sábado, 2 mayo, 2009 12:30 PM
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Besame poco Niños, calles y el peligro Agua que no has de correr La incubadora de Al Qaeda Gripe hipócrita Millas y la aparente falta de sentido del relato Antologías El alma de América Latina La memoria de los espejos Cultura política dominicana, 2009 Puertas y ventanas: Poesía y delito Xiomara Fortuna maratónica 3+1 ¿Y si? de Dino Buzzati Con voz propia 29 Isla 59 Entrevista Claves del cine contemporáneo Fiart 2009 Jornadas de Microficción en la Feria del Libro Revista Abril Nuevos cursos de español en el Miami Dade Imágenes del mundo.
Bésame poco
Por Sandra Russo Pandemia, pandemia, pandemia. Uno no puede dejar de escuchar un morbo mediático en la reiteración de la palabra que describe la globalización por otras vías. Hay un estallido generalizado de símbolos. Se derrumba un sistema político y económico que tenía al individuo como eje, y ataca al mundo en forma de pandemia un virus mutante que supo de vuelos y estiércol y que presenta la forma de una simple gripe. Pero el primer efecto de la pandemia es eliminar las simples gripes. Ya no las hay. Cualquier calentura es señal de alarma. Las personas son interceptadas en los aeropuertos en busca de información sobre su organismo. Y desde México, donde se juegan partidos de fútbol "a puertas cerradas", también llega la noticia de las telenovelas sin besos. Nuestro mundo se está modificando.
No es que uno crea en las enfermedades de diseño, sobre las que ha visto unas cuantas películas norteamericanas. Ni que participe de posiciones conspirativas que imaginan a diez personas decidiendo en secreto algo que cambiará incluso (y sobre todo, como es costumbre, que eso no cambia) nuestras vidas periféricas. Pero justo en el momento en que la economía real hace revisar el ideario neoliberal que condujo al desastre, un ideario posneoliberal asoma en el único otro punto más sensible que la economía: la salud.
El posneoliberalismo está pronto a adquirir nuevas formas, porque va de suyo que embriona, y se diría que no se llamará así, que es muy pomposo. Podría llamarse, por ejemplo, Política de Manos Limpias, no porque deje atrás su intrínseca corrupción, sino porque hará eje en la desinfección obsesiva del espacio público, que de todos modos dejará de usarse, ya que cualquiera puede tener fiebre, y es más: cualquiera puede estar incubando fiebre. ¿Cuánto apostamos a que las señoras caceroleras serán las primeras en enchufarles barbijos a sus mucamas, que llegan desde el suburbio? No puede uno imaginarse, si la pandemia sigue siendo pronunciada con tanto énfasis y excitación, lo peligrosos que serán todos y cada uno de los pasajeros del transporte público. Es que es el aire que media entre uno y otro ser el que contiene la peste. Es que ya no es conveniente aproximarnos.
Escucho a un sanitarista hablar de "planes de contingencia" . Claro, la maldita contingencia. Es aquí cuando debería intervenir el Chapulín Colorado, pero bueh, es mexicano. La contingencia es algo de lo que siempre escapamos, algo que preferimos creer que no existe, un fantasma. La civilización que se globalizó y llevó sus hilachas virtuales a los lugares más lejanos es una civilización cimentada en la idea de que todo puede preverse y planificarse.
Pero paradójicamente, esa civilización que vende imágenes de gente segura y tranquila se asienta en un sistema de explotación de un planeta que da probadas muestras de cansancio.
En las telenovelas mexicanas los amantes ya no se besan, y es posible presumir que si la pandemia pasa del grado 5 al 6, como se indica una y otra vez en los noticieros, los bunkers antiaéreos de este nuevo desastre serán unipersonales. Cada criatura aislada en su propio cuerpo. Cada uno cuidándose de las cosas terribles que pueden salir del cuerpo del otro.
Justo cuando un modelo político y económico basado en el más encarnizado individualismo se fractura y deja ver sus intestinos, el sistema sanitario mundial se pone en alerta por la peste que nos vuelve a todos Michael Jackson, todos un poco chiflados sospechando de la tos del vecino. No es que uno crea en las enfermedades de diseño, pero qué justo. [ibyqueen]
Tonucci: Las calles son peligrosas porque no hay más niños
El educador italiano, Francesco Tonucci, habló sobre la lectura y los chicos con el escritor Mempo Giardinelli.
© Revista Ñ – Clarín
"La lectura es un contagio positivo, de inoculación, un virus" dijo el escritor Mempo Giardinelli quien junto al educador italiano Francesco Tonucci abrió el ciclo Ñ Dialogos el domingo de la Feria del Libro."Una buena escuela empieza escuchando lo que sabe el niño. Si pienso que el niño es competente, que tiene 6 años de experiencia y de conocimiento, debo escucharlo", dijo Tonucci quien se define como alguien que "dedicó su vida a entender lo que quieren los niños". Ambos coincidieron en la importancia de la lectura en las aulas y en la casa. "La lectura en voz alta es amorosa", dijo Giardinelli a un público que asintió con la cabeza. Y habló de la aceptación de la lectura por niños que ven a sus padres leer. "Mi hija es lectora porque nos ha visto a su madre y a mí leer.
Ella negocia cuál va a ha ser su hora de televisión permitida". No fue en la única oportunidad en la que se mencionó a la televisión, Tonucci planteó que los dialectos que convivieron durante siglos en el territorio italiano fueron "aplastados por la televisión" y que ella "alfabetizó y unificó el idioma". Esto, dijo, "refuerza la existencia de un 30% de jóvenes que son analfabetos funcionales, aprendieron a leer y escribir pero no utilizan nunca estas herramientas" .
Durante la charla se aconsejó no oponer la televisión a los libros sino encontrar un espacio de lectura como deseo. Giardinelli preguntó cómo hacer eso "en un país donde el 30% no come". Según Tonucci, "la prioridad es dar de comer, pero no es lo único. Pero plantear que uno va primero y otro después es un engaño. Comida y enseñanza van juntos".Tonucci explicó el proyecto "Ciudad de los niños" donde los chicos proponen políticas. "Ahora pensamos que las calles son peligrosas y no dejamos bajar a jugar a los niños, pero son peligrosas porque no hay niños. La seguridad no la da la policía, ni las cámaras sino el que haya gente en las calles, niños jugando". [giecoleon]
De vez en cuando
Agua que no has de correr
Éste es el tiempo con olor a fugas y acechanzas.. . Fayad Jamis
Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla
Este jueves de dispersos aguaceros y heroicas remembranzas, que ya no son más que remembranzas, me deja un capote de confusión y angustia. No sé qué hacer con mis anhelos y temores. Yo, que vengo de una generación de creencias y descreencias, siento que floto en ascuas de un limbo sin cojines que puede desbandarse en cualquier punto. Realmente, no sé qué hacer ante toda esta parafernalia dicharachera y soez que vela y ensombrece las mañanas, las tardes y la semana entera.
