar sus lazos. Entre sus libros se destacan Modernidad líquida y El arte de la vida. [giecoleon]

De vez en cuando

Falsa justificación de mi manía de llegar tarde a la fiesta

[René Rodríguez Soriano fue invitado a Tertucuento, un espacio para disfrutar y comentar cuentos. El relato que llevó fue Su nombre Julia. Y la experiencia fue extraordinaria. RRS afirma que nunca había sido sometido a un cuestionamiento tan fiero, ni siquiera en el Aeropuerto de Ben Gurión. Pero como todo escritor de alta talla supo dar respuesta al difìcil preguntar del por qué y el cómo del acto creador. Y esa síntesis que es a la vez motivo para nuevas preguntas, es lo que ofrecemos a los lectores en la seguridad de que encontrarán en ella nuevas facetas de este autor que no sólo no se deja encasillar en norma alguna, sino que las transgrede a gusto con su lapicito rombo de un grafito casi transparente. ms]

Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla

Explicaciones de menor cuantía

…yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda. | Felisberto Hernández [Falsa explicación de mis cuentos]

No vine a Tertucuento tras el gen perdido con el ADN del primer toro de lidia o del gallo pinto de Joaquín el cojo de Guaigüí. Vine simplemente por el placer que me produce la ocupación menor a la cual le dedico casi todos los días de mis días. Dicho lo anterior, y sin ánimos de internarme en generalidades ni particularidades de ninguna especie, me gustaría comentar (desde mis muy limitados dominios del arsenal de conocimientos inútiles con los cuales me atiborraron en la escuela, el catecismo y el partido) las inquietudes expresadas por algunos de los contertulios que han tenido la gentileza de leer y comentar Su nombre, Julia. Para facilitar esta lectura diferida, y con el debido respeto que cada uno de ustedes me merecen, trataré de establecer un diálogo con las preguntas e intervenciones, retomándolas en el mismo orden en que fueron publicadas en la tertulia.

—Me gustaría una explicación sobre la imagen: ojos de un negro casi tirando a café. [BR – Mensaje 13325].

—Pudiera recurrir al centenar de argucias y mañoserías con los cuales normalmente uno evade dar de frente a los halagos y piropos con los que nos asaetean los lectores inteligentes cada vez que tienen la oportunidad; o agarrarme, como tabla de salvación al epígrafe de Felisberto.. . Pero en realidad no sé, no he visto a Julia nunca y, desde hace más de 10 años, camino casi una cuadra tras mi taza diaria de café cubano.

—Hola, René: Me gustaría saber: 1. Lo que significa "...quilla el sonido con su voz..." (es la primera vez que veo usar ese verbo). 2. Hacia la mitad del cuento hay una zona en que utilizas mucho el punto "...Preguntas. Insinúas. Atacas. ..." y luego sigues con una frase larga en la que te hartas de poner comas. ¿Hay alguna razón especial? [FA – Mensaje 13331]

—N° 1, en el caso que nos ocupa, el narrador quiere decir algo así como "que quiebra" o "se sobrepone" al sonido. También puede darse este caso "Bernardo. Quillao desde Santo Domingo" [BR 13382], cuya traducción sería, en este otro caso, molesto, incómodo y algo más, en el habla coloquial de los dominicanos. En cuanto a lo segundo, lo de las frases cortas y las largas, no existe una razón en específico. Creo, tampoco estoy seguro de ello, que a veces escribo o toco sobre la piel de un tambor a la orilla del Caribe.

—¿Fue en algún momento uno de tus referentes, o es uno de tus autores predilectos ese maravilloso escritor que fue (y es) Cortázar? (…) Veo que ahora eres un escritor consagrado, a quien yo, lamentablemente no conocía. Tienes tu propio estilo, profundo, sutil, que vuela por caminos que seguramente ni tú mismo imaginas por dónde irán al comenzar a escribir. Pero en tus comienzos, seguramente algunos autores fueron tus elegidos. ¿Puedes hablarnos de alguno de ellos? [CD – Mensaje 13382]

—Para mí, igual que para toda mi generación, Cortázar es un referente vital. En mi caso, más que su forma de escribir, influyó su actitud frente a la literatura, frente a la vida. Incluso, uno de mis primeros libros —Todos los juegos el juego (1986)— es un sentido homenaje a ese enorme ser humano.

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En cuanto a lo segundo, además del tío Julio, Felisberto, Borges, Bioy, Ramón Tejada Holguín y Manuelico, por supuesto; me siento hijo predilecto de un montón de padres nutricios que, de sólo mencionar sus nombres, se nos agotaría el espacio que tan gentilmente ustedes ponen a mi disposición para este encuentro. Uno de mis autores favoritos y, probablemente, con quien tengo grandes deudas, es el mexicano Juan García Ponce. Autor que devoro con pasión salvaje y no me canso de asombrarme a cada vuelta de página. Igual podría decir de Salvador Elizondo o de Arreola; ni qué hablar de los clásicos por todos ustedes conocidos.

—Me gustaría que me diera sus observaciones sobre el uso que le da a la gramática a la hora de escribir y qué debe ser más importante, la regla gramatical, el uso de ella para crear y llevar un mensaje claro al receptor. [M de L – Mensaje 13341]

—Igual que el zapatero, el carpintero o el fontanero van por el día con su caja de herramientas a rastras, quien escribe deber utilizar con eficacia las herramientas de la lengua para administrar y colocar la tuerca indicada en el tornillo que verdaderamente ajuste en la estructura que se piensa crear, armar o articular. El lenguaje, ese potro desbocado sobre el cual intentamos cabalgar, nos exige cierta pericia con las bridas de la lengua, para que al primer corcoveo no sucumbamos tapia, al suelo.

—Cuando caracteriza el personaje de Julia, no transmite su tristeza, su fragilidad, sencillez. ¿Cómo justifica luego el uso del adjetivo "mordaz" en la frase: "boca pronunciada con una sonrisa entre mordaz y triste"? En ningún momento vemos nada de malintencionado en la persona de Julia. ¿Podría, por favor, explicarme eso? [BR – Mensaje 13364]

—Como ya hemos establecido que la lengua es un "sistema de signos de doble articulación" y que una cosa es lo denotado y otra lo connotado, no creo que exista un sistema policial que le impida a un narrador valerse de la unión de los contrarios para expresar una idea. Creo haber leído u oído por ahí que una historia en sí, es un cosmos con sus reglas y sus leyes orgánicas que, la mayoría de las veces, no sirven para nada desde el punto de vista del Sueño de Newton o las leyes de la fenomenología dialéctica o el canon de la razón del mundo civilizado y culto. Su nombre, Julia, en su conjunto es, o pretende ser, una historia que, —como diría Marguerite Duras, —"cuenta una historia que sucede por la ausencia de esa historia". Que lo logre, es otra historia.

—Me gustaría preguntarle en el proceso creativo, en su caso, qué parte hay de elaboración consciente y qué parte de dejar/dejarse fluir. [RB – Mensaje 133734]

—Escriben mis dedos; ellos piensan y escriben. Casi de la misma forma que guisar o regar los geranios. Y, aunque suene a disparate, se escribe con un lapicito ciego entre los dedos. En mis años de estudiante de periodismo, viajé a La Romana a entrevistar a un carpintero ciego que sobre los 80 años se mantenía al frente de su taller. Creo que lo importante es tener conciencia clara de qué cosa es el martillo o el formón y cuál su uso correcto o adecuado. Lo demás, el silencio.

Hasta aquí creo haber, a mi escaso modo de ver, dialogado con las inquietudes y opiniones de casi todos los miembros del grupo. Les juro que, en mi vida, ni siquiera a la entrada o salida del aeropuerto Ben Gurión de Israel, me han sometido a un cuestionamiento así. No se imaginan cuánto les agradezco la oportunidad que me dan de leer y releerme en cada uno de los abordajes hacia Su nombre, Julia, un texto que hacía tiempo no leía y que, a pesar del tiempo y la distancia que me separan con el René que lo escribió, sigue gustándome; aunque, si tuviera que escribirlo de nuevo, dudo que lo haría igual. Quiero reiterar mi agradecimiento a los moderadores por tan generosa invitación y a todos y a cada uno de los miembros de este foro, reiterarles mis disculpas por los inconvenientes que mi torpeza, al bregar con las reglas del juego, les provocara. Ahora, si me disculpan, me retiro de nuevo a mis ocupaciones menores: sobrevivir, leer y caminar a la orilla del lago y, junto a mi nieto de 2 años, darles de comer a los patos, las tortugas y a las recién llegadas gaviotas que, en su nervioso vuelo, tiñen el paisaje de un pardo incierto, casi gris. Afectuosos saludos. rrs [René Rodríguez Soriano]

Felipe Fernández-Armesto: Si existe un rasgo cultural latinoamericano, es la fracasomanía"

El reconocido historiador británico y profesor de Oxford, con su particular perspectiva que integra procesos históricos y culturales, reflexiona sobre los procesos de independencia americana, sus influencias y las celebraciones del Bicentenario.

Por ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ | © El Mercurio

Llega puntualísimo a la cita, con un riguroso traje y camisa con colleras, mientras el sol tropical azota Cartagena de Indias y el termómetro sube a 36 grados. Hijo de padre español y de madre inglesa, Fernández-Armesto (1950) se crió en Inglaterra y su formal apariencia podría dar la idea de una persona muy convencional. Pero en realidad, estamos frente a un provocador, que suele desafiar las convenciones intelectuales y las miradas reductivas en sus publicaciones.

Profesor de Oxford durante décadas -actualmente reparte su tiempo entre las universidades de Londres y de Notre Dame y ha enseñado en Yale y Columbia-, Fernández-Armesto es autor de una maciza obra historiográfica. Entre sus libros más conocidos, la mayoría traducidos al español, figuran sus biografías de Colón y Vespucio; su compendio de grandes viajeros y exploradores ("Los conquistadores del horizonte. Una historia mundial de la exploración") ; su comentada "Historia de la comida" y una serie de especiales miradas a la historia de la humanidad ("Antes de 1492", "Civilización" , "Millennium" , etc).

Entre las provocaciones de este historiador -dueño de una cultura de asombrosa amplitud- está su profundo desprecio por la especializació n historiográfica. ¡No tengo una especialidad! , grita con exagerado énfasis y una semisonrisa, sentado a la mesa en una apetitosa pastelería, sugerida por él mismo. "Creo que son un mito académico. Si tengo una especialidad, es intentar comprender esa gran diversidad cultural que nos marca como especie en nuestro pequeño planeta", dice en un español salpicado de expresiones inglesas, pronunciadas con acento de public school británico.

Con humor y fina ironía -que suele aplicar a sí mismo-, Fernández Armesto contestó nuestras preguntas, en el marco del gran congreso histórico, con que Colombia dio inicio a las celebraciones de su Bicentenario. (Ver recuadro).

"Los héroes son frágiles en los aniversarios"

—¿Qué debiéramos esperar en Latinoamérica en las celebraciones del Bicentenario?

—¡Veo que aquí se invierte mucha emoción en estos aniversarios! Me parece que, más que consecuencias políticas o una hipotética mayor unidad del continente -que seguramente seguirá tan desunido como siempre-, la fecha puede ser una buena instancia para fomentar una reflexión intelectual de calidad sobre la pluralidad de fenómenos que se generó en torno a la independencia y sus repercusiones. Algo parecido a lo que ocurrió en España, con las conmemoraciones en torno al 2 de mayo.

Y otra cosa, que también se podría esperar en estas celebraciones, es que los héroes del Bicentenario comiencen a tambalear...

—¿Por qué tanta fragilidad?

—Los aniversarios suelen destruir las reputaciones de los héroes, que son los más vulnerables en este tipo de fiestas. El héroe no es un santo. Normalmente adquiere este carácter por una intervención determinada, no por una vida admirable; su fama se suele oponer a la de otros héroes que circulan. Por eso son tan frágiles y no suelen durar. Está el ejemplo de Colón en 1992 y de varios héroes más, derrumbados por la investigación impulsada por los centenarios" .

Imperios y elites

—A estas alturas, ¿cree que ha variado la percepción hacia el dominio en América del Imperio español, cuyo carácter solía juzgarse tan en blanco o negro?

—Hay que ser conscientes de los aspectos negativos de los imperios, que son entidades opresivas. Un mundo sin imperios hubiese sido mejor. Pero hay dimensiones positivas de ellos, como entidades de intercambio cultural. Son dominios que crean un marco en el cual comunidades de distintas etnias y tradiciones, que antes no se conocían ni relacionaban, pueden influenciarse unos a otros.

En ese sentido, creo que la historia del Imperio español, desde el punto de vista de sus pueblos constituyentes, aún no se ha contado debidamente. Todos los imperios funcionan mediante acuerdos entre las elites: las elites coloniales y las elites indígenas. Y ésta no fue la excepción. Para una gran mayoría de las elites indígenas, los españoles fueron instancias de colaboración en la opresión de sus propios pueblos y en sus luchas contra otras etnias.

—Es algo que han dicho algunos estudios recientes.

—Varias investigaciones en desarrollo están develando una cantidad inmensa de documentación en lenguas indígenas de Hispanoamérica, que apoyan la tesis de que una gran mayoría de la gente aceptó y apoyó a la monarquía española como aliado en sus luchas particulares, como árbitro en sus propios conflictos y como fuente de personas útiles (maridos para las hijas de los jefes, soldados en sus guerras y representantes ante las autoridades imperiales). En base a esa colaboración, se erigió este imperio único de mar y tierra, a principios de la edad moderna, sin referentes y paralelos. Algo que habría sido imposible si se hubiese tratado sólo de un órgano opresivo.

—Usted ha manifestado interés en los imperios de cazadores en América.

—Así es. Uno de los aspectos del cono sur que me ha interesado es la existencia, en las pampas de Argentina a fines del siglo XVIII, de un auténtico imperio indígena de cazadores, algo bastante peculiar, porque los imperios suelen ser sedentarios. Luego, en el siglo XIX, se dan los imperios comanches y sioux, en Norteamérica. A veces pensamos que el imperialismo es un vicio blanco, y no lo es, es un vicio humano. Y no enfatizo el imperialismo indígena para quitarle mérito, sino, al contrario, para no quedar en miradas reduccionistas.

Latinoamérica y sus obsesiones

—Estoy convencido de que lo más interesante de la cultura latinoamericana en general, si pudiéramos lograr una visión de conjunto, desde otra galaxia, es la creatividad de esta experiencia colonizadora" , dice Fernández-Armesto. "La creatividad lingüística, religiosa, arquitectónica y artística. Las ciudades americanas reciben la herencia española, pero son distintas, poseen una identidad diferente, fruto de los elementos que confluyeron. En ese sentido, no hay que echarle la culpa a España de todos los males de Latinoamérica. El sudamericano tiene la tendencia de buscar alguien a quien imputarle todos sus problemas".

—¿Lo ve como una tendencia muy acusada?

—Si existe un rasgo cultural latinoamericano es su 'fracasomanía' . Colombianos y argentinos son ejemplos extremos. Argentina, por ejemplo, vive preguntándose por su fracaso como nación, por lo que iba a ser y no fue. Quizás en este fenómeno de Latinoamérica influye la idea de la decadencia, un concepto dominante en la historiografí a española por muchos años. Chile es tal vez una excepción. Me da la sensación de que ha superado esta tendencia para tratar de vivir una vida normal, dentro de sus posibilidades, al igual que España.

—Sobre la independencia de Latinoamérica, usted postula que, más que la Ilustración, fue el romanticismo un influjo crucial.

