miércoles, 3 de diciembre de 2025

TRUMP DICE QUE EVALUA UN PROGRAMA DE JUBILACION AL ESTILO AUSTRALIANO PARA ESTADOS UNIDOS: ASI FUNCIONA

 TRUMP DICE QUE EVALUA UN PROGRAMA DE JUBILACION AL ESTILO AUSTRALIANO PARA ESTADOS UNIDOS: ASI FUNCIONA

Una noticia de fuentes externas- Una publicacion de la agencia noticiosa , CNN En Espanol

Cortesia del Blog Educativo de Noticias del Lic. Enildo Rodriguez Nunez, MBA, PhDP

COORDINACION INTERNACIONAL DE COMUNICACIONES EN REDES E INFORMATICA

Historia de Por John Towfighi, CNN

El presidente Donald Trump en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 21 de noviembre de 2025.© Andrew Harnik/Getty Images/Archivo

El Gobierno de Trump podría inspirarse en Australia para mejorar el sistema de ahorro para la jubilación de Estados Unidos.

El presidente Donald Trump dijo el martes en la Casa Blanca que su Gobierno analiza un programa de jubilación similar al australiano.

“Lo estamos analizando muy seriamente”, dijo Trump. “Es un buen plan. Ha funcionado muy bien”.

El principal programa de ahorro para la jubilación de Australia —conocido como “superannuation”— ha llamado la atención de los funcionarios en Washington.

Cómo funciona la superannuation

Superannuation, o “super” para abreviar, es el programa insignia de ahorro para la jubilación en Australia.

Los empleadores están obligados a financiar las cuentas de ahorro de sus empleados, que se invierten en fondos seleccionados —conocidos como fondos super— y que permanecen bloqueados hasta la jubilación. Las contribuciones financiadas por el empleador se realizan además del pago del salario regular del trabajador. Los empleados también pueden aportar a su propia cuenta de ahorro.

Los empleadores deben contribuir con el equivalente al 12 % del ingreso del trabajador a estos fondos super, lo que representa un aumento gradual desde el 3 % cuando se estableció el programa moderno de superannuation en 1992.

“No hay opción de excluirse”, dijo a CNN Tim Jenkins, socio de la consultora Mercer. “Si estás empleado, tu empleador debe pagar el 12 % de tu salario a tu ahorro para la jubilación, y (eso) queda bloqueado hasta que te acerques a la edad de jubilación, con pocas formas de acceso en el camino, pero realmente muy limitadas”.

Los fondos super de Australia constituyen el cuarto mayor fondo de ahorro para la jubilación del mundo, a pesar de que el país ocupa el puesto 55 en tamaño poblacional, según JPMorgan Chase.

El fondo total de inversión de superannuation tiene aproximadamente 4,5 billones de dólares australianos en activos (aproximadamente US$ 3 billones).

Los empleados pueden elegir entre distintos fondos super. Los fondos son gestionados por inversionistas profesionales, como instituciones financieras, están regulados por el Gobierno y se invierten en una variedad de activos globales que incluyen desde acciones hasta capital privado.

Por qué es popular

El programa de superannuation de Australia fue creado para abordar las preocupaciones sobre el envejecimiento de la población y sobre cómo sostener financieramente la jubilación.

“Con una población que envejece y tasas de natalidad en descenso, un sistema como este reduce la carga fiscal para las generaciones futuras”, dijo Jenkins.

El sistema de jubilación de Australia tiene una calificación B+ en el Índice Global de Pensiones Mercer CFA Institute de 2025. Mientras tanto, el sistema de Estados Unidos tiene una calificación C+.

También existe un programa de pensión estatal que funciona como red de seguridad para quienes necesitan apoyo adicional. Sin embargo, “super” es cada vez más el principal mecanismo de ahorro para la jubilación.

El modelo estadounidense

En Estados Unidos, los programas de jubilación patrocinados por empleadores como los 401(k) —establecidos por primera vez en 1978— son opcionales. Los empleadores que ofrecen planes 401(k) pueden decidir si igualan o no las contribuciones de sus empleados.

El Seguro Social, creado en 1935 bajo el Gobierno del presidente Franklin Delano Roosevelt, funciona como el principal mecanismo de ingresos durante la jubilación. Los trabajadores de EE.UU. pagan un impuesto de Seguro Social, que se acumula en un fondo que se distribuye a los jubilados actuales. Hoy en día, crecen las preocupaciones de que los fondos del Seguro Social están en una situación frágil debido al envejecimiento de la población estadounidense.