En la casa y en la escuela, pusieron tanto empeño en que siguiera el ejemplo de seres que, sin doblegar ni un ápice su temple y espíritu, lo dieron todo por una idea. Muchos de ellos subieron a las montañas, se inmolaron en ellas. Yo, en cambio, bajé de ellas con los sueños henchidos de sus llamas (las de ellos). Me di de tortazos con los muros y portones, buscando en la oquedad de los discursos la brasa ardiente que decían guardar sus herederos.
Realengo en los salones y pasillos, deambulé como un paria sin mango, sin timón, no atiné a conciliar. Sigo creyendo aún en esos tontos valores que se desgajaron en lomas y callejones; en esos héroes de naftalina y alcanfor que dejaron una madre o una novia triste en cualquier rincón de la tarde de un pueblo olvidado; en esos lábaros mustios que erosionó la llovizna allende las cordilleras, y las manos que alzaron, aferradas al almíbar de los sueños de este hoy que, aunque quisiera, no ha logrado ser su mañana (el de ellos, el de nosotros).
No puedo creer, aunque quisiera, en los quilates de estos héroes de ahora que, a diferencia de aquellos nostálgicos duendecillos, tienen el don de la ubicuidad y, sin subirse a las montañas, desde un escenario, acortan distancias y dan la dimensión exacta de su precio justo. (¿A quién diablos le importa qué parte de su precio se gasten estos acartonados ídolos en drogas, autos y cosmética?).
Vuelvo a repetirme y a golpearme las sienes y a echarme en cara mi torpeza. Preferiría, mil veces, hablar del soso canto de las ballenas jorobadas del Banco de la Plata. O de la alegría de los grillos del amanecer de Paso Bajito. Es más, a veces siento ganas de mandar al carajo el mando a distancia del televisor y volver a la sierra, desenterrar los venerados huesos (de ellos) y estrujárselos en la poses a dos o tres tunantes cuyos nombres no quisiera ni recordar. Pero recapacito, ¿es mi defecto?
He llegado a creer que, desde el fondo, a fuer de la mutación, emergerá la fuerza (tal vez nacida de las entretelas de la lluvia misma, que habrá de barrer con toda esta inmundicia que se pasea oronda y en mangas de camisa por los parques de la desvergüenza. Por eso hoy, este jueves de abril, un poco gris, un poco húmedo, pienso que vale la pena comparar mitologías. Porque, aunque la justicia, la salud, el poder y el orden, estén fuera de orden; y la flora, la fauna, la educación y las "buenas costumbres" estén en peligro de extinción, la verdadera patria vibra y flamea más allá del panteón nacional y, sobre todo, el día más claro hay luz. [rrs]
Un viaje imprescindible a la incubadora de Al Qaeda
El periodista y analista paquistaní Ahmed Rashid dibuja un sugerente tablero donde está en juego el futuro de la seguridad mundial. El autor de Descenso al caos analiza el nuevo orden internacional que trata de abrirse camino y concluye que la clave del éxito está en Pakistán
Por FRANCISCO G. BASTERRA © Babelia
Conviene desempolvar los atlas y prestar una renovada atención a la geografía, poniendo la lupa en Asia Central, en las tierras sin salida al mar situadas entre las ingentes masas continentales de China y Rusia. En la jerga político-militar de Washington se habla de AfPak (Afganistán y Pakistán). Ahmed Rashid, el periodista y analista paquistaní que mejor ha informado sobre esta área, la llama "la región".
La integran: Afganistán, un Estado fallido sin aparente importancia, pero productor del 93% de la heroína mundial, un auténtico narcoestado que vuelve a estar amenazado por el talibán; Pakistán, el quinto país del mundo por población (175 millones de habitantes), musulmán también, y en posesión del arma nuclear. Pero también incluye los antiguos stáns soviéticos, hoy cinco naciones independientes: Uzbekistán, Kirziguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Kazajistán. Un gran espacio estratégico con fronteras con Rusia, China, Irán e India.
Es en este sugerente tablero donde está en juego el futuro de la seguridad mundial y donde puede fraguar un nuevo conflicto planetario. Ésta es la tesis que defiende Ahmed Rashid en su nuevo libro, Descenso al caos. EE UU y el fracaso de la construcción nacional en Pakistán, Afganistán y Asia Central. Una obra indispensable para entender el mundo hoy y lo que nos puede pasar si no atendemos a esta conflictiva región.
También en cierta medida ésta es la opinión del presidente de Estados Unidos Barack Obama, que va a implicar más a su país, bastante reacio tras el fiasco de Irak, en una escalada militar, pero no sólo bélica, en Afganistán, pero dentro de una estrategia más amplia y regional. Estados Unidos va a librar la segunda guerra de Afganistán.
La primera la dio y la ganó tras los ataques del 11-S de 2001, para perderla inmediatamente George Bush, al distraerse con Irak. Esta derrota, que permitió la huida de Osama Bin Laden desde las montañas de Tora Bora y la cinematográfica escapada a lomos de motocicleta del mulá tuerto Omar, con el establecimiento de Al Qaeda en las zonas fronterizas de Pakistán con Afganistán, con la connivencia de Pakistán, es desmenuzada hasta el mínimo detalle por Rashid en Descenso al caos. Afganistán y el borde paquistaní volverían a ser "la incubadora de Al Qaeda".
La OTAN puede deshacerse en esta región. El futuro de Europa, o incluso el del propio Estados Unidos, se juega en esta zona de Asia Central. Ésta es la opinión de Ahmed Rashid, que justifica la prioridad concedida a la región por la nueva Administració n norteamericana. Claro que desde Madrid, Berlín o París es difícil entender por qué debe importarnos lo que suceda en el remoto Hindu Kush. Descenso al caos pulsa la señal de alarma y pone de relieve la inmensa carga que Barack Obama se ha echado a la espalda. Históricamente, Afganistán fue la tumba de dos imperios anteriores: el británico y el soviético.
Obama no persigue la construcción nacional. Se conformaría con que Al Qaeda, su red de franquicias o los yihadistas, no se hicieran con un Estado fallido para seguir bombeando terrorismo contra Occidente. Resulta en consecuencia muy oportuna la publicación en España de Descenso al caos. Su lectura, aunque a veces agobiante para el lector que se ve aplastado por una avalancha de datos, puede ser sin embargo imprescindible para entender una de las cuestiones clave de este nuevo orden internacional que trata de abrirse camino.
