martes, 2 de junio de 2009

RESUMEN DE MEDIA ISLA, UNA RESUMEN CULTURAL, DE POLITICA, LITERARIA, ARTE, ECONOMIA, RELIGION, ETC.

Pasiones, pecados y listas negras , Armas , El día de todos , Rodríguez Soriano en Boston y NY , El General Soto Jiménez , Aislados lados , Don Delillo , El destierro , Ese puerto sí existe , La tierra llena , Kabanga o la extremaunción vegetal, Los piratas no somalíes,

Puertas y ventanas: Novelas de Mónica Volonteri y Manuel García Cartagena , Libro a libro, puente de encuentro entre autores y lectores , Taller de escritura , Concurso "Conociendo Israel 2009" , Corazonada de Mario Benedetti ,

Imágenes del mundo
Pasiones, pecados y listas negras
Por Jorge Fernández Díaz © La Nación
Hay cosas que el establishment cultural y las vanguardias no perdonan. Una de ellas es el éxito. Aquello que leen muchos tiene forzosamente que ser mediocre o malo, puesto que el gusto de la mayoría de los lectores del mundo es horrible, piensan. Y por lo tanto, quienes consiguen su favor deben ser necesariamente escritores baratos, artistas menores o productos directos de la mercadotecnia. Otra de las cosas imperdonables es la denuncia de aberraciones ocurridas en regímenes de izquierda. Denunciar las barbaridades del régimen nazi o simplemente del capitalismo global solía ser un pasaporte al Olimpo literario. Denunciar las barbaridades del estalinismo era reaccionario y nefasto.
Milan Kundera tuvo éxito y se transformó en un crítico mordaz del socialismo soviético. Escribió novelas relevantes, como La broma y La insoportable levedad del ser , ganó el premio Médicis por La vida está en otra parte y produjo relatos inolvidables, como los que reunió en El libro de los amores ridículos . En un momento estuvo de moda y un momento después cayó en desgracia y olvido. Se llamó a silencio, vivió en el anonimato de su exilio francés y tuvo que sacar la cabeza fuera el año pasado para desmentir a una revista checa que lo acusaba de haber delatado a un joven anticomunista en 1950.
Con ochenta años recién cumplidos, Kundera regresa ahora de verdad con un libro de ensayos que muestran su agudeza y su particular mirada del mundo. Escribe allí sobre sus pasiones: Francis Bacon, Dostoievski, Céline, Philip Roth, Juan Goytisolo, Kafka, Rabelais, Beethoven, Brecht. La música, la poesía, la novela, la política, el poder, el amor, la amistad, el odio, la condición humana.
Un capítulo muy interesante está destinado a Cien años de soledad . "Tengo la impresión -dice- de que esta novela, que es una apoteosis del arte de la novela, es a la vez un adiós dirigido a la era de la novela." Allí asegura que en el texto de García Márquez "el centro de atención ya no es un individuo sino un desfile de individuos; son todos originales, inimitables, y no obstante cada uno de ellos no es más que la luz fugaz de un rayo de sol en las aguas de un río; cada uno de ellos lleva en sí su olvido futuro, y todos y cada uno son conscientes de ello".
El nuevo libro de Kundera se llama Un encuentro y en él se reproduce una carta que alguna vez su autor escribió a Carlos Fuentes, en la que recuerda a García Márquez y a Cortázar, y donde también habla del enorme parentesco que hay entre "la gran América Latina y mi pequeña Europa central, dos lados del mundo igualmente marcados por la memoria histórica del barroco, que hace al escritor hipersensible a la seducción de la imaginación fantástica y onírica".
Se dedica también Kundera a ironizar sobre el destino de las listas negras, "la gran pasión de las vanguardias" . Y recuerda los caprichos e injusticias de varios momentos del siglo XX, por ejemplo, las listas que armó Apollinaire, repartiendo "mierdas" y "rosas": "¡La mierda para Dante, Shakespeare, Tólstoi, pero asimismo para Poe, Withman y Baudelaire! La rosa para mí mismo, para Picasso y Stravinski".
Sin decirlo, Kundera acepta que él mismo ahora integra muchas listas negras y que eso no tiene la más mínima importancia. Los textos que adelantamos en esta edición fueron elegidos especialmente por él mismo. Termino acudiendo a una vieja frase suya que alude de algún modo a lo que aquí se ha escrito: "Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio en el que se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia". Es así. [fontanamoncada]
Armas
Por José Saramago © Boomeran(g)
El negocio de las armas, sujeto a la legalidad más o menos flexible de cada país o de simple y descarado contrabando, no está en crisis. Es decir, la tan hablada y sufrida crisis que viene destrozando física y moralmente a la población del planeta no toca a todos. Por todas partes, aquí, allí, los sin trabajo se cuenta por millones, todos los días millares de empresas se declaran en quiebra y cierran las puertas, pero no consta que ni un sólo obrero de una fábrica de armas haya sido despedido. Trabajar en una fábrica de armas es un seguro de vida. Ya sabemos que los ejércitos necesitan armarse, substituir por armas nuevas y más mortíferas (de eso se trata) los antiguos arsenales que tuvieron su tiempo pero ya no satisfacen las necesidades de la vida moderna. Así, parece evidente que los gobiernos de los países exportadores deberían controlar severamente la producción y la comercializació n de las armas que fabrican. Ocurre, sin embargo, que unos no lo hacen y otros miran a otro lado. Hablo de gobiernos porque es difícil creer que, siguiendo el modelo de las instalaciones industriales más o menos ocultas que abastecen el narcotráfico, existan en el mundo fábricas clandestinas de armamento. De este modo, no hay una pistola que, por decirlo así, no vaya tácitamente certificada por el respectivo, aunque invisible, sello oficial. Cuando en un continente como el sudamericano, por ejemplo, se calcula que hay más de 80 millones de armas, es imposible no pensar en la complicidad mal disimulada de los gobiernos, tanto de los exportadores como de los importadores. Se dice que la culpa, por lo menos en parte, es del contrabando a gran escala, olvidando que para hacer contrabando de algo es condición sine qua non que ese algo exista. La nada no es materia de contrabando.
Toda la vida he estado a la espera de ver una huelga de brazos caídos en una fábrica de armamento, inútilmente esperé, porque tal prodigio nunca ocurrió ni ocurrirá. Y era esa mi pobre y única esperanza de que la humanidad todavía fuese capaz de mudar de camino, de rumbo, de destino. [lilibrik]
El día de todos, la verdad detrás de las apariencias
El conocimiento es la única moral de la novela. \Milan Kundera
Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla
La única razón de ser de una novela —dice Kundera que repetía Broch constantemente— es descubrir lo que sólo una novela puede descubrir. Lo demás es bulto o puro tremendismo mercantil. Desde el principio de los días, haitianos y dominicanos malcomparten un trozo de tierra que, tanto a unos como a otros, les ha costado mares y mares de sangre. De uno y otro lado, viandantes, farfulleros, prelados e indignatarios, trafican y defecan sobre los más sagrados intereses de ambas patrias. La historia, los historiadores y sus consortes con muy mala letra amasan una historia que, por más lodo e inquina que le insuflen, jamás será tan sólo en blanco y negro.
Si algo puntual nos enseñó Cervantes fue a comprender el mundo en su más controvertida ambigüedad, con el montón de verdades relativas que se contradicen en la sabiduría de lo incierto. Lecciones que aprendió Juan Carlos Mieses al dejar que en El día de todos (Alfaguara, 2009), sus personajes fueran de un lado a otro de la isla, con sus creencias, sus miserias y sus miedos. Nadie puede escapar a ninguna parte, la isla es una sola. Ni el poder militar ni el fervor religioso podrán jamás torcer la historia que se cuenta desde adentro, con todas sus aristas; nos la cuenta una niña, nos la cuenta el paisaje mustio y pisoteado por los pies descalzos. Luego de una vertiginosa lectura de las 168 páginas de El día de todos, brotan las preguntas. Nadie mejor que el propio Juan Carlos Mieses para mostrarnos algunas de las claves de su escritura, de sus preocupaciones.
—¿Por qué El día de todos?
—El concepto es uno de los elementos generadores de la trama. Como novela, una vez cumplidas sus misiones primarias, El día de todos pretende ser menos el reflejo de una realidad que una invitación a la reflexión sobre nuestro destino común. Entiendo la importancia de la pregunta, pero mientras escribo un libro me preocupa sobre todo el cómo. Habrás notado que Tit' Karine, que tiene una función de Corifeo, murmura la frase en la última línea, lo que nos reenvía al título y a un debate que comenzó hace siglos y que todavía no se cierra: el cuestión de la convivencia —a compartición sería la palabra precisa si se me permitiera el neologismo— de dos pueblos en una misma isla.
—Hasta el momento, prácticamente tu obra ha estado centrada en la poesía. Tu poesía, desde principios de la década del 80 ha merecido importantes galardones, tanto en tu propio país como en el área del Caribe. La misma, indefectiblemente ha estado muy marcada por la historia dominicana, sobre todo el descubrimiento, la colonización y la fundación de la ciudad de Santo Domingo, ¿qué te hace nadar ahora en las turbias aguas las controvertidas relaciones entre haitianos y dominicanos, dos países tan geográficamente cercanos y tan afectivamente distanciados?
—Ya que hablas de nadar a veces hay que lanzarse al agua como tú mismo hiciste al escribir: "mi pueblo está dormido, hundido, confundido, engañado, maltratado, alienado." Las primeras imágenes que embrujaron mi imaginación e impulsaron la escritura del libro requerían descripciones y narradores que me llevaron naturalmente a la novela. Sabes, como yo, que llega un momento en que las herramientas de la poesía no se adaptan al proyecto que quieres realizar o a la manera como lo quieres presentar, que a veces los planes se vuelven muy complejos y nos obligan a buscar nuevas estructuras. No digo que he abandonado la poesía sino que por ahora busco otras formas de expresión; aun así creo sinceramente que el poeta sobrevive en toda circunstancia.
—Sé que tienes mucho tiempo residiendo fuera de República Dominicana y que, en cierto modo, te mantienes un poco a distancia sobre el mundo literario dominicano y sus preocupaciones, sin embargo, por tus artículos y otros materiales, se advierte que te mantienes actualizado sobre los grandes debates nacionales, ¿Qué lectura esperas que tenga esta novela de uno y otro lado de la isla?
—Una vez un libro sale a la luz deja de ser nuestro y pasa a pertenecer al público. El autor se convierte en un lector más, aunque se sienta unido a él por lazos sentimentales. Un libro es como un hijo que se va solo por los caminos del mundo a enfrentar su propio destino. Como autor es normal que uno espere generar algún debate en torno a los temas que uno considera importantes, pero hay que estar preparado para el rechazo, para la crítica aunque nos parezca negativa o injustificada o simplemente para la indiferencia. No está en nuestro poder, afortunadamente, decidir la reacción de los lectores; ese sería el fin de la literatura y del arte.
—En la parte oriental de la isla, República Dominicana, se debaten más varias posiciones frente a la coexistencia de dos naciones sobre la isla Hispaniola, ¿hacia cuál de ellas se orienta El día de todos?
—Traté de no tomar posición, pues empañaría la relación de respeto y de comprensión que como autor le debo a mis personajes. Escribir una novela no es un asunto de expresión y de posicionamiento personal; creo que el autor tiene una obligación insoslayable con la obra en sí independientemente de sus sensibilidades políticas o de sus simpatías ideológicas. Nietzsche afirmó una vez que en cualquier página de un libro podemos encontrar un pedazo de autobiografía. Quizá tenga razón y sea inevitable que en nuestros textos trasluzca —aunque no sea esa nuestra intención— una parte de nuestras ideas y de nuestros sentimientos.
—Tu historia, tus personajes y sus miedos y obsesiones se mueven de un lado a otro de la isla, poniendo de manifiesto, sobre todo, la miseria, la barbarie y la desigualdad social entre los seres que pueblan esa tan variada y estrecha geografía, ¿no refuerza esto la eterna acusación de organismos internacionales de que en el lado oriental existe una marcada discriminació n y explotación por los naturales de la parte occidental de la isla?
—Si algo nos debe preocupar no es que alguien use la novela como referencia para ilustrar alguna tesis sino que existan en nuestra cotidianidad condiciones de vida de miseria, de barbarie y de desigualdad social que justifiquen un sentimiento de indignación. Pero a cada uno sus responsabilidades. Un escritor no puede practicar la autocensura —la forma más solapada y cobarde del silencio— por miedo a posibles interpretaciones. Si mis personajes ponen de manifiesto lo que dices es porque ese es el medio en donde ellos y a la vez millones de ser humanos verdaderos viven y mueren cada día. Quizás no esté de más repetir las palabras de Brecht, "soy un autor dramático, muestro lo que he visto y he visto mercados de hombres en donde se comercia con el hombre. Eso es lo que yo, autor dramático, muestro".
—El rol que juegan tanto la Iglesia Católica como las Fuerzas Armadas Dominicanas, claramente representadas por importantes representantes de ambas instituciones en la novela pone de manifiesto el papel que históricamente han jugado la una y la otra en la solución o agudización del problema domínico-haitiano, ¿y la magia, la religiosidad popular y las creencias de ambos pueblos, qué rol desempeñan?
—Como bien señalas algunos personajes y algunos aspectos del libro tienen un valor altamente simbólico. Las fuerzas armadas y la Iglesia Católica representan formas identificables del poder. La magia y las creencias en de todo tipo son elementos a la vez translúcidos e indispensables, como el aire a través del cual contemplamos un paisaje. Las diferentes voces de los dioses, las campanas y los tambores, ofrecen una tal riqueza narrativa que resulta difícil no utilizarlos, aparte de que cumplen un papel de diferenciació n muy sugerente.
—Tanto tu novela El día de todos, como La breve y maravillosa vida de Óscar Wao de Junot Díaz —ambos textos de autores dominicanos residentes en el exterior— ponen de manifiesto la brutalidad y los abominables métodos de tortura y chantaje con los que actúan las fuerzas militares y policiales del país, y sobre todo, la aparente aprobación o desentendimiento del Estado y la propia sociedad dominicana, ¿crees que, por el propio hecho del autor no depender directamente de los sectores públicos o privados del país, tiene mayor apertura o libertad para cuestionar o enfrentar ciertos estamentos de poder político, militar o económico?
—Pienso que el artista que no es libre está perdido. La libertad, no solo frente a los demás, sino frente a sus propios demonios como la vanidad, la soberbia, el afán de lucro o su preeminencia social. La libertad y la independencia de criterios son indispensables para crear un espacio de creatividad. Un escritor se las debe arreglar para mantener una distancia saludable entre las tentaciones del presente y su deber hacia sí mismo y hacia sus propias verdades, pero creo que si respetas el hombre libre que vive dentro de ti nada ni nadie podrá impedirte realizar tu obra sin importar donde vivas o lo que hagas como pasó con Omar Khayyam, Rubén Darío, Juan Ruiz o Moliere.
—¿Cómo se ve, desde fuera, la tierra de uno?
—Como uno ve, desde la lejanía del tiempo, al niño que fuimos una vez. Uno contempla esa criatura que corre descalza por los senderos de su pequeño mundo sin preocuparse por un futuro que parece irreal o por un mundo que entonces luce tan lejano e inalcanzable. Nos damos cuenta de nuestros defectos y descubrimos que también son nuestras virtudes; nos apena nuestra vulnerabilidad y descubrimos en ella el signo de una extrañable riqueza de amor y de fraternidad. La nostalgia no es un mito romano, dije una vez en mi Flagellum Dei y creí hablar del rey de los Hunos. Ahora sospecho que quizá hablaba de mí mismo.
—¿Qué escribes, cuáles proyectos tienes en carpeta? ¿Tienes planes de residir en República Dominicana en el futuro?
—Tengo tantos planes que me asusta la posibilidad de no tener tiempo de llevarlos a buen término. Por el momento estoy trabando otro texto de novela. Nunca he planificado un libro de poesía, pero no me asombraría si un día me levanto y comienzo a escribir uno. He conservado una casa en Santo Domingo y es muy probable que regrese a mi país este año; esta vez para quedarme.
Juan Carlos Mieses básico
Nació en Santa Cruz del Seybo (República Dominicana) en 1947. se licenció en Letras en la Universidad de Tolouse, Francia, país donde vive en la actualidad. Su carrera literaria se inició y expandió desde la poesía, género en el que ha publicado varios libros: Urbi et Orbi, premio Siboney de poesía (1983) y traducido al occitano; Flagelum Dei, premio Siboney de poesía (1985); Gaia, premio Pedro Henríquez Ureña de poesía (1991); Dulce et Decorum est… (1997) y Aquí, el Edén (1998). Su poemario Desde las islas fue escogido Premio Inernacional Nicolás Guillén, otorgado en México (2000). También es autor de cuentos y de obras teatrales llevadas a escena en su país, como Los siete sueños de Meuda-San (1991) y Ópera Merengue (1995). El día de todos es la primera novela que publica. [mediaIsla]
Rodríguez Soriano presenta "El mal del tiempo" en Boston y Nueva York
Miami, FL.– Continuando con la promoción de su exitosa novela El mal del tiempo René Rodríguez Soriano viaja a Boston y Nueva York donde realizará una serie de presentaciones, lecturas y firmas de libros además de participar en el programa de talleres de escritura creativa del sistema escolar de Massachusetts.
Del 1 al 5 de junio, Rodríguez Soriano cumplirá una amplia jornada de trabajo con los estudiantes del programa Hispanic Writers Week, auspiciado por la Universidad de Massachusetts Boston, impartiendo talleres y realizando lecturas y firmas de libros en centros educativos e instituciones afines.
