miércoles, 27 de octubre de 2010

DEMOCRACIA DE ELECTORES , NO DE CIUDADANOS.

Democracias de electores, no de ciudadanos





Rosario Espinal. Publicacion del diario Hoy, Santo Domingo, Rep. Dominicana.


La Organización de Estados Americanos (OEA) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron recientemente su informe sobre el estado de la democracia en América Latina 2010.


Al igual que en el informe 2004, se utilizan dos conceptos claves para evaluar los sistemas políticos latinoamericanos: la democracia de electores y la democracia de ciudadanos, y nuevamente se plantea que las democracias latinoamericanas son de electores.


Esto indica que en los últimos seis años no ha habido grandes cambios.


¿Por qué plantea el informe que las democracias latinoamericanas son de electores y no de ciudadanos, y cuáles son las consecuencias? A continuación resumo algunos de los principales planteamientos. Primero, son democracias electorales porque hay elecciones competitivas, pero estas democracias registran fuertes desigualdades sociales y mala distribución del ingreso. En las últimas décadas, el 10% más rico de la población latinoamericana ha recibido en promedio 37% del ingreso, mientras el 40% más pobre ha recibido sólo 13%. Con tanta desigualdad, no es posible avanzar en la reorganización del poder que requiere una democracia para garantizar amplios derechos ciudadanos.


Segundo, en América Latina el Estado es débil para atender las demandas de la ciudadanía, y fuerte para servir a las élites. Esa debilidad del Estado latinoamericano es la razón por la que hay serios problemas de desigualdad socio-económica, baja institucionalidad, falta de transparencia, altas tasas de homicidios, dominio de amplios territorios por el narcotráfico, y vastas zonas fuera del alcance de la ley.


Tercero, un Estado ineficiente malgasta los recursos públicos y no logra que las políticas públicas se ejecuten a favor del bienestar ciudadano; además, un Estado así convierte la democracia en un sistema ajeno a la ciudadanía.


Cuarto, la pérdida de representación del sistema democrático se produce cuando se generaliza la percepción de que los gobernantes no representan, es decir, cuando la población siente que los representantes a quienes les han delegado el poder dan la espalda a las necesidades y expectativas de los representados. En esta situación se corre el riesgo de que el sistema democrático pierda legitimidad.


Quinto, el estudio de los partidos en América Latina indica que existe una conexión entre la crisis de representación y el apoyo a la democracia. Mientras más débil es el vínculo entre las élites gobernantes y la ciudadanía, menor es el compromiso de la gente hacia el régimen democrático. Si la crisis de representación se agudiza, la gente puede sentirse más inclinada a aceptar un sistema autoritario. Por eso la crisis de representación conduce frecuentemente a la crisis de la democracia.


Sexto, para mejorar las democracias latinoamericanas se necesita generar mayor igualdad de riqueza y poder, mayor transparencia en la rendición de cuentas, combatir la corrupción pública y privada, mayor nivel de participación popular en la gestión pública, combatir la delincuencia y aumentar los niveles de seguridad ciudadana.


Podría decirse que el informe 2010 ha reiterado muchos de los planteamientos de 2004. De todas formas, siempre es positivo que los organismos internacionales repitan los problemas para que los gobiernos, incluido el dominicano, no pueden hacerse cien por ciento los tontos.


El desafío irresuelto es cómo transformar las democracias electorales en democracias de ciudadanos.


Históricamente, en los modelos clásicos de democratización, la burguesía se interesó en hacer el Estado más eficiente y presionó a los políticos para lograrlo. Uno de los graves problemas de América Latina es la miopía de la burguesía, que se acomoda a explotar y obtener grandes ganancias sin importarle las garantías colectivas que permiten construir ciudadanía.


Santo Domingo, R.D., miércoles, 27 de octubre de 2010


http://www.hoy.com.do/opiniones/2010/10/26/347657/Democracias-de-electores-no-de-ciudadanos

VARGAS, HIPOLITO, FERNANDEZ Y LAS MEDICIONES.