Las recetas del autor para enfrentar el reto del yihadismo internacional anclado en AfPak son todo menos sencillas. Pero quién dijo que arreglar el mundo fuera fácil. Es prioritario ver Afganistán como parte de un todo. La solución debe implicar también a India, Irán y las cinco repúblicas ex soviéticas.
La salida exigirá negociar con algunos sectores talibanes. Estados Unidos debe abrir un diálogo directo con Irán, muy preocupado por la avalancha de opio que se cuela por su frontera afgana. Washington debe mitigar la sensación de Rusia y China de que Estados Unidos y la OTAN buscan establecer una presencia militar permanente en Asia Central. La clave del éxito, según Rashid, reside en Pakistán. "El Ejército paquistaní tiene que enterrar su noción de un Estado centralizado basado exclusivamente en la defensa contra India y en una doctrina estratégica militar islamista y expansionista practicada a expensas de la democracia".
Y habría que añadir, recomienda Descenso al caos, un paquete internacional de varios años de ayuda al desarrollo para la integración económica regional con programas de educación y creación de empleo en la zona fronteriza entre Afganistán, Pakistán y Asia Central. Nada menos que montar un apasionante rompecabezas internacional. - [fontanamoncada]
Gripe hipócrita
Por Alexandro Saco © Rebelión
La reacción ante la gripe porcina evidencia la hipocresía que existe en el país y en el mundo en relación a la salud. Si bien se trata de una epidemia que debe ser controlada buscando colaborar desde todos los ángulos, lo cierto es que por falta de acceso a lo más elemental de la salud, cientos de miles de personas mueren día a día en el planeta. Existe una tendencia al escándalo frente a la novedad que significa un virus mutado, pero un olvido constante frente a enfermedades como la malaria, la tuberculosis, el dengue u otras.
El asunto de la gripe también pone en debate su origen. Si bien éste puede remontarse a otras gripes que mutaron el virus y se convirtieron en epidemia, las condiciones en que son explotados hoy los cerdos y otros animales revelan la arrogancia del antropocentrismo y los peligros latentes. La industria de alimentos animal ha superado todo límite en relación a las adecuadas condiciones de producción. La mayoría de animales utilizados con fines comerciales son esclavizados y mutilados (1) para que su única función sea la de producir carne o derivados.
Analistas preocupados
Es risible la preocupación de los medios de comunicación o analistas económicos por el costo o la reducción en el PBI que puede significar una pandemia de gripe porcina. Risible porque más presupuesto en salud se requiere a gritos para enfrentar una serie de problemas sanitarios, e hipócrita porque desde hace mucho se sabe que la poca inversión en salud, impide lograr gente sana, y eso sí afecta el PBI directamente. La gente que no cuenta con protección en salud debe gastar de su bolsillo y en casos graves las familias se vuelven pobres porque deben vender sus bienes para curar o tratar de curar una dolencia. Es obvio que invertir en salud es ahorrar y a la larga tener menor PBI.
El momento, más que para generar primeras planas, debería servir para ubicar adecuadamente la relevancia de las políticas públicas en salud en el marco del desarrollo y de la integración. Por un lado, es evidente que sin sistemas de salud organizados y financiados, cualquier apuesta de desarrollo es pura ilusión; la salud pública bien gestionada es pre requisito del desarrollo social. Por otro lado, la presente gripe hace ver que la integración en salud regional y global es ahora, en un mundo interconectado, un imperativo político (2).
El espejismo del desarrollo
La gripe de hoy nos lleva nuevamente a pensar en la concepción de desarrollo y organización social que se viene apuntalando. En buena medida la salud de las personas o colectividades, viene siendo afectada por las condiciones que generan actividades productivas, que en su único afán de lucro, pasan por encima de culturas, naturaleza, leyes. La representació n social encarnada en el Estado, por lo menos en el Perú, ha casi claudicado en su obligación de equilibrar lo productivo y lo saludable; no por casualidad La Oroya es un icono global de la contaminación y del desparpajo empresarial.
La oportunidad es idónea para replantear la necesidad de contar con un sistema de salud que proteja a las personas, frente a una nueve gripe, pero también y sobre todo frente a los males cotidianos o arcaicos como la TBC, que en el Perú conviven con las alucinaciones empresariales que nos siguen vendiendo espejismos. Además es urgente replantear la relación humana con los animales, que terminan recibiendo el ángulo más perverso del actual sistema.
La salud es colectiva
La salud si bien es personal, esencialmente es un ámbito colectivo en el que se expresan claramente una serie
de aspectos. Cuando sucede como ahora una epidemia, nos damos cuenta de la enorme desprotección que como humanos, a pesar del avance científico, tenemos frente a un virus u otra situación. Es necesario asumir que la salud colectiva del mundo humanidad animalidad y vegetalidad incluidas, hace un buen tiempo está siendo lacerada sin que algún bálsamo se pose sobre ella.
Si algo positivo, más allá de todos los ingresos que deben estar teniendo Roche (3) y otras farmacéuticas, se puede atisbar luego de que la epidemia sea controlada, será la urgencia de colocar a la salud como centro de cualquier propuesta de desarrollo, y no seguir con un discurso aparente que no se traduce en decisión, ya que lo principal es el financiamiento para la salud. Como demuestran Amartya Sen y Bernardo Klinsberg, invertir en salud es pre condición del desarrollo social. ¿Es tan difícil entender algo tan evidente?
1 Es realmente arrogante la manera en que el humano procede para saciar su hambre, mutilando a millones de animales o sometiéndolos a condiciones denigrantes para obtener beneficios económicos.
2 Instancias como el ORAS - CONHU, para el caso de la región andina, hace mucho que vienen realizando un trabajo constante y productivo sobre el particular y mantienen sistemas de vigilancia epidemiológica; además se viene impulsado la creación de UNASUR Salud, en la que coincidirían los esfuerzos de la CAN y MERCOSUR en salud
3 Hablar de farmacéuticas es hablar de mafias. Ayer intente comprar en cinco cadenas de boticas amoxicilina. Pero en ninguna la vendían. Sólo vendían la de marca que cuestan en promedio diez veces más. [ibyqueen]
Millas: Me gusta balancearme en el relato, en su aparente falta de sentido
El escritor español, Juan José Millas, se presenta hoy en la Feria del Libro con su nuevo libro, Los objetos nos llaman.
Por Héctor Pavón © Revista Ñ
Los objetos nos llaman. Ese es el inquietante título del último libro de Juan José Millás, ese español capaz de reflejar en pocas líneas lo que puede llevar días vivir. Los objetos nos llaman (Seix Barral) reúne 75 relatos breves que hablan de hechos tan misteriosos como conmovedores; verdaderos y dudosos; simpáticos y trágicos.Millás llega hoy para presentar por la tarde su libro en la Feria Internacional del Libro, un ámbito que conoce bien, estuvo aquí el año pasado presentando El mundo, novela con la que ganó el Premio Planeta de Novela 2007.Esos relatos breves están divididos en dos grupos, uno titulado Los orígenes y el otro La vida.
Aunque la muerte aparece más de una vez no ha merecido un apartado especial: "La verdad es que no. La muerte es una premisa, es el paisaje en el que sucede todo lo demás", dice desde España.En sus textos hay pasajes conmovedores protagonizados por su madre, o por el personaje que escribe el libro -que es y no es el autor-: "A mi madre le gustaban las historias de hombres que cabían en la palma de la mano". O también: "Mi madre daba una importancia enorme al estado de la lengua" y: "Mi madre no era capaz de resolver un problema si no lo convertía previamente en un drama". También hay lugar para poner al escritor mismo como un personaje del absurdo: "Cuando Juanjo decidió viajar a Madrid por primera vez en su vida, se compró una guía de Buenos Aires porque las de Madrid se habían agotado en la estación de su ciudad".
Este es el diálogo que mantuvo con Clarín antes de emprender viaje a esta ciudad. —¿Cómo es el mundo de un escritor como usted? ¿Lo puede describir desde la soledad de su escritorio?—Madrugo mucho, escribo, leo y doy grandes paseos. Estoy atado a rutinas que me gustan porque me resultan creativas. Cuando las rompo sólo es para volver a ellas.—Algunas de sus historias surgen en medios de transporte. ¿Cuáles son los pro y contras de viajar en taxi, metro o autobús?—El taxi es un espacio muy raro, donde dos personas que no se conocen, y que quizá no vuelvan a verse, conviven durante un rato, uno de ellos dando la espalda al otro. Si se comunican, lo hacen a través de un intermediario: el espejo retrovisor. Es simultáneamente un ámbito para la confianza y para la desconfianza, para la confidencia y para el tópico. El autobús y el metro son lugares para el encuentro. Siempre coincides con alguien o sucede algo
.—¿Quiénes son aquellas personas capaces de vivir con una alta cuota de imaginación en su vida diaria?—No es que sean capaces de vivir con esa cuota, es que serían incapaces de vivir si ella.—¿Los mayores estamos inhibidos a percibir imágenes como las de un "maniquí que suda" que protagoniza uno de sus relatos?—Desde luego que no, pero ese tipo de percepciones son más propias de los adolescentes. El adolescente, como el niño, está en contacto con dimensiones invisibles. Esa capacidad se pierde al crecer a menos que la cultives con asiduidad.
La educación consiste en gran medida en arrancarte de esos mundos.—Escribe mucho acerca de los padres muertos, ¿la escritura nos acerca a ellos cuando no están? ¿Puede saldar cuentas, cerrar heridas, terminar diálogos inconclusos?—Cuando los padres mueren, nos quedamos con la impresión de que no nos contaron todo lo que sabían. Y que eran cosas importante para tu vida y cuando ya se han ido nadie te las puede contar.
través de la escritura intentamos recuperar a sus fantasmas para que completen aquella información.
—También hay sueños... ¿Alguna vez un sueño le ayudó a escribir algo en particular o a destrabar un texto interrumpido?—Presto mucha atención a los sueños. Son mensajes de la parte inaccesible de nosotros mismos. Me gusta mucho soñar, pero no tengo prisa por interpretar lo que sueño. Me gusta balancearme en el relato, en la aparente falta de sentido del relato.—
En El Mundo, concluye diciendo que dejó de ser Millás... —Dejé al menos de ser una clase de Millás. La verdad es que la sensación de que el libro que terminamos puede ser el último, la tenemos siempre que acabamos uno. Porque escribir un libro es casi un milagro porque, entre otras cosas, uno tiene que estar vivo durante todo el tiempo que se está escribiendo. Es difícil estar vivo tanto tiempo. Terminar esa novela fue un modo de morir. [giecoleon]
Antologías
Por Frank Báez © Frank Invita
Recibo un email donde leo que me han incluido en una antología dominico - brasileña llamada Máscaras de Orfeo. Mi segunda aparición en antologías en menos de dos meses. Si continuo con ese ritmo, de seguro para el 2020 le ponen mi nombre a una calle de la Feria del Libro. Pero bueno, entro a Facebook y le pregunto a Homero, quien también sale en la antología, si va a la presentación en el teatro nacional. El escribe que nos vemos a las seis, pero como llego a esa hora y no lo veo por parte, camino por los alrededores de la Feria. Me pongo a ver libros. Compro dos libros de Fernando Vallejo que me faltan. Le digo que no a las vendedoras que salen de los stands y tratan de convencerme de que compre libros de cocina o enciclopedias.
- Compre ete.
- ¿Cómo evitar la eyaculación precoz?
- Sí.
- No, gracias.
- Tengo: Todas las Posibilidades. El libro de Banintel.
- No.
De ahí cojo hacia el stand del Fondo de Cultura Económica. Me paro y estoy a punto de ver los libros cuando oigo toser a uno de los mexicanos que antienden. Mejor prevenir que lamentar, digo pensando en la gripe porcina. Doy la media vuelta y sigo de largo al teatro. En la entrada me topo con Yuli, Emelio y Miguel. Subimos y frente a la puerta de la sala hay una mesa con varios libros de la antología desplegados.
La están vendiendo a cien pesos. Entramos a la sala. En una larga mesa, un tipo con boina y Basilio ensacado están sentados de cara al público. La actividad está a punto de iniciar. Como siempre, hay más poetas que público general. Veo a uno que otro poeta que sale del salón al verme sentado en la sexta fila. Basilio lee la introducción que hizo para el libro.
A Homero, quien llega de pronto, lo pone en la generación de los noventa. A mí, en la de los neotestimoniales, que se supone es la del nuevo milenio y que por cierto suena a nombre de iglesia evangélica.
Tan pronto termina Basilio, le pasan el micrófono al brasileño. Este habla en un español impecable y emprende a decir que su discurso va a ser pesimista. Dice que la sociedad brasileña es una sociedad cerrada, que no circulan obras extranjeras, que su literatura casi no se conoce y que allá no se traduce. Espero a que contradiga esto, sin embargo, increíblemente él parece secundar esta postura.
Se mofa de la referencia que hizo Basilio sobre los concretistas brasileños. Cuenta de dos poetas brasileños que aparecen en la antología y que vinieron al país, pero que no se encuentran en la sala, de seguro porque andan por Boca Chica o con par de jevitas o jevitos sentados en las rodillas. Que cool son los poetas.
importantes y ocupados son que no participan en las actividades a las que se les ha invitado. Que cool se portan, sobre todo cuando vienen a un país tercermundista donde se les paga la estadía y los boletos de avión, dinero que se pudiera usar para comprar pupitres o comprar sueros en los hospitales donde los médicos están en huelga, una huelga infinita, por cierto.