El sábado 6 de junio, a las 7 de la noche tendrá lugar la presentación de El mal del tiempo en la Casa Dominicana, Inc de la ciudad de Lawrence, MA. La presentación en Nueva York será el domingo 7 a las 5 de la tarde en el Comisionado Dominicano de Cultura en Estados Unidos.
El mal del tiempo, ganadora del Premio UCE 2007 y presentada exitosamente en Miami, Santo Domingo y San Juan, PR, ha sido bien recibida por la crítica y considerada como un documento que invita "a repensar la dominicanidad" para no seguir tropezando continuamente con la misma piedra.
Como en una especie de diario, compuesto por 13 cuadernos, la novela recrea ese sentimiento de generación reprimida que vivieron los dominicanos durante los repetidos gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer y narra de una forma muy particular los más sonados asesinatos políticos, desapariciones y persecuciones patrocinados por el opresivo gobierno.
Presentación en Lawrence, MA
Sábado 6 de junio a las 7:00 PM. Casa Dominicana, Inc. 160 Garden St, Lawrence, MA 10840. Contacto: 978 726 3760 – 978 327 5262. Autora invitada: Minelys Sánchez.
Presentación en New York, NY
Domingo 7 de junio a las 5:00 PM. Comisionado Dominicano de Cultura en Estados Unidos. 541 West 145 St, 2nd Floor. New York, NY 10031. Contacto 212 234 8149. Autor invitado: Jimmy García.
Oriundo de Constanza, René Rodríguez Soriano está considerado entre los principales autores dominicanos residentes en el extranjero desde que emigró hacia Estados Unidos, donde vive hace más de 10 años. Entre sus títulos destacan Su nombre Julia, La radio y otros boleros, Canciones rosa para una niña gris metal, No les guardo rencor, papá y Todos los juegos el juego. Entre otros, ha sido merecedor del Premio de Cuento de Casa de Teatro 1996; Premio Nacional de Cuentos José Ramón López 1997; Premio de Novela UCE 2007 y Premio de Poesía UCE 2008. Mayor información www.rodriguesoriano .net [mediaIsla]
El General Soto Jiménez: Entre las patas de la creación literaria
Ser justo es lo primero… Juan Pablo Duarte
Por Miguel Ángel Fornerín © mediaIsla
Un amigo me pide que lea el artículo del General Soto Jiménez sobre la novela de Juan Carlos Mieses, publicado en Ventana este domingo. Vuelvo a abrir el Listín; ya había visto el artículo, leí unas cuantas líneas y lo abandoné diciéndome, en mis adentros: "no tenía conocimiento de que Soto Jiménez fuera crítico literario…" No crean, amigos que me sentí desplazado en la brega que llevo con la representació n literaria, no. Es que desde el principio de su artículo, el General unió autor y obra. Y, para colmo, escribe desde una intimidad con el autor que no me motivó a continuar. Tampoco encontré en la recensión ese atildado estilo de la carta que Soto Jiménez le envió a Hipólito Mejía y que yo guardo para algún día dedicarle algunas reflexiones. No tanto por su decir, sino porque ese un cementerio de palabras que huele a otra época.
Pero entremos en materia. La idea del General entre las patas de la creación es una metáfora suya: "induciendo una advertencia enredada entre las patas de la fascinación literaria". Lo de la creatividad, por de pronto, es que el General divide la obra y el contenido. Es decir, expresa una poética dual. Todo su artículo es la expresión de una poética que divide el contenido de la forma, por eso dice al final: todo lo demás es literatura, estilo, forma, talento, poesía, mucha poesía. El General se come la carne y nos deja el hueso. Claro, el dualismo entre la forma y el sentido es el mismo que maneja el poder. Es el divorcio entre la forma y la palabra, entre el vivir y el pensar. Es el olvido de lo poético como contradicción. La visión maniquea del mundo es el cuerpo y el alma, los esclavos y los amigos. Los que mandan y los que son mandados. Y de eso sabe el General. No se maneja un ejército sin someterse. Y someter.
De lo que habla el General no es entonces de la obra de Juan Carlos Mieses, subido al cielo por la complicidad y la alabanza. No. Lo importante es lo que está detrás. Y el General no nos engaña. Ni creo que lo pretenda. El problema es Haití. Lo que el artículo despliega es una forma operativa en que las clases oligárquicas y sus voceros, enquistados en todos los niveles, quieren convencernos del "peligro haitiano". Claro mientras ellos hacen negocios con Haití, mantienen una inmigración desordenada, mientras el trabajo barato de los braceros haitianos engrosa sus caudales.
El problema es viejo y cada cierto tiempo tiene un episodio nuevo. Pero es un problema del siglo XX, que la literatura ha mostrado con toda su crudeza. El General habla de "El masacre se pasa a pie", claro lo cita pero si lo analizara se enredaría en las patas de la creatividad contradictoria: el ejército dominicano, santificado por su papel de defensor de la nacionalidad, es el que a través de sus miembros espoleó a los haitianos de la frontera en el "Corte"; eso se puede leer muy bien en "El Masacre" de Freddy Prestol Castillo.
La literatura es la única que nos puede dar el valor del pasado, sin las trabas ideológicas que los sujetos ponen en el texto discursivo. El operativo antihaitiano que el General despliega es la forma en la que el poder busca su legitimidad. El peligro haitiano es lo único que hizo que el presupuesto nacional para la guerra fuera mayor que el de la educación en el siglo XIX. ¿Podrán otros decirnos, por qué se mantienen actualmente unas fuerzas armadas numerosas? Contra los haitianos somos nacionalistas, pero no lo somos con el mismo rigor para respetar la institucionalidad y la justa distribución de la renta nacional.
No debe olvidar el General que esas mismas fuerzas mantienen la corrupción en la frontera y son parte del negocio con los inmigrantes haitianos que trabajan en las fincas de los que piensan que "los haitianos son un peligro". Un siglo de mentiras. El peligro no es haitiano. Es dominicano. Los que lo enarbolan, jugando a la lotería de la nacionalidad, el patriotismo, la identidad esencialista, y con todos esos operativos, no hacen más que mostrar su propia máscara. Siempre han estado al lado de un poder que saquea al Estado nacional. Comenzando por Pedro Santana y su postura frente a la Constitución de San Cristóbal. Siempre han tenido intelectuales a precio, como Bobabilla, para crear un discurso más o menos convincente. General, dejémonos de "simulacros. " No olvidemos que nos encontramos en un tiempo de la comunicación global. Ya no se nos puede engañar con los temores nacionales. Las guerras contra Haití terminaron en el siglo XIX. Ahora toca construir un estado nacional y protegerlo de los que en su nombre no hacen nada más que mantener la corrupción, la desorganizació n y el despotismo.
Pero es difícil hacer ética desde la política o desde los cuarteles. Esa ha sido nuestra peor desgracia. Usted y yo sabemos que nadamos en aguas profundas. Pero ya la gente no muere, tan frecuentemente por decir lo que piensa, siempre han existido dominicanos capaces de decir lo que piensan sin tenor a las consecuencias. El tema de Haití, ha sido el caldo de escritores ante los cuales ni usted ni yo tenemos nombre ni agarre suficiente. Lo que sí podríamos decir es de cual perspectiva se trató y que tipo de operativo ideológico desplegaron. Cuál ha sido su tributo. Veamos: José Ramón López, quien de crítico se convierte en Senador de Lilís; aunque sus trabajos sobre Haití son posteriores a la Dictadura, la relación entre el decir, el vivir y el poder queda meridianamente establecida.
Peña Batlle que, en sus bellos sentires dominicanistas, le presta su erudición al proyecto Trujillo. Freddy Prestol Castillo quien hace su mea culpa por su libro Paisaje de la frontera. Don Emilio Rodríguez Demorizi, quien en dialogo con Price Mars no deja de teorizar un problema sin ver la hondura de sus consecuencias. Los "Cuadernos Dominicanos de Cultura" no son más que la intelectualidad del silencio. Frente a esa ideología autoritaria- dominicanista, nos queda la poesía: Sí, General, la poesía, la creatividad. El poema "Yelidá" de Hernández Franco, "Luis Pie" de Juan Bosch, el poema "El haitiano" de Moreno Jimenes y "Rabiaca del haitiano que espanta los mosquitos", de Rubén Suro García-Godoy; también, Over de Marrero Aristy y otras tantas obras que sería prolijo enumerar.
Cuando nuestros estudiantes analizan esas obras cimeras de nuestra literatura no pueden concluir en la estratagema del peligro haitiano, ni de la patria invadida, ni del territorio ocupado. El sentido contradictorio los llevará a amar al vecino; a pensar una utopía de la convivencia, antes que azuzar los odios y los rencores. Sólo le transcribo el poema de Domingo Moreno, que ayer releía a propósito de unos inmigrantes hindúes que viven en un bosque de Melilla, esperando entrar a Europa a cumplir un sueño humano: vivir como todos los seres de la tierra con dignidad. Aquí va un trozo del poema del gran Moreno:
…Ese haitiano que no puede prescindir de la cuaba, y prefiere tabaco del fuerte y aguardiente del malo, es bueno a su modo, y a su modo rico y a su modo pobre. ¡Benditos los seres que maltratan al hombre! ¡Bienaventuradas las cosas humildes que se yerguen siempre sobre el polvo frío de todas las cosas!...
Demasiado poesía, General, demasiado. Tanto como para convertir a la creación en una mula, como la de Fello Macario, una mula contra todas las ideologías y los operativos en los que se despliega esa dominicanidad. Donde las palabras y las cosas se debaten. Donde el silencio sigue siendo cómplice y la memoria una facultad olvidada a favor de medrar y tomar las migajas que el poder da. Es difícil ser intelectual dominicano, General. Como Américo Lugo –salvo distancia y la categoría- prefiero escribir desde un rincón de mi casa. Saludos a sus camaradas. [Miguel Ángel Fornerín]
De vez en cuando
Aislados lados
Ayer español nací, a la tarde fui francés, a la noche etíope fui, hoy dicen que soy inglés: ¡no sé qué será de mí! Padre Vásquez
Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla
Dibujábamos la isla irregular y perfecta como un trozo de queso, que se nos derramaba de las manecitas regordetas, temblequeantes. Retozábamos incrédulos sobre los cinco cacicazgos, trastabillando contra el horizonte. Marién, Maguá, Maguana, Higüey y Jaragua, frondoso mundo que desbordaba las pupilas. Quisqueya, Hispaniola, Saint Domingue, Santo Domingo…
Eran tonos pasteles casi siempre, aclarando un gris que trasuntaba en negro mate. Luego, en el libro de historia, alguien con una raya infame, partió la isla en dos mitades que, como todas las mitades carecen de balance. Mientras de un lado idealizan los doradísimos bucles de un impoluto patricio ojiazulado; del otro, quién sabe, si habrá peineta para enhebrar las ásperas crenchas del moreno que le dio la mayor lección de dignidad al mundo.
Después del cuarto grado de primaria, si bien era incómodo dibujar un pez sin cola o sin cabeza, resultaba más tortuoso entender por qué Haití, por qué Dominicana. De alguna forma me contaron las sagas de un Colón que con sus carabelas cambió el paisaje y los contornos, fundando y repartiendo colones y colonias por estas geografías; de unos Pinzón y unos Ojeda; de un Guarocuya, alzado por su mula y por su hembra; y de un Osorio, repoblando y devastando ganado y peonía. También me hablaron sobre los bucaneros, los piratas ingleses, los holandeses y sus biblias protestantes.
Merendaríamos en los zaguanes de la enseñanza secundaria con lo que propalaba el manual de Bernardo Pichardo. Nos hablaron de Boyer y Dessalines, como si de los Borgia se tratara. Poco supimos de la negra noche del 42 en la frontera. En gramita dos, y sucesivas de la Universidad, habríamos de conocer la sublime utilidad del perejil. La vida siguió su curso historia adentro, maquillada, troquelada, al antojo de los señores y sus amanuenses.
Desde mediados del siglo XVIII, gemelos o siameses, haitianos y dominicanos, coexistimos a orillas del mismo arroyo, rumiando el mismo pasto ¿por separado? Desde cada aislado lado se mira con ojeriza hacia el otro lado. Se han tejido infinidad de teorías, explicaciones y oscuros designios. Ya no son los tiempos de los copiosos algodonales, ni de los tibios cañaverales, pero los puentes son los puentes, dicen.
Dibujamos la isla imperfecta y careada como un trozo de pan indeseado… Duarte y Louverture, incomprendidos y manoseados, en vano tratan de recomponer el mapa absurdo y oscuro que nos arropa. La iglesia, como siempre, la iglesia continúa amando la pobreza. [René Rodríguez Soriano]
Don Delillo: Apocalipsis al nivel de la calle
El tiempo comenzó a cambiar cuando los dueños de las corporaciones empezaron a recibir más respeto y consideración que los jefes de Estado.
Por Matilde Sánchez © Clarín
Es una de las voces más brillantes de la novela posmoderna estadounidense, cuyas visiones lo emparentan con George Orwell, en un registro que conjuga el realismo con la ciencia ficción. Don DeLillo reflexiona aquí sobre Nueva York, la ciudad que lo hizo escritor, las limusinas, la velocidad y el dinero: "La tecnología nos ha vuelto maleables, inocentes y muy supersticiosos" .
Caminar ahora por la zona del Ground Zero ya no sólo habla del 9/11. Ahora es además una metáfora —grotesca, por lo textual– del "derretimiento" de los mercados. El sitio participa como ningún otro de lo que el filósofo y urbanista francés Paul Virilio llamó el accidente global , la catástrofe local que se centuplica en lugares apartados en virtud de un relato colectivo ejemplarmente dominante. Crisis de crisis encadenadas a las que se suman ahora las narrativas de la alarma sanitaria, todo ello alimentado y producido por las cadenas de noticias, en tiempo real, las 24 horas. No es la vida estrictamente; es la realidad, mitad inevitable y mitad inducida, de las pantallas y pizarras electrónicas de Times Square. Ese es el universo DeLillo: el Apocalipsis "al nivel de la calle". Nadie tuvo mayor antena que este escritor, nacido en el Bronx pero hoy vecino de Brooklyn, para narrar las corrientes que alientan en la multitud, ya se trate de una estampida ecológica o de la marea de fanáticos rumbo al superclásico de béisbol. Exploró todas las posibilidades del accidente, incluido el avatar de los mercados y encontró la forma y el lenguaje para representar las grandes avenidas del presente –y digo avenidas porque ningún otro autor norteamericano auscultó con tanta sutileza los devenires de la ciudad cosmopolita, un camafeo del mundo a escala, en este, el tiempo que Jacques Derrida llamó "modernidad tecnocapitalista" . El primer libro que lo dio a conocer en grande fue Ruido de fondo , con el que ganó el National Book Award en 1985. Allí una familia bien acolchada en el consumo y los paraísos suburbanos de pronto se ve lanzada al éxodo. Y en 1991 vino el premio Faulkner del Pen Club para la extraordinaria Mao II . Aunque tramos del Muro de Berlín todavía no habían sido demolidos, él había aislado en plena Guerra Fría los elementos "futuribles" del presente, en la mejor tradición visionaria de George Orwell. Varias novelas de DeLillo presentan a terroristas y conjurados internacionales: de hecho, la conspiración es la unidad mínima de la política. ¿Pero hasta qué punto puede seguir llamándose ficción a sus cuadros con presagios, en los que la televisión y la sociedad del espectáculo ya son parte de nuestra fisiología? Su obra, muy pronto emparentada con la de Thomas Pynchon (con quien se dice que juega al poker una vez por semana, aunque él lo desmiente), no parece nutrirse tanto de la tradición literaria de su país como de los titulares de los diarios, leídos con un ojo radiográfico. DeLillo es un marciano ante la caja boba. Los medios y la realidad que éstos construyen han sido, junto con la ciudad, su objeto de inspiración y espanto. Pero cuando se lo mencione a él va a negar que sus libros surjan de ensoñaciones futuristas a partir de los titulares –como sí le ocurre a Lauren Hartke, protagonista de Una artista del cuerpo –, sino de una gran cantidad de estímulos que no puede rastrear. Después de Submundo , su gran obra coral, escribió novelas intimistas basadas en la precisión de los climas y un diálogo en hilachas; es decir, enfocó las consecuencias del "tecnocapitalismo" en la subjetividad. Es el caso de Una artista del cuerpo , Cosmópolis y El hombre del salto , y de cuatro obras teatrales representadas en diversos escenarios pero inéditas en castellano. "Me convertí en escritor por el solo hecho de vivir en Nueva York y atender a las cosas buenas, prodigiosas y aterrorizantes que la ciudad logra ensamblar", explica. Prefiere enmascarar sus lecturas con un tono diminutivo que no llega a falsa modestia, con ese gesto de muchacho mayor nacido en el Bronx, hijo de inmigrantes italianos: todo en él es suave y a la vez callejero y el rostro sugiere a un ex rufián reencauzado, sin otra secuela que unas mejillas poceadas. Nuestra charla tuvo lugar en abril en las oficinas de la agente literaria que lo acompaña desde Americana , su primera novela. —Impacta releer "Cosmópolis": Eric Packer, protagonista de la conectividad global, sostiene que el presente es cada vez más difícil de encontrar. Fue succionado para dejar lugar al "futuro de los mercados incontrolados y de un desmesurado potencial inversor". En su Nueva York aparece la ciudad mutiétnica en la que cabe el mundo, pero Packer se siente más en casa ante el goteo de cotizaciones bursátiles de Corea, Japón y Rusia. En el brillo hipnótico de la pantalla líquida ve "el resplandor del capital cibernético". En " Jugadores" , de 1977, el esposo se ve envuelto en un atentado contra la Bolsa de Comercio y su mujer trabaja en el WTC. El matrimonio contempla un avión acercándose demasiado a las Torres Gemelas: "Parece que fuera a chocar", observan. Su realismo es muy próximo a la ciencia ficción. —Para mí la diferencia entre géneros es muy borrosa, en verdad. En Jugadores , el supuesto vaticinio no surge de una teoría previa sobre las finanzas sino de una experiencia al nivel de la calle. Yo tenía un amigo corredor de valores que se pasaba cada mañana en la Bolsa, estamos en los años 70. Yo tenía la idea de un personaje comisionista y él me llevó al piso, algo que hoy no sería posible. Aunque estuve allí apenas una hora, pude entender cómo funcionan la ansiedad, los nervios, la conmoción, la presión intensísima de la vida de los agentes entre las 9 y las 