Que hable la votación
EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
Lo importante es que no se han retrasado ni un segundo los trabajos para el montaje de las elecciones municipales extraordinarias del 15 de marzo y que los dos principales partidos están poniendo todo su empeño en que se celebren, lo que ha permitido a la Junta Central Electoral llegar al más amplio consenso para la realización de esos comicios.
Han sido complacidos los partidos que no personifican alianzas, permitiéndoseles un observador de escrutinio, y, para mayor transparencia, se podrá grabar el conteo final de los colegios electorales, los partidos se muestran satisfechos con la apertura que ha tenido la JCE a consultar previamente sus decisiones y ha garantizar la observación de todos sus procesos.
Por otra parte ha ido fluyendo con éxitos el diálogo promovido por el Consejo Económico y Social, entidad creada primero por decreto y luego por mandato constitucional para que la concertación sea el canal apropiado para dirimir los conflictos que pueden perturbar la estabilidad económica y la paz social.
Quienes objetan al CES como el mediador apropiado arguyen que por ley es una entidad oficialista, apéndice del Ministerio de la Presidencia, abviando que la composición de ese mecanismo le otorgan no solo el mayor nivel de representatividad, sino también de independencia.
Tres grupos de 15 representantes constituyen el plenario del CES y ninguno tienen por qué ser compromisarios del Gobierno: 1-Quince representantes del sector laboral, entre los que se incluyen tres representantes de gremios profesionales; 2-Quince representantes de las organizaciones empresariales, incluyendo una representación de la Cámara de Comercio y Producción, y representantes de los micro, pequeño y medianos empresarios; 3-Quince representantes de organizaciones sociales, entre las que están las universidades, las iglesias y entidades comunitarias.
El carácter oficial del CES es sólo para que sus acuerdos alcancen mayor peso e impacto en las políticas gubernamentales y para que el país pueda tener operando de manera permanente un mecanismo de concertación del más alto nivel, pero no se trata en sí de una entidad gubernamental porque su composición lo hace imposible.
El país ha dado pasos muy firmes para garantizar una investigación imparcial del colapso de las elecciones municipales del pasado 16 de febrero, que ha sido puesta a cargo de la Organización de Estados Americanos (OEA); La Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES) y la Unión Internacional de Organismos Electorales (UNIORE), entidades que además están acompañando a la Junta Central Electoral en el montaje de las próximas municipales y de las elecciones presidenciales y congresionales del mes de mayo.
Se sabe que hay líderes colocándo todo tipo de obstáculos para que vuelvan a fracasar las elecciones extraordinarias del 15 de marzo, sencillamente porque perciben que no tienen nada que buscar en esa contienda, pero el país no puede estar a expensas de los intereses muy particulares de algunos políticos.
La democracia, la participación, el soberano es el voto popular que es el que decide quienes se quedan, quienes se van y quienes no volverán.
Si queremos que el modelo dominicano siga siendo ejemplo, sino queremos equipararnos con Haití o Venezuela, tenemos un solo camino que es el de las urnas, con arbitraje confiable, y si algo demostró la decisión de la JCE al adoptar la medida de anulación de las elecciones, es que está interesada en una expresión libre y sin restricciones del voto popular, al que todos debemos dejar hablar y acogernos a sus resultados gústenos o no.
¡Compartelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario