viernes, 12 de octubre de 2018

El PRD Y SU EMBLEMATICO JACHO PRENDIDO







¿De dónde surge el emblema de nuestro Jacho Prendío'?

Se dice que el logo emblemático del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) -el jacho prendío- Fué elaborado desde el exilio, en el año 1961, junto con los delegados del partido blanco que como una avanzada llegaron para restablecer la democracia perdida durante más de tres décadas.

En honor a la verdad histórica, y reconociendo a uno de los tantos héroes anónimos que escribieron con su sudor, lágrimas y sacrificio las páginas gloriosas del PRD, hay que decir que el logo del jacho prendío fué diseñado por Taján Martínez, pendolista de profesión, y uno de los primeros que se organizó en la zona P, del sector de San Carlos. Un logo era un requisito que exigía la Junta Electoral de entonces para participar en las elecciones generales de diciembre del 1962 y fué una petición del Prof. Juan Bosch hacia él que lo diseñara.

Los miembros de la Junta Electoral de entonces, identificados en su mayoría con la Unión Cívica Nacional (UCN), obstaculizaban el posible triunfo electoral del PRD, obedeciendo instrucciones del Consejo de Estado gobernante, que componían siete miembros “cívicos”, escogidos entre la más rancia aristocracia nacional, cuyo fin era que triunfara en los comicios el candidato de la UCN, Viriato Alberto Fiallo.

Los que participaron o fueron testigos presenciales de aquellos turbulentos y sucesivos acontecimientos recuerdan que “los cívicos”, acompañados de “los catorcitas”, emprendieron una campaña sucia y solapada, que consistía en pintar una palmita, símbolo del partido de Trujillo, sobre la “R” de la sigla PRD, para que pareciera a los ojos del pueblo que el partido blanco reencarnaba el trujillismo.

El logo del “jacho prendío” adquirió categoría mística en el alma popular la madrugada del 18 de noviembre del 1962, a pocas horas de las elecciones, cuando Juan Bosch le ganó la polémica televisiva al sacerdote Láutico García. Aquella madrugada se dió la primera manifestación espontánea de las mesas perredeístas, cuando miles y miles de los denominados "hijos de Machepa", salieron a celebrar el triunfo portando jachos de cuaba prendidos, una escena tan impresionante, indescriptible a los ojos de los que no fueron testigos presenciales de aquel acontecimiento histórico de nuestra lucha democrática.

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