15. Lo sorprendente era lo irreal de toda la situación, los movimientos de gente real haciendo cosas que están más allá de mi entendimiento, su carácter de burbuja, su virtualidad. En la Bolsa no hay nada, ahí no está el dinero, es inmaterial, y sin embargo, gobierna el mundo. Esa visita fue crucial. —Usted ha sido comparado con Ballard y Orwell por este carácter visionario; ¿cómo funciona el radar? —Cada uno de mis libros llega primero como una visión tridimensional. La calle no siempre es la fuente. A veces tengo una idea, otras es una foto que me impacta, como en El hombre del salto , la foto del trabajador que sale de las torres con el portafolio cubierto de polvo. Es misterioso. De hecho, lo que me encanta de la ficción es este misterio: ¿De dónde diablos llegan las ideas? Siempre es difícil saber si uno tomó el camino correcto en la ficción. Claro que el camino correcto no existe, sobre todo si uno va por el comienzo. —En "Los nombres", de 1982, se vislumbra que el mundo está por dar un giro drástico aunque aún no se vea adónde. Se trata de un texto de la Guerra Fría, con personajes de expatriados marcados por la paranoia y los oficios clandestinos. —Lo escribí a fines de los 70. En mi vida y en eso que llama mi carácter visionario, fue importantísima la experiencia de emigrar por tres años a Grecia. Renovó por completo mi manera de hacer ficción y me convenció de la enorme relevancia de la literatura. Tendría que esforzarme mucho y más. El hecho de que estuviera en un país con otro idioma me hizo prestar mayor atención al mío. —Alguna de sus novelas sugiere que usted se inspira en cierto residuo ficcional de las noticias, digamos, en el reflujo de un informativo tal como aparece en un sueño. ¿Fecharía en esa estadía griega la percepción de una globalidad que reptaba bajo la Guerra Fría? —En Atenas tuve una gran perspectiva del terror político y religioso que nos rodeaba. Eran los años de la revolución en Irán y el Líbano estaba en guerra. Atenas estaba llena de refugiados de Beirut y había coches bomba y protestas antiamericanas a toda hora. Ahora que están dando Hunger , el filme notable de Steve McQueen, recordé que entonces las protestas por los militantes del IRA estaban a tope y la embajada norteamericana tenía pintadas con. "Liberen a Bobby Sands", el independentista irlandés que hizo la huelga de hambre. Todo ello fue a dar a Los nombres en base a entradas cotidianas que yo registraba casi como en un diario. Me hizo mucho más consciente de la disciplina que se necesita para crear una novela significativa. Sólo después llegó Libra , cuyo tema, el asesinato de J. F. Kennedy, un hecho de semejante magnitud histórica, me hizo sentir todo el peso de la responsabilidad. El escritor debería sentir siempre la exigencia de los antecedentes literarios. Si uno escribe en inglés, debe tener presentes a los maestros, nombres como James Joyce. —¿Tuvo un llamado del compromiso? —Sí y no... Libra : la empecé al enterarme de que Lee Harvey Oswald, el asesino del presidente Kennedy, vivió y creció en el Bronx, como yo y por los mismos años. Oswald vivía apenas a cinco cuadras de mi casa cuando él tenía 13 y yo 16. Eso me dio la sensación de estar sumergiéndome en un momento crucial de la historia de mi país. Nunca antes me había concebido como esa clase de escritor. Entonces volví a mi viejo barrio y a la casa del asesino de Kennedy. Supongo que eso sigue siendo el nivel de la calle... —Las Torres Gemelas aparecen en pie en tres de sus novelas, antes de aparecer en ruinas en "El hombre del salto". Siempre son una instancia tétrica del circuito urbano. —Es que las vi levantarse en el horizonte, con eso bastaba... Nunca fui optimista sobre el influjo de las Torres. Mi esposa y yo vivíamos en la calle 32 en ese momento, a casi treinta cuadras, y estábamos construyendo una terraza. No bien la construcción superó cierta altura, ya se podía apreciar que era un ejemplo de arquitectura catastrófica, tan descomunal y omnipresente. La única manera de que pudiéramos soportarlas era por su dualidad, una sola habría sido enloquecedora. Al menos siendo dos, se neutralizaban y suavizaban por su diálogo de luces en espejo. —Volvamos a "Cosmópolis". Packer apuesta su fortuna contra el yen. Se publicó en 2003 y fue leída como un retrato de George Soros cuando perdió los dos mil millones apostando contra el rublo. Pero ahora se la lee como su novela sobre las Torres. —¿Cuándo fue lo de Soros? No tenía ni idea, él no fue mi referente. ¿Sabe cómo surgió ese libro? Con la idea de hacer una novela sobre la pesadilla del tránsito entre el este y el oeste de Manhattan en un día laborable. En una de mis caminatas por la ciudad me encontré ante un nuevo edificio resplandeciente en la 47 y la Primera avenida. Me dije, "Podría ser la vivienda de un multimillonario" . La segunda cuestión: a comienzos del 2000 era el delirio de las limusinas blancas. Me dije, "¿Qué pasa, qué hace esta gente en estos ridículos autos descomunales, un pasajero y un conductor en un espacio de diez metros de largo que no deja sitio a nadie? Entonces imaginé a un tipo brutal y al mismo tiempo capaz de conmoverse con la buena poesía –seguramente porque mi librería favorita, el Gotham Book Mar t, que fue devorada por la expansión inmobiliaria, quedaba justo en la 47. Hay más que eso, claro, pero quiero decir que así surgió. La estructura nunca está allí al comienzo, es una construcción lenta. —Allí aparece otro de sus temas, la exploración de una sexualidad muy maquinal, propia de la era de la hiperconexión, ¡casi una pornografía de videojuego! Packer se mueve en altas esferas inmateriales pero coge como un robot en la limo, en un callejón, en una toma de desnudo masivo que evoca una producción de Spencer Tunnick. —Sexo, tiempo y dinero, ¿eh? Llegué a inventar una teoría... Usted conoce el dicho, el tiempo es dinero. Cosmópolis refleja la descomunal importancia que el dinero cobró por estos años, hasta cambiar nuestra percepción del tiempo. El tiempo empezó a pasar más rápido al comienzo del siglo XXI. Eso se vuelve literal en el libro, cuando el personaje ve en su televisor de la limo cosas que aún no han sucedido. El tiempo rebasó sus límites convencionales. Esto es posible porque el mundo occidental tiene esta fijación obsesiva. —¿Cree que el dinero, y no la tecnología, aceleró el tiempo ? —Ambas cosas van juntas, desde luego. Fecharía el cambio de nuestra percepción temporal en los primeros años del presente siglo pero no en el comienzo. Esto fue evidente para mí cuando los dueños de las corporaciones empezaron a recibir más respeto y consideración que los jefes de Estado. Packer está viendo pasar toda su vida en un día, por eso todo es tan intenso, incluso el sexo. Por un lado, él da el sexo por sentado, es algo que se debe hacer; pero por el otro, sexo y dinero son las únicas cosas que lo hacen respirar. Por eso el sexo tiene una cualidad tan tecno; Eric le pide a su guardaespaldas que le dispare con una arma de utilería, para experimentar, cuando jamás le pediría que lo apuñale; no es tecno, la sangre lo espanta. —Después de "Submundo", usted narró relaciones de intimidad y encierro con unos pocos personajes, algunos en soliloquio. ¿Cómo se vuelve a escribir después de una obra así? —Como se vuelve siempre... En mi caso con una idea: una pareja tomando el desayuno a la mañana, la forma en que se mueven en el espacio familiar, la clase de conversación abreviada de quienes se conocen bien. Con Una artista del cuerpo empecé a interesarme mucho en el tiempo. Es tan difícil escribir sobre el tiempo. En esa novela, el Sr. Tuttle anda en busca de una dimensión del tiempo que no es la nuestra. Algunos lo interpretan erróneamente como fruto de la imaginación de la protagonista pero para mí no lo es. Tuttle es de lo más real, sólo que vive en una dimensión fuera de las que nosotros consensuamos como realidad. Tuttle ve todo el tiempo lo que va a ocurrir porque él vive allí, sin pasado, presente ni futuro; y esa es su enfermedad congénita. Fue Einstein quien observó que el tiempo es una ficción; nos reinventamos el tiempo cada mañana para conservar la cordura. —¿Y el espacio? Usted y yo podemos hablar sin saber en qué punto nos encontramos. La presencia del otro ya no es fehaciente. Hoy día somos ubicuos por primera vez en la historia. Podemos ser personajes de Philip Dick. —Especialmente si uno vive en la ciudad, la tecnología vuelve el tiempo más intenso y, sobre todo, inmediato. Es cierto que el espacio también se ha vuelto ficcional. Los relojes digitales separaron el tiempo del espacio. En el reloj de números, la distancia de la aguja relacionaba el tiempo restante para una cita con un tramo material, el que espacio que le faltaba recorrer en el cuadrante. De algún modo, uno encajaba las actividades de modo imaginario allí. Ahora el espacio a recorrer, el tiempo que falta transcurrir ya no está en el instrumento. Es numérico y por lo tanto, virtual. —"Una artista del cuerpo" no les gustó a los críticos de su país. La consideraron europeizante. —Creo que esa no la entendieron. .. En cambio, en Europa motiva adaptaciones para danza, ópera, lo que se le ocurra. No podría decirle por qué me dediqué a los individuos. Pero en todos esos libros, sabía que tendrían pocos personajes y que serían pequeños. —Aunque usted había trabajado el tema, "Submundo" es su novela sobre la Guerra Fría. —Esa sí que surgió de los titulares... En 1951 hubo un histórico partido de béisbol entre los Dogers y los Giants. Cuarenta años después, a raíz del aniversario, volví a recordarlo, yo sentía la picazón misteriosa de que podía llegar a escribir sobre él. Fui a la biblioteca y encontré que en la edición del día posterior, el 4 de octubre, el New York Times había hecho su tapa con dos titulares que competían en idéntico número de líneas, uno, el partido, el otro, la noticia de que los soviéticos habían detonado una bomba atómica en Kazhajstán. La simultaneidad me golpeó. Me lanzó estilo apóstol, "Ve a predicar por el mundo ..." Así fue como me embarqué durante cinco años en esa novela gigantesca. Y por eso la Guerra Fría se convierte en algo tan significativo para el libro, por la detonación. En cambio, Mao II surgió de la foto de un casamiento colectivo de la secta Moon en Corea. La vi y me inquietó, ¿qué diablos hacen todos estos chiflados juntos? Parecían un batallón, salvo que se estaban casando. No eran soldados, eran seiscientos novios. —En sus libros, la identidad del otro, con sus creencias y valores, suele ser una variable de la seguridad urbana, se trate de un terrorista o de un chofer inofensivo. ¿Cómo recibe el regreso de la religión como razón política en el mundo entero? —Bueno, ese otro mundo se siente amenazado por nuestro credo científico; consideran sobre todo que nuestra velocidad contemporánea y los derechos de la mujer ponen su mundo en peligro. Tomemos por ejemplo la clase de religiosidad de los terroristas en el 9/11; el personaje de Hamad, en El hombre del salto , está convencido de que la muerte es más fuerte que la vida y eso lo tiñe todo. Por otro lado, es cierto que cuesta creer y explicarse cómo persiste el fundamentalismo en casa, al punto de negar el darwinismo. La novedad es que algunos autores realmente ilustrados ahora alumbraron este concepto del Diseño Inteligente, a fin de terciar entre esos mundos tan contrapuestos. Usted debe tener en cuenta que los Estados Unidos es un país enorme y sus partes avanzan en eterna reacomodación. A los que llevan varias generaciones en este suelo se sumó la inmigración europea y ahora la asiática; ese cóctel continúa con nuevos ingredientes. Pero claro, hay sectores que no tienen ganas de readaptarse. —¿Ve un futuro para los libros bajo la nueva velocidad? —Tiendo a creer que la literatura trasciende su momento histórico. En cada buen libro hay fragmentos que serán muy significativos para el lector dentro de 30 años. Quien sabe cómo será el mundo en 50 años, quién sabe si habrá lectores... Es más imprevisible de lo que uno imagina. En mi juventud la tendencia general era estudiar en una escuela de cine. Ahora, con la crisis, ¡todos los jóvenes quieren estudiar derecho! Quién lo hubiese dicho, en mi época era lo menos cool del mundo. —Una de las grandes originalidades de su narrativa es el tratamiento del diálogo, de un realismo lacónico y con un montaje veloz. Y lleva ya escritas cuatro obras de teatro. ¿Cómo es pasar de la novela a la dramaturgia? —Uff, creo que si no fuera novelista el teatro me resultaría insoportable pero es interesantísimo entrar en el espacio teatral y aprovechar el intercambio. En los ensayos al principio uno se fastidia porque los actores no han leído la obra de uno y uno cree que están arruinando todo. Pero después ellos se reacomodan. Y además es disparatado ver cómo en una función el público se mata de risa y en la siguiente no se oye una mosca, es misterioso. Todas mis experiencias con el teatro han sido muy buenas. —Ninguno de sus libros fue llevado al cine, algo insólito porque son muy cinematográficos. —Bueno, piénselo de otro modo; quizá he sido afortunado.. . Siempre hay interés pero en todos los casos quienes se entusiasman son directores independientes, que no consiguen fondos para hacer producciones costosas. En cambio siempre hay pedidos europeos para convertir Una artista ... en danza o en ópera. —"Libra" : la historia y la política aparecen como "la suma de todas las cosas que no nos dicen"; es decir, patrañas, una fabricación. En los últimos años la política de su país parecía moverse ya no en la paranoia sino en una lógica criminal casi obscena. Pienso en el nacionalismo beligerante de estos años y también en ese tipo de sadismo que se vio en las imágenes de Abu Graib; tortura con los códigos del porno hardcore. —La gente quiso creer que una política de fuerza como la de Bush la pondría a salvo de otro ataque como el de las Torres. A la gente no le molestó el ataque a Afganistán de 2003, lo justificaron. Pero la invasión de Irak fue otro asunto. El público no quería protestar, había una necesidad de creer en el gobierno olvidando por completo que fue esa misma gestión, sus agencias de inteligencia y sus viejos personajes de la Guerra Fría, los que permitieron que el ataque del 9/11 ocurriera. Tal era la atmósfera que llevó a su reelección en 2004, tan enigmática para el resto del mundo. Entretanto, en el intento de protegernos, emplearon la tortura y abominaron de nuestra Constitución en sus maniobras. No hay que descartar que esas prácticas lleven a juicios políticos. —En "Ruido de fondo" usted lo observa en un diálogo: la tecnología es un factor de domesticación y de conformismo. Luego estalla el accidente de seguridad industrial. "Nos hemos vuelto muy maleables", leemos. —Es que ante la aptitud tecnológica nos volvemos inocentes como niños y muy supersticiosos. Cada invento tecnológico se convierte retrospectivamente en lo que necesitábamos con desesperación. En ese sentido nos hace perder autonomía de maniobra, nos atrofia en modos que no podemos advertir conscientemente. La gente que vive con un celular en el bolsillo, al nivel más sencillo, ya no sabe desempeñarse sin él. Yo no uso celular, ni procesador; escribo con una máquina de tipos muy grandes que me permiten ver la cualidad gráfica, el valor de las letras y su patrón en la página. Otra de las lecciones de Grecia, apreciar el alfabeto en su valor escultórico. —Usted no tiene asesinos seriales sino homicidas muy dedicados, al estilo Oswald o el Benno Levin –¿Bin Laden?– que mata a Packer. Los seriales ya parecen cosa del pasado. Hoy es el tiempo de los jóvenes asesinos múltiples al voleo: ¿serán ellos el nuevo fenómeno "futurible"? —Ah, culpa de la tecnología, ya lo ve... (risas). Muy sencillo, la juventud está muy holgazana; a estos asesinos les da pereza contar...
DeLillo Básico
Nueva York, 1936. Escritor Hijo de inmigrantes italianos y nacido en 1936 en el Bronx, Don DeLillo desarrolló su afinidad por el jazz y el cine (dijo que el cineasta suizo Jean-Luc Godard fue de sus mayores influencias) antes de lanzarse a la literatura. A su primera novela, Americana, le seguirían las obras que le dieron su lugar central en la literatura del cierre del siglo XX, como cronista exquisito del terror de la Guerra Fría: Ruido de fondo (1985), Libra (1988) y Mao II, (1991), hasta la ambiciosa y polifónica Submundo. Varias de sus novelas se centran en algún personaje de la cultura pop, como el jugador de fútbol en End Zone, y un rockero paranoico en Great Jones St.. Su narrativa a menudo parte de los códigos de género para quebrarlos y expandirlos. [giecoleon]
El destierro
Por Jean Francois-Rabel © Boomeran(g)
En su serie clásica de los diez mejores libros del sitio de The Guardian ofrece los diez mejores libros del exilio. Más inglés no es posible:
1. El americano tranquilo de Graham Greene
2. A Woman of Bangkok de Jack Reynolds
3. El cuarteto de Alejandra de Lawrence Durrell
4. The Discovery of Tahiti (El descubrimiento de Tahiti) de George Robertson
5. Cuando partí una mañana de verano de Laurie Lee
6. El caballero del salón de Somerset Maugham
7. Thomas Cook European Railway Timetable (horarios del ferrocaril)
8. Habla, memoria de Vladimir Nabokov
9. Bajo el volcán de Malcolm Lowry
10. País era una fiesta de Ernest Hemingway
Como cualquier lista tiene una cosa insoportable: visión subjetiva, ausencia de obras obvias (Gent, Orwell, Isherwood). Del segundo libro de la lista, no sé nada. Del quinto, sé que es una joya (aparece en el díptico español y lo mejor de lo que escribieron los ingleses entre las dos guerras mundiales). Del décimo, sabemos que tendrá que ocupar el puesto número uno. Pero lo que más me interesa es la ausencia, lógica, de autores de América Latina. Pasaron años y años exiliados en Europa o en EE. UU. por razones políticas, pero en sus obras, de hecho, no se apartaron de sus países. Propongo una ley: a pesar de vivir en el exilio los autores latinos tienen poco talento literario para el destierro. [fontanamoncada]
Ese puerto sí existe
Por PATRICIA DE SOUZA © BABELIA