Aunque si estuvieran en la de Nueva York o en la de Guadalajara, de seguro estuvieran sentaditos y tranquilitos ahí. Pero bueno, el antologador toma la antología y lee unos poemas en portugues que se hacen largos e incomprensibles. ¿Por qué incomprensibles? Porque están en portugués.
Porque aun no lo he mencionado: los antologadores en vez de traducir los poetas dominicanos al portugues y los brasileños al español, como debiera ser, los dejaron en su idioma original, lo que por supuesto, contribuye a que no exista el intercambio entre los dos idiomas. Hay gente que piensa que si uno habla español puede hablar portugues. Que es sólo meterle una musiquita al español, no pronunciar unas consonantes y ya puedes entender todas las canciones de Caetano Veloso y hasta leerte a Pessoa y a Jorge Amado enterito. Quizás ellos piensan así. Quizás los poetas que le aplauden al brasileño cuando acaba de leer sus poemas, piensan así. O puede que crean que como es poesía, no hay que tener idea de lo que está hablando. O puede que de antemano estén acostumbrados a no entender los poemas de los demás.
Pero bueno, ahora viene la parte que todo el público, o sea, todos los poetas, esperaban: la entrega de libros. Porque bueno, ya saben, que las entregas de las antologías que edita Basilio, se hacen como si fueran diplomas y tú te acabaras de graduar como poeta. Un método que me encanta. Basilio señala los poetas que están en el público, le entrega su libro, estos se paran en el podio, leen su poema (un sólo poema) y salen del salón.
Cuando Basilio me señala y me paro a leer, me doy cuenta de que ha puesto los mismos poemas que me puso en la antología anterior + unos cuantos, cortos como siempre, como si quisiera que tan pronto el lector llegara a mi parte, pasara las páginas fua fua fua lo más rápido posible. Leo y me siento. Quedan quizás tres poetas en la sala. De último lee Homero, el poema más interesante de la noche, cuando la sala está casi vacía.
De noche, vuelvo al libro, lo abro y le doy un vistazo. Me concentro en la parte que me concierne. Encuentro erratas. Pero sobre todo encuentro unos errores garrafales: me han repetido el mismo poema dos veces con títulos diferentes. No es broma. Está en la página 271 y en la 277. En la 271 se llama Bajo este mundo y en la 277 se llama Esto es. En la 271 el poema acaba con la palabra oblicua y en la 277 con las palabras boca arriba.
Si esa antología llega a las manos de Pedro Henriquez Ureña le daría otro infarto por la falta de rigor. Por cierto, en 1904, en un artículo a propósito de una antología reflexionaba: la Antología dominicana exige de su colector un gusto refinado y certero, y un don de selección escrupulosa y justa. De por Dios si se trata de publicar por publicar, publíquenme el libro de Postales que se me agotó y que no tengo copias para pasarles a amigos, vecinos y familiares. O mejor aun publiquen a tantos poetas buenísimos y clásicos dominicanos que se han editado tan poco. En Ping Pong tenemos una antología inmensa con poetas hispanoamericanos en stand by.
En fin, supongo que estas cosas pasan. Lo reconozco. Pero como yo no soy tan iluso, voy al índice y reviso la parte dedicada a José Mármol. Todas las palabras y signos de puntuación en su puesto. Puedo seguir buscando otros poetas y comparar, pero prefiero tomar la novela de Vallejo que recién compré, leerla y olvidar las antologías. [Frank Báez, escritor dominicano]
El alma de América Latina
"Nadie sale indemne de su lectura", afirma Jorge Volpi sobre Las venas abiertas de América Latina, el libro de Eduardo Galeano que Hugo Chávez regaló a Barack Obama. El escritor mexicano reflexiona sobre su vigencia e imagina que el presidente de EE UU corresponda con el obsequio de Forgotten Continent, de Michael Reid
Por JORGE VOLPI © Babelia
El gesto no es banal. Acostumbrado a protagonizar escándalos en todas sus citas internacionales, esta vez Hugo Chávez sorprende a sus detractores. En lugar de burlarse del mandatario de una república vecina, intercambiar denuestos con el rey de España o reventar los acuerdos, en la V Cumbre de las Américas se comporta con moderación, casi con mesura. A diferencia de Fidel Castro, su ídolo y maestro, quien fulmina la euforia despertada por Barack Obama entre sus colegas latinoamericanos, el presidente de Venezuela no logra sustraerse a su encanto. Poco antes, congregado con su pandilla del ALBA en Cumaná, amenazó con encararlo, pero cuando al fin lo tiene a su lado, escucha sus tersas palabras y constata el tono de su piel, decide un cambio de estrategia.
Obama no es Bush e insultarlo sólo le restaría simpatías: lo único que le importa a un caudillo democrático. En un gesto de caballerosidad -y, admitámoslo, de repentina sutileza-, Chávez prefiere confrontarlo de manera civilizada. No un insulto, sino un libro. Y no cualquiera: Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Una bomba literaria que muy probablemente Obama no ha leído, pero que -seamos justos- en efecto tendría que leer.
Podrán decirse muchas cosa sobre esta obra de culto de la izquierda latinoamericana, que es maniquea o extremista, que distorsiona o exagera, pero nadie sale indemne de su lectura: ante este abigarrado relato de las vejaciones -en su mayor parte ciertas- que América Latina ha sufrido a manos de Estados Unidos, uno no puede sino terminar escandalizado. Publicada en 1971, y elevada al inmediato rango de best seller en lengua española -setenta ediciones hasta 2007-, no esconde su interpretació n marxista ni sus ataques al capitalismo y al imperialismo. Si en 1969 el Zavalita de Vargas Llosa se preguntaba en Conversación en La Catedral: "¿En qué momento se jodió el Perú?", Galeano se demoró apenas dos años en dar su respuesta para América Latina. Su horizonte teórico, la llamada "teoría de la dependencia" , hacía recaer todos los males de la región en los otros: los explotadores europeos y luego estadounidenses que no han dejado de enriquecerse a sus expensas. La tesis de Galeano, defendida con pasión y singular destreza narrativa, quizás no baste para explicar nuestro subdesarrollo, pero los hechos que enumera tampoco pueden desdeñarse aduciendo su ceguera ideológica. Como pocos panfletistas de nuestro tiempo, Galeano supo poner el dedo en la llaga y, a 35 años de distancia -y a 20 de la caída del muro-, conserva intacta su capacidad de indignar.