—Creo que la Ilustración tuvo poco que ver con las independencias latinoamericanas, a diferencia de la norteamericana, que fue impulsada por personas muy representativas del siglo de las luces, que creían en el predominio de la razón. Pero esas luces se apagaron con toda la sangre de la Revolución Francesa. Aunque en Latinoamérica había gente ilustrada, si analizamos una figura tan emblemática como Bolívar, por dar un ejemplo, vemos un romántico que llegaba a hablar de visiones místicas. No representa un trasfondo ilustrado, asentado en el predomino de la razón.

En este contexto, hay una teoría mía más particular, que piensa que en este romanticismo, sobre todo en el reino de Nueva Granada, influyeron las expediciones científicas impulsadas por la monarquía borbónica en el siglo XVIII. Observaciones sobre la vastedad de los Andes y la inmensidad del paisaje americano fueron utilizadas para combatir la idea de que lo americano era inferior al español. Todo esto culmina en la obra de Humboldt. Su influencia directa en la mentalidad de Bolívar está bastante clara".

"La innovación viene de afuera"

"En términos muy generales, a través de la historia la apertura conduce al progreso, al intercambio de influencia. Toda innovación procede de afuera. Por ejemplo, en la historia reciente, China nunca pudo concretar su promesa como potencia mientras estuvo cerrada al exterior. Ahora lo está logrando", señala el historiador, para explicar su interés por estudiar los intercambios culturales y procesos históricos paralelos.

Las obras de Fernández-Armesto suelen incluir elementos de historia intelectual, política y cultural y algunas tocan aspectos biológicos y del medio ambiente. El libro que ahora se apronta a presentar es una historia mundial del año 1492, en el que el lector recorre con una serie de viajeros de la época distintas partes del mundo: América, Congo, China, entre otros. "Colón no era el único viajero de la época ni su descubrimiento lo único importante que ocurrió".

El historiador también prepara una obra sobre los idiomas creados por los esclavos africanos en el Nuevo Mundo. "Personas que llegaban de distintas zonas de África, que no hablaban una lengua en común y que debían comunicarse. Es un fenómeno muy particular", cuenta este curioso infatigable, mientras se pone la chaqueta para enfrentar, como un guerrero, el tórrido calor tropical.

Sus libros

Entre las obras de Fernández-Armesto, se pueden encontrar en las librerías, su biografía de Vespucio " Américo, el hombre que dio su nombre a un continente " (Tusquets, $28.360); " Historia de la comida. Alimentos, cocina y civilización " (Tusquets, $28.360) y su " Breve historia del mundo " (Zeta Bolsillo, $7.000).

La fórmula colombiana para celebrar el Bicentenario

"La ciudad más hermosa del mundo" es la definición que García Márquez da de Cartagena de Indias en la novela "El amor en los tiempos del cólera". Con sus kilómetros de murallas defensivas cerca del mar, su olor dulce a frutas tropicales, su primorosa arquitectura de tres siglos concebida para escapar del calor, el núcleo antiguo de Cartagena es un lugar ideal para hablar de historia. "La ciudad heroica" (como le dicen los colombianos) tiene una historia apasionante, que incluye la resistencia a piratas, bucaneros e invasores, -como Hawkins, Drake y la escuadra de Vernon, compuesta de 186 naves y 9 mil marinos- y varias sublevaciones independentistas. Tópicos que fueron tratados, entre muchos otros, en el "Encuentro internacional con nuestra historia", el congreso con que Colombia dio inicio a las conmemoraciones de los 200 años de su independencia, que, al igual que Chile, comienza a gestarse en 1810.

En este sentido, la estrategia colombiana para estas celebraciones se basa, "más que en grandes obras públicas, en una serie de instancias para fomentar el reencuentro de los colombianos con su historia e impulsar la reflexión sobre el proceso de la independencia y sus repercusiones en la evolución del país", explica María Cecilia Donaldo, alta consejera presidencial para el Bicentenario. En este marco, se han realizado iniciativas masivas como la participación de todos los escolares del país en el programa "200 años, 200 preguntas " en que se seleccionaron, de un conjunto de 16.501 propuestas, las interrogantes más curiosas e interesantes de los niños sobre la independencia y su época. Inquietudes como ¿si no había helicópteros o aviones, cómo se diseñaban los mapas de la época? o ¿qué origen social tenían los españoles y patriotas que participaron en las batallas? van a ser respondidas por reconocidos historiadores y darán lugar a un libro.

Más orientados a profesores y especialistas, se contemplan también congresos en distintos lugares sobre temas como la mujer en la independencia y el rol de las distintas regiones en el proceso de autonomía. En el caso del encuentro realizado recientemente en Cartagena, participaron historiadores colombianos y extranjeros de renombre, que expusieron sobre aristas como "¿Por qué nos independizamos? ", "Dios en la república", "¿Qué se ganó y se perdió en el proceso independentista" , "Nuestra independencia en la historia de América y del mundo", en un debate en el que emergieron acuerdos, pero también discusiones y que fue cerrado por un discurso del mismísimo presidente Uribe. Iniciativas que los colombianos ya están poniendo en práctica y que pueden aportar ideas interesantes para las celebraciones chilenas. [zoiladulceuva]

El mal del tiempo o el poder invencible de Las Parcas

Por José Tobías Beato | © mediaIsla

El mal del tiempo comienza con un epígrafe de Antonio Tabucchi: "del mal del tiempo le había quedado la costumbre de invertir los hechos, de modo que contaba comenzando por el final y remontando hasta el principio, o mezclando caóticamente las historias más diversas." Sin duda, así es en toda la novela de René Rodríguez. Caen, como en un saco abierto, múltiples acontecimientos que a la par van transformando al protagonista en diferentes seres, que la memoria mantiene unidos en un solo sujeto. A cada uno de esos momentos y seres se accede ordinariamente mediante la música, la cual desata toda una vorágine de pequeñísimas pinceladas vitales similares a las que Pissarro usó para su pintura Vista de Ponsoise. Impresiones que crean expresiones puntillosas hasta conformar un angustioso cuadro existencial.

Pero antes de entrar en consideraciones sobre la obra en sí, creo pertinente señalar el auténtico mal del tiempo sobre el que narra René: tenemos que hablar primeramente del doctor Balaguer, que era quien presidía el gobierno donde transcurre el tiempo de la novela de René Rodríguez Soriano. Tenemos que hablar del mal del tiempo que barrió ilusiones y creó nuevas situaciones y alternativas, pues si no procedemos así, el que no haya vivido tales años, ni sea dominicano, no podrá entender a cabalidad la novela.

Es necesario precisar todo esto pues, aunque no soy crítico de oficio, cuando ejerzo la crítica pretendo seguir el punto de vista que Ortega y Gasset sugirió al momento de estudiar el estilo de Cervantes: la crítica, antes que corregir al autor, ha de dotar al lector de un órgano visual más perfecto, permitiendo así que la obra, al momento de ser leída, sea completada por quien se toma el trabajo de hacerlo.

Para ello es vital que el crítico introduzca todos los "utensilios sentimentales e ideológicos merced a los cuales puede el lector medio recibir la impresión más intensa y clara de la obra, que sea posible" (Ortega, Meditaciones del Quijote, pág. 29, Revista de Occidente en Alianza Editorial). Es decir, es decir, hay que subrayarlo con creces, que la crítica es, ante todo, el estudio de la obra, no la biografía de quien la creó. Porque es muy común que de la obra se pase rápidamente a las consideraciones sobre la vida del autor, llenándolo a veces hasta de improperios por el mero hecho de haberse atrevido a crear.

Una vez más: la crítica no es biografía, aunque a veces proceda cierta información personal, especialmente si se trata de obras con rasgos autobiográficos Radicalmente: el papel del crítico no es el del mal llamado periodista sensacionalista, divulgador de pecados y chismes. En todo caso, demasiada información personal con toda seguridad que perjudicaría la atención del libro. Por eso dice Anne Michaels (The Winter Vault, Piezas en Fuga) que "de verdad creo que leemos de manera distinta un libro cuando sabemos los detalles más banales de la vida de su autor".

Por eso me propongo hablar primeramente del aparente pacto de Joaquín Balaguer con Las Parcas, especialmente con Láquesis y la que llevaba el sobrenombre de "La inexorable", porque era la que prolongaba o cortaba la vida arbitrariamente, desde su residencia en lo más profundo del infierno, en el lugar siniestro que los griegos llamaban Tártaro, donde pagaban condena los más odiados por los dioses, como Sísifo por mirar y contar el rapto que de una joven hizo Zeus, y Tántalo, por haber osado poner a prueba a los inmortales. Las "Parcas", conocidas también como las "Moiras", son tres seres míticos. En la antigua Grecia se las representaba usualmente como unas ancianas de rostro severo. Una severidad que era temida hasta por los dioses, incluido el mismísimo Zeus, aunque se supone eran sus hijas, nacidas de la que fuera su primera mujer: la titánida Temis, madre también de Las Horas, de la Paz y de la Justicia.

Las Parcas, a cada sujeto, ya fuese hombre o dios, le asignaban una porción de bien y otra de mal. Para ello hilaban o cortaban. El problema con ellas es que una vez tomaban una decisión, nadie podía interponerse o cambiarla: lo decidido podía considerarse como hecho consumado de inmediato, para bien o para mal, aunque tardase en ejecutarse. Sus decisiones eran pues, fatalmente implacables. De ahí el temor que inspiraban. Cloto hilaba un solo hilo: el de la vida. El variado hilado de Láquesis asignaba el destino de cada cual y la duración de cada acontecimiento. Como quien dice, manejaba "la suerte". En cambio la Atropo, "La inexorable" que ya dije, portaba en sus manos viejucas una afilada tijera con la que cortaba el hilo de la vida en el momento más inesperado, con frecuencia cuando mejor se estaba, luego de muchísimas luchas.

El asunto viene a cuento, porque es necesario saber que el doctor Balaguer (para los no dominicanos, nada que ver con el fundador del Opus Dei, ni con el municipio catalán que lleva tal nombre), vivió más de noventa años y estuvo cerca del poder o fue el poder por casi setenta años. Efectivamente, fue el orador preferido del dictador Rafael Trujillo Molina, escogido poco antes de que el general iniciase su campaña electoral en 1930. Su asesor en momentos difíciles como cuando la matanza de haitianos que aquel ordenó en 1937, en una limpieza étnica que acaso llevó a la tumba a más de veinte mil. Y el hombre que el tirano escogió para sustituir en la presidencia a su hermano Héctor, cuando tras el intento de asesinato del presidente venezolano Rómulo Betancourt, la Organización de Estados Americanos (OEA) determinó sanciones económicas y el rompimiento de relaciones diplomáticas con la República Dominicana.

Esto es, que cuando el generalísimo Trujillo fue ultimado a tiros, porque al parecer no había otra forma de salir de su férrea dictadura, la noche del 30 de mayo de 1961, Joaquín Balaguer era el presidente. Un hombre que evidenció un talento y una sangre fría increíble a la hora de forjarse su destino: bregó y salió triunfante de la ira de los Trujillo, una vez muerto su jefe. Se desembarazó de sus posibles rivales políticos, aquellos que eliminaron al Generalísimo, particularmente el talentoso Modesto Díaz que hubiera sido un rival muy peligroso, permitiendo que el hijo mayor de aquel —Ramfis Trujillo— los fusilara, en un acto que fue la crónica de una muerte anunciada. Sin embargo, cuando Ramfis, desde su yate, habló con Balaguer, éste no le recriminó los asesinatos ni el supuesto acto de su "fuga", sino que simplemente le dijo: "Tenga buen viaje y que descanse, general" (Fco. Rodríguez de León, Balaguer y Trujillo, pág. 444).

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Entonces entró en acción el magnífico actor que fue Balaguer (había tomado lecciones que aprendió muy bien de su maestro Trujillo). A los dos días de la supuesta fuga del general Ramfis, pronunció un discurso en el que daba seguridades a la ciudadanía consternada por "la desaparición" de seis de los implicados en "la tragedia" —no ajusticiamiento— del 30 de mayo, de que los responsables serían sancionados ejemplarmente. Todavía más: el 17 de diciembre de 1961, en otro discurso, se presentó como el destructor de la Era de Trujillo, mal del tiempo que precisamente durante más de treinta años él había ayudado a consolidar, afirmando triunfante que: "No hemos destruido un clan familiar para que la enorme fortuna que ese clan amasó con sangre del país vaya ahora a ser usufructuada por una oligarquía constituida por políticos ambiciosos y por familias pertenecientes a las clases acomodadas." Puro cinismo, por no decir otra cosa: "no hemos destruido", como que él formó parte del grupo que acabó con la dictadura. Son palabras que recuerdan a Tomás Bobadilla cuando se acreditó como autor del 27 de Febrero que principió la independencia dominicana, y no Duarte y los trinitarios que la habían propiciado con riesgo de sus vidas, a los que en osadía increíble calificó de traidores.

Otra cosa: nunca supuestamente sabía lo que pasaba, pues era su lema el siguiente: "Sal siempre a la calle con aire de idiota, y antes que a tu prójimo quiérete a ti mismo, que el mundo se cubre con el antifaz de un falso altruismo, de una falsa paz, y aunque siempre habla de Dios en el nombre, quien siempre le dicta la ley es Caifás y es el anticristo quien manda en el hombre", eso dicho en su libro La venda transparente, pág. 126, uno de los libros donde Balaguer intentó hacerse pasar por poeta. De hecho, pagó con buenos puestos a quienes así lo llamaron. No obstante, siempre pudo más su vocación de mando que la de vate.

Así, haciéndose el tonto, pudo mantenerse en el poder unos cuantos meses, tras un autogolpe. Y luego de cuantas medidas demagógicas pudo tomar para asegurarse un regreso futuro, marchó al exilio. Volvió a los pocos años, durante la revolución de abril de 1965, con el país intervenido por más de cuarentidós mil marines americanos y varios otros cientos pertenecientes a diversas naciones latinoamericanas. Lo hizo con la excusa de visitar a su madre enferma, para de pronto lanzar la consigna de que él era "la revolución sin sangre". Y con botas que imponían el voto del miedo, ascendió nuevamente al poder. Entonces fue que hubo más sangre que agua, pues aquellos doce años se caracterizaron por ser violentísimos, amén de plagados de podredumbre. En esos doce años es que transcurre El mal del tiempo de René Rodríguez Soriano.

Ahora bien. El país había heredado, del dictador ajusticiado, una sólida estructura industrial, amén de hospitales, escuelas y politécnicos, acueductos y hoteles en cada provincia. También una estructura bancaria fuerte; la moneda —el peso dominicano—, a la par que el dólar, una compañía eléctrica que suministraba un servicio eléctrico estable, aunque no abarcaba todo el territorio nacional; autosuficiencia alimentaria y una maquinaria burocrática, relativamente pequeña, pero eficiente. Y una frontera controlada, aunque no de modo absoluto, pese a la matanza ya citada, porque los propios negocios del dictador y de los mismos gobernantes haitianos, requerían de un tránsito no siempre lícito, y justo muchísimo menos. El doctor Balaguer entregó todo eso, más los préstamos y ayuda extranjeras, a la voracidad de una maquinaria partidaria que se convirtió en una gigantesca boa, que devoraba todo a su paso. Puesto por proselitismo, era la consigna que todavía perdura. Era tal el desorden que se vio en la obligación de declarar que "la corrupción solamente se detiene ante la puerta de mi despacho". Claro, supuestamente, pues nunca castigó ni envió a la justicia a funcionarios que llegaban al puesto como infelices y salían como potentados. Es más: mostró como un logro la formación de trescientos nuevos millonarios.

De modo que, pese a algunos éxitos, como la estabilidad macroeconómica, creaciones de parques, la preocupación por la foresta, la construcción de pequeñas escuelas y dispensarios médicos en todo el país, la creación de presas, barrios y grandes avenidas —especialmente en Santo Domingo—, y del magnífico complejo cultural edificado sobre las ruinas de las residencias del "Jefe" y sus hijos, no fue suficiente y el país no solamente no salió del subdesarrollo, sino que sus males se profundizaron notablemente. Ni un sólo problema quedó resuelto. Más aún: como en la época industrial la energía eléctrica es esencial, la República Dominicana inició el siglo XXI, como si fuera el XIX, casi a oscuras por la falta de planificación e inversión a tiempo e idónea. Claro que, para ser justos, debemos declarar que el mal del tiempo tenía otro ingrediente: la lucha entre el oso y el águila, —la llamada `guerra fría'—, de la que el país de ningún modo podía escapar. Lucha que trocó en fanáticos a los seguidores tanto de la derecha como de la izquierda, cuya conducta no distaba mucho de la que mostraban las hordas de la etapa salvaje que precedió a la civilización. El asunto es que, derrotado Balaguer aplastantemente en el año 1978, volvió al poder en 1986 y se mantuvo en él por diez años más; y eso, que tuvo que entregar la silla presidencial dos años antes, al pactar un arreglo con la oposición, luego de que en las elecciones de 1994 las maniobras de fraude fueran tan harto evidentes que motivaron la mediación política de otros países, especialmente de Estados Unidos. Todo ello, a pesar de haberse quedado completamente ciego.

Por eso hablo de la alianza con Las Parcas, pues vivió largamente, con toda clase de "suerte". Tres generaciones le hicieron frente. Destruyó sindicatos, cercó varias veces la Universidad donde estudió el protagonista de El mal del tiempo. Murieron opositores, estudiantes, periodistas y hasta personas afines como Gregorio García Castro, pero que se atrevió a criticar los desmanes, en un vano intento por la liberalizació n del régimen. Condecoró y ascendió a quienes lo hicieron. Enfrentó la guerrilla del coronel Caamaño.

A las tres generaciones las derrotó o sobornó de tal modo que la cuarta se encuentra conque, en lugar de dictador ilustrado como merece ser llamado, es `reconocido' como "padre de la democracia", quien más trabajó justamente para que ésta no funcionara, pues hizo de su "dedo" el norte de todo. Imponiéndose "a fuerza de fusil y lengua larga con funditas en día de Reyes" (El mal del tiempo, pág. 21). Democratizó la corrupción, eso sí, haciendo que algunos que ayer andaban en chancletas por los callejones de sus barrios humildes, hoy no salgan de lujosos restaurantes donde beben costosos vinos acompañados de quesos envejecidamente deliciosos, pagados por el Estado. Sin embargo, como nadie posee la verdad absoluta, y por tanto, ningún ser humano puede tener en la mano todos los hechos ni cotejar las intenciones con las que son realizados, no sabemos si al final habrá sido llamado para vivir junto a Las Parcas, en el lugar aquel donde Sísifo sube una piedra que eternamente vuelve a caer, y Tántalo sufre hambre y sed, a pesar de tener agua cristalina a sus pies y toda clase de frutas riquísimas en el árbol que tiene a su lado, pero que cada vez que intenta tomarlas, un viento fuerte se las aleja.

Juan Bosch, cuentista con alma de tigre

Este año se recordó al escritor y político dominicano, que vivió parte de su exilio en Chile, donde Nascimento publicó su volumen de relatos La muchacha de La Guaira, elogiado por Alone y reeditado ahora por Lom.

Por Pedro Pablo Guerrero | © El Mercurio

Una vieja implora a las ánimas del cielo que pongan fin a la sequía y termina consiguiendo un diluvio. Así de simple es "Dos pesos de agua" (1942), obra maestra del humor macabro. De técnica casi perfecta y desenlaces fatales, las historias de Juan Bosch (La Vega, 1909) continúan la veta de Horacio Quiroga y anuncian las de Juan Rulfo. "El cuentista debe tener alma de tigre para lanzarse contra el lector, e instinto de tigre para seleccionar el tema y calcular con exactitud a qué distancia está su víctima y con qué fuerza debe precipitarse sobre ella", afirmó el escritor dominicano en su "Teoría del cuento". En la concepción narrativa de Bosch, el lector y el tema comparten un mismo corazón: "Se dispara a uno para herir al otro".

Nada más natural para el autor de cuentos en que el acoso, la persecución y la fuga juegan un rol determinante. Nada más natural para un político que estuvo huyendo la mitad de su vida. Primero, de Trujillo -experto en la estrategia del garrote y la zanahoria-, quien lo mandó a apresar en 1934 y cuatro años más tarde lo quiso nombrar diputado. Comenzó entonces un largo exilio por Puerto Rico, Cuba y Costa Rica, con frecuentes giras (Guatemala, Estados Unidos, Venezuela, México) y una accidentada estancia en España, donde Bosch tuvo la desafortunada idea de acercarse a los trotskistas durante la guerra civil, lo que le trajo nuevas persecuciones dentro del bando republicano.

En 1953, radicado en Cuba, se lo acusó de apoyar el asalto del cuartel Moncada. Pidió asilo en la embajada de Costa Rica y, desde San José, viajó a Bolivia y luego a Chile. En 1954 se instala en Niebla, cerca de Valdivia, donde escribe algunos de los cuentos que integrarán su cuarto volumen de relatos, La muchacha de La Guaira , publicado por Nascimento en 1955 y reeditado este año por Lom, con un excelente prólogo de la profesora Ana María Maza. Libro de historias cautivantes, algunas de aire fantástico, que relatan cacerías humanas, abismos existenciales y los diversos rostros de la miseria. En 1955, Bosch publica también Judas Iscariote, el calumniado , ensayo que revisa críticamente la participación del discípulo en la pasión y muerte de Jesucristo y el papel que le fue asignado por el cristianismo.

El aislamiento en el sur de Chile no dura más que unos meses. Después de fracasar en el negocio de las baterías, Bosch se establece en Santiago. Se relaciona entonces con Gonzalo Rojas, Volodia Teitelboim, Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, entre otros. Al mismo tiempo, La muchacha de La Guaira es recibido con inusual entusiasmo por el crítico Hernán Díaz Arrieta, Alone, en El Mercurio: "Este sí que es un cuentista hecho y derecho, antiguo y moderno, de tomo y lomo, cuentista por los cuatro costados, que no necesita definiciones ni defensas, un verdadero narrador que no se detiene en descripciones, un visionario que hace andar a sus tipos, que no se complace en mirarlos por aquí, pintarlos por allá, sino que los sigue paso tras paso, como fascinado". Exultante, el crítico proclama: "Saludémosle. Es un gran tipo. Es un escritor dotado de las más poderosas y escasas virtudes, uno de esos bienhechores de la humanidad que escriben libros y entretienen, que renuevan en nosotros el goce de vivir y, espantando el fantasma del tedio, nos resucitan".

Alone y Bosch se hicieron tan amigos que cuando, en 1962, el escritor dominicano fue elegido Presidente de la República tras la muerte de Trujillo, invitó al crítico a la asunción del mando. Hernán Díaz Arrieta viajó en febrero de 1963 junto a la delegación oficial de autoridades chilenas. Después Alone siguió desde Chile los pasos de su amigo, ocupándose de sus nuevos libros. El afecto no impidió la honestidad y, cuando criticó David, biografía de un rey (1963), los comentarios no fueron tan buenos. Dos años más tarde, sin embargo, saludó sus Memorias, señalando, eso sí, las diferencias políticas que lo separaban de Bosch: "Leamos y releamos esta obra, espejo donde pueden mirarse los ilusos, los entusiastas, los soñadores de Hispanoamérica" .

Bosch no alcanzó a durar mucho tiempo en la presidencia. Un golpe de Estado lo derrocó a los siete meses, el 25 de septiembre de 1963. Se marchó nuevamente al exilio y al año siguiente, tras el estallido de una revuelta de sus partidarios que buscaba reinstalarlo en el poder, Estados Unidos ocupó el país con 42 mil marines y efectivos del ejército. En las nuevas elecciones convocadas en 1966 fue electo Joaquín Balaguer, heredero del trujillismo. Bosch no regresaría a su país hasta 1970. Desde entonces participó, sin éxito, en varios comicios presidenciales. Cuando murió, el 1 de noviembre de 2001, a los 92 años, Juan Bosch había recibido numerosos reconocimientos, tanto literarios como políticos, en su país y el extranjero.

Marcio Veloz Maggiolo: "García Márquez lo consideraba su maestro"

Marcio Veloz Maggiolo (Santo Domingo, 1936) es ensayista, arqueólogo y doctor en Historia de América, además de ser un prolífico y conocido escritor de ficción que recibió el Premio Nacional de Literatura en 1996. Siruela ha publicado sus novelas La biografía difusa de Sombra Castañeda, La mosca soldado, El hombre del acordeón y Ritos de cabaret . Su novela más reciente es Memoria Tremens (Alfaguara, 2009).

Este autor dominicano no solamente fue amigo de Juan Bosch, sino que además compadre y funcionario de confianza: el autor de "Dos pesos de agua" apadrinó a uno de sus hijos y, durante su breve presidencia, lo nombró embajador en Italia.

"Bosch era un hombre de una inteligencia excepcional, con su propio modelo de originalidad, como buen autodidacta" , recuerda Veloz. "Cuando publicó su ensayo El pentagonismo, sustituto del imperialismo, la izquierda allá lo atacó mucho, porque iba contra toda la teoría marxista de Marta Harnecker y los manuales de ese tiempo. Ahora lees ese libro y lo que dice ahí es como una predicción".

—¿Qué representa hoy Juan Bosch en República Dominicana?

—Bosch es un escritor simbólico en mi país. Es el tránsito de la literatura del siglo XIX a la del XX. El paso a una modernidad inicial, con cuentos que ya no son de orden tradicional, porque el cuento en República Dominicana tuvo como primera referencia las leyendas, las tradiciones, las viejas historias. Juan Bosch comienza una literatura que va hacia el hombre. Se basa en el mundo rural, pero para darnos una visión de la problemática del ser humano. Toda su obra es así. Bosch es el escritor fundacional de una literatura del siglo XX.

—¿Cuál es, a su juicio, el lugar de Bosch en el canon de la literatura hispanoamericana?

—Bosch hacía al principio una literatura realista, como era el realismo latinoamericano de los años 30 y 40, con Ciro Alegría, Miguel Ángel Asturias y toda esa narrativa. Pero luego Bosch cambia y sus últimos cuentos no son de ese tipo. En "La mancha indeleble", de 1960, una voz le ordena a un hombre sacarse la cabeza y ponerla en un anaquel. Es una historia muy importante porque revela ideológicamente cómo la dictadura y el partido tratan de cambiar tu visión del mundo, de quitarte cualquier pensamiento propio. Algo común en las dictaduras latinoamericanas. Bosch tiene además cuentos como "Dos pesos de agua", anterior a García Márquez, quien lo apreciaba mucho y decía que era su maestro. Si analizas ese cuento te vas a encontrar que ahí está el diluvio de Macondo en Cien años de soledad. No sé si se deja influenciar por Bosch, eso no es ningún pecado, pero el agua, la lluvia, es un elemento clave en García Márquez, como lo fue en los relatos de Bosch.

—Anticipa el realismo mágico.

—Claro, y es un cuento antropológico. Es la creencia de la mujer la que funciona ahí, el mundo mítico de las ánimas, que en mi país es muy importante. Bosch utiliza el tema mágico-religioso en ese cuento, uno de los mejores que escribió.

—¿Piensa que Bosch hubiera llegado a ser más reconocido si no hubiese abandonado la literatura por la política?

—Cuando Bosch entró de lleno en la política dejó de hacer literatura. Y él lo dijo: ahora mi problema es el país, el Caribe. Lo hizo de una manera consciente, como un hombre que ya había realizado un aporte fundamental y no iba a escribir más. Bosch tenía todas las condiciones para ser un narrador aún más grande, pero renunció a ser el fenómeno de escritor que fue siempre, acostumbrado a ganar premios. En su momento fue una cumbre de las letras y creo que si lo ves desde la perspectiva de su posición cronológica, lo sigue siendo. [zoiladulceuva]

Sujetos y predicados: el Caribe de Eugenio García Cuevas

Por Mario R. Cancel | © Lugares Imaginarios

Sujetos y predicados, colección de relatos de Eugenio García Cuevas, sugiere una imagen enrarecida del mundo caribeño de manera eficaz. Se trata de un reino evanescente dominado por la violencia y las suspicacias. La voz narrativa se sitúa en ciertos nichos adecuados para la apropiación de lo fantástico, con el fin de elaborar la crónica de una realidad veteada de irrealidad. Los elementos que llamo "fantásticos" , aclaro, nunca desbordan la realidad. En cierto modo, confirman su tragedia mientras se desatan dentro de ella con toda su fuerza. Las fantasmagorías surgen en la medida en que el autor consigue vertebrar la narración sobre la estructura de esos acontecimientos altamente cuestionables. La habilidad de García Cuevas para combinar esos relámpagos ficcionales sugerentes en una narración retadora y coherente es enorme.

Los textos de Sujetos y predicados están tratados con los procedimientos de un realismo mágico radical con evidente énfasis en los nudos existenciales que marcan la historia caribeña. Su lectura recuerda al Gabriel García Márquez que trabajó el Caribe Colombiano, o al Alejo Carpentier que penetró los misterios del Boi Caiman. Pero el Caribe de García Cuevas toca más de cerca al lector que enfrenta el tema desde esta parte del mundo. Se trata del Caribe Insular. El mismo posee elementos que lo distinguen del continental y el subcontinental. De hecho, la noción cultural Caribe se inventa y se formula en las islas y sus aguas y, solo más tarde, cuando se homogeneizaron las fuerzas sociales que sirvieron de base para explotar / crear lo caribeño, hallaron sus vasos comunicantes. El tránsito semántico de la Antilia a lo Carib es uno de los fenómenos más curiosos de la historia cultural de la región.

Detrás del conjunto de narraciones está la noción dominante del "viaje". Se trata de una odisea etno-social única que sugiere más bien una "huida". Aquí no se trata del viaje convencional ejecutado con el fin de explorar lo desconocido por la pasión de saber. De lo que se trata es de entrar a lo desconocido, con todos los riesgos que ello implica, con el fin de evadir lo que ya se conoce. "La luna en el canal de la Mona" no deja dudas respecto a la circunstancia en la tragedia de Piedad Pimentel. Pero el canal no acontece como un Leteo. Los viajantes no solo cruzan el cuerpo de agua. El viaje o la huida ha comenzado mucho antes de mirar la cara del mar. El personaje de "El hijo de la mujer", si bien termina sus días en Puerto Rico, es un dominicano que pulula desde la frontera dominico-haitiana o el mítico Boi Caimán, hasta Valverde, de allí a Santiago y por último a La Vega. Desde esos lugares observa la historia de la nación enredarse en sus propios juncos.

La tesitura de los transeúntes que optan por el viaje, los fuerza a tolerar un desplazamiento radical en el tiempo y el espacio –la historia, dirán otros-, condición que sugiere la naturaleza agridulce de todo tránsito. La huida a lo ignoto, sea emigración legal o ilegal, siempre está llena de vacilaciones. Al cabo, lo que le queda el lector es la sensación de que transitar es el estado natural de estos seres y, una vez lo reconocen de ese modo, tratan de agarrarse a los restos de una memoria colectiva cubierta de vacíos. El manejo de la historia común, la historizante como la llamaría Nietzsche -que a la vez une y separa- me parece genial, muy adecuado como indicador de pistas interpretativas. Caamaño, Bosch, Trujillo, Balaguer, todos estas figuras históricas le dicen algo a cualquier emigrante y a cualquier caribeño.

Siempre he creído que toda mirada desde la historia es una forma de la biografía. El olor de lo autobiográfico es patente en estos textos. En los mismos hay un constante martilleo que inserta al lector en la década del 1980. La imaginación de la Globalización, y la de un Caribe Globalizado, aparecía como canto de sirena en el horizonte y echaba raíces en aquel instante crucial de la historia contemporánea. García Cuevas arribó a Puerto Rico en el 1979. Pero el Caribe Gobalizado que se nos vino encima, encontró a la gente con las mismas miserias del pasado.

Insisto en que no se trata de la biografía egoísta de un observador privilegiado, sino de una suerte de biografía colectiva e inclusiva que, en ocasiones, dispara al autor a los espacios de la parodia. Los mejores momentos del juego paródico antihistoricista, sea distópico o atópico, perciben en el contrapunteo futurista. "Cirilo" produce una falseada pos-sociologí a que se fija en los sastres tan puntillosamente como lo han hecho los medievalistas especializados en la historia de los gremios de artesanos. "El dominicano ese" es una joya narrativa que despersonaliza, deshumaniza y aplana al personaje. Pero la extensa nota al calce en torno a "ese" Cipriano Robles, no tiene nada que envidiarle a los procedimientos de una microbiografí a académica profesional. En esa rica distopía futurista, todo recuerda al presente como quien ha resuelto que nada cambia realmente y contradice con ello las conclusiones de la filosofía y la física más clásicas.

La constante apostilla de la violencia y la sangre, la sugerencia de la hediondez y las infecciones más curiosas, marcan con una poderosa nota naturalista estos textos. No creo que deba insistir en que estos elementos son consustanciales a la historia del Caribe Insular desde su invención a fines del siglo 16. La impresión que me deja una primera lectura de este libro es la de un halón que comienza en Boi Caiman y la frontera, y no cesa hasta ovillarse en Puerto Nuevo, Río Piedras y Santurce, los barrios urbanos de esta otra isla caribeña que ha olvidado su filiación. El tirón no mutila el sueño de regresar al lugar de donde se huyó. Por el contrario, esos jirones subsisten y animan el deseo de que, al tornar al punto de origen, se encontrará otra cosa distinta a la que se dejó atrás. [Eugenio García Cuevas, escritor dominicano residente en Puerto Rico, La palabra sin territorio, 2004]

El último mohicano

Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909 - Madrid, 1994) vivía en la cama y desdeñaba la política, el éxito, todo lo que apestase a figuración pública. Fue el escritor menos conocido del boom latinoamericano. Pero, de manera involuntaria, se ha convertido en el autor más actual de aquellos narradores.

Por SANTIAGO RONCAGLIOLO | © Babelia

Conocí la obra de Juan Carlos Onetti a comienzos de la década de los noventa, atraído por las leyendas que circulaban sobre ese autor. Mis compañeros de la facultad de literatura contaban que Onetti era un ermitaño, que se negaba a dar conferencias, y que vivía tirado en una cama con una botella de whisky.

El perfil del personaje resultaba exótico en cualquier caso, pero era especialmente inesperado en un escritor del boom latinoamericano. La mayoría de sus colegas vivían en olor de multitud, actuando en ocasiones más como políticos que como artistas. Mario Vargas Llosa había postulado a la presidencia del Perú. Gabriel García Márquez se había reunido con Fidel Castro y con Bill Clinton. Cortázar había defendido la revolución nicaragüense. Carlos Fuentes era México. Y en cambio Onetti, el mayor de todos, vivía metido en una cama aferrado a una botella de whisky.

Después averigüé que Onetti sí había sufrido una persecución política, pero gris, absurda y casi cómica: lo habían detenido por formar parte del jurado en un concurso de cuentos.

El cuento ganador se regodeaba en escenas sexuales que resultaron ser una referencia apenas velada a la homosexualidad de un miembro de la junta militar en el gobierno. En castigo, el autor del cuento y los miembros del jurado fueron detenidos por ofensas contra la dignidad de las fuerzas armadas. Durante los interrogatorios, un oficial inquisidor le preguntó a Onetti:

—¿Y usted qué tendencia política tiene?

—Ninguna, respondió el narrador.

—¿Pero por quién votó?

—Por nadie.

—¿Pero por quién habría votado?

—Nunca he votado.

—¡Ah! ¡Un anarquista!

Más aburrido que asustado, Onetti respondió:

—Y... Ponele anarquista si querés. ¿Puedo fumar?

Semanas después —siempre según las leyendas—, el escritor tuvo que ser evacuado a un hospital psiquiátrico debido al síndrome de abstinencia que le produjeron la falta de alcohol y tranquilizantes. Ahí terminó su gesta más heroica.

Recientemente, revisé la obra de Onetti para un encuentro sobre su obra organizado por la Casa de América, la Secretaría General Iberoamericana y la Fundación San Benito de Alcántara. Mientras leía, comprendí que el episodio de esa detención habría podido ocurrirle a cualquiera de sus personajes: quizá a Juntacadáveres, cuyo sueño dorado era regentar un prostíbulo de medio pelo. O a los protagonistas de El Astillero, que fingen mantener vivo su negocio mientras venden la maquinaria como chatarra. Incluso a los de Tierra de Nadie, que fantasean con huir a una isla que ni siquiera existe. Ninguno de ellos se enfrenta a grandes peripecias épicas, como los personajes de La guerra del fin del mundo. Ninguno es importante para la historia latinoamericana como El general en su laberinto. Sólo son gente ruin enfrentada a la mediocridad de la vida, como la mayoría de nosotros. Las novelas de Onetti serían graciosas si no exhalasen del deprimente humor de la mediocridad.

A eso se debe que Onetti sea el menos conocido de los narradores del boom. Este último mohicano del existencialismo no sólo desdeñaba la política, también le asqueaban el éxito, la fama o el glamour y sentía una genuina repugnancia por todo lo que apestase a figuración pública. En consecuencia, no se enfrentaba a diabólicos dictadores ni a intrépidos guerrilleros. Tal vez porque habitaba en Uruguay -uno de los países más prósperos, pacíficos e igualitarios de la región- sabía que en una democracia ejemplar también se puede ser infeliz.

Pero también por eso, y de manera involuntaria, Onetti se ha convertido en el autor más actual del boom. Hasta los años ochenta, durante el auge de la Revolución Cubana, la utopía real-maravillosa capitaneado por Gabriel García Márquez pasó como una apisonadora sobre las novelas latinoamericanas, llenándolas de mujeres con rabos de cerdo que salían volando por las ventanas. Tras la caída del muro de Berlín, el realismo urbano y frecuentemente violento de la literatura latinoamericana estaba teñido de Mario Vargas Llosa, cuyos personajes defienden su libertad ante los tiranos.

Pero veinte años después, ni un extremo ni otro del espectro ideológico producen grandes pasiones. La Revolución Cubana no ha mejorado la vida de la gente, y tras dos décadas sin dictadores en el resto de la región, la cantidad de pobres es la misma que antes. Los latinoamericanos votan democráticamente por gobernantes autoritarios —Chávez, Uribe, el PRI—. Y el fenómeno no es exclusivo de América Latina. A lo largo de la última década, en nombre de la democracia se invaden países como Irak y se toleran dictaduras como las de Libia, Egipto y Kazajistán.

Esa atmósfera de desencanto se ha reflejado en la literatura latinoamericana y europea. Dos de sus autores más destacados de los últimos años, Bolaño y Houellebecq, pertenecen a la generación que vio caer los grandes sueños de Allende y Mayo del 68, y su amargura recuerda a Onetti. Los poetas asesinos del chileno y los funcionarios onanistas del francés, los exiliados suicidas del primero y los turistas sexuales del segundo, podrían aparecer en cualquier novela de un novelista uruguayo que murió sin conocerlos.

Onetti no parece haber influido en estos autores. No es él quien logró que su obra perdurase a través del tiempo. Por el contrario, es el tiempo el que se convirtió en lo que sus novelas narraban. A lo largo del siglo XX, el planeta se dividía en dos grandes verdades. En el siglo XXI sabemos, como sabía Onetti desde antes, que las dos eran mentira.

Sin duda, es admirable ser a la vez el miembro más antiguo y más moderno del club más selecto de la novela latinoamericana. Pero sobre todo, es notable haberlo hecho desde una cama, con la única arma de una botella de whisky. [fontanamoncada]

Puertas y ventanas

Disponible ya Rumor de pez

El más reciente libro de René Rodríguez Soriano, ganador del Premio de Poesía UCE 2008, puede adquirirse pulsando directamente en Rumor de pez. Otros títulos de mediaIsla, disponibles en Abasto. Corran la voz.

Audio de simposio Juan Bosch, disponible

La grabación de audio completa del Simposio Vida y Obra de Juan Bosch que se llevó a cabo el 5 de diciembre de 2009 en la Facultad de Ciencias Sociales está disponible en Internet en la Plataforma Umbral de la Facultad de Estudios Generales en la dirección: umbral@uprrp. edu La actividad se celebró con el co-auspicio del Instituto de Estudios del Caribe y la Facultad de Estudios Generales, entre otras organizaciones.

Mi barrio en letras

La Fundación Literaria Aníbal Montaño, Inc. se complace en invitarles al Lanzamiento Formal de 10 Talleres Literarios de nuestro proyecto Mi barrio en letras, este domingo 27 de diciembre, 09, a las 3:00 de la tarde en la comunidad de Hatillo, San Cristóbal, RD. Inf.: 809 703-3812 - 809 961-6513.

Orage de Cristina Castello

El nuevo poemario bilingüe (castellano- francés) de Cristina Castello Orage/Tempestad será presentado en París por Jean-Pierre Faye el 8 de enero de 2010 en la Maison de l'Amérique latine Moderador: el poeta André Chenet y porBernard Noël, el 14 de enero de 2010 en el PEN Club Français Moderador: el poeta André Chenet.

Un árbol de Noel y una boda de Fiodor Dostoyevski

Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: Un árbol de Noel y una boda, por el autor ruso Fiodor Dostoyevski [1821-1881]. Pulse sobre el título para leer el cuento en CiudadSeva.com

La Universidad en discusión

Convocatoria. La Cátedra UNESCO de Educación de Gestión, Innovación y Colaboración en la Educación Superior, adscrita a la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, celebrará los días 25 y 26 de marzo de 2010, el Simposio de Educación Superior, bajo el tema central: La Universidad en discusión: Conocimiento y proyecto de futuro. Para más información, pueden comunicarse con la Cátedra UNESCO de Gestión, Innovación y Colaboración en la Educación Superior, al teléfono (787) 764-0000, ext. 4380; al fax (787) 772-1436, o por correo electrónico msmartinez@uprrp. edu La entrada y participación en estas actividades será libre de costo.

Imágenes del mundo

mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.

lunes, 14 de diciembre de 2009

RESUMEN CULTURAL SOBRE CIENCIA, POLITICA, ECONOMIA, HISTORIA, ARTE, LITERATURA, UNA RESENA DE MEDIA ISLA PUBLICACIONES

Víctor Jara | Tan cerca, tan lejos | Inventando los amigos | Fernando Ureña Rib, orgánico | El Apocalipsis según Murakami | Redes sociales y literatura | El Estado y la universalizació n del capitalismo | Artistas en época de crisis | La poesía y el hombre, un ensayo eterno y (2) | Carta a un joven poeta | El nuevo libro de Di Pietro | Puertas y ventanas: Días azules de otoño | IV Festival de la calle Hostos | La lección de canto de Katherine Mansfield | Revista La Urraka N°24 | Arte-Único | Palma real de Jorge Boccanera | Exposición artística en Queens, NY | Literatura puertorriqueñ a negra del siglo XIX | Bendita Erato en Cierre 2009 | Fiesta de la poesía | Entrevista con Rojo | Imágenes del mundo

La muerte lenta de Víctor Jara

Torturado y asesinado por los golpistas chilenos, el cantautor fue sepultado de forma casi clandestina en un modesto nicho. EL PAÍS reconstruye su muerte con los recuerdos de los testigos

Por MANUEL DÉLANO | © El País

Cansados y con sus manos entrelazadas en la nuca, los 600 académicos, estudiantes y funcionarios de la Universidad Técnica del Estado (UTE) tomados prisioneros por los militares golpistas iban entrando al Estadio Chile, un pequeño recinto deportivo techado cercano al palacio de La Moneda. Un oficial con lentes oscuras, rostro pintado, metralleta terciada, granadas colgando en su pecho, pistola y cuchillo corvo en el cinturón, observaba desde arriba de un cajón a los prisioneros, que habían permanecido en la universidad para defender el Gobierno del presidente socialista Salvador Allende. Era el 12 de septiembre de 1973, día siguiente del golpe militar, en el alba de la dictadura de 17 años encabezada por el general Augusto Pinochet.

Con voz estentórea, el oficial repentinamente gritó al ver a un prisionero de pelo ensortijado:

—¡A ese hijo de puta me lo traen para acá! -gritó a un conscripto, recuerda el abogado Boris Navia, uno de los que caminaba en la fila de prisioneros.

"¡A ese huevón!, ¡a ése!", le gritó al soldado, que empujó con violencia al prisionero. "¡No me lo traten como señorita, carajo!", espetó insatisfecho el oficial. Al oír la orden, el conscripto dio un culatazo al prisionero, que cayó a los pies del oficial.

—¡Así que vos sos Víctor Jara, el cantante marxista, comunista concha de tu madre, cantor de pura mierda! -gritó el oficial. Navia rememora. Es uno de los testigos del juez Juan Fuentes, que investiga el asesinato del cantautor, uno de los crímenes emblemáticos de la dictadura, porque Jara fue con su guitarra y con sus versos el trovador de la revolución socialista del Gobierno de Allende en Chile. Por su impacto y la impunidad en que están los culpables, el crimen de Jara es en Chile el equivalente al asesinato de Federico García Lorca en España.

"Lo golpeaba, lo golpeaba. Una y otra vez. En el cuerpo, en la cabeza, descargando con furia las patadas. Casi le estalla un ojo. Nunca olvidaré el ruido de esa bota en las costillas. Víctor sonreía. Él siempre sonreía, tenía un rostro sonriente, y eso descomponía más al facho. De repente, el oficial desenfundó la pistola. Pensé que lo iba a matar. Siguió golpeándolo con el cañón del arma. Le rompió la cabeza y el rostro de Víctor quedó cubierto por la sangre que bajaba desde su frente", cuenta a este periódico el abogado Navia.

Los prisioneros se habían quedado pasmados mirando la escena. Cuando el oficial, conocido como El Príncipe y hasta hoy no identificado con plena certeza, se cansó de golpear, ordenó a los soldados que pusieran a Jara en un pasillo y que lo mataran si se movía. El autor de canciones como El cigarrito y Te recuerdo Amanda, que Serrat, Sabina, Silvio Rodríguez y Víctor Manuel han incorporado en sus repertorios, entró así al campo de prisioneros improvisado por los militares donde vivió sus últimas horas.

Muchos recordaron a Jara con emoción esta semana, cuando su viuda e hijas y la fundación que lleva su nombre organizaron el funeral que no pudo tener en 1973, la despedida popular que merecía, para sepultar los restos del cantautor, exhumados en junio por orden del juez y devueltos a la familia después de una nueva autopsia, que confirmó las huellas de bala y torturas.

El ensañamiento con Jara fue uno de los signos de la dictadura de Pinochet (1973-1990), que truncó con brutalidad el Gobierno de Allende y los sueños socialistas, dejando un reguero de más de 3.200 muertos y desaparecidos, alrededor de 30.000 torturados y decenas de miles de exiliados. El Chicho, como era conocido Allende, un médico socialista y masón, había llegado a la presidencia en 1970, en su cuarto intento, con el 36% de los votos, encabezando la Unidad Popular, la coalición que reunía a la izquierda chilena en un arco multicolor.

Con un programa que ofrecía reforma agraria, medio litro de leche diaria para los niños y la nacionalizació n del cobre, principal riqueza de Chile, en manos de empresas norteamericanas, la victoria de Allende en las urnas, la primera de un marxista en Occidente en plena guerra fría, sorprendió a Estados Unidos e insufló esperanzas en muchos países, incluidos los opositores de Franco en España. Un irritado presidente Richard Nixon ordenó en la Casa Blanca intensificar las acciones desestabilizadoras.

Pero en Chile se vivían tiempos de efervescencia. Las movilizaciones sociales iban en ascenso y con Allende en La Moneda, el Gobierno ganó apoyo en las urnas en lugar de perderlo. El cerrojo norteamericano se apretó con el embargo de las exportaciones de cobre, en réplica a una nacionalizació n en la que Chile resolvió no indemnizar a las empresas expropiadas por haber obtenido ganancias excesivas, mientras la oposición de centro y derecha se reunió en una coalición contra Allende, y la izquierda más radicalizada comenzó a desbordar al Gobierno acusándolo de reformista. La lucha política se exacerbó.

El Gobierno socialista concitó una amplia adhesión de artistas e intelectuales. En los tres años de Allende, Chile vivió un destape cultural como nunca antes y Víctor Jara fue uno de los protagonistas. Hijo de inquilinos campesinos, conoció de la explotación y miseria en su infancia y juventud. Aprendió música por la intuición de su madre. Cuando ella falleció, viajó a Santiago a estudiar teatro. Como director teatral recibió premios de la crítica y la prensa por sus montajes e hizo giras por dos continentes.

Mientras estudiaba dramaturgia, comenzó a tocar y componer con el grupo Cuncumén. Después trabajó con la pléyade del folclor chileno: Quilapayún, Inti Illimani, Ángel e Isabel Parra, Patricio Manns, Rolando Alarcón. Violeta Parra, la autora del universal Gracias a la vida, fue una de las que descubrió tempranamente el talento de Jara como compositor e intérprete.

Militante comunista, Jara defendió a la Unidad Popular con su guitarra, hizo canciones de protesta, pero sus obras mayores, aquellas más sencillas e imperecederas, son las que brotan desde la tierra y de la pobreza de las barriadas periféricas de Santiago, las fuentes de su saber. Víctor creía que "la mejor escuela para el canto es la vida", recuerda su viuda, Joan Turner, en Un canto trunco, las memorias de Jara. Nombrado embajador cultural por Allende, prefería compadrear en una peña popular a los cócteles de diplomáticos.

Durante el paro de octubre de 1972, con el que la oposición quiso poner de rodillas al Gobierno, junto con decenas de miles de personas, Jara salió a realizar trabajos voluntarios para impedir que la economía se detuviera. En la vorágine escribió Manifiesto, su testamento musical: "Yo no canto por cantar / ni por tener buena voz, / canto porque la guitarra / tiene sentido y razón".

Con la inflación desbocada, desabastecimiento y mercado negro, el transporte paralizado y con el mayor partido opositor, la Democracia Cristiana, cerrando las puertas al diálogo para encontrar una salida, a Allende casi no le quedan opciones, y muchos creen que un golpe militar es inminente. Resuelve que el martes 11 septiembre llamará a un plebiscito que decidirá si sigue o no en el poder. Enterados, los militares adelantan el golpe militar para ese martes.

El escenario que había escogido Allende para pronunciar este discurso que podría haber cambiado la historia es la sede de la UTE. Nunca llegó. Enterado de la sublevación militar, Allende acude con sus colaboradores más cercanos a La Moneda, a defender la democracia. Dispuestos a todo, los militares bombardean el palacio y Allende, que sólo saldrá sin vida de ese lugar, pide a los trabajadores que permanezcan en sus puestos, pero que no se dejen provocar, y anticipa en su lúcido discurso final que otras generaciones superarán ese momento.

En asambleas por facultad, la comunidad de la UTE resolvió permanecer en la sede universitaria, como pidió Allende. Entre ellos, Víctor Jara, que trabajaba en extensión en la universidad e iba a cantar en el acto de Allende. Habla dos veces por teléfono con Joan y cree que volverá a casa al día siguiente. Esa noche anima a los estudiantes en su último recital, mientras en todo Santiago suenan las balas de los militares.

Al día siguiente, los militares instalan un cañón frente a la universidad y disparan a la rectoría mientras un centenar de soldados vacía sus cargadores. No hay resistencia: estaban desarmados. Rompen puertas y cerrojos y toman prisioneros a los 600 que permanecían ahí.

El infierno está a un par de kilómetros, en el Estadio Chile, rebautizado en democracia como Estadio Víctor Jara. Ahí el cantautor queda tendido en el suelo. A un estudiante peruano que confunden con cubano le cortan una oreja con un cuchillo. A un profesor de ciencias sociales que llevaba pruebas recién corregidas de sus alumnos le piden las dos mejores notas, las entrega y lo obligan a que se coma las hojas. Los amenazan con barrerlos con "las sierras de Hitler", ametralladoras de gran calibre cuyas balas cortan los cuerpos. Un obrero grita: "¡Viva Allende!", y se arroja desde las graderías, muriendo desangrado. En el recinto caben apretadas 2.000 personas, pero hacinan a más de 5.000 prisioneros.

El Príncipe tiene visitas de oficiales y quiere exhibir a Jara. Un oficial de la Fuerza Aérea que está con un cigarrillo le pregunta a Jara si fuma. Con la cabeza, niega. "Ahora vas a fumar", advierte, y le arroja el cigarrillo. "¡Tómalo!", grita. Jara se estira tembloroso para recogerlo. "¡A ver si ahora vas a tocar la guitarra, comunista de mierda!", grita el oficial y pisotea las manos de Jara, relata Navia.

"Cuando llegaron más prisioneros y los soldados fueron a recibirlos, Víctor se quedó sin custodia. Entre varios lo arrastramos adonde estábamos y comenzamos a limpiar sus heridas. Llevaba casi dos días sin comida ni agua", dice Navia. Un detenido consigue que un soldado le regale un tesoro: un huevo crudo. Se lo dan a Jara. Con un fósforo, el cantautor perfora el huevo en ambos extremos y lo sorbe. "Nos dijo que así aprendió en su tierra a comer los huevos", recuerda.

A Jara le vuelven las energías. "Mi corazón late como campana", dice. Y habla, de Joan y sus hijas. Dos detenidos logran salir libres gracias a contactos. Varios escriben mensajes breves para que avisen a sus parientes de que están vivos. Víctor pide lápiz y papel. Navia le pasa una libreta pequeña de apuntes, que hoy conserva la Fundación Jara como pieza de museo. Escribe con dificultad sus últimos versos: "Canto que mal que sales / Cuando tengo que cantar espanto / Espanto como el que vivo / Espanto como el que muero".

Repentinamente, dos soldados lo toman y arrastran, y Jara alcanza a arrojar la libreta. Navia se queda con ella. Comienza una golpiza más brutal que las anteriores, a culatazos. Otros prisioneros lo verán con vida horas después. Un conscripto, José Paredes, confiesa 36 años después que jugaron a la ruleta rusa con Jara antes de acribillarlo en los subterráneos. Es el único procesado vivo en el caso. El otro, el jefe del recinto, el coronel Mario Manríquez, falleció. La primera autopsia, en 1973, revela 44 disparos. La nueva, en 2009, confirma que Jara murió por múltiples impactos. Pero Paredes se retracta de su confesión.

Al anochecer del sábado 15 de septiembre trasladan a los prisioneros del Estadio Chile al mayor recinto del país, el Estadio Nacional. "Al salir al foyer para irnos, vemos un espectáculo dantesco. Hay entre 30 y 40 cadáveres apilados, y dos de ellos están más cercanos. Todos están acribillados y tienen un aspecto fantasmagórico, cubiertos de polvo blanco, porque cerca estaban apilados unos sacos de cal para hacer reparaciones, que cubre sus rostros y seca la sangre. Reconozco a Víctor en primer lugar, y después al abogado y director de Prisiones Littré Quiroga", relata Navia.

A Jara le han quitado el chaquetón que otro prisionero le había pasado porque tenía frío. Esa noche, los soldados arrojan seis de estos cadáveres, Jara entre ellos, junto al Cementerio Metropolitano, en el acceso sur de Santiago. Una vecina reconoce al cantautor y avisa para que lo recojan. Cuando el cuerpo llega a la morgue, un trabajador de este servicio, que era comunista, también reconoce a Jara y avisa a su esposa Joan para que lo sepulte antes de que lo sepulten en una fosa común.

El cuerpo del cantautor está junto al de cientos de víctimas en un mesón de la morgue, al final de una fila de jóvenes. Sólo tres personas acompañan a Joan en el funeral semiclandestino que se celebró en el Cementerio General de Santiago, donde fue inhumado en un humilde nicho. Jara está en su cenit creativo, poco antes de cumplir 41 años, y quienes tronchan su vida no saben que lo están haciendo más universal, a él, pero también a ellos mismos. [fontanamoncada]

Tan cerca, tan lejos

Por Teresa Sáez | © Rebelión

Año 1908. En Nueva York murieron abrasadas129 mujeres por pedir el mismo salario que los hombres, descanso dominical, derecho a la lactancia y reducción de la jornada laboral. Muchas de ellas inmigrantes entre los 17 y 24 años.

Año 2009, Tres hoteles de la cadena Hyatt Hotels Corporation de Boston, despiden a casi 100 trabajadores de la limpieza, que cobraban 15 dólares por hora y tenían seguro médico, en su mayoría mujeres negras e inmigrantes, que llevaban 20 años en la empresa. A través de una empresa de trabajo temporal, Hyatt ha contratado a nuevas limpiadoras a 8 dólares la hora y sin seguro médico. A las despedidas se les encargó enseñar gratis a quienes iban a reemplazarlas, que les fueron presentadas como sustitutas para vacaciones.

1909. Nueva York fue de nuevo testigo de las protestas de 15.000 mujeres trabajadoras, bajo el lema "Pan y Rosas", en el que el pan simbolizaba la seguridad económica y las rosas la calidad de vida.

2009. Las trabajadoras de Boston han denunciado el despido a un sindicato, que ha organizado una formidable campaña de boicoteo a la empresa, a la que exige readmitir a los despedidos. A la campaña se han sumado desde la Asociación de Taxistas de Boston a organizaciones profesionales que están dejando de utilizar estos hoteles, respaldados por el propio gobernador de Massachusetts y el Ayuntamiento de Boston. Y también dicen, que la crisis económica se aproveche para un replanteamiento de la calidad de vida de todas las personas: Ni salarios obscenos como los de ejecutiv@s (mujeres, haberlas haylas, aunque sean muy pocas), Ni esclavitud laboral como la que pretende esta empresa y muchas otras, en Boston y en todo el mundo.

Ya ven que hemos avanzado (no nos encierran y morimos quemadas) pero… ¡No tanto!. Hay quienes siguen pensando que pueden aprovecharse de las circunstancias de necesidad de las personas y que hay trabajos como el de la limpieza que no tienen ningún valor y se pueden pagar miserablemente y sin seguridad social.

A finales de 2009, hay que seguir estando al quite por la Justicia y la igualdad. [lilibrik]

Inventando los amigos por la mediocridad del medio

En memoria de un grandísimo creador

Por José Tobías Beato | © mediaIsla

Hace unas décadas un individuo próximo a los cincuenta años fue ingresado en un hospital de Lisboa. Su estado era grave. El sujeto en cuestión había ingerido durante años su bebida favorita, aguardiente. Los médicos le diagnosticaron un "cólico hepático". Pasada la crisis pidió sus gafas y clamó por sus personalidades literarias. Antes de su ingreso forzoso en el centro de salud había escrito en inglés, su lengua habitual, pese a ser portugués: "I know not what tomorrow will bring (no sé lo que traerá el mañana)...... .."

Hoy sabemos lo que efectivamente le trajo: al otro día murió y con la muerte vino la inmortalidad de su nombre y de su obra, pues aquel hombre era, a juicio del crítico norteamericano Harold Bloom y de muchos otros, el poeta más representativo del siglo XX, junto al chileno Pablo Neruda. De modo que en aquel cuerpo casi despreciable, habitaba todo un espíritu que era como una inmensísima cúspide: Fernando Pessoa, que se ganaba la vida como traductor y era poeta por vocación.

El mexicano Octavio Paz conoció sus poemas y quedó como hechizado, hasta el punto de traducir buena parte de su obra. Tabucchi ha dedicado algunas páginas memorables a su poesía y biografía. Yo conocí a Pessoa por Tabucchi. Y como éste es uno de los autores que René Rodríguez Soriano utiliza para la construcción de su novela El mal del tiempo, que me propongo sucintamente analizar en otras entregas, quisiera valerme de Pessoa un poco para introducirme en ella.

El Mal del Tiempo gira en torno a los años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer, el continuador o discontinuador de la obra de Trujillo, según se mire, pero que es algo más que eso: la novela es casi una agenda de desarrollo personal, tomado esto como un reto contra la obra del célebre doctor. Y digo esto porque como consecuencia de aquellos gobiernos, el pueblo dominicano ha quedado prácticamente dividido entre una masa enorme de corruptos y una minoría frustrada, sin que se vislumbre hasta la fecha una tercera alternativa. A no ser la corrección que René hace a Engels de su conocida tesis sobre la división entre materialistas e idealistas, considerada como la fundamental en la Gnoseología, para colocar una tercera bifurcación: la de los "comemierdas. "

Ahora bien; como El Mal del Tiempo es una obra premiada en un concurso literario, cuyo jurado tenía una composición heterogénea, tal vez éste vio en ella el punto que acabo de mencionar, lo de posible agenda, como un punto unificador al tiempo que de esperanza para las nuevas generaciones que permitiera desandar eventualmente el camino transitado hasta ahora, para internarse en un futuro alternativo y distinto. Lo admito: lo dicho es una consideración muy personal, pero posible; un grito casi. Esto, al margen de la reconocida calidad de la novela y de su construcción destacadamente original, basada a mi juicio en epígrafes. Pero esos asuntos trataré de dilucidarlos en un par de artículos futuros que dedicaré a la obra de René Rodríguez y a su creación artística en general.

Volviendo a Pessoa. Pienso que lo mejor que hacemos de momento es presentar sucintamente al poeta a quienes no le conocen, y a los que sí, recordarles algunos puntos de su biografía, de su obra y circunstancias que nos pueden dar claridad sobre el tema a tratar en los artículos proyectados sobre el narrador, poeta y ensayista René Rodríguez Soriano, quien a pesar de que ya tiene obra madura, continúa cada día ascendiendo hacia la elevadísima cima de la perfección y creatividad literaria con tesón poco común.

Amén de que el 30 de noviembre fue un aniversario más de la muerte de Pessoa, quien respecto a ésta decía que "Si después de morir quisieran escribir mi biografía no hay nada más sencillo. Tiene sólo dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos". Y esto lo escribía no como Pessoa, sino como Alberto Caerio, que no era seudónimo, sino heterónimo, escritor con vida propia, fenómeno en el que forzosamente habremos de detenernos un poco, pues buena parte de la creatividad de todo artista viene dada por su capacidad de crear especies de heterónimos o cuando menos de desdoblarse, y quisiera yo humildemente medir la que posee René en aspecto tan fundamental.

Pero pongamos un poco de orden, trazando a grandes rasgos la biografía de Pessoa. Nació a mediados del año 1888, murió el 30 de noviembre de 1935, en la plenitud del poder de Antonio Salazar. Su padre murió cuando Fernando era apenas un niño. Su madre volvió a casarse, pero el padrastro tenía otros niños, lo que hizo que el sensible Pessoa frecuentemente se aislara en viaje de profunda "introspecció n".