Hay trozos de poemas que siempre nos acompañan. Yo sé que tengo mis fragmentos, mis compañías, una de ellas es la poesía de Blanca Varela (Lima, 1926-2009). El impacto que me produjo la primera vez que leí Canto Villano (1978) fue rotundo, la certeza de que ya no estaba sola en mi silencioso país. Ella era todo un mito cuando un día alguien me llevó a conocerla, era una tarde mundana, llena de escritores y escritoras. Descubrí a una mujer observadora, intensa, muy consciente de lo que hacía: escribir de forma directa, desencarnada, sin concesiones. El puerto de Varela ha sido siempre de una total desnudez, recorrido por un viento violento, limpio. Y no creo que hubiese podido ser de otra manera. Blanca Varela pertenecía a la generación de Sebastián Salazar Bondy, Emilio A. Westphalen y Jorge E. Eielson, todos ellos dueños de una obra importante, rica, ella, la única mujer de la tribu, muy consciente de que era respetada y leída, pero de que se lo había ganado con esfuerzos. No sólo la lucha por el poema, ese poema como una gran batalla que la arrojaba a la arena, sino el hecho de imponerse en medio de un medio muy masculino. Su astucia era ignorar y tomarse por el centro aunque, cierto, contó muy pronto con el apoyo de Octavio Paz y de los demás poetas de su generación, sin dejar de estar convencida de que la poesía, por más revolucionaria y aguerrida que fuese, no la hacía menos vulnerable. De ahí su fuerza, pero también su tortura: el lenguaje. Recuerdo una tarde paseando por el malecón de Barranco, Blanca me jalaba del brazo y me decía: yo no sé por qué siempre dicen que mi poesía es finalista, tremendista, es realista. Siempre la vi sola por lo que podía conversar con ella en medio de cierto silencio, en esa casa frente al mar que ahora ya no existe y que fue la casa que compartió con Fernando de Syszlo, el pintor.
En sus textos Blanca ha tocado temas fundamentales, sin retórica, sin velo confesional, una de las razones por las cuales marcó un paso importante en la poesía latinoamericana acercándola a Paz, que trató de marcar su propio territorio. Justamente ese puerto que conocía Blanca y que un día ella le dice como primer título a Paz. Ella: el libro se llama, Puerto Supe, que es un puerto en el norte del Perú, y él le contesta: pero, ese puerto no existe. Encontró el título de su primer libro, pero no el descanso, había que limpiar el terreno de rosas "que infestaban la poesía", minarlo un poco para caminar libremente. Por ejemplo, con Casa de cuervos, su poema más baudelaireano, o Currículum Vitae, una mirada alejada de la identidad, porque Blanca siempre se desconocía, creo que también desconocía su talento porque hablaba de sus "cositas" cuando se refería a sus poemas que me servían de compás, de canto villano y que usaba como intertexto: una jaula con barrotes de silencio. O: un magro trozo de celeste cerdo / aquí en mi plato, fragmentos que se unen a imágenes concretas de ella, como le hubiese gustado que dijeran: No hay nada más concreto que la poesía. Nombrar, dividir, viviseccionar la realidad con la vocación de una sacerdotisa, con vocación de rito, ésa era su fuerza. Estoy segura que Blanca hubiese querido que dijera que le apasionaba la vida, que sus años en París, cuando conoció a Sartre y a Simone de Beauvoir, fueron importantísimos, ricos en encuentros, en escritura y en pasiones. Si Blanca no quería extendernos una rosa es porque siempre supo que escribir no es fácil, está lleno de rosas con espinas. Pero un día hallamos un puerto y le ponemos Nombre. [fontanamoncada]
La tierra llena
Por Gorka Andraka © Gara
Inmaculado, inocente, puro… "Como si el mundo entero / una nevada súbita / lo hubiese recubierto / de silencio y blancura", que diría el poeta Ángel González. En el nuevo mundo, la esperanza es blanca. Y está en nuestra mano.
Steven Chu, ministro de Energía de Estados Unidos y premio Nobel de Física, ha propuesto esta semana en Londres blanquearlo todo para luchar contra el cambio climático. Un remedio barato y factible. Si pintásemos de blanco las azoteas de los edificios de las cien mayores ciudades del planeta y de gris cemento el pavimento de sus calles (de blanco cegaría a los conductores) , el calentamiento del planeta no crecería, por lo menos en la próxima década. Sólo ese primer brochazo, en emisiones de CO2, equivaldría a prohibir la circulación de todos los coches del mundo durante diez años.
Las superficies planas pintadas de blanco y los colores claros reflejan, en lugar de absorber, la luz del sol. Hace un par de años, un estudio desveló que los invernaderos de Almería, con sus más de 30.000 hectáreas de terreno ocupadas desde 1980, enfriaban el clima local. El mar de plástico almeriense devolvía tanto sol, tanto calor, que, a diferencia del resto de las ciudades españolas, donde la temperatura media crecía año tras año, en esa tierra había descendido 0,3 grados por década. Un milagro.
Limpio, luminoso, virgen… El nuevo mundo, si es, será blanco. Monocromo. El planeta azul se hundió. Por generoso. El arco iris, estéril y vano derroche de color, pasó a la historia. Por excesivo, disparatado. La tierra brillará como nunca, para envidia del resto de los planetas. Llena. Blanquísima. Perfecta. Fría. Muerta. [lilibrik]
Kabanga o la extremaunción vegetal del deseo
Por Daniela Trottier © mediaIsla
Un día incierto me presentaron Kabanga con ropaje de novia, su ocho y media por once de total blancura adornada de leves trazos en filigrana a manera de diadema. Me quedé prendida del blanquecino atuendo del manuscrito y aunque su crisálida se volvió hermoso libro con sugerente portada, dirijo mis afectos a las huellas primigenias de la palabra en devenir…
Adentrarse en la poesía de Adriano Corrales es franquear un ancho vestíbulo de signos y señas escritos por otros, recorrido obligado por la senda de los decires universales, tales antenas parabólicas que repercutan el sentir poético del planeta. Se accede al jardín del poeta por frondosas inscripciones que preparan el nido.
Primera parte
Enigmas… es lo que surge a la mente. Algunos caracteres –apenas- en la página-desierto donde las contadas palabras toman su fuerza de su escasez y anchura.
Segunda parte
La nacida se convierte en torrente de sensualidad entre mujer y naturaleza, extremaunción vegetal del deseo. El poeta fusiona, en tropical y rica alquimia, esos nadadores del plasma donde texturas de mujer con cabellera feroz, ojos de azufre, pechos racimos, muslos floreciendo, pubis de musgo y piel aromática de bambú encuentran eco en la indomable selva del Caribe. Naufragando en el divino ardor de la carne, el poeta
intuía el zarpazo, la punzada de la araña, el refregón de la serpiente.
De ese fragor de los apetitos Adriano Corrales crea un inaudito lienzo de imágenes.
Tu río es mi río en el nacimiento de tus remos. (…) / Aquí estás mujer mía y de todos, plantada en el primer beso como en el último. (…) / Porque tus muslos encumbrados, tus pechos jadeantes y poderosos, tu boca, tu breve laguna de melaza para la hostia, permanecen y van conmigo. (…) / Y nos desayunamos en silencio.
Ese torrente se ensancha abriéndose a la mujer con mil rostros y vidas surgiendo una y otra vez, corpórea e inasible, en la opacidad del deseo, según el incienso de su hoguera, el tulipán de su disfrute.
… las que sobrevivieron en las doce tablillas de arcilla de la biblioteca de Asurbanipal. / … las que permanecen en las impresiones de la piedra y de la seda. / … O las hermosas, eléctricas, turgentes de vestido rosa / … Vos, mujer clara y obscura de cabellera florida para la cabalgata, altos pechos para el éxtasis y manos de andamio para la mueca de Dios. / … La que amamanta con voz de maga y maestría de orfebre para el sortilegio permanente. / … la mujer de antifaz y látigo… blues posmoderno de la falda imposible.
Y siempre se vuelve a la mujer, a su vulva de insatisfecho paraíso -sentencia el poeta a manera de insólita cosmogonía.
Con todas, reunido en la mujer exacta que nos ama y nos desama cuando tiende la celada. / Pues ciertamente se ama a la mujer como se ama la vida: con pasión, con rabia y cierta hipocondría.
Pero en medio de esos senos apetecidos, esos labios y pezones, de esos cuerpos que han ardido entre otros cuerpos, la bestia del sistema que enajena nunca deja de acechar. El amor como el goce viven en sociedad. Por ello el hombre y la mujer deben estar juntos, la unidad prevalece y la Creación reverdece, concluye el poeta.
Tercera parte
Kabanga, incansable viajero, deja atrás la naturaleza turgente y emprende un viaje por los países de sus afectos y desencuentros.
Una puerta cerrada son mil puertas abiertas, Kabanga.
Una puerta de barrio se abre y surge Managua con su grupo de poetas alborotando la tarde: brindan por el zarpazo telúrico. Una puerta de madera se abre y surge Ciudad de Guatemala con sus aceras vacías, basura, niños en duermevela, frío resplandor de los cuerpos…
La máquina avanza desenfrenada sin rastros de la última guerrilla, sin sucesos de página roja, ni campesinos asesinados en la otra orilla.
Otra puerta se abre sobre imágenes y sensaciones a granel de un road-movie poético con tierras ajenas y amigos queridos e idos; donde el anhelo de una Nueva Orleans imaginada, el frescor nostálgico de un rockero en la tumba de Jim Morrison chocan con el tono agridulce del poeta ante el catedrático presentador de libros de poesía: ruptura de la sintaxis, exterminio del sujeto…
O esa mirada decididamente irónica sobre el círculo de poetas:
No es contra vos que nado contracorriente Kabanga. / Es sobre las sirenas que flotan en esta playa atestada de copas, cigarrillos, alcaloides y palabras discordantes. (…) / No, no es el devaneo del desamor… (…) / Sino palabras enroscándose por el silencio sin que logren certificarse en papel, sangre u obsidiana. / No es contra vos, sino con tu voz que aspiro a romper el círculo del cálculo de onanistas, aduladores de la efigie en primera plana, el prólogo, la reseña, la entrevista, el abrazo de la araña, la sonrisa de escalpelo…
El caracol de la conciencia se hace cada vez más íntimo, cotidiano, interrogante, con caídas de muros y utopías, llegadas de nuevos gurús…
Así, debimos refugiarnos en la arquiteclocura del simulacro, en el horror del puñal y el disparo, en la cadena televisiva de una muerte a plazos… / Me refugio de mí mismo para no saltar sobre el temor de estar siempre dividido entre dos aguas: la lealtad que le debo a las palabras y la rabia de usarlas para lo contrario de lo que ladran.
Adriano Corrales, guerrillero de la parábola en holograma, como se define entre tantos otros intentos, se apuntala también como piedra rodante por el verso sin pose ni misterio. Se interroga sobre su cofradía, la de los poetas; ¿qué sucede con el poeta que no goza de recursos?
El que no pudo exiliarse y se calcinó en su melodía atravesado por quienes regresaron y usurparon la suntuosidad de los días. / Los que combatieron sátrapas y canallas y no son más que héroes olvidados por la historia traicionada.
¿Y del poeta que traga monedas y cuentos?
El que se aísla en su colmillo confidencial para lanzar denuestos e infamias carcomiéndose a sí mismo en su azulada perrumbre. / No acepto evasivas Kabanga, nuestra generación apesta.
Cuarta parte
Ruptura de tono y de grafismo. Impacto certero. L@s elegid@s de Dios, la joy@ de n@cre que sobresale entre l@s kabang@s del joyero… Poema-letanía que responde al eco de las repeticiones dolorosamente encantatorias de Roque Dalton o a la agobiante enumeración de santos inmolados del evangelio de Saramago.
Les he visto retorcerse de hambre por virus bacterias metralla / macilent@s en los desiertos primigenios en los tugurios del trasmundo (…) / invisibilizad@ s por los tratados de comercio los parlamentos unidos (…) / gasead@s en campos de concentración en marchas milenarias / enmudecid@s bajo el bombardeo y el inmenso hongo violeta cerniéndose / sobre torres y cúpulas de ciudades arrasadas / amenazante bajo el sarcófago carcomido de cualquier Chernobil / empalad@s por los conquistadores los de la cruz llameante (…) / arrojad@s a los leones en el Gran Coliseo Posmoderno (…) / ahorcad@s por sus propios hermanos con la soga de la teología / crucificad@s en diferentes poses por infinidad de iglesias y catedrales
El poemario en sus últimas páginas, tal un respirar hondo antes de sumirse en las profundidades, se hace odas, tentativas de diálogo, conversaciones, canto fúnebre…, un pasar revista al mosaico de sensaciones y sentimientos que produce el llamar a la vida seres y recuerdos inasibles. El libro-mastaba se cierra como se abrió: escasos caracteres sobre blanquísimas páginas nos conducen a la fuerza hierática de la palabra-atajo.
Kabanga / El ardor de la sangre como añoranza / De la tumba [Daniela Trottier, escritora, académica y crítica literaria canadiense]
Los piratas no somalíes
Por Nazanín Amirian © Rebelion
El rostro de unos hombres famélicos y asustados al ser detenidos por un petrolero español lo decía todo: no podían ser esos temibles piratas capaces de poner en jaque a los sofisticados barcos de medio mundo que transitan por las aguas africanas. Ya era sospechoso que un bufete de abogados londinense hiciera de intermediario entre los piratas y los países víctimas.
¿Se imaginan que un consultor desde Madrid negociara con los talibanes el rescate de un secuestro en Afganistán y encima cobrara una comisión? Ahora nos enteramos de que los asaltantes recibían información desde Londres sobre los barcos "aptos" para despojar. Aun así, todo indica que el principal objetivo de este terrorismo del mar dirigido por unos delincuentes trajeados no es hacerse con suculentos botines, sino justificar la militarizació n del Golfo de Adén, uno de los corredores más estratégicos del planeta que conecta el Golfo Pérsico, el Mar rojo y el Canal de Suez y por donde pasa el 30% del petróleo del mundo. El Rojo es el único mar controlado por los países árabes, cauce de sus importaciones y exportaciones y su principal fuente de agua dulce.
Es una estrategia con un precedente: en 1991, una veintena de países, liderada por EEUU, ocupó el Golfo Pérsico utilizando el pretexto de liberar el diminuto Kuwait del Ejército de paja de Saddam. ¡Aún siguen allí!
La amenaza de los piratas es una coartada para justificar el control militar sobre el cuerno de África y sus inmensos recursos naturales.
Si una de las caras de esa piratería la forman los mercenarios al servicio de unos intereses geopolíticos, la otra la componen los pescadores somalíes, que ven cómo las transnacionales marítimas saquean sus ricos caladeros y vierten, con total impunidad, toneladas de desechos tóxicos en sus costas. Convertidos en guardacostas voluntarios afirman que, además de robar a los grandes "bandidos del mar", pretenden ahuyentar a los pesqueros extranjeros que se llevan sus mariscos a los restaurantes europeos y dejan sin sustento a miles de familias.
Doble rasero lo de la Oficina Marítima Internacional que, ante tales agravios, ha mirado para otro lado y ahora pide la intervención militar contra los piratas de poca monta. Somalia, al igual que Irak, Afganistán y Pakistán, lleva el apodo de Estado fallido, lo que en la jerga política significa país poseedor de recursos naturales o ruta de su tránsito, apetecible para ser dominado. [ibyqueen]
Puertas y ventanas
Novelas de Mónica Volonteri y Manuel García Cartagena
Amigos y amigas: Quisiéramos compartir con ustedes la alegría de la puesta en circulación de nuestras novelas: Te veré caer y Quisiera ser un pez, las cuales están disponibles gratuitamente desde nuestros respectivos blogs: http://imaginon. wordlpress. com/ http://monicavolont eri.wordpress. com/ Con estas publicaciones inauguramos, al mismo tiempo, ediciones la caverna. Manuel García-Cartagena y Mónica Volonteri.
Libro a libro, puente de encuentro entre autores y lectores
SAN JUAN, PR.- Libro a Libro (http://www. libroalibro. org) es una nueva publicación electrónica de suscripción gratuita enfocada en el mundo editorial hispanohablante con especial énfasis en la promoción de la literatura contemporánea iberoamericana. Libro a Libro será actualizada semanalmente y pretende convertirse en una fuente imprescindible de información sobre el campo editorial, no sólo en Puerto Rico, sino a nivel internacional. Contacto: Ana Ivelisse Feliciano 787-668-8071
Taller de escritura
El taller es para todos. Todos podemos escribir Cuento. Poesía. Novela. Lectura y crítica de textos propios y de autores consagrados. Corrección. Reescritura. Teoría y Técnicas literarias. Profesora Marta Braier. Jueves de 14:30 a 16 hs. Arancel: $150 (por mes) / Duración: Anual ESPACIO Y: Lugar Cultural. Mansilla 2982, PB – C1425BPJ Tel/Fax: 4962-9402. espacioylc@yahoo. com.ar
Concurso "Conociendo Israel 2009"
En conmemoración de su 61 Aniversario y el centenario de la ciudad de Tel Aviv, el Estado de Israel a través de sus Embajadas de Israel en América Latina ha organizado por segunda ocasión el Concurso "Conociendo Israel". Este concurso está abierto a estudiantes Dominicanos Universitarios y Recién graduados, de 19 a 30años, (no están incluidos ciudadanos israelíes). El concurso tendrá dos fases, en la primera el participante debe responder de manera presencial un cuestionario, para medir el conocimiento que tenga la persona sobre Israel. Este primer encuentro se realizara el martes 14 de julio 2009, la hora y el lugar se le informara a cada participante vía mail y/o llamada telefónica. En la segunda fase participaran los 10 ganadores del 1er encuentro. El Objetivos del concurso es motivar a los jóvenes de la Republica Dominicana a conocer más sobre el Estado de Israel. Los Temas a tratar son: *Historia *Ciencia *Economía *Geografía *Tecnología *Gobierno (Su estructura), *Salud *Educación *Religión *Política *Cultura. Los candidatos deben presentar su aplicación a través de la Embajada de Israel en Santo Domingo completando el formulario disponible en esta Embajada. O Solicitándolo por correo electrónico a embajador.israel@ gmail.com Para conocer más sobre el concurso, entra a nuestra página Web: http://santodomingo .mfa.gov. il Johanny Zapata M. Depto. de Comunicación y Relaciones Públicas. 809-920-1501/ 1500/ cel: 809-899-7390.
Corazonada de Mario Benedetti
Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: Corazonada, por el autor uruguayo Mario Benedetti [1920-2009]. Pulse sobre el título para leer el cuento en Ciudad Seva.
Imágenes del mundo