Imaginemos la escena: acomodado en su asiento del Air Force One rumbo a Washington, Obama toma el libro que le obsequió Chávez y, más por aburrimiento que por curiosidad, lo hojea al desgaire, lee un par de párrafos y, como le ha ocurrido a miles, queda atrapado por la un tanto engañosa pero siempre inquietante narración de Galeano. Alguien tan sensible a las humillaciones sufridas por los afroamericanos podría descubrir en sus páginas más de una coincidencia con su educación radical, y sin duda le ayudaría a comprender mejor a quienes desconfían de Estados Unidos, incluso de esa parte de Estados Unidos que, escapando a los prejuicios, le permitió convertirse en presidente.
Las venas abiertas de América Latina no es un manual de historia sino un vigoroso panfleto, y así debe ser leído y criticado. Su pesimismo resulta indigesto -los empresarios son siempre rapaces, los gobernantes siempre corruptos, los pobres siempre víctimas-, pero en esta época en que el capitalismo sufre su propia crisis de identidad conviene no olvidar las injusticias cometidas en su nombre. Su lectura puede resultar adictiva -mérito para su autor, peligro para sus fanáticos, sobre todo si se trata de líderes populistas como Chávez- y quien pretenda tener un panorama más amplio de América Latina ha de disponer de un antídoto. Desde su aparición, cientos de libros han tratado de descalificar a Galeano, pero ninguno se ha mantenido vigente durante casi cuatro décadas (y menos escalar al puesto seis de Amazon.com).
Alejado de las réplicas viscerales de tantos escritores latinoamericanos, en especial de esa malograda imitación de derecha, el Manual del perfecto idiota latinoamericano de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa (1997), convendría oponer a Galeano el brillante ensayo del periodista británico Michael Reid, Forgotten Continent. The Battle for Latin America's Soul (2007), cuya traducción al español está por aparecer. Responsable de la sección de las Américas de The Economist, Reid tampoco oculta su perspectiva ideológica, su preocupación ante el populismo y su defensa de la tradición liberal. El título es explícito: para Reid, América Latina se ha convertido en una de las zonas más olvidadas del planeta, pues si bien los desafíos que enfrenta continúan siendo mayúsculos, no se comparan con el ascenso de China o el infierno de África. Tras revisar las distintas teorías que explican el subdesarrollo de la región -y de discrepar con Galeano con particular vehemencia-, Reid analiza el auge y la caída del consenso de Washington, critica la deriva populista de Chávez y ensalza la transformació n de Chile o Brasil (y se permite ser más severo con México). Frente al pesimismo de Galeano, Reid enuncia un optimismo moderado: las democracias latinoamericanas de principios del siglo XXI acarrean un sinfín de lastres, pero la solución a sus problemas no se halla en la vía revolucionaria del pasado sino en acentuar las reformas institucionales del presente: entre estos dos extremos radica la verdadera "lucha por el alma de América Latina".
Imaginemos un final para esta historia: de vuelta en la Casa Blanca, con unas densas ojeras al no haber podido abandonar la lectura de Las venas abiertas de América Latina, Barack Obama estampa su firma en una copia de Forgotten Continent: "For my friend Hugo Chávez". Si por una vez los dos líderes se atrevieran a conocer los argumentos del otro, y a evaluarlos serenamente, sin amenazas ni insultos, "entre iguales", sería ya un gran avance para la región.
[fontanamoncada]~
La memoria de los espejos
A Martha, mi abuela, In Memoriam.
¿Y yo, quién soy? Preguntó. No encontré ningún Bouchard en Senegal, ni en Gambia, ni en Guinea, ni en las ruinas de Gorée.
Por Juan Carlos Mieses © El Día de Todos - MEDIAISLA
En aquella hermosa tarde de abril, don Juan, afable habitante de la ciudad de Salcedo, se encontraba delante de su casa, protegido de los azares del mundo exterior, a su afable entender, por la cerca de palos que bordeaba su pequeña huerta. Del otro lado se hallaba un joven, miembro de una congregación cristiana. El visitante trataba de convencerlo con un entusiasmo digno de un vendedor de autos de las ventajas del paraíso una vez pasado el desagradable umbral de la muerte y le recordaba que a partir de ese momento infortunado, pero inevitable, la vida, desembarazada ya de su carga material, se volvía inmortal.
Poco sensible a las promesas de la muerte, pero de una cortesía irreprochable, don Juan escuchaba a medias las palabras del elocuente predicador, sin cohibirse de rememorar, por una razón inexplicable, los últimos días de Doctor Livingston en las selvas ecuatoriales de África. Había consentido en escuchar al jovencito, pero ya habían pasado más de diez minutos y era hora de buscar un pretexto, no demasiado rudo, para desembarazarse de él. Antes de tomar tal decisión le echó una última mirada al recaudador de almas.
Sus zapatos, su pantalón y su estrecha corbata eran negros; la camisa, sobre una camiseta sin mangas, blanca.
Este joven es maniqueo, concluyó apenado antes de continuar su inspección.
Las manos eran largas, los dedos huesudos, el cuello fino como el de una muchacha, la piel oscura, la frente protuberante y la cabeza tenía una curiosa forma cónica.
Al llegar a ese punto don Juan sufrió una singular experiencia: de pronto le pareció ver la imagen de Clark Gable superpuesta a la del muchacho. El fenómeno que duró apenas unos segundos fue sobrecogedor, pero no le impidió intuir que un rasgo de la cabeza del predicador era lo que había desencadenado aquel fenómeno de misticismo cinematográfico: el pelo crespo, cortado casi al ras, se encontraba dividido nítidamente en dos partes desiguales por una raya tan perfecta que parecía hecha con una regla de ingeniero. Esa línea en el cuero cabelludo insinuaba, sin duda, la existencia de una larga y rebelde melena que por alguna incomprensible razón era invisible a sus ojos.
¿Puedo ver su cédula? Le preguntó al visitante.
El otro que no esperaba tan inusual requerimiento trató de no mostrarse sorprendido, una técnica aprendida probablemente en algún cursillo de proselitismo celestial, y se la mostró no sin cierta desconfianza. Don Juan le echó una rápida ojeada, devolvió el documento a su propietario y se alejó sin despedirse, rompiendo así su legendaria tradición de civilidad.
Acababa de modificarse, en su interior, la sosegada visión de la sociedad que había conservado desde la infancia. El joven evangelista tenía el aspecto, bajo todos los ángulos que se quisiera considerar, de un hombre negro; sin embargo la cédula, en la parte que definía el color de la piel, no lo confirmaba así. Por primera vez en su larga vida don Juan dudó de su cordura.
¿Era la vejez? ¿Sufría acaso una alucinación? ¿Estaba viendo negros donde no existían? Sólo había una manera de comprobarlo, se dijo, y de inmediato salió a buscar uno por las calles de la tranquila y hermosa localidad del Cibao.
