Por Kevin Collier - NBC News
Publicaron en Facebook que iban a irrumpir en el Capitolio. Emitieron videos en directo en Youtube e hicieron stories de Instagram de sus compañeros de alboroto cuando entraron.
El FBI sigue buscando e identificando este domingo a personas que participaron en el asalto a la sede del Congreso el pasado 6 de enero para intentar detener la toma de posesión del presidente electo, Joe Biden. Y ha encontrado que varias de ellas parecen haber admitido abiertamente los delitos que cometieron en las redes sociales, según una revisión de documentos judiciales.
La Policía del Capitolio ha recibido fuertes críticas por haber mostrado falta de preparación a la hora de contener a los asaltantes, que sobrepasaron a sus efectivos y entraron en la sede del Congreso, lo que ha dejado en manos del FBI el papel de localizar a muchos de ellos después de que ya habían dejado el lugar de los hechos.
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Pero si bien esta policía federal tiene muchos recursos legales y técnicos a disposición para operar —por ejemplo, para solicitar a las compañías de telecomunicaciones y tecnológicas que proporcionen datos de los celulares para ver quién estaba en una determinada área en una hora concreta— no ha sido tan necesario hasta ahora utilizarlos para atribuir cargos a varias personas involucradas.
Muchos actos de este día quedaron documentados por periodistas y luego se pudo identificar a sus responsables de manera sencilla en la red. Adam Johnson, por ejemplo, fue acusado de robo de propiedad gubernamental después de que se hizo viral una fotografía de Getty en la que aparece sonriendo mientras se lleva el atril de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El hombre también publicó ese día una foto en su cuenta de Facebook donde él mismo aparece con la misma ropa y un sombrero que lo distingue, frente a un letrero que dice "Recorridos turísticos suspendidos". Johnson tituló la foto "No".
Derrick Evans, un autoproclamado activista conservador que fue elegido recientemente para la Cámara de Delegados de West Virginia pero renunció antes de que comenzara su primera sesión, se transmitió en vivo gritando: "¡Derrick Evans está en el Capitolio!". Evans eliminó el video, pero un reportero local ya lo había grabado y pronto lo tuiteó.
Hubo muchos selfies sacados ese día en el Capitolio, y varias de las personas que los tomaron recibieron la acusación de ingresar conscientemente a áreas restringidas o alterar el orden público en el área del Capitolio.
Kash Lee Hill publicó en Facebook una foto, después eliminada, que lo muestra de pie en un pedestal junto a una estatua de Charles Aycock, un exgobernador de Carolina del Norte y supremacista blanco. El estado ha tratado de reemplazar la estatua con una del difunto televangelista Billy Graham. "El día en que les hicimos saber a los Traidores que constantemente empujan la división en NUESTRO país que hemos terminado con sus juegos", decía el texto usado para acompañar la imagen.
Jenny Cudd, que llevaba en el Capitolio una bandera del presidente, Donald Trump, como si fuera una capa, mostró en Facebook Live cómo era ser parte de la multitud que se abrió camino hacia el edificio. “Simplemente empujamos y empujamos, y lo conseguimos", dijo Cudd, y luego agregó: "Derribamos la puerta de la oficina de Nancy Pelosi".
Un pequeño ejército de detectives en la red está trabajando activamente, a través de imágenes del pasado 6 de enero, para identificar a los alborotadores. Y el FBI, que todavía está solicitando sugerencias del público, ha recibido más de 126,000 sugerencias de medios digitales sobre el incidente, dijo el jueves un portavoz de la agencia.
Pero eso no ha sido necesario para algunos sospechosos. Muchos se presentaron en el Capitolio con disfraces que los hacían fácilmente reconocibles. Jacob Chansley, acusado de seis cargos, se destacó en las fotos por tener pintada la bandera estadounidense en la cara, el torso desnudo y un tocado de piel con cuernos.
Investigadores y periodistas que cubren los movimientos extremistas ya lo conocían bien porque ese era su atuendo de 'chamán de QAnon' en mítines de Trump y protestas contra Black Lives Matter.
Robert Packer sorprendió a muchos estadounidenses con su sudadera negra que llevaba escrito 'Camp Auschwitz', pero esa no fue la primera vez que la usaba. Documentos judiciales muestran que alguien relacionado a una tienda de su ciudad, Newport News, Virginia, lo reconoció como un cliente habitual.
Esa persona le dio al FBI imágenes de las cámaras de vigilancia de la tienda en las que Packer aparece con esa misma sudadera, y tambiés se ve su automóvil. El nadador medallista olímpico Klete Keller, acusado de entrar o permanecer a sabiendas en una área restringida, usó su chaqueta de la selección estadounidense en el Capitolio.
La agencia de noticias The Associated Press calcula que hasta ahora más de 125 personas han sido arrestadas en relación con el asalto al Capitolio.