Por Fernando Peña
SANTIAGO, R.D. – Una canción muy popular en la voz del afamado cantante mexicano José José dice: “HASTA LA BELLEZA CANSA, EL AMOR ACABA”, y esta hermosa pieza musical parece haber sido creada observando el escenario en que se encuentra el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Tras casi 15 años ininterrumpidos al frente del Estado, teniendo control absoluto de todos los resortes del poder, ha surgido un partido opositor que amenaza con desalojar del poder al PLD, y ese partido paradójicamente es el propio PLD.
El Dr. José Francisco Peña Gómez en uno de sus vibrantes discursos dijo: “Solamente el PRD, derrota al PRD”, y estas palabras cobraron valor extraordinario con el paso de los años.
Hoy, el PLD se está convirtiendo en una olla de grillos, donde los dardos envenenados se cruzan en direcciones opuestas, rememorando los campos de batalla de la antigua Esparta.
Peones políticos asumen posiciones públicas dónde comprometen la palabra del líder, incentivando las pasiones febriles, y preparando el escenario de una posible auto-derrota.
Fábulas y cuentos chinos son esbozados sin el menor rubor, como si se tratase de quien tiene mejores argumentos para una novela de ficción.
Los opositores al PLD, compraron asientos de palco para presenciar la pelea y se frotan las manos ante lo que parece ser la reedición de Chacumbele.
Aquella frase que reza: “Es mejor arriba con presión, que abajo con depresión”, pareciera no ser asimilada por los dirigentes peledeistas que preparan con sumo cuidado su bomba auto-destructora.
Marzo, podría marcar el inicio de la batalla, y los guerreros buscan destronar al rey, aun a sabiendas que este garantiza la continuidad del reinado, porque sus súbditos se han identificado con sus ejecutorias.
Hasta en la selva los animales asimilan la hora del retiro, y el león cede el control de la manada a quien en combate demostró mayor destreza, y de forma elegante y digna se va al retiro.
Es evidente que la pasión lacera la razón, y lo que conviene a todos lo supeditados a nuestros intereses individuales.
El 2020 está a la vuelta de la esquina, y el PLD tiene un gran dilema: UNIRSE O MORIR.
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