A pesar de sus esfuerzos no dio con ninguno. Encontró morenos, indios, café con leche y sin leche, morenitos, mestizos, tostados, bronceados, quemados, indiecitos oscuros, claros, canela, mulatos, requemados, desteñidos, marroncitos, jabados, quemaditos, trigueños, oscurito y algunos prietos, pero negros… ninguno.
Negros, los haitianos, compadre, le informó en una esquina un dulcero ambulante.
Don Juan regresó a casa un tanto asustado, pero no por eso se dio por vencido.
En las páginas de una vieja enciclopedia tuvo mejor suerte. En nuestro pasado republicano encontró unos cuantos; entre ellos un celebrado tirano de quien un escritor colombiano de particular mala fama, muy leído sin embargo en la intimidad de las bibliotecas y a menudo imitado, decía que pertenecía a la historia… pero a la historia natural.
A un ilustre general restaurador y a otros menos insignes.
Al hijo de un esclavo que después de su muerte fue incluido en la trilogía de los héroes y que por obra y gracia de un curioso procerismo criollo con virtudes raciales es cada vez más blanco, tal como le pasó al retrato del único presidente negro de Colombia, el olvidado Juan José Nieto Gil.
Satisfecho, cansado y tal vez agobiado por el calor, don Juan decidió tomar una ducha. Al terminar se contempló en el espejo y grande fue su sorpresa al descubrir, del otro lado del cristal, a un negro escondido dentro de su imagen. El hombre lo miraba con ojos tristes y una sonrisa burlona. Había algo en él que lo hacía terriblemente familiar y no le fue difícil, una vez repuesto de la sorpresa, descubrir su identidad. Aquel hombre era, en parte, su padre, su bisabuelo, su tatarabuelo y era, también en parte, él mismo.
Al terminar de contarme aquella experiencia, pocos días antes de morir, mi abuelo me confesó:
Mijo, nunca pensé que los espejos tuvieran tan buena memoria. [Juan Carlos Mieses]
Cultura política dominicana, 2009
Por DIÓGENES CÉSPEDES © mediaIsla
No niego que me ilusioné un poco con la reforma constitucional de 1994 cuando estatuyó la separación de las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales, el 50 más un voto para ganar en primera vuelta y si no, una necesaria segunda vuelta, la creación del Consejo de la Magistratura (aunque coja), pero que nos alejaba de la facultad del Senado controlado siempre por el Poder Ejecutivo para nombrar a los jueces.
Muy pronto, la cultura política de las clases sociales dominicanas comenzó a desmentir esa pequeña ilusión de que al fin se iniciaba el largo proceso de institucionalizació n del país (algún día tenía que comenzar). Mis desilusiones no se hicieron esperar cuando Balaguer puso en el poder al minoritario Partido de la Liberación Dominicana al agenciarle el apoyo político del empresariado, la Iglesia, los militares, la inmensa masa de pobres y clase media que el viejo caudillo había mantenido enfeudados a través del clientelismo y el patrimonialismo.
Esta alianza política la creó Balaguer para impedir que José Francisco Peña Gómez alcanzara la presidencia de la República. Aunque fuera un engendro, en razón de los manejos con que semejante Frente Patriótico se produjo, ambas fuerzas estaban en su derecho de aliarse, pero el etnocentrismo y el racismo exacerbados donde desembocó, me llevaron a iniciar el estudio de la psicología de las clases sociales desde el siglo XVIII hasta el XX y a examinar cómo habían surgido los diferentes movimientos sociales, levantamientos de esclavos, cesión de la parte oriental a Francia en 1795, guerra de Juan Sánchez Ramírez para expulsar a los franceses y volver al dominio español; y, finalmente, las invasiones haitianas de Louverture, Dessalines y la ocupación de Boyer en 1822 que dio al traste con la llamada independencia efímera de José Núñez de Cáceres.
Luego me adentré el estudio de la composición de las clases sociales durante el período de ocupación y el movimiento que estas produjeron para separarse de Haití en 1844 y volver, con la reacción conservadora de Pedro Santana y los hateros, al dominio español con la Anexión de 1861. Afinqué los ojos en la Restauración iniciada en Guayubín con los antecedentes de José Contreras en Moca y los mártires de San Juan para comprobar cómo la guerra de guerrillas y la carga del machete inventadas por Mella condujeron a las fuerzas restauradoras a expulsar a los españoles en 1865.
Pero mi sorpresa más grande se produjo cuando todavía el olor a pólvora no se había desvanecido y los patriotas restauradores perdieron en 1866 el poder político. A través del mismo tipo de combinaciones políticas imperiales que llevaron a Balaguer al poder en 1966, de igual manera llegó al gobierno Buenaventura Báez. Con el apoyo de su aliado el Cónsul del Imperio Español Español Antonio María Segovia, Báez aceptó de hecho su inscripción en el Libro de Matriculación como ciudadano español al aceptar su apoyo para llegar al poder en 1858. En esa virtud, amigo y aliado de Segoria,durante toda la guerra restauradora se mantuvo alejado de la contienda y aceptó los dineros que le agenciaba el cargo de Mariscal de de Campo de los Ejércitos Españoles.
Todas esas acciones caricaturescas y rocambolescas me condujeron a preguntarme qué había sucedido con la República Dominicana de los Trinitarios y Restauradores; qué había ocurrido con todos esos principios y Constituciones altisonantes que proclamaban los derechos humanos de 1789 en una nación y un Estado nacidos en 1844 desvanecidos en 1861, acogotados durante casi 17 años por la mano férrea de Ulises Heureaux, el autoritarismo de Cáceres, el desorden de Concho Primo, la intervención militar norteamericana de 1916-24 y la larga dictadura de Trujillo, el golpe contra Bosch y el surgimiento del Triunvirato.
Ese panorama grotesco me condujo a rastrear las causas y las consecuencias del drama dominicano y cómo los libros de historia "patria" e historia "nacional" las habían maquillado en nombre de ideologías, mitos y leyendas de un pasado glorioso cuyas familias ancestrales se remontaban al Descubrimiento, pero más específicamente a la prosperidad de la Colonia desde Nicolás de Ovando hasta su colapso en 1577 con la caída de la producción azucarera debido a las leyes proteccionistas del Imperio Español.
Pero ahí estaban los textos escondidos, camuflados, olvidados y sus autores satanizados; ahí estaban, aunque dispersos, los textos que explicaban la psicología y la cultura política de los dominicanos desde la Colonia y desde 1844 hasta hoy. Ahí estaban los textos de Américo Lugo, Hostos, Mariano Cestero, Rafael Augusto Sánchez, Juan Isidro Jimenes-Grulló n, Galíndez, Pérez Cabral, José Cordero Michel, Luis Felipe Mejía y, finalmente, los de Juan Bosch, quien a partir de la publicación de "Composición social dominicana" en 1971 no cejará en su empeño de desmontar la saga novelesca de los historiadores dominicanos acerca del glorioso pasado de la fundación de la república en 1844 convertida por arte de birlibirloque en Estado nacional burgués a la moda europea o norteamericana por los llamados espíritus liberales del siglo XIX y repetida, por conveniencia política, por los politiqueros de turno.