Wednesday, October 27, 2010

Vargas, Hipólito, Fernández y las mediciones

Orlando dice //
Orlando Gil


Los sesgos
A Miguel Vargas sus oponentes quisieron crucificarlo cuando firmó con Leonel Fernández el Pacto de las Corbatas Azules, aun cuando celebraban que se eliminara la reelección consecutiva. Fueron muchas las historias que circularon entonces que daban cuenta de que el negocio no fue sólo político, sino que había otros tratos por debajo de la mesa que dejaron pingu¨es beneficios a los intermediarios o facilitadores.

Incluso, se resaltó con fines perversos el protagonismo de los ingenieros. Ahora, sin que como en la ocasión anterior haya verdadero sustento, se denuncia lo contrario: el entendimiento se da entre el gobierno y el sector de Hipólito Mejía. La “genialidad” encuentra cabida y la acusación forma parte del debate, de manera que las situaciones nuevas se originan por voluntad del oficialismo y no como consecuencia de la dinámica política.

La primera piedra fue lanzada para explicar el crecimiento de Mejía. Los voceros de Vargas dijeron que el gobierno inflaba sus números, aun cuando esos porcentajes aparecían en las encuestas de los perredeístas…


Lázaro
Hipólito Mejía admite que hubo momentos en que sus porcentajes eran insignificantes, en que era un cadáver insepulto del que se alimentaban los buitres como carne de carroña. A mí me confesó que lo suyo era “chancleta, pantaloncito corto y pelota”, como cualquier hijo de vecino, compartiendo con los pocos compadres que le quedaron. Sin embargo, un día se levantó y empezó a andar como Lázaro, sin que mediara ningún conjuro, como sí lo hubo en el pasaje bíblico.

Simplemente se cumplió el cálculo de sus estrategas. La escogencia de candidatos y las elecciones congresuales y municipales se tragaron a Vargas. Como tuvo todo el poder para decidir, cometió todas las injusticias y por igual recibió todas las ingratitudes.

Esa situación era previsible, por lo que Vargas pudo haber- se preparado, o no sorprenderse de que ocurriera y busque responsables fuera de su entorno, o tan lejos como en el gobierno. La gobernabilidad (y vale para nación, partido o liderazgo) es cosa de todos los días: un plebiscito permanente, pues con el mínimo descuido se pierde parte o todo...


La medicina
El grupo de Miguel Vargas dejó un día de hablar de encuestas, aun cuando era fervoroso de las mediciones, pues las suyas y las ajenas daban cuenta del cambio de ánimo entre perredeístas y en la población en general. A contrapelo, los seguidores de Hipólito Mejía se dedicaron a darle su propia medicina. Incluso contrataron las mismas empresas que antes le trabajaban. Si esos sondeos fueron buenos para asegurar la anterior correlación de fuerzas, también, y sin dudas ni titubeos, para registrar los cambios de adhesión.

Aunque –a decir verdad– a Vargas lo tienen cercado con las encuestas, sin que pueda hablarse de conspiración. Están las conocidas y comprobadas, pero hay otras que no son más que rumores hasta que sean publicadas. ¿Cómo un periódico encarga una medición y se la reserva? Pues de eso se habla, y las historias son dramáticas, ya que se afirma –como si se hubiera estado presente– que se llamó a fulano o a zutano para pedir cuentas por ese escamoteo, como si los propietarios o directores fueran muchachos de mandado…


Las otras
Desde que la embajada norteamericana quita visa y lo dice, nadie inventa como antes con sus supuestas encuestas. Ahora se habla de las que hacen empresarios (amigos de los interesados que las refieren), pero hay una que de un tiempo a esta parte tiene la mayor majestad: la del Presidente. No sólo se trata de la alcurnia, sino de la fiabilidad. Nadie cree que al mandatario lo puedan tupir. Aunque llama la atención que algo que debiera ser de Estado circule por tantas manos, pues en cualquier esquina se descalifica con esos números.

También hay otra, con igual origen, pero de seguimiento. Se hace mes por mes, y no atendiendo a coyuntura electoral. Y además indaga sobre muchas cosas. La llaman El Barómetro. Todas, por alguna razón, la oponen a Vargas, quien al parecer, no tiene una que lo defienda y restablezca a la antigua situación de preeminencia…


Santo Domingo, R.D., miércoles, 27 de octubre de 2010