viernes, 22 de mayo de 2009

EL CAPITAN SALTA ANTES QUE LA TRIPULACION, EN REF. AL DR. FERNANDEZ


SANTO DOMINGO RD.
22  de Mayo del 2009.

Coordinacion Internacional de Comunicaciones en Redes e Informatica Federal
Blog Educativo del Lic. Enildo E Rodriguez Nunez MBA PhDP



Desde finales del pasado año la crisis económica cambió el apacible tiempo de la globalización feliz que nos habló el presidente Bush.

Este imperativo obligó a transformar la práctica del presidente Leonel Fernández, quien se había acomodado a una economía con altas tasas de crecimiento, situación que se acoplaba perfectamente a su insaciable libido de poder.

Súbitamente se marchitaron los sueños dorados de Miami y Nueva York chiquito, el metro como sinónimo del tren del progreso y la revolución del siglo XXI, la seducción y la magia de las palabras se agotaron con el intento de sugestión colectiva de que estábamos protegidos por una economía blindada.

Esta situación llevó a la sociedad dominicana a reflexionar que no solo estábamos en un mar turbulento, sino mucho peor, que estábamos en un barco con un capitán que no sabía leer la brújula.

 Ante esta realidad el discurso oficial no producía efectos hipnóticos, las palabras no podían independizarse de quien las pronunciaba, la seducción no surtía efectos al no poder transportarnos del mundo real al universo de la imaginación.

El “Príncipe”, ungido por los dioses del pacto patriótico, que reynaría eternamente, aniquilando todos los adversarios de su partido, y avasallando a la oposición, para caminar siempre victorioso bajo el arco del triunfo, de repente se convirtió en un simple mortal firmando el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado, bajo el alegato de que se “había impuesto la racionalidad”.

Estamos frente a una crisis de la capacidad de dirección y de integración normativa y simbólica del modelo político instaurado en el primer gobierno del PLD.

No podemos hablar de una situación catastrófica, pero se advierte un cansancio y una desorientación profunda de la sociedad dominicana frente a la política y los políticos que han vaciado de contenido nuestra frágil democracia.

Es aquí donde debemos encontrar las lógicas o los imperativos profundos que han llevado a efectuar este acuerdo.

No son el puro desprendimiento, ni la vuelta a la racionalidad, las causas de un cambio tan brusco.
¿Por qué cambió la apreciación Leonel Fernández sobre Miguel Vargas Maldonado si en las pasadas elecciones lo consideró incapaz de estar a su altura para competir en un debate televisivo?.

Probablemente el gobierno dominicano no ha presentado un plan para enfrentar los embates de la crisis económica. Es grave que la razón de esta ausencia sea la falta de capacidad de diagnóstico, pero si fue la falta de transparencia oficial, como todo parece indicar, es todavía más grave.

En su último informe, The Economist Inteligence Unit establece que la recesión de la economía dominicana para este año será de -2,5%, lo que nos va colocar en una situación de grandes dificultades económicas y sociales, no solo por la gravedad misma de la crisis, sino, por la irresponsabilidad del actual gobierno.

Se ha perdido un tiempo crucial para informarnos adecuadamente y tomar las políticas necesarias para enfrentar la crisis, lo que ayudaría a mitigar sus efectos en los sectores productivos y sobre todo en los más vulnerables de nuestra población.

El gobierno del PLD temió la irrupción de una gran poblada para después de semana santa por lo que acuarteló a las fuerzas armadas y militarizó las principales carreteras del país.

No obstante estas medidas de coerción, los sectores populares se lanzaron a protestar. Zonas tradicionalmente conservadoras como Higuey, Bonao y Santiago de forma espontánea exigían demandas frente a la ineficacia y la demagogia de un gobierno que los ha abandonado.

Otro gran desacierto del gobierno ha sido pensar que detrás de todas esas protestas está el PRD, lo cual es incorrecto porque el PRD es una organización que ha perdido sus vínculos sociales, a la que no le importa una militancia consistentemente ideológica, sino captar electores.

Hace mucho tiempo que esta organización perdió su identidad originaria, ni siquiera ha sido capaz de consolidarse como oposición política, pasando a formar parte de la cleptocracia que nos rige junto al PLD y el Partido Reformista.La apuesta de la Reforma Constitucional del presidente Fernández fue un camino tortuoso, sin luces al final del túnel.

Los conflictos se presentaron desde el primer momento con el desacuerdo entre la comisión de juristas que redactó el primer informe y el que ofreció el Presidente, al extremo que uno de los miembros de esa comisión, Luis Gómez, lo calificó como un proyecto dictatorial.

Las fisuras se presentaron en los congresistas del PLD, que no votaron en bloque y que contradecían el proyecto del ejecutivo, como resultó con el artículo 30 sobre el aborto, mostrando la debilidad del liderazgo de Leonel Fernández dentro de su partido.

Muchos congresistas del PLD pretendían con la Reforma, no solo que el Presidente obtuviera beneficios personales, sino que a ellos también le tocara parte del pastel.

A cambio de apoyar la reforma constitucional le solicitaron la extensión del actual periodo congresional.

Frente a tantas adversidades en su partido, el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado resulta la mejor tabla de salvación para Leonel Fernández, dejando las posibilidades de relevo en el PLD y no enfrentar a los sectores liberales de la sociedad y al mismo tiempo obvia tomar posición en un tema tan espinoso como el aborto.

Estas contradicciones en los congresistas del PLD revelaron la falta de liderazgo del presidente Fernández para imponer su voluntad política y su interés personal que garantizara su continuidad en el poder.

Contradictoriamente, los congresistas del PRD bajo la dirección de Miguel Vargas Maldonado votaban en bloque como lo hicieron con el articulo 30, frente a lo cual el dirigente se ufanó en presentar como un triunfo personal.

Hecho mediante el cual Miguel Vargas colocó al PRD en un conservadurismo recalcitrante para consolidar la hegemonía de la iglesia católica, lo cual había sido un espacio político manejado por Balaguer y heredado por Leonel Fernández.

La reforma constitucional estableció un escenario político peligroso y resbaladizo para el presidente Fernández.

Los sectores liberales se desprendieron del PLD y el PRD, emergiendo un importante movimiento de mujeres en torno a la protesta sobre la prohibición del aborto.

El PRD con Vargas Maldonado podría penetrar sectores políticamente importantes como la iglesia católica y los grupos económicos en un contexto poco favorable para Leonel Fernández, quien experimenta una fuerte disminución de su popularidad desde diciembre, cuando se produjo el indulto de Vivian Lubrano y los anuncios cada vez más alarmantes de la crisis financiera mundial.

La ausencia de respuesta del Presidente frente a la crisis determinó un enfrentamiento con la cúpula empresarial que terminó por quebrar el matrimonio perfecto que existía entre los sectores económicos y el gobierno.

Pensar que el acuerdo de Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado puede resolver nuestros problemas nacionales como han querido presentar sus actores y la manipulación mediática que ha pretendido legitimar este acuerdo, es una ingenuidad que podría costarnos una gran distorsión democrática, que traduce una nueva modalidad de conservadurismo y de aceptación de lo existente.

Uno de los mensajes sobre los supuestos efectos positivos es que se crearía una alternancia cada cuatro años entre el PRD y el PLD, o más bien entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, con lo que parecería garantizar un antídoto efectivo contra la corrupción, la desigualdad social, el patrimonialismo y el clientelismo.

Cuando la alternativa es pasar de un gobierno corrupto a otro igualmente corrupto, no se puede garantizar nada positivo para nuestra sociedad.

Mejor hablemos de una democracia profundamente distorsionada y secuestrada por dos aspirantes a caudillos.La sociedad dominicana se encuentra en un momento crucial.

Debe elegir conscientemente entre buscar una alternativa democrática fuera de los partidos tradicionales, o seguir como decía el Padre Cela con más de lo mismo, o talvez con más peor de lo mismo.

Pero que nadie se engañe con el acuerdo, no tiene en cuenta el interés colectivo, más bien dar oxígeno a dos actores personales que pretenden repartirse el poder.

El objetivo fundamental del acuerdo es y será garantizar la impunidad de nuestra cleptocracia política que pretende erigirse sobre la base de procesos y elecciones manipuladas.

El neocaciquismo que aspira a instaurase con el reciente acuerdo es la continuidad del hilo vertebrador de una democracia degenerada por la corrupción, con un tufo nauseabundo de viejas y perversas tradiciones políticas.

Estamos frente a una encrucijada colectiva importante en la que es imprescindible recuperar el sentido de la democracia y dejar la pasividad ciudadana para encontrar el camino de un cambio verdadero.

Como ha dicho Alejandro Nieto “El mundo real es áspero, incómodo, amenazador. Escoger entre el mundo real y el virtural es una decisión que hay que tomar una vez en la vida.”

Un articulo de Pedro Catrain
El autor es periodista

EL CAPITAN SALTA ANTES QUE LA TRIPULACION, EN REF. AL DR. FERNANDEZ

Pedro CatrainDesde finales del pasado año la crisis económica cambió el apacible tiempo de la globalización feliz que nos habló el presidente Bush. Este imperativo obligó a transformar la práctica del presidente Leonel Fernández, quien se había acomodado a una economía con altas tasas de crecimiento, situación que se acoplaba perfectamente a su insaciable libido de poder.


Súbitamente se marchitaron los sueños dorados de Miami y Nueva York chiquito, el metro como sinónimo del tren del progreso y la revolución del siglo XXI, la seducción y la magia de las palabras se agotaron con el intento de sugestión colectiva de que estábamos protegidos por una economía blindada.


Esta situación llevó a la sociedad dominicana a reflexionar que no solo estábamos en un mar turbulento, sino mucho peor, que estábamos en un barco con un capitán que no sabía leer la brújula. Ante esta realidad el discurso oficial no producía efectos hipnóticos, las palabras no podían independizarse de quien las pronunciaba, la seducción no surtía efectos al no poder transportarnos del mundo real al universo de la imaginación.


El “Príncipe”, ungido por los dioses del pacto patriótico, que reynaría eternamente, aniquilando todos los adversarios de su partido, y avasallando a la oposición, para caminar siempre victorioso bajo el arco del triunfo, de repente se convirtió en un simple mortal firmando el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado, bajo el alegato de que se “había impuesto la racionalidad”.Estamos frente a una crisis de la capacidad de dirección y de integración normativa y simbólica del modelo político instaurado en el primer gobierno del PLD. No podemos hablar de una situación catastrófica, pero se advierte un cansancio y una desorientación profunda de la sociedad dominicana frente a la política y los políticos que han vaciado de contenido nuestra frágil democracia. Es aquí donde debemos encontrar las lógicas o los imperativos profundos que han llevado a efectuar este acuerdo.No son el puro desprendimiento, ni la vuelta a la racionalidad, las causas de un cambio tan brusco. ¿Por qué cambió la apreciación Leonel Fernández sobre Miguel Vargas Maldonado si en las pasadas elecciones lo consideró incapaz de estar a su altura para competir en un debate televisivo?Probablemente el gobierno dominicano no ha presentado un plan para enfrentar los embates de la crisis económica. Es grave que la razón de esta ausencia sea la falta de capacidad de diagnóstico, pero si fue la falta de transparencia oficial, como todo parece indicar, es todavía más grave.En su último informe, The Economist Inteligence Unit establece que la recesión de la economía dominicana para este año será de -2,5%, lo que nos va colocar en una situación de grandes dificultades económicas y sociales, no solo por la gravedad misma de la crisis, sino, por la irresponsabilidad del actual gobierno. Se ha perdido un tiempo crucial para informarnos adecuadamente y tomar las políticas necesarias para enfrentar la crisis, lo que ayudaría a mitigar sus efectos en los sectores productivos y sobre todo en los más vulnerables de nuestra población.El gobierno del PLD temió la irrupción de una gran poblada para después de semana santa por lo que acuarteló a las fuerzas armadas y militarizó las principales carreteras del país. No obstante estas medidas de coerción, los sectores populares se lanzaron a protestar. Zonas tradicionalmente conservadoras como Higuey, Bonao y Santiago de forma espontánea exigían demandas frente a la ineficacia y la demagogia de un gobierno que los ha abandonado. Otro gran desacierto del gobierno ha sido pensar que detrás de todas esas protestas está el PRD, lo cual es incorrecto porque el PRD es una organización que ha perdido sus vínculos sociales, a la que no le importa una militancia consistentemente ideológica, sino captar electores. Hace mucho tiempo que esta organización perdió su identidad originaria, ni siquiera ha sido capaz de consolidarse como oposición política, pasando a formar parte de la cleptocracia que nos rige junto al PLD y el Partido Reformista.La apuesta de la Reforma Constitucional del presidente Fernández fue un camino tortuoso, sin luces al final del túnel. Los conflictos se presentaron desde el primer momento con el desacuerdo entre la comisión de juristas que redactó el primer informe y el que ofreció el Presidente, al extremo que uno de los miembros de esa comisión, Luis Gómez, lo calificó como un proyecto dictatorial. Las fisuras se presentaron en los congresistas del PLD, que no votaron en bloque y que contradecían el proyecto del ejecutivo, como resultó con el artículo 30 sobre el aborto, mostrando la debilidad del liderazgo de Leonel Fernández dentro de su partido.Muchos congresistas del PLD pretendían con la Reforma, no solo que el Presidente obtuviera beneficios personales, sino que a ellos también le tocara parte del pastel. A cambio de apoyar la reforma constitucional le solicitaron la extensión del actual periodo congresional. Frente a tantas adversidades en su partido, el acuerdo con Miguel Vargas Maldonado resulta la mejor tabla de salvación para Leonel Fernández, dejando las posibilidades de relevo en el PLD y no enfrentar a los sectores liberales de la sociedad y al mismo tiempo obvia tomar posición en un tema tan espinoso como el aborto.Estas contradicciones en los congresistas del PLD revelaron la falta de liderazgo del presidente Fernández para imponer su voluntad política y su interés personal que garantizara su continuidad en el poder. Contradictoriamente, los congresistas del PRD bajo la dirección de Miguel Vargas Maldonado votaban en bloque como lo hicieron con el articulo 30, frente a lo cual el dirigente se ufanó en presentar como un triunfo personal. Hecho mediante el cual Miguel Vargas colocó al PRD en un conservadurismo recalcitrante para consolidar la hegemonía de la iglesia católica, lo cual había sido un espacio político manejado por Balaguer y heredado por Leonel Fernández.La reforma constitucional estableció un escenario político peligroso y resbaladizo para el presidente Fernández. Los sectores liberales se desprendieron del PLD y el PRD, emergiendo un importante movimiento de mujeres en torno a la protesta sobre la prohibición del aborto. El PRD con Vargas Maldonado podría penetrar sectores políticamente importantes como la iglesia católica y los grupos económicos en un contexto poco favorable para Leonel Fernández, quien experimenta una fuerte disminución de su popularidad desde diciembre, cuando se produjo el indulto de Vivian Lubrano y los anuncios cada vez más alarmantes de la crisis financiera mundial. La ausencia de respuesta del Presidente frente a la crisis determinó un enfrentamiento con la cúpula empresarial que terminó por quebrar el matrimonio perfecto que existía entre los sectores económicos y el gobierno.Pensar que el acuerdo de Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado puede resolver nuestros problemas nacionales como han querido presentar sus actores y la manipulación mediática que ha pretendido legitimar este acuerdo, es una ingenuidad que podría costarnos una gran distorsión democrática, que traduce una nueva modalidad de conservadurismo y de aceptación de lo existente.Uno de los mensajes sobre los supuestos efectos positivos es que se crearía una alternancia cada cuatro años entre el PRD y el PLD, o más bien entre Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, con lo que parecería garantizar un antídoto efectivo contra la corrupción, la desigualdad social, el patrimonialismo y el clientelismo. Cuando la alternativa es pasar de un gobierno corrupto a otro igualmente corrupto, no se puede garantizar nada positivo para nuestra sociedad. Mejor hablemos de una democracia profundamente distorsionada y secuestrada por dos aspirantes a caudillos.La sociedad dominicana se encuentra en un momento crucial. Debe elegir conscientemente entre buscar una alternativa democrática fuera de los partidos tradicionales, o seguir como decía el Padre Cela con más de lo mismo, o talvez con más peor de lo mismo. Pero que nadie se engañe con el acuerdo, no tiene en cuenta el interés colectivo, más bien dar oxígeno a dos actores personales que pretenden repartirse el poder. El objetivo fundamental del acuerdo es y será garantizar la impunidad de nuestra cleptocracia política que pretende erigirse sobre la base de procesos y elecciones manipuladas. El neocaciquismo que aspira a instaurase con el reciente acuerdo es la continuidad del hilo vertebrador de una democracia degenerada por la corrupción, con un tufo nauseabundo de viejas y perversas tradiciones políticas.Estamos frente a una encrucijada colectiva importante en la que es imprescindible recuperar el sentido de la democracia y dejar la pasividad ciudadana para encontrar el camino de un cambio verdadero. Como ha dicho Alejandro Nieto “El mundo real es áspero, incómodo, amenazador. Escoger entre el mundo real y el virtural es una decisión que hay que tomar una vez en la vida.”

sábado, 2 de mayo de 2009

RESUMEN DE MEDIA ISLA. Besame poco, Ninos, Calles en Peligro, Agua que no has de correr, La incubadora del Al Qaeda, Gripe Hhipocrita, Millas y la ap

sábado, 2 mayo, 2009 12:30 PM

mediaIsla@gruposyahoo.com


Besame poco Niños, calles y el peligro Agua que no has de correr La incubadora de Al Qaeda Gripe hipócrita Millas y la aparente falta de sentido del relato Antologías El alma de América Latina La memoria de los espejos Cultura política dominicana, 2009 Puertas y ventanas: Poesía y delito Xiomara Fortuna maratónica 3+1 ¿Y si? de Dino Buzzati Con voz propia 29 Isla 59 Entrevista Claves del cine contemporáneo Fiart 2009 Jornadas de Microficción en la Feria del Libro Revista Abril Nuevos cursos de español en el Miami Dade Imágenes del mundo.