En general, el plan obligatorio de inversión financiado por los empleadores en Australia contrasta con el sistema estadounidense, donde los 401(k) voluntarios se combinan con el antiguo programa de Seguro Social.

No está claro si Estados Unidos podría implementar un sistema similar al modelo de superannuation, especialmente debido a la política asociada con la posibilidad de cambiar los planes de jubilación. Además, Australia también tiene una población de 27 millones, mientras que Estados Unidos ronda los 343 millones.

No es la primera vez que el Gobierno de Trump menciona el sistema de jubilación australiano. Los fondos super australianos son grandes inversionistas en activos de EE.UU., y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, habló en una cumbre del superannuation en Washington en febrero, donde destacó el éxito del programa.

Matthew Linden, gerente general ejecutivo de estrategia y análisis de Super Members Council, quien asistió a la cumbre de febrero, dijo: “Lo que ha sorprendido a los funcionarios e inversionistas estadounidenses es que la fortaleza de las políticas del sistema super australiano —pagos automáticos, cobertura casi universal y preservación de los ahorros hasta la jubilación— ha ayudado a los australianos a construir fondos de retiro líderes en el mundo”.

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domingo, 30 de noviembre de 2025

EE.UU. CONFIRMA EL DESEMBARCO DE CHINA EN CUBA EN UN DEJA VU DE LA GUERRA FRIA: " EROSIONA NUESTRA VENTAJA ESTRATEGICA"

 EE.UU. CONFIRMA EL DESEMBARCO DE CHINA EN CUBA EN UN DEJA VU DE LA GUERRA FRIA: " EROSIONA NUESTRA VENTAJA ESTRATEGICA"

Una noticia de fuentes externas- Una noticia en progreso de la agencia noticiosa  AS US NEW LATINO

Cortesia del blog educativo de noticias del Lic. Enildo Rodriguez Nunez MBA,, PhDP 

Consultor de Marketing Politico-Asesor Educativo Coordinador Internacional de Comunicaciones en redes.

Historia de Mariano Tovar

Un guardia paramilitar chino permanece de guardia frente a un gran retrato del difunto líder chino Mao Zedong en la Puerta de Tiananmén el 5 de noviembre de 2025, en Pekín, China. El retrato de Mao que domina la Plaza de Tiananmén sigue siendo uno de los símbolos políticos más reconocibles de China.© Cheng Xin (Getty Images)

¿Te imaginas estar en Miami, tomándote un café mirando al mar, y saber que a 160 kilómetros hay una antena gigante escuchando cada movimiento militar, cada lanzamiento espacial, cada conversación que no debería salir de EE. UU.? Pues eso está pasando. Y no son los rusos esta vez. Son los chinos. Sí, los mismos que fabrican tu móvil y que ahora han plantado cuatro bases en Cuba para espiar a lo grande.

La historia parece sacada de una novela de John le Carré, pero no hay ficción aquí. Hay imágenes satelitales, informes de think tanks y congresistas que se han puesto nerviosos en Washington. El Center for Strategic and International Studies (CSIS) soltó la ‘bomba’ primero. En Cuba hay cuatro instalaciones equipadas con antenas SIGINT, esas que no sirven para ver la tele, sino para interceptar señales a miles de kilómetros. Y cuando digo miles, no exagero: una CDAA (Circularly Disposed Antenna Array) puede escuchar cosas que pasan a 15.000 kilómetros. Si lanzan un cohete en Cabo Cañaveral, esas antenas lo saben antes que nadie, y también pueden captar señales críticas en cualquier punto del país. Para ponernos en contexto, de Cuba (La Habana) a Alaska (Anchorage) hay unos 6.600 kilómetros, a Seattle hay unos 4.600, y a Chicago unos 2.350 en línea recta.

Viendo la distancia efectiva de una CDAA, cualquiera pensaría que China no necesita ponerlas en Cuba y que podría escucharlo todo desde casa. Sobre el papel suena fácil, pero en la práctica la eficacia aumenta con la cercanía, y eso convierte a Cuba en un punto estratégico clave. Y por eso las grandes potencias llenan el mapa de CDAA: para mejorar la cobertura y no dejar puntos ciegos.

Imagen satelital de las instalaciones de Bejucar tomada por el CISI.