La familia se mudó a Sudáfrica, donde los niños recibieron una educación británica. Fernando Pessoa entró en contacto con Shakespeare, Milton, Keats, Byron, entre otros y tradujo a Edgar Allan Poe. Fue influenciado por Schopenhauer y Frederick Nietzsche. En 1905 regresó para vivir solo en Portugal. Más exactamente, con su abuela y dos tías. La familia volvió a integrarse más tarde, con el regreso de sus padres a Portugal. Recibió herencia de su abuela, con la que fundó una tipografía y, cosa típica en un intelectual, pronto se encontró en la ruina.

Para sobrevivir traducía correspondencia comercial dos días a la semana; el resto del tiempo lo dedicaba a la literatura, y simultáneamente suponemos que a libar. Escribió primariamente en inglés; aunque pronto comenzó a interesarse por la obra de autores portugueses. En 1912 se inició como crítico: "La nueva poesía portuguesa sociológicamente considerada" . Terminará expresando que "mi Patria es la lengua portuguesa", sin dejar de perder universalidad, pues meses antes de morir escribiría en sus notas autobiográficas: "Todo por la humanidad, nada contra la nación", donde invitaba a todos a luchar contra los tres asesinos: "la ignorancia, el fanatismo y la tiranía".

Hombre complejo, lleno de contradicciones, se hizo cristiano gnóstico, opuesto con fiereza a toda iglesia organizada, especialmente de la católica. Estudió la Kabblah judía, se vinculó a la masonería y fue hasta ferviente creyente del signo inscrito en los astros. Por eso en una ocasión en que la poetisa brasileña Cecilia Meireles visitó Portugal para dar unas conferencias, quiso conocer a Pessoa a quien admiraba sinceramente. Concertó una cita, a la que el poeta nunca asistió. Tras dos horas de espera, Meireles volvió al hotel donde se alojaba. Al llegar le entregaron el libro de Pessoa "Mensagem"(conjunto de poemas sobre los grandes personajes de la historia de Portugal), con una brevísima nota en la que el poeta explicaba que "su horóscopo" le indicaba que no lograrían reunirse. Jamás pudieron volver a verse, sobre todo por la pronta muerte de Pessoa.

Rápidamente la dictadura de Salazar atacó las logias y toda sociedad iniciática como la Sociedad de Teosofía, los Rosacruces y otras. Pessoa contraatacó en la prensa y escribió el poema esotérico "En el túmulo de Christian Rosenkrentz" . Debemos recordar que el propio Tabucchi es autor de una interesantísima novela Sostiene Pereyra, sobre los inicios de la dictadura de Antonio Oliveira Salazar, quien a juicio del dictador español Francisco Franco fue "el hombre de Estado más completo", con un único defecto: el de la modestia. Y en verdad Salazar fue uno de los políticos más astutos, modelo en más de un sentido de Balaguer y con toda seguridad inspirador de las tesis de su rival, el teórico Peña Batlle. Concitó la admiración de una parte de la familia Trujillo. Por algo fue Portugal el primer refugio de Héctor B. Trujillo, el hermano menor del "Jefe", cuando a la muerte de éste, fueron expulsados de la República Dominicana todos los Trujillo.

Salazar inició su dictadura de más de tres décadas cuando la vida de Pessoa llegaba a su término; pero el poeta llegó a repudiarlo, sobre todo porque el prestigio de Salazar ya era manifiesto desde antes de llegar al poder absoluto. Ya en el período 1928-29 las miradas de todos los portugueses se dirigieron hacia él, al inaugurar un plan de austeridad que consiguió balancear las cuentas públicas del Estado. Y cimentado en tal prestigio, inició una dictadura típica de la derecha católica, cuyos puntales fueron los siguientes: partido único que supuestamente agrupaba a todos aquellos que deseaban servir a la patria. Con una élite intelectual en la que destacaban prestigiosos académicos creó una constitución con la que a partir de 1933 inició el "Estado Novo". Su ideología: el catolicismo, defendido con fanatismo e intransigencia. El Concordato de 1940 oficializó las relaciones entre el Estado y la Iglesia. Control riguroso de la prensa y de los sindicatos. Felicitado internacionalmente por recibir a los judíos tras la persecución nazi, acosó a los funcionarios que los visaron, algunos de los cuales murieron no solamente desprestigiados, sino en la miseria.

Aliado de Francisco Franco en la guerra civil española, envió el batallón de "Los Viriatos" para secundarlo. Su colonialismo y represión de los negros en Angola, Guinea y Mozambique llevó al régimen salazarsiano al aislamiento internacional. Claramente pueden verse las semejanzas entre el régimen creado por Salazar y el de Trujillo, si excluimos naturalmente, como bien dijo Franco, la modestia.

Pues a diferencia de lo que acontecía en el "Estado Novo", bajo el dictador dominicano, todo era creado por él, ser infatigable y portentoso casi similar a Dios, "Padre de la Patria Nueva". Por eso el período histórico aludido los `prestigiosos' académicos que lo secundaron lo llamaron "Era de Trujillo". Y el final de ambos dictadores fue diametralmente opuesto: al portugués, afectado por un derrame cerebral, los que le rodeaban le hacían creer que aún mandaba. El dominicano, como fiera peligrosa, fue batido a tiro limpio bajo una noche tropical.

Así, aunque Pessoa cantara al amor ("Todas la cartas de amor son ridículas/no serían cartas de amor si no fuesen /ridículas... ..Mas, al final, todas las criaturas que nunca escribieron una carta de amor/ son ridículas.... .), el poeta que había en él se vio aislado, viviendo en un ambiente donde la intolerancia de los que estaban a favor de la dictadura, como de los que se le oponían, era norma y hábito.

De ahí la creación de los heterónimos, de los que hablaremos en una próxima entrega. Por eso afirmó que "con una falta de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?" Palabras que también pueden suscribirse hoy plenamente, dada la mediocridad de la que vivimos rodeados, como pantano fétido, cuyas olas al menor movimiento amenazan con tragarnos implacables. Aunque ahora no se trata simplemente de intolerancia, sino de indolencia movida por preocupaciones materiales; más aún, del lujo tratado como si fuese cosa esencial, sin la que no puede vivirse. [José Tobías Beato, dominicano. Autor de La mariposa azul, 2002]

Las pinturas orgánicas de Fernando Ureña Rib

Por JOSÉ SALDAÑA | © Areito

Orgánica, la muestra que exhibe Fernando Ureña Rib en la Galería Nacional de Bellas Artes hasta el 7 de enero, es un conjunto de obras donde la poesía, la música y la naturaleza aparecen concatenadas, fundidas. El conjunto recrea todo un escenario de centelleante colorido y de honda expresión plástica.

A Ureña Rib se le conoce como "un pintor figurativo". Ahora él se define como un pintor orgánico. Concientemente se alejó de las tendencias que marca la moda, mirando con desdén los afanes de las vanguardias y transvanguardias por traer a la luz algo que fuera realmente nuevo. Fiel a la elección de ese derrotero, y durante muchos años, la figura de la mujer continuó siendo el eje central de su inspiración. Hoy, en las pinturas orgánicas algo que no identificamos, gira y danza en torno a un universo impregnado de gran belleza y lirismo.

Ahora él recrea para nuestro deleite visual e intelectual la naturaleza y su plenitud orgánica. Porque además de pintor y excelente narrador, Fernando Ureña Rib no puede negar que es un estudioso de la piel y de la anatomía humana. Pero ahora se revela estudioso de la biología marina, de la fauna, de la vida. En esta muestra, Ureña Rib retoma uno de sus temas favoritos, Orgánica, y lo propone como una nueva teogonía. Pero no simplemente, porque Ureña Rib nos trae ahora su visión de la filosófica de la vida misma.

Aunque las obras reflejan ese mundo, la connotación pictórica, sin embargo, es independiente, válida en sí misma y puede ser juzgada con absoluta independencia de los temas vegetales o marinos que la inspiran. Porque Orgánica transmite aquellos principios que caracterizan el tránsito de una semilla, su germinación, su floración desde las profundidades de la tierra. El brote, el empuje de abajo hacia arriba, la culminación. Todo nos hace pensar y sentir en ese calor inicial que perfora la tierra hacia la luz. Por supuesto, esto nos hace recordar su exposición de Crisálidas en la cual la germinación era aquella de la mariposa desde el gusano hasta que alcanza la sublime coloración y el vuelo.

Esta exposición es de algún modo femenina. Las formas maternales son frecuentes. Y en ese orden recordamos otra gran exposición del artista, Ninfas, presentada en el Museo de Arte Moderno en 1996. Y es que estas figuraciones son al mismo tiempo un estudio de la anatomía y de los cuerpos en movimiento de la danza. En este caso, la danza es siempre circular, es decir, infinita. Una danza perpetua de singular gracia expresiva vincula la maestría de su ejecución a la riqueza de su imaginería mítica.

Como todo un gran creador, Ureña Rib siempre propone nuevos mitos, nuevas leyendas. Recordamos su exposición Oceánica, presentada en la Casa del Cordón. La disposición estructurada de los formas, de los cuerpos marinos, es enriquecida por el manejo sabio del claroscuro, en el cual la luz va dictando el curso del movimiento con trazos ágiles y rastros de color.

El observador tiene la sensación de vencer visualmente la estática propia del cuadro, porque estos movimientos estimulan su fantasía. Los cuerpos se agitan, flotan y vibran en ese universo de sueños y de encantamiento. Así Ureña Rib crea otra realidad, que es una firme declaración a favor de la viva realidad, de la presencia actual del mito y de los sueños. Los elementos figurativos funcionan como mecanismos de relación entre espacio y forma.

Como entes visuales autónomos

Estas fusiones contribuyen a subrayar el anonimato de los personajes y se centran en las relaciones corpóreas. Así, el movimiento en sí y el tránsito del color en los cuerpos es lo que interesa al artista y es lo que él propone como finalidad de su obra.


En Ureña Rib la renovación es constante. No hay rompimientos, más bien el seguimiento ordenado y el desarrollo de sus propios cursos de acción. Durante muchos años he seguido de cerca a este pintor y he podido darme cuenta del rigor, de la disciplina y de las exigencias que él mismo se impone en el oficio de pintar y en cada proyecto artístico o literario que emprende. Su labor creativa es apasionada, y su investigación intensa. Sólo de esa manera ha podido lograr él una obra de gran solidez y calidad plástica.

Otro aspecto que merece especial mención, tanto en la serie Órfica, como en las pinturas Orgánicas, es el de la sensualidad. La obra de Ureña Rib se caracteriza por un sutil erotismo que a veces se desborda en sus formas más abstractas u orgánicas. Esa sensualidad nos retrotrae, desde el mundo de los griegos, a la esfera tropical y caribeña, porque refleja mucho de lo que somos como cultura, como pueblo, en el que la sensualidad es parte de la vida cotidiana y permea todas las cosas, incluyendo los terrenos áridos de la economía y la política. La sensualidad es lo que cubre el alma de estas cuerpos orgánicos, vivos, danzantes, alados, plenos de magia y misticismo. [lilibrik]

El Apocalipsis según Murakami

El autor construye en El fin del Mundo y un despiadado País de las Maravillas una novela a partir de dos relatos -uno de carácter fantástico y contemporáneo y otro de carácter fabuloso y arcaico- paralelos y destinados a encontrase en el "infinito"

Por JESÚS FERRERO | © Babelia

El puente entre la novela japonesa y la occidental lo trazó casi enteramente Mishima, que llevó a cabo en Japón una modificación parecida a la realizada en China por Lu Xun. Mishima adensó las historias al argumentarlas más y al evitar la morosidad, las divagaciones y las bifurcaciones propias de la narrativa tradicional japonesa, presentes en Kawabata y latentes en Oé, y si bien lamentaba la pérdida de raíces de Japón, él nunca se privó de escribir y vivir como un occidental.

Comparado con todos estos autores, Murakami representa una nueva encrucijada que por un lado lo acerca a Mishima, al asumir claras influencias de escritores occidentales como Kafka, Huxley, Chandler y Carver, y al apoyar sus argumentos tan sólidamente como ellos, y que por otro lado lo acerca a Kawabata en su intento de volver a convertir la novela en un amplio jardín de senderos que se bifurcan y que sólo se encuentran al final, en tiempos y espacios de aire apocalíptico y a veces tremendamente desoladores. Obviamente su narrativa no sería la misma sin esa sordina romántica y dolorosamente melancólica que le prestó Fitzgerald, tampoco sería la misma sin los mundos absurdos y sofocantes que van envolviendo la vida de sus personajes y que no dejan de ser un tributo a Kafka, y tampoco sería la misma sin la moral provisional que le prestó Chandler y la precisión en el uso de los adjetivos fundamentales que proviene de sus traducciones al japonés de los cuentos de Carver. Pero no es menos evidente que Murakami vuelve a introducir cierto gusto por la morosidad y la divagación, a ratos tremendamente cómica, que no está en Mishima pero que sí se percibe, y en grado sumo, en buena parte de la obra de Kawabata.

Nacido en Kioto en 1949, Haruki Murakami se crió en la ciudad portuaria de Kobe, que sufría una impregnación de Occidente muy superior a las ciudades del interior, y donde empezó a leer narrativa europea y americana y a fundamentar las raíces de su estilo, tan mestizo como sorprendente. Y que no se engañe el lector: la escritura de Murakami no es tan transparente como creen algunos críticos que llegan a su obra, como yo, a través de traducciones malas o buenas. Los guiños literarios son en él muy frecuentes y tiene una forma de adjetivar que quiere ser a la vez lírica y exacta, siguiendo en eso los pasos de Fitzgerald a veces, y otras veces los de Carver.

Utilizando técnicas ya empleadas en otras novelas, en El fin del Mundo y un despiadado País de las Maravillas Murakami va construyendo una novela a partir de dos narraciones paralelas y destinadas a encontrase en el "infinito". Uno de los relatos es de carácter fantástico y más o menos contemporáneo, y se desarrolla en Tokio y en sus pliegues mágicos, y el otro de carácter fabuloso y más o menos arcaico, y se desarrolla en una ciudad imaginaria en cuyas inmediaciones viven muchedumbres de unicornios. Lo fantástico y lo fabuloso no son lo mismo en Murakami, ya que lo fabuloso dobla la sensación de fantástico al introducir personajes propios de las fábulas, las leyendas y los mitos.

La lectura, al principio bastante morosa y llena de meandros, se agiliza considerablemente una vez pasado el ecuador de la novela, donde se hacen comprensibles muchos momentos que quedaron sin iluminar y donde el lector se siente arrastrado hacia dimensiones cada vez más abismales. La novela está muy bien argumentada, a pesar de su recorrido zigzagueante, y los personajes no tienen nombre y se les define por sus funciones: el joven informático, la bibliotecaria, el guardián, el sabio viejo y chiflado. El único problema de este proceder es que, al deslizar la narración hacia la fábula y los protagonistas muy definidos, los personajes tienden a parecer algo estereotipados, pero se trata de un problema endémico en las novelas que conquistan el mercado, y hasta en las que no lo conquistan, y a ningún lector le va a impedir reconocer que se halla ante una narración soberbia en la que Murakami consigue superarse a sí mismo y ser más poeta que nunca. [fontanamoncada

Redes sociales y literatura: importante vitrina mediática

Por Elizabeth Quezada | © mediaIsla

Los escritores tendemos a ser introvertidos, de poca vida social, y vivimos en la generalidad soñando despiertos con los personajes que estamos creando. Se nos olvida socializar y vender nuestro producto que son nuestros libros y nosotros mismos como creadores. Las herramientas del Internet son catalogadas, a veces, como simple tecnología en las que se tiende a perder el tiempo más que a ganar información certera y conocimiento buscado en uno u otro caso.

En este artículo no me referiré ni a las múltiples ventajas que ofrecen los servicios en red, que nos colocan con un solo clic en cualquier rincón del mundo, convirtiendo a este, en un traspatio de fácil acceso; ni me avocaré a los usos inapropiados que suelen brindarse como solaz y a veces se convierten en dolores de cabeza, cuando se trata de llegar a la meta que nos hace sentarnos frente al ordenador. Hoy elogiaré las redes sociales, en este caso, Facebook, ya que nos pone de manifiesto personajes tan importantes y que no logramos conocer por medios tradicionales como René Rodríguez Soriano, (viejo-conocido de mediaIsla y Sensibilidades); José Luis Muñoz (lo descubrí gracias a Letras Libres); y a Virgilio López Azuán, a quien conozco gracias a las redes sociales hace muy poco tiempo y quien me mueve a escribir estas líneas.

Me encanta que intelectuales de la talla de estos magníficos escritores se relacionen con aquellos que estamos forjando un camino en el mundo literario. Bajan de su posición de catedráticos, fecundos paraninfos de interminables alas y se codean con nosotros los que vamos tras las huellas pintadas por grandes como para saber el misterio del milagro de la creación y la aceptación.

Para mí siempre fue un ejemplo René Rodríguez Soriano, dominicano de pura cepa; quien, aunque joven aún, tiene una larga trayectoria y es una hormiga trabajando en el campo de lo cultural y de la literatura en sentido general, desde la ciudad de Miami, viajando a donde se le convoque... Su más reciente obra, El mal del tiempo, con la cual ha recorrido varias ciudades de Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana.

En el ámbito internacional me gustaría poner como ejemplo de amigos escritores que hacen lo mismo y son grandes como José Luís Muñoz, español adorable, (ganador de diversos premios importantes) . Su más reciente novela El corazón de Yacaré ha comenzado a generar importantes expectativas en el mercado editorial.

Y es tan importante tener estos modelos porque el ser humano siempre se avocará a la creación, si no existiesen, hasta de ídolos de barro, como en la antigüedad bíblica… No tenemos a un César Vallejo que nos escriba unas palabras de aliento, ni a un rebelde como García Lorca que nos ponga la mano en la espalda en señal de solidaridad. Muchísimo menos a un Walt Whitman o a una genial Virginia Wolf para hablarles y hacerles miles de preguntas. ¡Vamos a disfrutar los vivos, carajo!

Tenemos a un icono importante dentro de nuestra realidad dominicana: Virgilio López Azuán. Acabo de descubrirlo y es todo un personaje de mi patria dominicana. Y me ha pasado con otros que recién leo (pienso en Adrián Javier) con la diferencia y es lo que destaco, que este, Virgilio, amén de su encumbrada posición en las letras dominicanas se da sus paseos por los senderos nuevos que nosotros podemos brindar y eso… me da tanto orgullo y me honra porque me ayuda a ser mejor. Su última publicación es Cuentos en la mano, en homenaje al profesor Juan Bosch en el centenario de su natalicio. [Elizabeth Quezada]

El Estado y la universalizació n del capitalismo

Por Nieves y Miro Fuenzalida | © mediaIsla

En los últimos 30 anos hemos visto al capital extender su dominio a sectores que por algún tiempo, durante los gobiernos de bienestar, se ubicaban fuera de su esfera. Hoy día, después de colonizar la educación, los servicios de salud y las pensiones, ha empezado la captura de las fuerzas armadas que tradicionalmente habían sido monopolio del Estado.

Blackwater, la mas secreta y poderosa compañía militar que surge en 1996 como una facilidad privada de entrenamiento militar, hoy se ha transformado en una de las fuerzas mercenarias más poderosas del mundo. Tiene 20 000 soldados listos para su movilización, una base militar privada que es la más grande del mundo y una flota de 20 aviones y helicópteros capaz de cambiar regimenes políticos a través del mundo. Opera con contratos estatales billonarios, se ubica mas allá de la ley y las regulaciones militares y sus ejecutivos son recibidos en Washington DC como héroes en la guerra en contra del terrorismo. La privatización de la Guerra de acuerdo a la lógica del capital.

Lo que la globalización tiene en común con algunas historias del capitalismo es el privilegiar un cierto determinismo tecnológico. Ahora son las tecnologías informáticas las que representan las condiciones necesarias y la causa de los procesos de globalización. Según esta narrativa la privatización masiva de las actividades humanas es el resultado de la globalización que, gracias a las leyes naturales del progreso tecnológico, representa el impulso que libera la economía de las trabas estatales. Lo que no logra explicar, sin embargo, es el poder residual del Estado que, a pesar de todos los pronósticos, persiste como una de las características más notables del actual orden mundial. Si el capitalismo transnacional es más efectivo que el viejo militarismo imperial en penetrar cada lugar del globo es porque ahora lo hace con el apoyo del capital local y el Estado que son los que establecen, en ultima instancia, las condiciones de estabilidad económica y disciplina laboral. El Estado nacional sobrevive y la riqueza regional y local sobreviven, solo que ahora esta existencia queda sujeta a los imperativos de la acumulación, la mercantilizació n y el aumento de la ganancia.

Los historiadores y sociólogos ahora tienen una mayor sensibilidad hacia los efectos de la sociedad mercantil, una mayor comprensión de la ruptura histórica masiva que trajo el advenimiento del capitalismo y de sus efectos inherentemente destructivos que desde el mismo comienzo necesito de la intervención estatal para preservar el tejido social. Es cierto que el Estado, comparado con sistemas económicos previos, en donde era el beneficiario primario de la plusvalía, ha logrado una cierta independencia y autonomía de la esfera económica y de la sociedad civil. Pero esto no significa que el Estado no tenga conexiones con el capital. Como la reciente crisis financiera lo muestra el capital necesita más que nunca de los mecanismos de control estatal para evitar la auto destrucción de la "sociedad de mercado". Decir hoy día que el capitalismo tiene un alcance global no es lo mismo que decir que el capital este globalizado, que la nación y el Estado tienen hoy un papel menos relevante o que estén en declinación.

La universalizació n del capitalismo, la imposición de sus imperativos en todos los aspectos de la vida social, en estos momentos no tiene límite. Ellen Meiksin Word dice que los que intentan negar la subordinación de lo social a lo económico ignoran la eficacia de los determinantes económico políticos. Todas las esferas humanas dependen necesariamente de las condiciones materiales en las que están insertas para su existencia.

Hasta el momento no hay un argumento convincente que muestre condiciones de existencia diferentes de las materiales y que posean el mismo grado de universalidad. La forma en que accedemos a los medios materiales de subsistencia y auto reproducción representa la línea de fondo que determina nuestro lugar en la sociedad. Podemos hablar de otras esferas e instituciones que se separan de la economía como la familia, la iglesia, la sociedad civil o el Estado que poseen su propia logica interna que podría indicar que la economía no tiene una posición privilegiada y que el capitalismo no es un sistema totalizante. La verdad es que estas esferas están realmente separadas de la economía. Pero separación no es sinónimo de autonomía. Todas ellas son susceptibles a la logica económica del capitalismo. La economía capitalista ha venido mostrando que su logica es prácticamente inmune a la influencia de las otras esferas y no a la inversa porque todas ellas se han hecho susceptibles a la logica de la mercantilizació n, la maximización de las ganancias y la acumulación de capital de una forma sin precedente en la historia humana. Gran parte de la actividad social se ha transferido del ambito político a la jerarquía económica y mientras más actividades se transfieren más necesita el capital del Estado obligándolo a seguir su propia logica económica, lo que hace difícil trazar una línea estructural entre un centro económico y una periferia política. La extensión de la esfera económica ha llegado a tal punto que sacrifica la democracia política en beneficio de la democracia del dinero. Tanto dinero tengo, tanta democracia puedo comprar .

Globalización, el fin de las regulaciones estatales y el estado de bienestar en beneficio de la movilidad del capital y la competencia en el mercado mundial, es producto de decisiones humanas y no el resultado de leyes naturales o históricas. Es una respuesta a cambios estructurales, una respuesta a la universalizació n del capitalismo para que los actores económicos puedan operar de acuerdo a la logica del capital, en la misma forma en que el viejo imperialismo desarrollaba regulaciones en interés del capital en el mundo no capitalista. Esto indica, en el fondo, que hay alternativas en la forma en que se puede responder a las mismas condiciones estructurales. Significa que la acción política no debe reducirse solo a intervenir en la economía política, sino que también debe proteger ciertos sectores de la vida material del dominio de la logica del capital. Como dice el historiador marxista Eric Hobsbawm el objetivo de una economía no es el beneficio económico, sino el bienestar de toda la población. El crecimiento económico no es un fin, sino un medio para lograr sociedades justas. No importa como llamemos a los regímenes que buscan esa finalidad. Importa únicamente cómo y con qué prioridades combinamos las potencialidades del sector público y del sector privado en nuestras economías mixtas. Esa es la prioridad política más importante del siglo XXI.

En estos momentos estamos viviendo los efectos reales del capitalismo como un sistema total, sin rivales efectivos y sin rutas de escape concretas. El capitalismo reina solo con sus propias contradicciones. Son muy pocos los recursos, fuera de sus mecanismos internos, para corregir o compensar sus efectos destructivos. En su etapa imperialista las rivalidades y contradicciones se desarrollaban en un terreno no capitalista, en formas extra económicas a través de guerras coloniales y luchas territoriales. Ahora hasta estos mecanismos correctivos han sido reemplazados por mecanismos capitalistas de dominación económica e imperialismo financiero. Esta no es una nueva fase del capitalismo. Esta es la universalizació n del capitalismo. Su reino supremo solo puede terminar si las fuerzas de oposición aprovechan su creciente vulnerabilidad y contradicciones internas. Como la actual crisis indica estas fuerzas perdieron nuevamente su oportunidad. [Nieves y Miro Fuenzalida, profesores de filosofía, Ottawa, ON]

Artistas en época de crisis

Por Josep Esteve Rico Sogorb | © mediaIsla

Ya estoy aquí de nuevo. Confieso que esto de la crisis o recesión con tocaduras de fondo o salidas de pozo y túnel me ha dejado anímica y mentalmente tocado, tanto, que incluso la 'musa' de la inspiración periodístico- literaria se alejó de mi causándome 'sequía' creativa. Hay autores que cuando las cosas les van mal -sobre todo económicamente- pierden el interés de escribir y publicar. Muchos de estos personajes de las Letras caen en la apatía, en la abulia y en la tristeza; se hunden en el desánimo y en el pesimismo. Y creo, por desgracia, que soy uno de ellos, que pertenezco a esta clase de creadores a los que la crisis ha golpeado duramente haciendo mella en las necesidades más vitales, llámese comer, ahorrar, pagar impuestos o abonar las temidas sufridas hipotecas.

Retornar a la escritura y a la publicación en estos tiempos requiere un sumo esfuerzo titánico y sacar energías de flaqueza, máxime cuando se cierran tantas puertas o incluso más de las que en épocas de bonanza económico-laboral- financiera se cerraban cuando alguien buscaba ayuda -mecenas, subvenciones, donaciones o créditos- para publicar su obra. Cuando casi como Van Gogh o los bohemios poetas malditos y rebeldes se roza la miseria viviendo entre carencias vitales y apreturas o escasez, es muy difícil crear, especialmente para principiantes noveles, amateurs y aquellos que no somos autores 'best sellers' famosos aunque tengamos una vasta y variada obra publicada.

Ante los retortijones de tripas por hambre contenida en la carestía y frente a los embargos de bienes o a la angustia de no poder pagar deudas y recibos o facturas de servicios vitales como la luz o el agua; resulta muy difícil que la inspiración brote espontánea y con belleza. Por ejemplo, La Historia de la Literatura y el Arte Universales se halla plagada de casos de cruda pobreza de autores -novelistas, poetas sobre todo, periodistas- que vivieron en épocas de graves crisis económicas y sufrieron hambre, frío, necesidad, incomprensión, rechazo y desvaloración sociales, etcétera.

Lo lamentable es que tales autores, que además de vivir y morir pobres fueron incluso proscritos, prohibidos y perseguidos; ahora son moneda de cambio de intereses creados haciendo millonarios unas veces a sus descendientes por mor de los derechos de autor heredados y otras ocasiones a marchantes, tratantes, agentes intermediarios como coleccionistas, editoriales, casas de subastas y hasta mismísimos gobiernos. Todos ellos, aprovechándose y sacando tajada. Y el verdadero personaje importante, el creador o artista, ninguneado y manipulado o utilizado sin su consentimiento.

Lo ideal sería que ningún creador pasara necesidades acuciantes, independientemente del alcance de su obra o de la magnitud de su proyección o fama social, categorías aparte. Si universalizando o globalizando, ningún terrestre debe pasar hambre y los poderes públicos han de garantizar la supervivencia cubriendo las mínimas necesidades vitales, tratándose de artistas creadores con mayor motivo. El arte es la más sublime de las manifestaciones del género humano y como tal ha de ser especialmente bien tratada y considerada por quienes gobiernan el planeta. Evidentemente no me refiero a esos artistas -cantantes y actores, principalmente- archimillonarios con fortunas 'galácticas' y cachés colosales, esos que evaden impuestos en paraísos fiscales y viven endiosados malgastando y derrochando. No, a esos no me refiero. Hablo, por ejemplo, del simple y sencillo vecino del quinto que además de trabajar en una fábrica o en un comercio, escribe poemas y publica libros con su esfuerzo creativo y económico sin ayuda, endeudándose con préstamos bancarios para pagar la edición de su obra y que solo logra -a veces, no llega y pierde dinero- recuperar lo invertido.

A esos, los hijos del agobio y del dolor. A los parias de la tierra, a los desdichados hijos del infortunio y de la mala suerte. A los descamisados empobrecidos embargados por la opulenta y devorada banca. A ellos, esos son los míos. Y entre ellos, se hallan verdaderos artistas creadores en potencia, auténticos genios y fenómenos de las artes a los que las oportunidades les resultan esquivas sin tener la suerte de otros que logran el éxito al participar en programas mediáticos de cadenas televisivas de difícil y restringido o minoritario selectivo acceso. Esos son los míos y por ellos rompo una lanza a su favor. Artistas, creadores y creativos; arruinados o 'currantes' en precariedad que no comemos de esto, -y hemos de trabajar en otras profesiones incluso más duras y mal pagadas para subsistir- pero que aportamos nuestro granito de arena, nuestra 'estrofa' a la Cultura, a la Sociedad. Porque los hay como yo, pobres y necesitados, sin suerte, pero con un alma creativa tan enorme capaz de superar la más cruenta de las crisis.

Va por vosotros... y por mí también. Suerte y ánimo. No nos dejemos caer en el desánimo, sigamos luchando y cada día aportemos una estrofa. Como Walt Whitman. [Josep Esteve Rico Sogorb]

La poesía y el hombre, un ensayo eterno y (2)

Por Héctor Berenguer | © mediaIsla

El hombre atareado y enajenado en la maquina civilizadora pierde sus vínculos con la tierra para recuperarlos en la forma del dominio y la manipulación ejercida sobre ella. Un río por ejemplo, no es un don sagrado sino la materia prima para extraer de ella la energía hidráulica. Cuando el hombre habita poéticamente la tierra participa de sus milagros, de su cotidiana donación; mientras que el llamado hombre pragmático, es quien se ha sustraído y separado de ella, para habitar en una realidad cada vez mas abstracta engendrada por la máquina civilizadora. Ese hombre pragmático que se atribuye la condición de realista, ha perdido ya hace tiempo "la noción de lo sagrado". Ejerce su señorío creyendo que es el quien lo gobierna. En su lugar instaura un YO SOY y un YO CONTROLO, vacío e insustancial, testimonio del poder bajo el cual ha caído y que gracias a la ignorancia que lo preserva se hace en él su incondicional súbdito.

Es hora de arrancar a la vida de la camisa de fuerza del determinismo social imperante, de activar en el artista otra mirada más cercana a las fuentes de la vida y no sus incontables fragmentaciones, esa libertad del artista ente su obra debería vincularlo con la noción nietzscheana hoy olvidada de: "Quiero ser el poeta de mi propia vida". Para Nietzsche la "naturaleza" está vinculada estrechamente al hombre y juega el juego del mundo al estilo heraclitiano, la naturaleza forma figuras y las rompe, es un incesante proceso creador en el que triunfa lo vital, pleno de su intrínseco poderío y no lo adaptado. Sobrevivir no significa ningún triunfo que no sea la duración sin riesgo al estilo de los perdurables ostracodermas refugiados perpetuamente en sus caparazones. Vivir es "otra cosa", es generosidad, es derroche en expansión y esta visión es también una estética de lo político, que le proporciona al arte y al artista un proceso curativo y regenerador. Si el arte y la naturaleza no concuerdan entre sí "tanto peor para la naturaleza y para el hombre que también es naturaleza" Y se nutren mutuamente. El arte es jubileo y esta muy claro que la vida engendra diversidad de formas y múltiples constantes. Esta riqueza exime de mayores consideraciones. Los términos a los que deseo llegar son compatibles con incorporar las imágenes poéticas como "material numinoso" para una visión de la vida mas amplia, mas afín al sentido del hombre. Este acontecimiento al que se lo define, como cambio de perspectiva de las cosas, es una "cuestión de ascenso vital". Comprender en poesía, es "fluidificar el ámbito del entendimiento y la imaginación". Esto es fundamental, y es la única posibilidad de reiterar la vigencia de las vivencias humanas y de su albedrío sobre la inexorable caducidad del tiempo, un intento amoroso de conservar los infinitos rostros de lo viviente. La poesía puede ayudar a vivir no a través de sutiles y extrañísimos merodeos sino en la humilde acción cotidiana, aportando esas ricas imágenes que mas tardes serán: "objetos concretos dentro del imaginario colectivo" o soluciones a zonas paradojales a las que no tienen acceso otras áreas del conocimiento. Sin el entendimiento de lo paradojal "dentro del mundo" no tiene sentido la vida toda. Es necesario como lo pensó el surrealismo en su momento, reconquistar en el hombre "el derecho a la imaginación". Podemos crear para distanciarnos de toda apropiación, solo nos quedará la extrañeza de la ruptura. Crear para dejar atrás la obra de la que nos distanciamos, recreándonos en otra, es a la vez, nuestra enfermedad y nuestra salud. Una forma a la que aspira la poesía es transmutación en la alquimia de la palabra. Ya que los sucesos nos rondan en constantes permutaciones, como los astros, como los sueños, la realidad esta hecha de esos materiales cambiantes e indefinibles.

Es necesario restaurar al hombre dentro del marco de su propia naturaleza alienada del mundo por su propia "mismidad" y con su incomprensión de las circunstancias inéditas que vivimos. Así lo agradecerá "el todo del cual somos parte" cuando con nuestra entrega estemos contribuyendo a "estabilizar la vacilante oscuridad de la creación", que en mucho depende de nosotros "los más evanescentes" . No debemos extinguirnos dentro de nosotros mismos, dentro de la esclavitud del "ego" que tanto nos sofoca. Rozamos el tiempo de la desesperación y el absurdo, circunstancias que llevan consigo la consumación del nihilismo que es la mayor amenaza contra todas las formas de civilización. Pedimos a lo imprevisible que frustre a lo esperado y con Heráclito de Éfeso aquél sabio auroral decimos: "Si no se espera lo inesperado no se lo hallará, dado lo inhallable y difícil de acceder que es".

Hay que proseguir el ensayo. / No importa que debamos improvisar, /que no haya director / y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.

También la flor es un ensayo, / la palabra un ensayo, / el silencio un ensayo, /el amor un ensayo/ los dioses fueron un ensayo.

Aunque el anfiteatro esté vacío/ y nos desnuden las ausencias, /como a la flor la desnuda / el hecho elemental de que todo no sea flor, /que el aire no sea flor, / que la luz no sea flor, /que el tiempo, el pensamiento no sean flor.

Aunque la voz del hombre / esté llena de hueco, / hay que proseguir el ensayo. Es el único modo/ de que al menos los otros ensayos /quizá se estrenen algún día. Y entonces tal vez ellos nos arrastren.

Con este poema de Roberto Juarroz 1925-1995, poeta argentino de quien muchos poco conocen, quiero ir cerrando este intento de alumbramiento que también señala como la grieta de un muro por la que se entreve, un jardín distante. Un jardín cerrado y abierto.

Para mí, el autoconocimiento ético y moral sigue siendo la experiencia clave, de un artista. Una experiencia de hombres que tienen que hacer solos e irremplazables ese deseo fuerte y perenne de descontento con el sufrimiento por la insuficiencia del propio yo y sus limites.

En el arte, el hombre se apropia de la realidad de su experiencia subjetiva, y por el deslumbramiento artístico surgen imágenes nuevas y únicas. A veces se presentan como una revelación, como un deseo apasionado que refulge repentinamente, un deseo de acogida intuitiva de todas las leyes del mundo, de su belleza y de su fealdad, de su humanidad y su crueldad, de su ser ilimitado y de sus límites. Todo esto, el artista lo reproduce en la creación de una imagen que de forma independiente recoge en auxilio de toda su comunidad. Con ayuda de esta imagen se fija la vivencia y se expresa en medio de muchas dificultades. Se podría decir que el arte es símbolo de este mundo.

El arte no se conforma con la individualidad sino que esta sirve a otra idea más general y elevada. El artista es un vasallo que tiene que pagar los diezmos por el don que le ha sido concedido casi como un milagro, pero el hombre moderno no quiere sacrificarse a pesar de que la verdadera individualidad sólo se alcanza por el sacrificio. Nos estamos olvidando de ello y con ello nos estamos olvidando de nuestra determinación con los demás hombres.

Si hablamos de inclinarse hacia la belleza, de que la meta del arte surgido por ansia de lo ideal es precisamente ese ideal, no quiero decir con esto que el arte debe evitar el polvo de lo terreno… todo lo contrario: la imagen artística es siempre un símbolo que sustituye una cosa por otra, la mayor por la menor .Para poder informar de lo vivo, el artista presenta lo muerto, para poder hablar de lo infinito, el artista presenta lo finito. Un sustitutivo. Lo infinito no es materializable, tan sólo se puede crear una ilusión, una imagen.

Lo terrible está encerrado en lo bello, lo mismo que lo bello en lo terrible. La vida está involucrada en esta contradicción, grandiosa hasta llegar al absurdo, una contradicción que en el arte aparece como unidad armoniosa y dramática a la vez. La imagen posibilita percibir esa unidad, en la que todo halla contiguo al resto, se puede hablar de la idea de una imagen, expresar su esencia con palabras. Es posible verbalizar, formular un pensamiento, pero ninguna descripción nunca le hará justicia. Una imagen se puede crear y sentir, aceptar o rechazar, pero no se puede comprender en un sentido racional. Por último el arte proporciona esa posibilidad y hace que sea perceptible con disposición de servir y sin ningún compromiso externo, sólo por libertad. De este modo cada generación de artistas se siente consagrada a rehacer el mundo. La mía seguramente ya no lo rehará. Pero su tarea es quizá más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida donde se mezclan las revoluciones abatidas, las técnicas descabelladas, los dioses muertos y las ideologías agotadas, donde los mediocres poderes pueden hoy destruirlo todo, pero ya no saben convencer a nadie, donde la inteligencia se ha rebajado hasta convertirse en sirvienta del odio.

La libertad es y será peligrosa pero es el don mas apreciado por un artista honesto, renunciar a esa luz, es perder la propia claridad que aunque sea modestísima, nos separa del agotado mundo de las silenciosas repeticiones. La vida, prueba al modo de las mareas una y otra vez. No se detiene jamás, vulnerables y obstinados somos quienes entendemos esa fragilidad de la forma mas expuesta e intentamos edificar naderías en el movimiento de la historia. [Héctor Berenguer, Rosario, Argentina, poeta y animador cultural, autor de varios libros de poesía]

Carta a un joven poeta

A Rafael Esquivel in memoriam

Por Adriano Corrales | © mediaIsla

Querido Rafa donde quiera que estés habrá de llegarte el murmullo de las palabras tardías carcomidas por el cansancio y la angustia de saber que son inútiles como toda palabra que no se dijo a tiempo porque he de admitir que te dejamos solo muy solo aunque tal vez nos merecíamos esta ausencia pues no supimos encontrarte cuando nos buscaste o también te faltaron palabras que esperamos de algún modo entonces todo fue un vago rumor diálogo de sordos humareda de pitada instantánea pero la mecha no era lo importante vos lo sabías ni lo que nos dividía al contrario muchas veces nos unió sino lo otro lo que iba detrás como la parte oscura de la luna lo que nunca expresaste pero todos comprendimos y callamos eso que ahora cargamos colina arriba como tus restos la cuerda que bamboleante quedó atada al árbol la ceniza de tu fuego extinguido la botella vacía aquello que no se nombra en familia ni en el círculo más íntimo de los amigos o de las chicas tampoco en la conversa de cantina ni se publica en revista alguna siquiera se sugiere cuando dejamos de saludarnos esto que nos carcome y que no podremos jamás externar porque igual nos lo llevaremos a la tumba. Adriano Corrales [Adriano Corrales, poeta costarricense]

Entre los nuevos, nuevo libro de Di Pietro

Por Carlos X. Ardavín | © Ventana

Bajo el título Entre los nuevos, el escritor italiano Giovanni Di Pietro presenta otro de sus ensayos que se fundamenta en una crítica literaria constructiva. A continuación un fragmento del prólogo: A lo largo de los últimos años, Giovanni Di Pietro ha venido reuniendo de manera sistemática sus escritos dispersos sobre literatura dominicana.

Una buena porción de los mismos ha visto la luz primera en las páginas volanderas de los periódicos; unos pocos han adornado las páginas de las exiguas revistas literarias que aún perviven en Literatura. Este ensayo es de la autoría de Giovanni Di Pietro.

Cada dos años, aproximadamente, nuestro amigo ha incurrido en la sana costumbre de editar un nuevo volumen crítico que a su condición de estimulante miscelánea añade la intención de esclarecer el abigarrado panorama de la literatura dominicana contemporánea.

De esta forma, sin hacer mucha bulla, gradual y pacientemente, Di Pietro ha elaborado una obra ya amplia y meritoria que le garantiza un destacado lugar en los anales de la crítica literaria dominicana y, de paso, le ha hecho blanco predilecto de diversas polémicas y numerosas agitaciones en el reducido espacio de las letras patrias.

Como es hombre de rectilínea trayectoria intelectual y ética, Di Pietro dice su verdad a los cuatro vientos, pero de manera elegante, sin caer nunca en la injuria personal, armado del versátil escudo de su pensamiento, fruto de reflexiones sosegadas, de luengas y atentas lecturas. Los autores objeto de su incisiva pluma tienden a olvidar este dato, no por menor insustancial, y aunque Di Pietro ha reiterado incontables veces que en sus cavilaciones no entran consideraciones de índole personal y que sus lecturas son un producto estrictamente literario, éstas suelen ser recibidas como invectivas o afrentas al honor de los escritores y las obras reseñadas.

El caso de Ligia Minaya, descrito por el propio Di Pietro, ilustra este aserto. Este asunto en el fondo revela la todavía baja estima en la que se tiene a la crítica literaria en la República Dominicana.

A veces, uno tiene la impresión que poco o nada verdaderamente substancial se ha modificado desde los tiempos del insigne Pedro Henríquez Ureña, y que la adulación y el compadreo constituyen los índices genuinos de la actividad crítica en Santo Domingo. Di Pietro ha sido a preclara excepción a la regla, y, afortunadamente, hoy en día ya no es la única.

El método crítico de Di Pietro combina, en equilibrada proporción, la sencillez, la claridad, expositiva y el rigor argumentativo.

Puertas y ventanas

Días azules de otoño

El trópico no nos permite el lujo gris arrepentido de las tierras continentales. http://delsolconsan luis.blogspot. com/

IV Festival de la calle Hostos 09

Somos jóvenes pero cantamos boleros. Sábado 5 en la Placita, al lado de Casa de Teatro, ante la negativa de Interior y Policía. Janio Lora | Marel Alenany | Pavel Núnez | Vicente García. Dirección musical: Jan Francisco Ordoñez. www.festivaldelacal lehostos. blogspot. com

La lección de canto de Katherine Mansfield

Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: La lección de canto, por el autor estadounidense Katherine Mansfield [1888-1923]. Pulse sobre el título para leer el cuento en Ciudad Seva.

Revista La Urraka N°24

http://www.revistal aurraka.blogspot .com/

Arte-Único

¿ El Lenguaje Corporal nace o se hace? / Carmen González. De Salud y Otras Cosas : DICIEMBRE, mis metas / Cesar Mella. A tu llegada / Marcial Báez. Prorroga Concurso de Cuentos Sembrando Esperanza. http://arte- unico.blogspot. com/

Palma real de Jorge Boccanera

Librería Ross invita a la presentación del libro Palma real de Jorge Boccanera. Libro galardonado con el VIII Premio Casa América. Viernes 11 de Diciembre de 2009, 20:30 h. Café del Centro Cultural Ross. Peatonal Córdoba 1345.

Exposición artística en Queens, NY

El colectivo `Poetas en Nueva York' y `Local Project', tienen el gusto de invitarlos a la exposición de los artistas colombianos María José Cabo y José Israel Osorio, titulada `It's a Matter of Perspective' . Esta exposición es un compendio seleccionado del trabajo de Cabo y Osorio en los recientes años. Sábado 5, a las 6 PM. Local Project. 45-10 Davis St , Long Island City , New York 11101 . www.localproject. org

Literatura puertorriqueñ a negra del siglo XIX

El Archivo Nacional de Teatro y Cine y el Editorial LEA del Ateneo Puertorriqueñ o invitan al coloquio sobre el nuevo libro Literatura puertorriqueñ a negra del siglo xix escrita por negros. 16 de diciembre de 2009 a las 8:00 pm, en el Teatro del Ateneo. Para mayor información y adquisición del libro -que estará disponible en el coloquio- puede comunicarse con el Archivo Nacional de Teatro y Cine del Ateneo, al 787-977-2307.

Bendita Erato en Cierre 2009

Último recital del año cierre 2009 Bendita Erato Domingo 6 de diciembre. 19 hs. Multiespacio El Juvenil. Av. Corrientes 4534. Ciudad autónoma de Buenos Aires. poetas invitados: Jorge Luis Estrella | María Amelia Díaz | Sebastián Barrasa | Laura Yasam | Marcelo di Marco.

Fiesta de la poesía

Fiesta de la Poesía, el 12 de diciembre a las 17 Horas Moreno 350 Ciudad de Buenos Aires, en el Museo Etnográfico de Filo. Presentación de: Grupo perfomatico Tu-Pak | Diarios de Los Poetas 3+1 Nro 43 | Intonso Nro 46 | Revista Lilita Nro 13 dir Riben Sacchi | La Avispa de Mar del Plata dirección Marcela Predieri | Entrega de la llave de la Editorial 3+1 | La Militante Magali Millan presidenta de la FEDACH | La Escritora Lilyan Lopez de Stoppani | Los Libros de Poesias: 3 Poemas 1 Poeta | 1 Poeta 7 poemas | 4 Manos | O Misiones de Theodosio Andrés Barrios | Actuacion de la Folklorista Chilena Pilar Romero.

Entrevista con Rojo

Les invito a leer la entrevista que hice a Ramón Rojo a propósito del 40 aniversario del Sonido La Changa: http://www.biblialo gos.blogspot. com/ Espero sea de su interés. Ariel Ruiz

Imágenes del mundo

mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.