Bésame poco
Por Sandra Russo Pandemia, pandemia, pandemia. Uno no puede dejar de escuchar un morbo mediático en la reiteración de la palabra que describe la globalización por otras vías. Hay un estallido generalizado de símbolos. Se derrumba un sistema político y económico que tenía al individuo como eje, y ataca al mundo en forma de pandemia un virus mutante que supo de vuelos y estiércol y que presenta la forma de una simple gripe. Pero el primer efecto de la pandemia es eliminar las simples gripes. Ya no las hay. Cualquier calentura es señal de alarma. Las personas son interceptadas en los aeropuertos en busca de información sobre su organismo. Y desde México, donde se juegan partidos de fútbol "a puertas cerradas", también llega la noticia de las telenovelas sin besos. Nuestro mundo se está modificando.


No es que uno crea en las enfermedades de diseño, sobre las que ha visto unas cuantas películas norteamericanas. Ni que participe de posiciones conspirativas que imaginan a diez personas decidiendo en secreto algo que cambiará incluso (y sobre todo, como es costumbre, que eso no cambia) nuestras vidas periféricas. Pero justo en el momento en que la economía real hace revisar el ideario neoliberal que condujo al desastre, un ideario posneoliberal asoma en el único otro punto más sensible que la economía: la salud.


El posneoliberalismo está pronto a adquirir nuevas formas, porque va de suyo que embriona, y se diría que no se llamará así, que es muy pomposo. Podría llamarse, por ejemplo, Política de Manos Limpias, no porque deje atrás su intrínseca corrupción, sino porque hará eje en la desinfección obsesiva del espacio público, que de todos modos dejará de usarse, ya que cualquiera puede tener fiebre, y es más: cualquiera puede estar incubando fiebre. ¿Cuánto apostamos a que las señoras caceroleras serán las primeras en enchufarles barbijos a sus mucamas, que llegan desde el suburbio? No puede uno imaginarse, si la pandemia sigue siendo pronunciada con tanto énfasis y excitación, lo peligrosos que serán todos y cada uno de los pasajeros del transporte público. Es que es el aire que media entre uno y otro ser el que contiene la peste. Es que ya no es conveniente aproximarnos.


Escucho a un sanitarista hablar de "planes de contingencia" . Claro, la maldita contingencia. Es aquí cuando debería intervenir el Chapulín Colorado, pero bueh, es mexicano. La contingencia es algo de lo que siempre escapamos, algo que preferimos creer que no existe, un fantasma. La civilización que se globalizó y llevó sus hilachas virtuales a los lugares más lejanos es una civilización cimentada en la idea de que todo puede preverse y planificarse.

Pero paradójicamente, esa civilización que vende imágenes de gente segura y tranquila se asienta en un sistema de explotación de un planeta que da probadas muestras de cansancio.
En las telenovelas mexicanas los amantes ya no se besan, y es posible presumir que si la pandemia pasa del grado 5 al 6, como se indica una y otra vez en los noticieros, los bunkers antiaéreos de este nuevo desastre serán unipersonales. Cada criatura aislada en su propio cuerpo. Cada uno cuidándose de las cosas terribles que pueden salir del cuerpo del otro.


Justo cuando un modelo político y económico basado en el más encarnizado individualismo se fractura y deja ver sus intestinos, el sistema sanitario mundial se pone en alerta por la peste que nos vuelve a todos Michael Jackson, todos un poco chiflados sospechando de la tos del vecino. No es que uno crea en las enfermedades de diseño, pero qué justo. [ibyqueen]


Tonucci: Las calles son peligrosas porque no hay más niños
El educador italiano, Francesco Tonucci, habló sobre la lectura y los chicos con el escritor Mempo Giardinelli.


© Revista Ñ – Clarín
"La lectura es un contagio positivo, de inoculación, un virus" dijo el escritor Mempo Giardinelli quien junto al educador italiano Francesco Tonucci abrió el ciclo Ñ Dialogos el domingo de la Feria del Libro."Una buena escuela empieza escuchando lo que sabe el niño. Si pienso que el niño es competente, que tiene 6 años de experiencia y de conocimiento, debo escucharlo", dijo Tonucci quien se define como alguien que "dedicó su vida a entender lo que quieren los niños". Ambos coincidieron en la importancia de la lectura en las aulas y en la casa. "La lectura en voz alta es amorosa", dijo Giardinelli a un público que asintió con la cabeza. Y habló de la aceptación de la lectura por niños que ven a sus padres leer. "Mi hija es lectora porque nos ha visto a su madre y a mí leer.

Ella negocia cuál va a ha ser su hora de televisión permitida". No fue en la única oportunidad en la que se mencionó a la televisión, Tonucci planteó que los dialectos que convivieron durante siglos en el territorio italiano fueron "aplastados por la televisión" y que ella "alfabetizó y unificó el idioma". Esto, dijo, "refuerza la existencia de un 30% de jóvenes que son analfabetos funcionales, aprendieron a leer y escribir pero no utilizan nunca estas herramientas" .

Durante la charla se aconsejó no oponer la televisión a los libros sino encontrar un espacio de lectura como deseo. Giardinelli preguntó cómo hacer eso "en un país donde el 30% no come". Según Tonucci, "la prioridad es dar de comer, pero no es lo único. Pero plantear que uno va primero y otro después es un engaño. Comida y enseñanza van juntos".Tonucci explicó el proyecto "Ciudad de los niños" donde los chicos proponen políticas. "Ahora pensamos que las calles son peligrosas y no dejamos bajar a jugar a los niños, pero son peligrosas porque no hay niños. La seguridad no la da la policía, ni las cámaras sino el que haya gente en las calles, niños jugando". [giecoleon]
De vez en cuando


Agua que no has de correr
Éste es el tiempo con olor a fugas y acechanzas.. . Fayad Jamis
Por René Rodríguez Soriano © mediaIsla
Este jueves de dispersos aguaceros y heroicas remembranzas, que ya no son más que remembranzas, me deja un capote de confusión y angustia. No sé qué hacer con mis anhelos y temores. Yo, que vengo de una generación de creencias y descreencias, siento que floto en ascuas de un limbo sin cojines que puede desbandarse en cualquier punto. Realmente, no sé qué hacer ante toda esta parafernalia dicharachera y soez que vela y ensombrece las mañanas, las tardes y la semana entera.


En la casa y en la escuela, pusieron tanto empeño en que siguiera el ejemplo de seres que, sin doblegar ni un ápice su temple y espíritu, lo dieron todo por una idea. Muchos de ellos subieron a las montañas, se inmolaron en ellas. Yo, en cambio, bajé de ellas con los sueños henchidos de sus llamas (las de ellos). Me di de tortazos con los muros y portones, buscando en la oquedad de los discursos la brasa ardiente que decían guardar sus herederos.


Realengo en los salones y pasillos, deambulé como un paria sin mango, sin timón, no atiné a conciliar. Sigo creyendo aún en esos tontos valores que se desgajaron en lomas y callejones; en esos héroes de naftalina y alcanfor que dejaron una madre o una novia triste en cualquier rincón de la tarde de un pueblo olvidado; en esos lábaros mustios que erosionó la llovizna allende las cordilleras, y las manos que alzaron, aferradas al almíbar de los sueños de este hoy que, aunque quisiera, no ha logrado ser su mañana (el de ellos, el de nosotros).

No puedo creer, aunque quisiera, en los quilates de estos héroes de ahora que, a diferencia de aquellos nostálgicos duendecillos, tienen el don de la ubicuidad y, sin subirse a las montañas, desde un escenario, acortan distancias y dan la dimensión exacta de su precio justo. (¿A quién diablos le importa qué parte de su precio se gasten estos acartonados ídolos en drogas, autos y cosmética?).


Vuelvo a repetirme y a golpearme las sienes y a echarme en cara mi torpeza. Preferiría, mil veces, hablar del soso canto de las ballenas jorobadas del Banco de la Plata. O de la alegría de los grillos del amanecer de Paso Bajito. Es más, a veces siento ganas de mandar al carajo el mando a distancia del televisor y volver a la sierra, desenterrar los venerados huesos (de ellos) y estrujárselos en la poses a dos o tres tunantes cuyos nombres no quisiera ni recordar. Pero recapacito, ¿es mi defecto?
He llegado a creer que, desde el fondo, a fuer de la mutación, emergerá la fuerza (tal vez nacida de las entretelas de la lluvia misma, que habrá de barrer con toda esta inmundicia que se pasea oronda y en mangas de camisa por los parques de la desvergüenza. Por eso hoy, este jueves de abril, un poco gris, un poco húmedo, pienso que vale la pena comparar mitologías. Porque, aunque la justicia, la salud, el poder y el orden, estén fuera de orden; y la flora, la fauna, la educación y las "buenas costumbres" estén en peligro de extinción, la verdadera patria vibra y flamea más allá del panteón nacional y, sobre todo, el día más claro hay luz. [rrs]


Un viaje imprescindible a la incubadora de Al Qaeda


El periodista y analista paquistaní Ahmed Rashid dibuja un sugerente tablero donde está en juego el futuro de la seguridad mundial. El autor de Descenso al caos analiza el nuevo orden internacional que trata de abrirse camino y concluye que la clave del éxito está en Pakistán
Por FRANCISCO G. BASTERRA © Babelia
Conviene desempolvar los atlas y prestar una renovada atención a la geografía, poniendo la lupa en Asia Central, en las tierras sin salida al mar situadas entre las ingentes masas continentales de China y Rusia. En la jerga político-militar de Washington se habla de AfPak (Afganistán y Pakistán). Ahmed Rashid, el periodista y analista paquistaní que mejor ha informado sobre esta área, la llama "la región".

La integran: Afganistán, un Estado fallido sin aparente importancia, pero productor del 93% de la heroína mundial, un auténtico narcoestado que vuelve a estar amenazado por el talibán; Pakistán, el quinto país del mundo por población (175 millones de habitantes), musulmán también, y en posesión del arma nuclear. Pero también incluye los antiguos stáns soviéticos, hoy cinco naciones independientes: Uzbekistán, Kirziguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Kazajistán. Un gran espacio estratégico con fronteras con Rusia, China, Irán e India.


Es en este sugerente tablero donde está en juego el futuro de la seguridad mundial y donde puede fraguar un nuevo conflicto planetario. Ésta es la tesis que defiende Ahmed Rashid en su nuevo libro, Descenso al caos. EE UU y el fracaso de la construcción nacional en Pakistán, Afganistán y Asia Central. Una obra indispensable para entender el mundo hoy y lo que nos puede pasar si no atendemos a esta conflictiva región.

También en cierta medida ésta es la opinión del presidente de Estados Unidos Barack Obama, que va a implicar más a su país, bastante reacio tras el fiasco de Irak, en una escalada militar, pero no sólo bélica, en Afganistán, pero dentro de una estrategia más amplia y regional. Estados Unidos va a librar la segunda guerra de Afganistán.

La primera la dio y la ganó tras los ataques del 11-S de 2001, para perderla inmediatamente George Bush, al distraerse con Irak. Esta derrota, que permitió la huida de Osama Bin Laden desde las montañas de Tora Bora y la cinematográfica escapada a lomos de motocicleta del mulá tuerto Omar, con el establecimiento de Al Qaeda en las zonas fronterizas de Pakistán con Afganistán, con la connivencia de Pakistán, es desmenuzada hasta el mínimo detalle por Rashid en Descenso al caos. Afganistán y el borde paquistaní volverían a ser "la incubadora de Al Qaeda".


La OTAN puede deshacerse en esta región. El futuro de Europa, o incluso el del propio Estados Unidos, se juega en esta zona de Asia Central. Ésta es la opinión de Ahmed Rashid, que justifica la prioridad concedida a la región por la nueva Administració n norteamericana. Claro que desde Madrid, Berlín o París es difícil entender por qué debe importarnos lo que suceda en el remoto Hindu Kush. Descenso al caos pulsa la señal de alarma y pone de relieve la inmensa carga que Barack Obama se ha echado a la espalda. Históricamente, Afganistán fue la tumba de dos imperios anteriores: el británico y el soviético.

Obama no persigue la construcción nacional. Se conformaría con que Al Qaeda, su red de franquicias o los yihadistas, no se hicieran con un Estado fallido para seguir bombeando terrorismo contra Occidente. Resulta en consecuencia muy oportuna la publicación en España de Descenso al caos. Su lectura, aunque a veces agobiante para el lector que se ve aplastado por una avalancha de datos, puede ser sin embargo imprescindible para entender una de las cuestiones clave de este nuevo orden internacional que trata de abrirse camino.


Las recetas del autor para enfrentar el reto del yihadismo internacional anclado en AfPak son todo menos sencillas. Pero quién dijo que arreglar el mundo fuera fácil. Es prioritario ver Afganistán como parte de un todo. La solución debe implicar también a India, Irán y las cinco repúblicas ex soviéticas.

La salida exigirá negociar con algunos sectores talibanes. Estados Unidos debe abrir un diálogo directo con Irán, muy preocupado por la avalancha de opio que se cuela por su frontera afgana. Washington debe mitigar la sensación de Rusia y China de que Estados Unidos y la OTAN buscan establecer una presencia militar permanente en Asia Central. La clave del éxito, según Rashid, reside en Pakistán. "El Ejército paquistaní tiene que enterrar su noción de un Estado centralizado basado exclusivamente en la defensa contra India y en una doctrina estratégica militar islamista y expansionista practicada a expensas de la democracia".

Y habría que añadir, recomienda Descenso al caos, un paquete internacional de varios años de ayuda al desarrollo para la integración económica regional con programas de educación y creación de empleo en la zona fronteriza entre Afganistán, Pakistán y Asia Central. Nada menos que montar un apasionante rompecabezas internacional. - [fontanamoncada]



Gripe hipócrita
Por Alexandro Saco © Rebelión
La reacción ante la gripe porcina evidencia la hipocresía que existe en el país y en el mundo en relación a la salud. Si bien se trata de una epidemia que debe ser controlada buscando colaborar desde todos los ángulos, lo cierto es que por falta de acceso a lo más elemental de la salud, cientos de miles de personas mueren día a día en el planeta. Existe una tendencia al escándalo frente a la novedad que significa un virus mutado, pero un olvido constante frente a enfermedades como la malaria, la tuberculosis, el dengue u otras.


El asunto de la gripe también pone en debate su origen. Si bien éste puede remontarse a otras gripes que mutaron el virus y se convirtieron en epidemia, las condiciones en que son explotados hoy los cerdos y otros animales revelan la arrogancia del antropocentrismo y los peligros latentes. La industria de alimentos animal ha superado todo límite en relación a las adecuadas condiciones de producción. La mayoría de animales utilizados con fines comerciales son esclavizados y mutilados (1) para que su única función sea la de producir carne o derivados.


Analistas preocupados


Es risible la preocupación de los medios de comunicación o analistas económicos por el costo o la reducción en el PBI que puede significar una pandemia de gripe porcina. Risible porque más presupuesto en salud se requiere a gritos para enfrentar una serie de problemas sanitarios, e hipócrita porque desde hace mucho se sabe que la poca inversión en salud, impide lograr gente sana, y eso sí afecta el PBI directamente. La gente que no cuenta con protección en salud debe gastar de su bolsillo y en casos graves las familias se vuelven pobres porque deben vender sus bienes para curar o tratar de curar una dolencia. Es obvio que invertir en salud es ahorrar y a la larga tener menor PBI.


El momento, más que para generar primeras planas, debería servir para ubicar adecuadamente la relevancia de las políticas públicas en salud en el marco del desarrollo y de la integración. Por un lado, es evidente que sin sistemas de salud organizados y financiados, cualquier apuesta de desarrollo es pura ilusión; la salud pública bien gestionada es pre requisito del desarrollo social. Por otro lado, la presente gripe hace ver que la integración en salud regional y global es ahora, en un mundo interconectado, un imperativo político (2).


El espejismo del desarrollo
La gripe de hoy nos lleva nuevamente a pensar en la concepción de desarrollo y organización social que se viene apuntalando. En buena medida la salud de las personas o colectividades, viene siendo afectada por las condiciones que generan actividades productivas, que en su único afán de lucro, pasan por encima de culturas, naturaleza, leyes. La representació n social encarnada en el Estado, por lo menos en el Perú, ha casi claudicado en su obligación de equilibrar lo productivo y lo saludable; no por casualidad La Oroya es un icono global de la contaminación y del desparpajo empresarial.


La oportunidad es idónea para replantear la necesidad de contar con un sistema de salud que proteja a las personas, frente a una nueve gripe, pero también y sobre todo frente a los males cotidianos o arcaicos como la TBC, que en el Perú conviven con las alucinaciones empresariales que nos siguen vendiendo espejismos. Además es urgente replantear la relación humana con los animales, que terminan recibiendo el ángulo más perverso del actual sistema.


La salud es colectiva


La salud si bien es personal, esencialmente es un ámbito colectivo en el que se expresan claramente una serie
de aspectos. Cuando sucede como ahora una epidemia, nos damos cuenta de la enorme desprotección que como humanos, a pesar del avance científico, tenemos frente a un virus u otra situación. Es necesario asumir que la salud colectiva del mundo humanidad animalidad y vegetalidad incluidas, hace un buen tiempo está siendo lacerada sin que algún bálsamo se pose sobre ella.


Si algo positivo, más allá de todos los ingresos que deben estar teniendo Roche (3) y otras farmacéuticas, se puede atisbar luego de que la epidemia sea controlada, será la urgencia de colocar a la salud como centro de cualquier propuesta de desarrollo, y no seguir con un discurso aparente que no se traduce en decisión, ya que lo principal es el financiamiento para la salud. Como demuestran Amartya Sen y Bernardo Klinsberg, invertir en salud es pre condición del desarrollo social. ¿Es tan difícil entender algo tan evidente?

1 Es realmente arrogante la manera en que el humano procede para saciar su hambre, mutilando a millones de animales o sometiéndolos a condiciones denigrantes para obtener beneficios económicos.


2 Instancias como el ORAS - CONHU, para el caso de la región andina, hace mucho que vienen realizando un trabajo constante y productivo sobre el particular y mantienen sistemas de vigilancia epidemiológica; además se viene impulsado la creación de UNASUR Salud, en la que coincidirían los esfuerzos de la CAN y MERCOSUR en salud


3 Hablar de farmacéuticas es hablar de mafias. Ayer intente comprar en cinco cadenas de boticas amoxicilina. Pero en ninguna la vendían. Sólo vendían la de marca que cuestan en promedio diez veces más. [ibyqueen]


Millas: Me gusta balancearme en el relato, en su aparente falta de sentido
El escritor español, Juan José Millas, se presenta hoy en la Feria del Libro con su nuevo libro, Los objetos nos llaman.


Por Héctor Pavón © Revista Ñ
Los objetos nos llaman. Ese es el inquietante título del último libro de Juan José Millás, ese español capaz de reflejar en pocas líneas lo que puede llevar días vivir. Los objetos nos llaman (Seix Barral) reúne 75 relatos breves que hablan de hechos tan misteriosos como conmovedores; verdaderos y dudosos; simpáticos y trágicos.Millás llega hoy para presentar por la tarde su libro en la Feria Internacional del Libro, un ámbito que conoce bien, estuvo aquí el año pasado presentando El mundo, novela con la que ganó el Premio Planeta de Novela 2007.Esos relatos breves están divididos en dos grupos, uno titulado Los orígenes y el otro La vida.

Aunque la muerte aparece más de una vez no ha merecido un apartado especial: "La verdad es que no. La muerte es una premisa, es el paisaje en el que sucede todo lo demás", dice desde España.En sus textos hay pasajes conmovedores protagonizados por su madre, o por el personaje que escribe el libro -que es y no es el autor-: "A mi madre le gustaban las historias de hombres que cabían en la palma de la mano". O también: "Mi madre daba una importancia enorme al estado de la lengua" y: "Mi madre no era capaz de resolver un problema si no lo convertía previamente en un drama". También hay lugar para poner al escritor mismo como un personaje del absurdo: "Cuando Juanjo decidió viajar a Madrid por primera vez en su vida, se compró una guía de Buenos Aires porque las de Madrid se habían agotado en la estación de su ciudad".

Este es el diálogo que mantuvo con Clarín antes de emprender viaje a esta ciudad. —¿Cómo es el mundo de un escritor como usted? ¿Lo puede describir desde la soledad de su escritorio?—Madrugo mucho, escribo, leo y doy grandes paseos. Estoy atado a rutinas que me gustan porque me resultan creativas. Cuando las rompo sólo es para volver a ellas.—Algunas de sus historias surgen en medios de transporte. ¿Cuáles son los pro y contras de viajar en taxi, metro o autobús?—El taxi es un espacio muy raro, donde dos personas que no se conocen, y que quizá no vuelvan a verse, conviven durante un rato, uno de ellos dando la espalda al otro. Si se comunican, lo hacen a través de un intermediario: el espejo retrovisor. Es simultáneamente un ámbito para la confianza y para la desconfianza, para la confidencia y para el tópico. El autobús y el metro son lugares para el encuentro. Siempre coincides con alguien o sucede algo

.—¿Quiénes son aquellas personas capaces de vivir con una alta cuota de imaginación en su vida diaria?—No es que sean capaces de vivir con esa cuota, es que serían incapaces de vivir si ella.—¿Los mayores estamos inhibidos a percibir imágenes como las de un "maniquí que suda" que protagoniza uno de sus relatos?—Desde luego que no, pero ese tipo de percepciones son más propias de los adolescentes. El adolescente, como el niño, está en contacto con dimensiones invisibles. Esa capacidad se pierde al crecer a menos que la cultives con asiduidad.

La educación consiste en gran medida en arrancarte de esos mundos.—Escribe mucho acerca de los padres muertos, ¿la escritura nos acerca a ellos cuando no están? ¿Puede saldar cuentas, cerrar heridas, terminar diálogos inconclusos?—Cuando los padres mueren, nos quedamos con la impresión de que no nos contaron todo lo que sabían. Y que eran cosas importante para tu vida y cuando ya se han ido nadie te las puede contar.

través de la escritura intentamos recuperar a sus fantasmas para que completen aquella información.

—También hay sueños... ¿Alguna vez un sueño le ayudó a escribir algo en particular o a destrabar un texto interrumpido?—Presto mucha atención a los sueños. Son mensajes de la parte inaccesible de nosotros mismos. Me gusta mucho soñar, pero no tengo prisa por interpretar lo que sueño. Me gusta balancearme en el relato, en la aparente falta de sentido del relato.—

En El Mundo, concluye diciendo que dejó de ser Millás... —Dejé al menos de ser una clase de Millás. La verdad es que la sensación de que el libro que terminamos puede ser el último, la tenemos siempre que acabamos uno. Porque escribir un libro es casi un milagro porque, entre otras cosas, uno tiene que estar vivo durante todo el tiempo que se está escribiendo. Es difícil estar vivo tanto tiempo. Terminar esa novela fue un modo de morir. [giecoleon]


Antologías
Por Frank Báez © Frank Invita
Recibo un email donde leo que me han incluido en una antología dominico - brasileña llamada Máscaras de Orfeo. Mi segunda aparición en antologías en menos de dos meses. Si continuo con ese ritmo, de seguro para el 2020 le ponen mi nombre a una calle de la Feria del Libro. Pero bueno, entro a Facebook y le pregunto a Homero, quien también sale en la antología, si va a la presentación en el teatro nacional. El escribe que nos vemos a las seis, pero como llego a esa hora y no lo veo por parte, camino por los alrededores de la Feria. Me pongo a ver libros. Compro dos libros de Fernando Vallejo que me faltan. Le digo que no a las vendedoras que salen de los stands y tratan de convencerme de que compre libros de cocina o enciclopedias.


- Compre ete.
- ¿Cómo evitar la eyaculación precoz?
- Sí.
- No, gracias.


- Tengo: Todas las Posibilidades. El libro de Banintel.
- No.
De ahí cojo hacia el stand del Fondo de Cultura Económica. Me paro y estoy a punto de ver los libros cuando oigo toser a uno de los mexicanos que antienden. Mejor prevenir que lamentar, digo pensando en la gripe porcina. Doy la media vuelta y sigo de largo al teatro. En la entrada me topo con Yuli, Emelio y Miguel. Subimos y frente a la puerta de la sala hay una mesa con varios libros de la antología desplegados.
La están vendiendo a cien pesos. Entramos a la sala. En una larga mesa, un tipo con boina y Basilio ensacado están sentados de cara al público. La actividad está a punto de iniciar. Como siempre, hay más poetas que público general. Veo a uno que otro poeta que sale del salón al verme sentado en la sexta fila. Basilio lee la introducción que hizo para el libro.


A Homero, quien llega de pronto, lo pone en la generación de los noventa. A mí, en la de los neotestimoniales, que se supone es la del nuevo milenio y que por cierto suena a nombre de iglesia evangélica.
Tan pronto termina Basilio, le pasan el micrófono al brasileño. Este habla en un español impecable y emprende a decir que su discurso va a ser pesimista. Dice que la sociedad brasileña es una sociedad cerrada, que no circulan obras extranjeras, que su literatura casi no se conoce y que allá no se traduce. Espero a que contradiga esto, sin embargo, increíblemente él parece secundar esta postura.

Se mofa de la referencia que hizo Basilio sobre los concretistas brasileños. Cuenta de dos poetas brasileños que aparecen en la antología y que vinieron al país, pero que no se encuentran en la sala, de seguro porque andan por Boca Chica o con par de jevitas o jevitos sentados en las rodillas. Que cool son los poetas.

importantes y ocupados son que no participan en las actividades a las que se les ha invitado. Que cool se portan, sobre todo cuando vienen a un país tercermundista donde se les paga la estadía y los boletos de avión, dinero que se pudiera usar para comprar pupitres o comprar sueros en los hospitales donde los médicos están en huelga, una huelga infinita, por cierto.

Aunque si estuvieran en la de Nueva York o en la de Guadalajara, de seguro estuvieran sentaditos y tranquilitos ahí. Pero bueno, el antologador toma la antología y lee unos poemas en portugues que se hacen largos e incomprensibles. ¿Por qué incomprensibles? Porque están en portugués.
Porque aun no lo he mencionado: los antologadores en vez de traducir los poetas dominicanos al portugues y los brasileños al español, como debiera ser, los dejaron en su idioma original, lo que por supuesto, contribuye a que no exista el intercambio entre los dos idiomas. Hay gente que piensa que si uno habla español puede hablar portugues. Que es sólo meterle una musiquita al español, no pronunciar unas consonantes y ya puedes entender todas las canciones de Caetano Veloso y hasta leerte a Pessoa y a Jorge Amado enterito. Quizás ellos piensan así. Quizás los poetas que le aplauden al brasileño cuando acaba de leer sus poemas, piensan así. O puede que crean que como es poesía, no hay que tener idea de lo que está hablando. O puede que de antemano estén acostumbrados a no entender los poemas de los demás.


Pero bueno, ahora viene la parte que todo el público, o sea, todos los poetas, esperaban: la entrega de libros. Porque bueno, ya saben, que las entregas de las antologías que edita Basilio, se hacen como si fueran diplomas y tú te acabaras de graduar como poeta. Un método que me encanta. Basilio señala los poetas que están en el público, le entrega su libro, estos se paran en el podio, leen su poema (un sólo poema) y salen del salón.


Cuando Basilio me señala y me paro a leer, me doy cuenta de que ha puesto los mismos poemas que me puso en la antología anterior + unos cuantos, cortos como siempre, como si quisiera que tan pronto el lector llegara a mi parte, pasara las páginas fua fua fua lo más rápido posible. Leo y me siento. Quedan quizás tres poetas en la sala. De último lee Homero, el poema más interesante de la noche, cuando la sala está casi vacía.


De noche, vuelvo al libro, lo abro y le doy un vistazo. Me concentro en la parte que me concierne. Encuentro erratas. Pero sobre todo encuentro unos errores garrafales: me han repetido el mismo poema dos veces con títulos diferentes. No es broma. Está en la página 271 y en la 277. En la 271 se llama Bajo este mundo y en la 277 se llama Esto es. En la 271 el poema acaba con la palabra oblicua y en la 277 con las palabras boca arriba.


Si esa antología llega a las manos de Pedro Henriquez Ureña le daría otro infarto por la falta de rigor. Por cierto, en 1904, en un artículo a propósito de una antología reflexionaba: la Antología dominicana exige de su colector un gusto refinado y certero, y un don de selección escrupulosa y justa. De por Dios si se trata de publicar por publicar, publíquenme el libro de Postales que se me agotó y que no tengo copias para pasarles a amigos, vecinos y familiares. O mejor aun publiquen a tantos poetas buenísimos y clásicos dominicanos que se han editado tan poco. En Ping Pong tenemos una antología inmensa con poetas hispanoamericanos en stand by.


En fin, supongo que estas cosas pasan. Lo reconozco. Pero como yo no soy tan iluso, voy al índice y reviso la parte dedicada a José Mármol. Todas las palabras y signos de puntuación en su puesto. Puedo seguir buscando otros poetas y comparar, pero prefiero tomar la novela de Vallejo que recién compré, leerla y olvidar las antologías. [Frank Báez, escritor dominicano]
El alma de América Latina


"Nadie sale indemne de su lectura", afirma Jorge Volpi sobre Las venas abiertas de América Latina, el libro de Eduardo Galeano que Hugo Chávez regaló a Barack Obama. El escritor mexicano reflexiona sobre su vigencia e imagina que el presidente de EE UU corresponda con el obsequio de Forgotten Continent, de Michael Reid


Por JORGE VOLPI © Babelia
El gesto no es banal. Acostumbrado a protagonizar escándalos en todas sus citas internacionales, esta vez Hugo Chávez sorprende a sus detractores. En lugar de burlarse del mandatario de una república vecina, intercambiar denuestos con el rey de España o reventar los acuerdos, en la V Cumbre de las Américas se comporta con moderación, casi con mesura. A diferencia de Fidel Castro, su ídolo y maestro, quien fulmina la euforia despertada por Barack Obama entre sus colegas latinoamericanos, el presidente de Venezuela no logra sustraerse a su encanto. Poco antes, congregado con su pandilla del ALBA en Cumaná, amenazó con encararlo, pero cuando al fin lo tiene a su lado, escucha sus tersas palabras y constata el tono de su piel, decide un cambio de estrategia.

Obama no es Bush e insultarlo sólo le restaría simpatías: lo único que le importa a un caudillo democrático. En un gesto de caballerosidad -y, admitámoslo, de repentina sutileza-, Chávez prefiere confrontarlo de manera civilizada. No un insulto, sino un libro. Y no cualquiera: Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Una bomba literaria que muy probablemente Obama no ha leído, pero que -seamos justos- en efecto tendría que leer.


Podrán decirse muchas cosa sobre esta obra de culto de la izquierda latinoamericana, que es maniquea o extremista, que distorsiona o exagera, pero nadie sale indemne de su lectura: ante este abigarrado relato de las vejaciones -en su mayor parte ciertas- que América Latina ha sufrido a manos de Estados Unidos, uno no puede sino terminar escandalizado. Publicada en 1971, y elevada al inmediato rango de best seller en lengua española -setenta ediciones hasta 2007-, no esconde su interpretació n marxista ni sus ataques al capitalismo y al imperialismo. Si en 1969 el Zavalita de Vargas Llosa se preguntaba en Conversación en La Catedral: "¿En qué momento se jodió el Perú?", Galeano se demoró apenas dos años en dar su respuesta para América Latina. Su horizonte teórico, la llamada "teoría de la dependencia" , hacía recaer todos los males de la región en los otros: los explotadores europeos y luego estadounidenses que no han dejado de enriquecerse a sus expensas. La tesis de Galeano, defendida con pasión y singular destreza narrativa, quizás no baste para explicar nuestro subdesarrollo, pero los hechos que enumera tampoco pueden desdeñarse aduciendo su ceguera ideológica. Como pocos panfletistas de nuestro tiempo, Galeano supo poner el dedo en la llaga y, a 35 años de distancia -y a 20 de la caída del muro-, conserva intacta su capacidad de indignar.


Imaginemos la escena: acomodado en su asiento del Air Force One rumbo a Washington, Obama toma el libro que le obsequió Chávez y, más por aburrimiento que por curiosidad, lo hojea al desgaire, lee un par de párrafos y, como le ha ocurrido a miles, queda atrapado por la un tanto engañosa pero siempre inquietante narración de Galeano. Alguien tan sensible a las humillaciones sufridas por los afroamericanos podría descubrir en sus páginas más de una coincidencia con su educación radical, y sin duda le ayudaría a comprender mejor a quienes desconfían de Estados Unidos, incluso de esa parte de Estados Unidos que, escapando a los prejuicios, le permitió convertirse en presidente.


Las venas abiertas de América Latina no es un manual de historia sino un vigoroso panfleto, y así debe ser leído y criticado. Su pesimismo resulta indigesto -los empresarios son siempre rapaces, los gobernantes siempre corruptos, los pobres siempre víctimas-, pero en esta época en que el capitalismo sufre su propia crisis de identidad conviene no olvidar las injusticias cometidas en su nombre. Su lectura puede resultar adictiva -mérito para su autor, peligro para sus fanáticos, sobre todo si se trata de líderes populistas como Chávez- y quien pretenda tener un panorama más amplio de América Latina ha de disponer de un antídoto. Desde su aparición, cientos de libros han tratado de descalificar a Galeano, pero ninguno se ha mantenido vigente durante casi cuatro décadas (y menos escalar al puesto seis de Amazon.com).


Alejado de las réplicas viscerales de tantos escritores latinoamericanos, en especial de esa malograda imitación de derecha, el Manual del perfecto idiota latinoamericano de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa (1997), convendría oponer a Galeano el brillante ensayo del periodista británico Michael Reid, Forgotten Continent. The Battle for Latin America's Soul (2007), cuya traducción al español está por aparecer. Responsable de la sección de las Américas de The Economist, Reid tampoco oculta su perspectiva ideológica, su preocupación ante el populismo y su defensa de la tradición liberal. El título es explícito: para Reid, América Latina se ha convertido en una de las zonas más olvidadas del planeta, pues si bien los desafíos que enfrenta continúan siendo mayúsculos, no se comparan con el ascenso de China o el infierno de África. Tras revisar las distintas teorías que explican el subdesarrollo de la región -y de discrepar con Galeano con particular vehemencia-, Reid analiza el auge y la caída del consenso de Washington, critica la deriva populista de Chávez y ensalza la transformació n de Chile o Brasil (y se permite ser más severo con México). Frente al pesimismo de Galeano, Reid enuncia un optimismo moderado: las democracias latinoamericanas de principios del siglo XXI acarrean un sinfín de lastres, pero la solución a sus problemas no se halla en la vía revolucionaria del pasado sino en acentuar las reformas institucionales del presente: entre estos dos extremos radica la verdadera "lucha por el alma de América Latina".