¿Dónde están esas joyas del espionaje? Pues en sitios que suenan a postal caribeña: Bejucal, Calabazar, Wajay y El Salao. Bejucal es la estrella del show. Allí, al sur de La Habana, se levanta una antena circular que parece un crop circle tecnológico. No es nueva en esto: en los años 60, cuando la URSS jugaba a la Guerra Fría, Bejucal ya era uno de los centros neurálgicos del espionaje soviético. Ahora, China ha cogido el relevo y ha metido dinero y tecnología para que vuelva a ser el oído más fino del Caribe.

Calabazar y Wajay son más discretas, pero no menos inquietantes. Wajay, por ejemplo, tiene su propia granja solar. ¿Por qué? Porque los apagones en Cuba son tan frecuentes que hasta los espías necesitan plan B para seguir escuchando. Y luego está El Salao, en Santiago de Cuba, muy cerca de Guantánamo. ¿Casualidad? Ninguna. Si quieres espiar a EE. UU., ¿qué mejor que poner una antena a tiro de piedra de su base naval más famosa?

Imagen satelital de las instalaciones de Calabazar tomada por el CISI.

En mayo de este año, el Congreso de EE. UU. dedicó una audiencia al temaCarlos Giménez, congresista por Florida, lo dijo sin rodeos: “Es como tener una central de espionaje vigilando Miami desde Alligator Alley”. Rick Crawford fue más dramático: “Esto erosiona nuestra ventaja estratégica sin disparar un solo tiro”. Y un exanalista de la NSA, citado por CSIS, lo resumió con una frase que da escalofríos: “Estas antenas son como orejas gigantes. Si hay un susurro en Cabo Cañaveral, ellos lo oyen”. No son los únicos que se han puesto nerviosos. Porque esto no va solo de escuchar llamadas. Va de saber cuándo despega un cohete, qué maniobra hace un submarino y qué dice un diplomático cuando cree que nadie le oye.

¿Y Cuba qué gana con todo esto? Dinero, claro. China ha metido más de 8.000 millones de dólares en la isla desde el año 2000. Puertos, telecomunicaciones, carreteras… y ahora antenas. El régimen cubano necesita oxígeno económico y Pekín se lo da, aunque el precio sea convertir la isla en un peón de la nueva Guerra Fría. Porque sí, esto huele a Guerra Fría 2.0. Antes eran los soviéticos con la base de Lourdes, la mayor estación de espionaje del mundo en su época. Ahora son los chinos, con tecnología que hace que aquello parezca un walkie-talkie.

Imagen satelital de las instalaciones de Wajay tomada por el CSIS.

¿Y Rusia? ¿Dónde queda en todo esto? Pues en segundo plano. Durante años se rumoreó que Moscú y Pekín compartían secretos en Cuba, y algo de eso hay. Pero el protagonismo es chino. Ellos ponen la financiación, la tecnología y la estrategia. Rusia, bastante tiene con Ucrania y con mantener su influencia en otros rincones.

Lo más curioso es cómo se niega todo oficialmente. Pekín dice que es “desinformación”. La Habana afirma que son “campañas de intimidación” e incluso ha publicado artículos de desmentido en sus medios oficiales, como Cubadebate. Pero las antenas están ahí, visibles desde el espacio. No hay mucho que discutir cuando tienes fotos satelitales mostrando círculos perfectos de mástiles en medio del campo cubano. Desde arriba parecen arte moderno, como un Stonehenge futurista, pero son pura ingeniería para escuchar señales a miles de kilómetros.

Imagen satelital de las instalaciones de El Salao tomada por el CSIS.

Y aquí viene la pregunta del millón: ¿por qué importa tanto? Porque esas antenas no solo escuchan. Analizan, descifran y almacenan información que vale más que el oro. En un mundo donde los datos son poder, tener un oído gigante a 90 millas de Florida es como jugar al póker viendo las cartas del rival. Y eso, en geopolítica, es dinamita.

Para rematar, varias curiosidades que parecen sacadas de un thriller: Bejucal fue uno de los puntos donde se instalaron misiles soviéticos durante la crisis de los misiles de 1962. Hoy, es el centro de inteligencia más moderno del Caribe. El Salao está levantando una CDAA con tres anillos concéntricos que parecen diseñados por Kubrick. Y Wajay, con su granja solar, demuestra que hasta los espías sufren los apagones cubanos.

Así que la próxima vez que escuches hablar de Cuba, no pienses solo en mojitos y música. Piensa en antenas gigantes, en ingenieros chinos ajustando frecuencias y en congresistas estadounidenses sudando frío. Porque la Guerra Fría nunca se fue. Solo cambió de protagonistas y de tecnología. Y ahora, el tablero está más cerca que nunca