Ahí está el maestro Américo Lugo, el primero en demostrar que la incultura política y la falta de conciencia nacional del pueblo dominicano le impidieron, desde 1844, crear una nación y que nuestro Estado, surgido con Santana, fue fundado sobre el pueblo, no sobre una nación, el cual resultó una caricatura de nación y una caricatura de Estado sostenidos por la única cultura política que han conocido hasta hoy los dominicanos y dominicanas: el clientelismo y el patrimonialismo.
Basado en este clientelismo y patrimonialismo es que tanto Lugo como Bosch y los demás autores serios que han tratado el tema concluyen en que por más Constituciones liberales o conservadoras, por más reformas constitucionales que se den las clases sociales que en un momento detentan el poder de ese Estado, estas serán siempre un fracaso. Y se realizan tales reformas para fingir que somos un país moderno, a la altura de las mayores democracias del mundo, pero estas, como decía Martí cuando analizaba el constitucionalismo latinoamericano, no traducen otra manifestación que la incongruencia con la realidad a través de la exclusión total del indio, del negro, del mulato, en fin, de todos los pobres, sin los cuales no existe el pueblo y no hay Estado nacional.
Las Constituciones surgidas sin la participación del pueblo son letra muerta y sus modificaciones son la revelación de las pretensiones sociales de sus autores, quienes al poseer un poder mayor que el de las clases sociales excluidas, legislan para el mantenimiento y reproducción de sus intereses particulares, edulcorados y mixtificados a través de la manipulación de los medios, el uso de la demagogia y la retórica barata como sinónimo de la voluntad popular. [Diógenes Céspedes: escritor dominicano, Premio Nacional de Literatura 2007]
Puertas y ventanas
Poesía y delito
Para abrir en la vitrina de joyas de la palabra Poesía y delito, pulsa en http://imagineriabr uja.blogspot. com Se abrirá la Belleza.- Leo Castillo.
Xiomara Fortuna maratónica
Santo Domingo, RD.- Xiomara Fortuna celebrara sus 50 años con un concierto maratónico de 50 canciones; la artista se propone interpretar en retrospectiva todas las facetas de su carrera artística: guitarra y voz, a percusión, a capela, con guitarra y percusión, XIOMARA Bolero, Fortuna fusión, jazz, rock… Rancho Ecológico El Campeche sábado 2 de mayo a las 3:00p.m.
3+1
Los invitamos a ver el blog de 3más1 http://la3mas1. blogspot. com Saludo muy atentamente Eduardo Monte Jopia, Editor
¿Y si? de Dino Buzzati
Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: ¿Y si?, por el autor italiano Dino Buzzati [1906-1972]. Pulse sobre el título para leer el cuento en Ciudad Seva.
Con voz propia 29
Queridos amigos: Me acerco a ustedes para enviarles Con voz propia de abril http://www.convozpr opiaenlared. blogspot. com Les envío un abrazo cálido y mis deseos que estén muy bien, que sus días sean agradables. Analía Pascaner
Isla 59
Claves del cine contemporáneo
Un nuevo acercamiento al Lenguaje del Cine. Prof. Carolina Giudici Licenciada en Comunicación Social. Es docente especializada en periodismo y cine. En todas las reuniones se proyectarán fragmentos de películas para ilustrar los conceptos teóricos y compartir impresiones. Lunes 19 a 21 hs. Duración: 6 clases / Arancel $150-Comienza el 11 de mayo- Vacantes limitadas. ESPACIO Y: Lugar Cultural. Mansilla 2982. PB – C1425BPJ (entre Laprida y Agüero) - Tel/Fax: 4962-9402.
Fiart 2009
Santo Domingo, RD.-Los dos niveles de la Galería Nacional del Palacio de Bellas Artes acogerán del 20 al 24 de mayo más de veinte galerías de arte de Estados Unidos, Canada, Panamá, Colombia, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana, en la Primera Feria Internacional de Arte en Santo Domingo (FIART 2009).
FIART 2009 honra de manera especial a los maestros Iván Tovar y Fernando Botero. Participarán como invitados especiales, de Cuba: Pedro Pablo Oliva y Ulises Bretaña, mientras que dentro de los artistas representados por las galerías se encuentran: Carlos Cruz Diez, Guillo Pérez, Alberto Ulloa, Máximo Caminero, Carlos Quintana, Soraya Abu Naba´a, Ome, Banasco, Pablo Fernández, Humberto (El Negro) Hernández, Sandor, Mena, Vincench y Nelson Domínguez, Rickenman, Angel Loochkartt, Jorge Botero Lujan, Jorge Jaramillo y Fernando Muñoz, entre otros.
FIART 2009 tendrá una gala inaugural el 20 de mayo en el auditorio a beneficio de la Fundación del Hospital Materno Infantil San Lorenzo de los Mina para reservaciones visitar: www.fiart.com. do
Jornadas de Microficción en la Feria del Libro
Revista Abril
Todos los artículos y enlaces de los 120 números de abril (más de 4000) a disposición del lector http://www.arbil. org/arbilhttp. htm Y el buscador en todos ellos http://www.arbil. org/buscador. htm La página principal en: http://www.arbil. org
Nuevos cursos de español en el Miami Dade
Queridos amigos: Esta nota es para comunicarles la invitación que me ha hecho el área de Cummmunity Education del Miami Dade College en Miami para dictar unos talleres en Español en el periodo de verano que comienza en los primeros días de Mayo de 2.009. Taller de lectura y conversación: Todos los Viernes de 6:00 a 9:00 PM, para los que no tienen el Español como lengua materna pero poseen un nivel avanzado del mismo. Taller de escritura: Abra palabra: Para aquellos que desean desarrollar sus destrezas en la escritura creativa.
Todos los Sábados de 9:00 AM a 1:00 PM. Taller de lectura: "The Grove": A desarrollarse con un primer ciclo 4 autores del Realismo Mágico, en la hermosa librería "The Bookstore in the Grove" de Coconut Grove. Todos los Martes de 6:00 a 8:30 PM. Taller de lectura: La alegría de leer: Para los que aman la lectura de textos literarios y desean compartirla en grupo.
Se realizará en las instalaciones de la Librería Pública de la ciudad de Miami, todos los Jueves de 6:00 a 8:20 PM. Atentos saludos, Marta Sepúlveda.
Imágenes del mundo
mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.
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René Rodríguez Soriano
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