Imaginemos un final para esta historia: de vuelta en la Casa Blanca, con unas densas ojeras al no haber podido abandonar la lectura de Las venas abiertas de América Latina, Barack Obama estampa su firma en una copia de Forgotten Continent: "For my friend Hugo Chávez". Si por una vez los dos líderes se atrevieran a conocer los argumentos del otro, y a evaluarlos serenamente, sin amenazas ni insultos, "entre iguales", sería ya un gran avance para la región.

[fontanamoncada]~
La memoria de los espejos
A Martha, mi abuela, In Memoriam.
¿Y yo, quién soy? Preguntó. No encontré ningún Bouchard en Senegal, ni en Gambia, ni en Guinea, ni en las ruinas de Gorée.


Por Juan Carlos Mieses © El Día de Todos - MEDIAISLA
En aquella hermosa tarde de abril, don Juan, afable habitante de la ciudad de Salcedo, se encontraba delante de su casa, protegido de los azares del mundo exterior, a su afable entender, por la cerca de palos que bordeaba su pequeña huerta. Del otro lado se hallaba un joven, miembro de una congregación cristiana. El visitante trataba de convencerlo con un entusiasmo digno de un vendedor de autos de las ventajas del paraíso una vez pasado el desagradable umbral de la muerte y le recordaba que a partir de ese momento infortunado, pero inevitable, la vida, desembarazada ya de su carga material, se volvía inmortal.


Poco sensible a las promesas de la muerte, pero de una cortesía irreprochable, don Juan escuchaba a medias las palabras del elocuente predicador, sin cohibirse de rememorar, por una razón inexplicable, los últimos días de Doctor Livingston en las selvas ecuatoriales de África. Había consentido en escuchar al jovencito, pero ya habían pasado más de diez minutos y era hora de buscar un pretexto, no demasiado rudo, para desembarazarse de él. Antes de tomar tal decisión le echó una última mirada al recaudador de almas.


Sus zapatos, su pantalón y su estrecha corbata eran negros; la camisa, sobre una camiseta sin mangas, blanca.
Este joven es maniqueo, concluyó apenado antes de continuar su inspección.
Las manos eran largas, los dedos huesudos, el cuello fino como el de una muchacha, la piel oscura, la frente protuberante y la cabeza tenía una curiosa forma cónica.


Al llegar a ese punto don Juan sufrió una singular experiencia: de pronto le pareció ver la imagen de Clark Gable superpuesta a la del muchacho. El fenómeno que duró apenas unos segundos fue sobrecogedor, pero no le impidió intuir que un rasgo de la cabeza del predicador era lo que había desencadenado aquel fenómeno de misticismo cinematográfico: el pelo crespo, cortado casi al ras, se encontraba dividido nítidamente en dos partes desiguales por una raya tan perfecta que parecía hecha con una regla de ingeniero. Esa línea en el cuero cabelludo insinuaba, sin duda, la existencia de una larga y rebelde melena que por alguna incomprensible razón era invisible a sus ojos.


¿Puedo ver su cédula? Le preguntó al visitante.
El otro que no esperaba tan inusual requerimiento trató de no mostrarse sorprendido, una técnica aprendida probablemente en algún cursillo de proselitismo celestial, y se la mostró no sin cierta desconfianza. Don Juan le echó una rápida ojeada, devolvió el documento a su propietario y se alejó sin despedirse, rompiendo así su legendaria tradición de civilidad.
Acababa de modificarse, en su interior, la sosegada visión de la sociedad que había conservado desde la infancia. El joven evangelista tenía el aspecto, bajo todos los ángulos que se quisiera considerar, de un hombre negro; sin embargo la cédula, en la parte que definía el color de la piel, no lo confirmaba así. Por primera vez en su larga vida don Juan dudó de su cordura.
¿Era la vejez? ¿Sufría acaso una alucinación? ¿Estaba viendo negros donde no existían? Sólo había una manera de comprobarlo, se dijo, y de inmediato salió a buscar uno por las calles de la tranquila y hermosa localidad del Cibao.


A pesar de sus esfuerzos no dio con ninguno. Encontró morenos, indios, café con leche y sin leche, morenitos, mestizos, tostados, bronceados, quemados, indiecitos oscuros, claros, canela, mulatos, requemados, desteñidos, marroncitos, jabados, quemaditos, trigueños, oscurito y algunos prietos, pero negros… ninguno.


Negros, los haitianos, compadre, le informó en una esquina un dulcero ambulante.
Don Juan regresó a casa un tanto asustado, pero no por eso se dio por vencido.
En las páginas de una vieja enciclopedia tuvo mejor suerte. En nuestro pasado republicano encontró unos cuantos; entre ellos un celebrado tirano de quien un escritor colombiano de particular mala fama, muy leído sin embargo en la intimidad de las bibliotecas y a menudo imitado, decía que pertenecía a la historia… pero a la historia natural.
A un ilustre general restaurador y a otros menos insignes.

Al hijo de un esclavo que después de su muerte fue incluido en la trilogía de los héroes y que por obra y gracia de un curioso procerismo criollo con virtudes raciales es cada vez más blanco, tal como le pasó al retrato del único presidente negro de Colombia, el olvidado Juan José Nieto Gil.
Satisfecho, cansado y tal vez agobiado por el calor, don Juan decidió tomar una ducha. Al terminar se contempló en el espejo y grande fue su sorpresa al descubrir, del otro lado del cristal, a un negro escondido dentro de su imagen. El hombre lo miraba con ojos tristes y una sonrisa burlona. Había algo en él que lo hacía terriblemente familiar y no le fue difícil, una vez repuesto de la sorpresa, descubrir su identidad. Aquel hombre era, en parte, su padre, su bisabuelo, su tatarabuelo y era, también en parte, él mismo.


Al terminar de contarme aquella experiencia, pocos días antes de morir, mi abuelo me confesó:
Mijo, nunca pensé que los espejos tuvieran tan buena memoria. [Juan Carlos Mieses]
Cultura política dominicana, 2009
Por DIÓGENES CÉSPEDES © mediaIsla
No niego que me ilusioné un poco con la reforma constitucional de 1994 cuando estatuyó la separación de las elecciones presidenciales de las congresuales y municipales, el 50 más un voto para ganar en primera vuelta y si no, una necesaria segunda vuelta, la creación del Consejo de la Magistratura (aunque coja), pero que nos alejaba de la facultad del Senado controlado siempre por el Poder Ejecutivo para nombrar a los jueces.


Muy pronto, la cultura política de las clases sociales dominicanas comenzó a desmentir esa pequeña ilusión de que al fin se iniciaba el largo proceso de institucionalizació n del país (algún día tenía que comenzar). Mis desilusiones no se hicieron esperar cuando Balaguer puso en el poder al minoritario Partido de la Liberación Dominicana al agenciarle el apoyo político del empresariado, la Iglesia, los militares, la inmensa masa de pobres y clase media que el viejo caudillo había mantenido enfeudados a través del clientelismo y el patrimonialismo.


Esta alianza política la creó Balaguer para impedir que José Francisco Peña Gómez alcanzara la presidencia de la República. Aunque fuera un engendro, en razón de los manejos con que semejante Frente Patriótico se produjo, ambas fuerzas estaban en su derecho de aliarse, pero el etnocentrismo y el racismo exacerbados donde desembocó, me llevaron a iniciar el estudio de la psicología de las clases sociales desde el siglo XVIII hasta el XX y a examinar cómo habían surgido los diferentes movimientos sociales, levantamientos de esclavos, cesión de la parte oriental a Francia en 1795, guerra de Juan Sánchez Ramírez para expulsar a los franceses y volver al dominio español; y, finalmente, las invasiones haitianas de Louverture, Dessalines y la ocupación de Boyer en 1822 que dio al traste con la llamada independencia efímera de José Núñez de Cáceres.


Luego me adentré el estudio de la composición de las clases sociales durante el período de ocupación y el movimiento que estas produjeron para separarse de Haití en 1844 y volver, con la reacción conservadora de Pedro Santana y los hateros, al dominio español con la Anexión de 1861. Afinqué los ojos en la Restauración iniciada en Guayubín con los antecedentes de José Contreras en Moca y los mártires de San Juan para comprobar cómo la guerra de guerrillas y la carga del machete inventadas por Mella condujeron a las fuerzas restauradoras a expulsar a los españoles en 1865.


Pero mi sorpresa más grande se produjo cuando todavía el olor a pólvora no se había desvanecido y los patriotas restauradores perdieron en 1866 el poder político. A través del mismo tipo de combinaciones políticas imperiales que llevaron a Balaguer al poder en 1966, de igual manera llegó al gobierno Buenaventura Báez. Con el apoyo de su aliado el Cónsul del Imperio Español Español Antonio María Segovia, Báez aceptó de hecho su inscripción en el Libro de Matriculación como ciudadano español al aceptar su apoyo para llegar al poder en 1858. En esa virtud, amigo y aliado de Segoria,durante toda la guerra restauradora se mantuvo alejado de la contienda y aceptó los dineros que le agenciaba el cargo de Mariscal de de Campo de los Ejércitos Españoles.


Todas esas acciones caricaturescas y rocambolescas me condujeron a preguntarme qué había sucedido con la República Dominicana de los Trinitarios y Restauradores; qué había ocurrido con todos esos principios y Constituciones altisonantes que proclamaban los derechos humanos de 1789 en una nación y un Estado nacidos en 1844 desvanecidos en 1861, acogotados durante casi 17 años por la mano férrea de Ulises Heureaux, el autoritarismo de Cáceres, el desorden de Concho Primo, la intervención militar norteamericana de 1916-24 y la larga dictadura de Trujillo, el golpe contra Bosch y el surgimiento del Triunvirato.


Ese panorama grotesco me condujo a rastrear las causas y las consecuencias del drama dominicano y cómo los libros de historia "patria" e historia "nacional" las habían maquillado en nombre de ideologías, mitos y leyendas de un pasado glorioso cuyas familias ancestrales se remontaban al Descubrimiento, pero más específicamente a la prosperidad de la Colonia desde Nicolás de Ovando hasta su colapso en 1577 con la caída de la producción azucarera debido a las leyes proteccionistas del Imperio Español.


Pero ahí estaban los textos escondidos, camuflados, olvidados y sus autores satanizados; ahí estaban, aunque dispersos, los textos que explicaban la psicología y la cultura política de los dominicanos desde la Colonia y desde 1844 hasta hoy. Ahí estaban los textos de Américo Lugo, Hostos, Mariano Cestero, Rafael Augusto Sánchez, Juan Isidro Jimenes-Grulló n, Galíndez, Pérez Cabral, José Cordero Michel, Luis Felipe Mejía y, finalmente, los de Juan Bosch, quien a partir de la publicación de "Composición social dominicana" en 1971 no cejará en su empeño de desmontar la saga novelesca de los historiadores dominicanos acerca del glorioso pasado de la fundación de la república en 1844 convertida por arte de birlibirloque en Estado nacional burgués a la moda europea o norteamericana por los llamados espíritus liberales del siglo XIX y repetida, por conveniencia política, por los politiqueros de turno.


Ahí está el maestro Américo Lugo, el primero en demostrar que la incultura política y la falta de conciencia nacional del pueblo dominicano le impidieron, desde 1844, crear una nación y que nuestro Estado, surgido con Santana, fue fundado sobre el pueblo, no sobre una nación, el cual resultó una caricatura de nación y una caricatura de Estado sostenidos por la única cultura política que han conocido hasta hoy los dominicanos y dominicanas: el clientelismo y el patrimonialismo.


Basado en este clientelismo y patrimonialismo es que tanto Lugo como Bosch y los demás autores serios que han tratado el tema concluyen en que por más Constituciones liberales o conservadoras, por más reformas constitucionales que se den las clases sociales que en un momento detentan el poder de ese Estado, estas serán siempre un fracaso. Y se realizan tales reformas para fingir que somos un país moderno, a la altura de las mayores democracias del mundo, pero estas, como decía Martí cuando analizaba el constitucionalismo latinoamericano, no traducen otra manifestación que la incongruencia con la realidad a través de la exclusión total del indio, del negro, del mulato, en fin, de todos los pobres, sin los cuales no existe el pueblo y no hay Estado nacional.


Las Constituciones surgidas sin la participación del pueblo son letra muerta y sus modificaciones son la revelación de las pretensiones sociales de sus autores, quienes al poseer un poder mayor que el de las clases sociales excluidas, legislan para el mantenimiento y reproducción de sus intereses particulares, edulcorados y mixtificados a través de la manipulación de los medios, el uso de la demagogia y la retórica barata como sinónimo de la voluntad popular. [Diógenes Céspedes: escritor dominicano, Premio Nacional de Literatura 2007]


Puertas y ventanas
Poesía y delito
Para abrir en la vitrina de joyas de la palabra Poesía y delito, pulsa en http://imagineriabr uja.blogspot. com Se abrirá la Belleza.- Leo Castillo.
Xiomara Fortuna maratónica
Santo Domingo, RD.- Xiomara Fortuna celebrara sus 50 años con un concierto maratónico de 50 canciones; la artista se propone interpretar en retrospectiva todas las facetas de su carrera artística: guitarra y voz, a percusión, a capela, con guitarra y percusión, XIOMARA Bolero, Fortuna fusión, jazz, rock… Rancho Ecológico El Campeche sábado 2 de mayo a las 3:00p.m.
3+1
Los invitamos a ver el blog de 3más1 http://la3mas1. blogspot. com Saludo muy atentamente Eduardo Monte Jopia, Editor
¿Y si? de Dino Buzzati
Incluimos el cuento clásico de la semana, seleccionado por Luis López Nieves: ¿Y si?, por el autor italiano Dino Buzzati [1906-1972]. Pulse sobre el título para leer el cuento en Ciudad Seva.
Con voz propia 29
Queridos amigos: Me acerco a ustedes para enviarles Con voz propia de abril http://www.convozpr opiaenlared. blogspot. com Les envío un abrazo cálido y mis deseos que estén muy bien, que sus días sean agradables. Analía Pascaner

Isla 59
Claves del cine contemporáneo
Un nuevo acercamiento al Lenguaje del Cine. Prof. Carolina Giudici Licenciada en Comunicación Social. Es docente especializada en periodismo y cine. En todas las reuniones se proyectarán fragmentos de películas para ilustrar los conceptos teóricos y compartir impresiones. Lunes 19 a 21 hs. Duración: 6 clases / Arancel $150-Comienza el 11 de mayo- Vacantes limitadas. ESPACIO Y: Lugar Cultural. Mansilla 2982. PB – C1425BPJ (entre Laprida y Agüero) - Tel/Fax: 4962-9402.


Fiart 2009
Santo Domingo, RD.-Los dos niveles de la Galería Nacional del Palacio de Bellas Artes acogerán del 20 al 24 de mayo más de veinte galerías de arte de Estados Unidos, Canada, Panamá, Colombia, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana, en la Primera Feria Internacional de Arte en Santo Domingo (FIART 2009).


FIART 2009 honra de manera especial a los maestros Iván Tovar y Fernando Botero. Participarán como invitados especiales, de Cuba: Pedro Pablo Oliva y Ulises Bretaña, mientras que dentro de los artistas representados por las galerías se encuentran: Carlos Cruz Diez, Guillo Pérez, Alberto Ulloa, Máximo Caminero, Carlos Quintana, Soraya Abu Naba´a, Ome, Banasco, Pablo Fernández, Humberto (El Negro) Hernández, Sandor, Mena, Vincench y Nelson Domínguez, Rickenman, Angel Loochkartt, Jorge Botero Lujan, Jorge Jaramillo y Fernando Muñoz, entre otros.


FIART 2009 tendrá una gala inaugural el 20 de mayo en el auditorio a beneficio de la Fundación del Hospital Materno Infantil San Lorenzo de los Mina para reservaciones visitar: www.fiart.com. do
Jornadas de Microficción en la Feria del Libro
Revista Abril
Todos los artículos y enlaces de los 120 números de abril (más de 4000) a disposición del lector http://www.arbil. org/arbilhttp. htm Y el buscador en todos ellos http://www.arbil. org/buscador. htm La página principal en: http://www.arbil. org

Nuevos cursos de español en el Miami Dade
Queridos amigos: Esta nota es para comunicarles la invitación que me ha hecho el área de Cummmunity Education del Miami Dade College en Miami para dictar unos talleres en Español en el periodo de verano que comienza en los primeros días de Mayo de 2.009. Taller de lectura y conversación: Todos los Viernes de 6:00 a 9:00 PM, para los que no tienen el Español como lengua materna pero poseen un nivel avanzado del mismo. Taller de escritura: Abra palabra: Para aquellos que desean desarrollar sus destrezas en la escritura creativa.

Todos los Sábados de 9:00 AM a 1:00 PM. Taller de lectura: "The Grove": A desarrollarse con un primer ciclo 4 autores del Realismo Mágico, en la hermosa librería "The Bookstore in the Grove" de Coconut Grove. Todos los Martes de 6:00 a 8:30 PM. Taller de lectura: La alegría de leer: Para los que aman la lectura de textos literarios y desean compartirla en grupo.

Se realizará en las instalaciones de la Librería Pública de la ciudad de Miami, todos los Jueves de 6:00 a 8:20 PM. Atentos saludos, Marta Sepúlveda.


Imágenes del mundo
mediaIsla más que un grupo o comunidad cerrada, constituye hoy por hoy una modesta sala de lectura donde convergen una serie de personas interesadas en la construcción de un puente de doble vía, a través de la reflexión y el ameno intercambio de información interesante.


poeMARTES
proSÁBADO
René Rodríguez Soriano
mediaIsla Editores
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